viernes, 7 de octubre de 2022
Moonage Daydream - Brett Morgen
Llevar a cabo una obra tan compleja como mostrarnos 'todo' lo que David Bowie ofreció durante su carrera artística, no debe ser sencillo. Hacerlo en base a las declaraciones del propio Bowie implica que no va a haber un contrapunto. Aunque Bowie era lo suficientemente listo y franco como para hablar de su propia obra con cierto realismo. Hacer este resumen de su vida con el beneplácito de la familia del difunto, pues te expone a que no sepas, si no estás en un grado medio de conocimiento de Bowie, porqué hay etapas de su vida así o de aquella manera. Un resumen de dos horas y media tampoco podemos decir que sea un resumen, es, al contrario, una forma extensa de reflejar lo que fue este músico (en principio) británico y qué supuso para la música, el arte y la vida en general. Hay ausencias remarcables. Amistades que no aparecen (lou reed, iggy pop), su propia primera esposa, devaneos y crisis, pero se supone que todos ya sabemos eso. Y si no lo sabemos, pues entonces qué. Cómo explicamos el giro optimista de Bowie en los ochenta si no sabemos que estuvo a punto de palmar en los setenta. El documental es un experimento. Un experimento que consigue lo que pretende. Que vuelvas a engancharte con la figura de Bowie, de todos los Bowies posibles, o de casi todos los Bowies. Personalmente, me hubiera quedado más que satisfecho si el documental acabara cuando una de esas bolas o planetas que salen hubiera terminado con un fundido en negro justo cuando sale Ashes to Ashes. A partir de ahí, lo demás es ya conocido. El Bowie comercial de los ochenta (aunque ya quisieras ser tú comercial así), y un paseo al trote por los noventa. Una parte final donde se pretende vender a Bowie como un artista, más allá de lo que fue como músico, quizás para justificar que su obra de esa época no es la que primero te viene a la cabeza. El documental es Bowie y supongo que es también lo que Bowie hubiera querido mostrar de sí mismo, pero me niego a pensar que no hiciera referencia de alguna manera a alguna de esas ausencias. Un documental con joyas sonoras y con momentos ya vistos mil veces, con imágenes de archivo que nunca vi, con un Bowie setentero apabullante, en todos sus órdenes y encarnaciones, sin tener que recurrir a una cronología exhaustiva, sin hablar de cada disco, de cada canción, sino mostrándonos una evolución a partir de canciones, de momentos, de inflexiones. Y de la propia palabra de Bowie. Que tenemos que interpretar. Un viaje alucinante dentro de la cabeza de alguien que quiso y pudo ir dos pasos por delante y que cuando la historia le alcanzó, vivió.
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Como todo se sabe al final das con claves que antes no te habías planteado . Te he buscado hoy en Twitter y he dado contigo😊 Así que te sigo. Ahora publico más en el Blog de Ciudadana del Mundo después de los avatares a los que ha enfrentado la vida. Un saludo
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