El tema es sencillo. Una fuerza política absolutamente perdida que busca mantenerse en el candelero de la manera que sea. Pierde su razón de ser y tiene que resituarse en un espacio que le sea propicio, intentando contener con fuego lo que es un incendio. Ciudadanos es esa fuerza política, buscando que lo que todos asumimos ya como inevitable, lamentablemente, inexplicablemente, el aumento o la entrada de la extrema derecha en nuestro consistorio, no les afecte principalmente a ellos. Buscando ser el remedio y a la vez la enfermedad. El asunto es el que sigue.
Hay un edificio en el Passeig Llorenç Serra que está en condiciones no desconocidas por esta ciudad en la que edificios o comunidades como esa no escasean. El edificio es propiedad de un banco, el BBVA, que se desentiende de lo que allí ocurre. No es que se desentienda de lo que pase en cada casa, se desentiende de su responsabilidad como propietaria del edificio, de su mantenimiento, de los inquilinos, de los propietarios, de los que allí viven. Porque el edificio es suyo. Así que en ese edificio, o a ese edificio, han ido a parar diversos grupos de personas en los que conviven personas de todo tipo. Personas que en algunos casos han causado problemas de convivencia en el barrio desde hace meses.
Un día, alguien me advierte que se están recogiendo firmas para protestar por la situación causada por estas personas que viven en este edificio. No se sabe quién está recogiendo firmas, pero no parece, en principio que esté detrás la extrema derecha que podría aprovechar todo esto para meter gasolina. Desde el grupo municipal de En Comú Podem, nos ponemos a indagar, hablamos con gente del barrio, efectivamente hay mucha gente cabreada, quienes están recogiendo firmas en principio no están difundiendo un mensaje racista, xenófobo o contra la okupación. Simplemente les preocupa que de un tiempo a esta parte, el clima en el barrio ha cambiado para mal. Junto a este edificio y las condiciones en las que viven, se me ocurren otros condicionantes para que esto ocurra. No entraré.
Como grupo municipal hacemos una pregunta en el Pleno Municipal sobre el edificio, en ningún momento señalando a ningún colectivo, o haciendo mención a alarmismos, inseguridad, etc. Nos proponemos señalar al propietario del edificio, al banco, para que se haga cargo de las condiciones de vida de la gente que ahí vive y que el Ajuntament sea quien meta en cintura al propietario del edificio para que esas personas no se vean envueltas en algún suceso terrible debido a las condiciones en las que viven. Incluso hacemos mención a la recogida de firmas de los vecinos y a nuestro temor a que de esto se pueda aprovechar algún movimiento xenófobo o de extrema derecha.
Y en esto aparece Ciudadanos, con su mensaje sobre el miedo, la delincuencia, los robos, la inseguridad, las okupaciones, con mociones en el pleno y finalmente apareciendo en el barrio para crear ese estado de opinión que sea propicio a sus intereses. Nadie defiende tus intereses, vecino, solo nosotros lo hacemos. Rápidamente se ponen en marcha medios de comunicación que aparecen en Santa Coloma para poner voz a ese miedo de los ciudadanos. Esta ciudad es el chollo de los delincuentes. En esta ciudad los delincuentes hacen lo que quieren. Qué pena de ciudad. Qué pena de políticos locales que por mantenerse en el consistorio en las próximas municipales son capaces de lo que sea. Incluso de ensuciar de manera irremediable la convivencia en los barrios.
Los responsables municipales se mueven, naturalmente, al son de lo que marcan los medios de comunicación y seguro que ya están viendo de qué manera sofocar esto. Más policía, más efectivos, nuevas publicaciones en las que, en cierta manera, se da razón a los que piden más mano dura. Pero sin entrar en el fondo de la cuestión.
Y mientras tanto, la gasolina se va echando sobre una ciudad que no necesita pirómanos, que no necesita a políticos que se crean el Juez Dredd, que no necesita más Di, sino menos. Y más entender las condiciones de vida y de precariedad en las que se mueve una parte de nuestra población y poner remedio no desde la mano dura y la policía como remedio de todo. Hace falta entender quién está detrás de esos edificios dejados de la mano de dios, acometer los problemas de vivienda y no crear problemas que nos mantienen en lo superficial sin entrar en lo profundo.
Que es necesario un debate en la izquierda sobre la seguridad y la convivencia más allá de las palabras de enojo contra los populismos de derecha, seguro. Pero en Santa Coloma, no podemos permitirnos aprendices de brujo.
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