viernes, 4 de junio de 2021
Karpov
Aquí dónde me ven, con la Union Jack al fondo, no sé ni tentarlas. Hay quien las mueve mejor que yo, eso es evidente, siempre hay alguien que las mueve mejor, pero es que no sé ni cómo se empieza. Las piezas están dispuestas, tengo las negras, miro así con cara confiada, pero digo que no sé. Es que no sé. O no sé cómo hacerlo tan bien como lo haces tú. Tú si que sabes. Con la Union Jack detrás parezco inglés. Parezco otro. Me tendría que llamar Ian, por ejemplo. Tengo una cara de ruso que no engaña a nadie, pero así en un primer vistazo, paso por británico. ¿No? Esperando estoy. Esperando y ya os he dicho que sé jugar. El juego que viene de la India, posiblemente adaptación de un juego anterior que vendría de China, que los árabes llevaron a Europa y que aquí me tienes. No sé ni cómo empezar. Es mejor llevar negras para que sea el otro el que de primero. Y luego ya tú sigues. Y disimulas. Ir a remolque. Hay quien no sabe ir a remolque, que tiene que ser protagonista. Protagonista de la partida. Qué pereza. Qué hartura. Ir siempre marcando la agenda. Llevarlo todo preparado. La gente que lo tiene todo preparado, todo previsto, cómo lo harán, qué vida tan poco emocionante. Prepararse tanto para qué. Prepararse tanto implica que tienes un interés. Ir a las cosas con un interés hace que pierda la cosa interés para mí. Estar interesado, hacer las cosas con una estrategia. Yo no sé jugar a esto. Yo no sé hacerlo. Llevo las negras y voy a remolque. Llevo las negras y llevo la negra. Llevo las negras y espero. Llevo las negras y estoy expectante. Llevo las negras y apenas comprendo un poco el juego. Llevo las negras con la Union Jack de fondo. El británico. El ruso. El soviético. Pensando antes de la partida en cómo irá la partida. La partida ya está jugándose. Todo el mundo está mirando. No tengo mal aspecto. La partida es una incógnita. Las piezas todavía no se han movido. No conozco al contrincante. Si lo conociera sería diferente. Una vez jugué una partida contra alguien que conocí. Pero no hemos venido a hablar de mí. Supongo que estamos aquí por el ajedrez.
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