Realmente, lo más sencillo es escribir un artículo como este. Pero es igual de sencillo y tópico que salir en la tele diciendo que todo va bien. Dos muertos a raíz de la explosión en la petroquímica de Tarragona. Todos los esfuerzos se concentran en no alarmar a la población, en asegurar que no pasa nada, que todo va bien. No ocurre nunca nada, todo se soluciona sin consecuencias. No hay que crear ninguna situación de alarma injustificada. Que no suenen las sirenas para no alarmar a la población. Hace unas semanas hubo un incendio en una empresa de Montornès del Vallès. Con los vertidos al río Besòs, se acabó con la vida del Río que había costado 30 años o más recuperar. Pero por lo demás, a nosotros, no pasa nada, nunca nos pasa nada.
Quizás es porque ahora tenemos todos muy fresco el tema de Chernobyl y la serie nos ha convertido a todos un poco en expertos en cosas de las que quizás no tenemos ni puñetera idea. Pero me extraña, me inquieta siempre que, después de un desastre como el que sucedió ayer, no haya consecuencias. No ocurra nada. No se toque nada. Porque no se puede tocar nada. Porque toda esa gente que vive a dos pasos del complejo, por mucho que los riesgos existan, salen en televisión asumiendo esos riesgos, poniendo por delante otras cosas, la subsistencia supongo, antes que eso que llamamos riesgo. Riesgo de enfermedades, riesgo de vivir a dos pasos de un complejo que no debe ser ni medio sano, riesgo de que el aire, la vida, no sea normal. Pero no se puede decir, no se ha de decir.
Y asumimos los riesgos. Y nos llenamos la boca hablando de emergencias climáticas, de que nos estamos cargando la vida del planeta y no solo la vida del planeta, que parece que es algo abstracto, nuestra propia vida. Asumimos que debemos vivir con el riesgo de que pete todo, vale, y de que las enfermedades nos corroan.
De que lo que comamos, lo que bebamos, lo que consumimos, nos esté matando.
Pero no pasa nada.Todo va bien. Salen los responsables, salen los técnicos, salen los vecinos y aunque haya quejas, aunque haya inquietud, finalmente el mensaje es que no ha pasado nada.
No se ha liberado ninguna sustancia, ningún gas, todo va bien. Como no tengo ni puta idea puedo decir que seguramente esté equivocado. Pero jamás pasa nada.
Y las caras de resignación de los trabajadores que salen en la tele, lo dicen todo. Ya sabemos que hay riesgos. Ya sabemos que esto puede ocurrir.
Trozos de metal en un campo de fútbol, un vecino al que le ha venido una chapa a mil por hora hacia su edificio.
Y sale el president y dice que ya está todo bien. Y los consellers. Y Comisiones Obreras incide en que los protocolos no se han cumplido. Y son unos mierdas.
Y todo va bien.
Y seguimos para bingo.
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