Con la madurez que da el tiempo, iniciamos una nueva variante periodística. El pantallazo a una semana vista. Hoy en día, con los adelantos, los móviles y el Internet, ya no vale hacer una fotografía de la realidad. Ahora lo que hacemos es un pantallazo. Y como me gusta ir contracorriente, en lugar de aprovechar la inmediatez que nos proporcionan los adelantos, los móviles e Internet, me dispongo a hacer una crónica de algo sucedido hace una semana y que todo el mundo conoce. O no. Porque a casi nadie le interesan ya los plenos municipales. Y hacen bien. Porque si se hubieran enterado de lo que pasó el lunes por la tarde noche, plegarían.
Qué pasó el lunes por la tarde noche. Pasó que el movimiento feminista en Santa Coloma se declaró la guerra a sí mismo. Pasó que una de las experiencias más alucinantes de movilización que uno recuerda haber vivido, como son las huelgas del 8M, las manifestaciones y movilizaciones, ya no es vista como algo positivo, sino como algo para ser delimitado, compartimentado, redefinido, roto. Y lo hizo nuestra alcaldesa y la portavoz de The Sufragettes. No solo eso, también se permitieron el lujo de apoyar a las integrantes del Partido Feminista, recientemente expulsadas de Izquierda Unida por sus posiciones transfobas como poco. Lo cual ya no tiene ni sentido ni razón. Si una portavoz de una entidad dice esto, pero esta entidad está compuesta en su mayoría por personal político y técnico del Ajuntament, qué imagen se está dando de lo que el movimiento feminista tiene que ser en la ciudad. Da miedo. Como diría y dice el Azagra, Glubs. Ese Glups, esa aspereza, esa tensión, ese fantasma del futuro en el que la alcaldesa se permitió aventurar que quienes hoy sois feministas mañana dejaréis de serlo porque ya no se os podrá considerar como tal, fue tan grave, una situación de tanta agresividad hacia quien en ese mismo momento aún parecen compañeras de lucha, que a mí, que como machirulo comumacho o lo que sea, estaba allí contemplando con mis piernas abiertas la escena y mi cerebro pensando en fútbol y películas de Chuck Norris, a mí, que ni me va ni me viene, me vino.
Y me vino un perfume a rancio que tiraba para atrás. Y no concibo que gente de esta ciudad a la que tengo como progresista, como moderna, como de otra manera, esté ahí dando apoyo, haciendo bulto, no sé cómo. Y no salgo de mi asombro. Porque no me puedo creer que ante las barbaridades que suelta la inefable Lidia Falcón haya feministas de nuestro pueblo Santa Coloma que digan, es verdad, tienen razón. Y ya casi que da lo mismo lo que pasó el lunes en el pleno y que no suene esto a que no pasó nada más. Porque lo que pasó además o junto a esto, es como poco, menos trascendente. O a lo mejor sí. O yo que sé.
Porque las situaciones trascendentales en la vida han de ser valoradas como lo que son. Y cuando se dan estas situaciones, es mejor tomarse un tiempo, con cautela, y emitir un juicio. Yo que sé lo que digo. Cosas que son menos importantes. Como que por ejemplo la situación de Serveis Socials que ahora se llama Drets Socials está digamos que medio regular. Pero eso son temas que ya sabemos que para ti o para mí. Es decir, que son temas que si los tratas, finalmente la culpa será de otro. En Santa Coloma siempre tiene la culpa alguien que no eres tú. Y eso nos hace vivir tranquilos, con patente de corso. No hace falta nada más que considerar que seguro que hay alguien ahí fuera que tiene algo que ver con lo que te pasa y que exime de responsabilidad a lo más cercano. Tu Ajuntament no puede hacer más. Acostúmbrate.
Resultados de las pasadas elecciones. 17 regidores socialistas. Pero algo debe pasar ahí dentro para que se comporten como si tuvieran 10. Todo es casus belli, todo es susceptible de ser chamuscado. Todo es susceptible de ser adormecido o criticado furibundamente. Pongamos un ejemplo.
Durante el pleno se presenta una moción de ERC sobre la defensa del espacio público y sobre la cosa de la ciudad vivible que nosotros votamos pero como de aquella manera porque a ver, todo el rollo punitivo no nos va, el caso es que en esta moción se nos ocurrió decir que la ciudad está un poco de aquella manera de sucia y que podríamos mirar métodos nuevos, o bien antiguos, pero otros, para lo de la limpieza porque parece ser que con lo que se hace no es suficiente. Pues mire usted, cómo se pusieron los 17 regidores que parecen 10. Que de dónde han sacado a esta gente. Y lo de que se deje de culpabilizar a la gente y se limpie desde l'Ajuntament. Qué desfachatez. Pues acto seguido, la regidora del ramo, Ana Belén Moreno, vino a decir exactamente que hay gente incívica que no hace caso. Y eso no es culpabilizar ni nada.
No pasa nada.
Cada vez, dicen, hay menos gente mirando los plenos en el Youtube del Ajuntament. Supongo que la gente tiene interiorizado que esto de la política municipal está de capa caída.
Lo de los 40.000 colomenses de más. Está claro que si dices que esta ciudad de 120.000 colomenses, para ser vivible y disfrutable, debería quedarse en 80.000 colomenses es porque hay 40.000 colomenses. Y ya está. No pasa nada. Cada vez que he escuchado hablar de esponjamiento y de que en las ciudades sobra gente pienso 'me están diciendo que me pire'. Aunque no me lo digan. O aunque se lo digan a otro. Vale, y quién sobra. No sobra nadie, me dirás. Saco la cosas de contexto, me dices. Sí. Vivimos de sacar cosas de contexto.
Pero ese no es el tema.
El tema son las marcas blancas y los malos augurios para una sociedad, la colomense, que vive pendiente del Ajuntament y lo que pase en el Ajuntament y lo que se decida desde el Ajuntament y sus marcas blancas. El pleno. Estamos hablando del pleno.
El pleno bien. Se aprueban las mociones del Sahara y se aprueban las mociones que se presentan por las escuelas y sus equipamientos y nada como siempre tiene que ver con nada y hasta Ciudadanos parece de la izquierda estatalista si se pone. Porque lo de los barracones no tiene nombre pero mira qué cosa tan así que el foco siempre se pone en otro sitio y en otra gente. Siempre.
Y ahí estuvimos.
Dándole vueltas a la cabeza sobre el fin del feminismo, el fin de la revolución, el golpe de estado de Brumario, el bonapartismo feminista, el así es porque así me parece a mí. Una lástima aunque se levante el puño para afirmar nosequé. Una lástima defender postulados transfobos, homófobos y luego reafirmarse en todo ello y hacerlo por un mero afán de hacer daño. Únicamente.
Un pleno más en Santa Coloma de Gramenet. Vamos a hacer un pantallazo de la realidad. Y se lo vamos a enviar a todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario