miércoles, 22 de septiembre de 2021
Piccinino
Ahora ya es tarde para decir otra cosa, pero en aquel momento yo lo vi todo estupendo. No sé, me pareció bien. Lo discutimos y salimos a comprar. De camino hacia el supermercado, me tocó ir en el coche de Pietro Paolo. Que yo lo conocía poco y que él me conocía poco a mí. Y que se notaba que ninguno de los dos tenía nada en común con el otro. Pero bueno. Era un trayecto sencillo, ir al super, comprar con todos y volvernos a casa. Y eso era todo. Y eso estaba siendo todo hasta que, rompiendo el silencio un poco forzado que nos habíamos impuesto, dije algo sobre una casa que nos encontramos por el camino. Uno de esos viejos casoplones antiguos, no sé de qué época sería. Quien sí que lo sabía era Pietro Paolo. 'Ah, es una casa que perteneció al condottiero Piccinino. Un gran personaje Piccinino, pero era así como poca cosa, por eso le llamaban Piccinino'. Se quedó callado. Y empecé a escucharle mascullar entre dientes 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Poco a poco iba aumentando el tono de su voz, repitiendo 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Llegamos al supermercado, gran superficie comercial. Pietro Paolo no dejaba de decir 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Y así nos juntamos con todos y todas y acabamos la compra. Yo intenté acoplarme en el coche de alguien. Ni de broma quería... 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinimo...'. No hubo manera y me tocó volver con él. Todo el viaje 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'. Pasamos por delante de la casa de nuevo. Se me ocurrió decir, 'vaya, así que Piccinino, no lo conocía. 'Piccinino, Piccinino, Piccinino, Piccinino...'.
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