viernes, 8 de septiembre de 2023
Crónica del concierto de Los Fabulosos Cadillacs en Barcelona. Todos tus recuerdos olvidados.
Me dispongo a hacer la crónica de este concierto de Los Fabulosos Cadillacs de la misma manera que me dispuse a ver el concierto mismo, con la pretensión de hacer callar en mi mente las nefastas palabras de un tuitero que osó calificar a la banda de Vicentico y Cianciarulo como 'los Txarango argentinos'. Seguro que el hecho de que Los Fabulosos Cadillacs tuvieran un éxito masivo con canciones como Matador y Mal Bicho es motivo suficiente para que la legión de auténticos representantes de lo punk haya puesto en su punto de mira a los argentinos, pero el disparo es más bien una demostración de ganas de seguir siendo cuando hace tiempo que ya no nada. El concierto de Los Fabulosos Cadillacs me llega casi in extremis, en el tiempo de descuento, gracias a una maniobra de emergencia y puedo acoplarme al batallón colomense destinado a tal efecto. Todos los presentes hemos visto o creemos haber visto a Los Fabulosos alguna vez, hay quien lo ha intentado varias veces y no lo consigue. Yo creo que los vi una vez y no fue en el Razzmatazz porque yo recuerdo un fondo de ladrillo rojo como de pabellón polideportivo y el Razz no lo tenía. Sin embargo, las fechas dicen que tuvo que ser allí. ¿No hubo otro? Año 1998 o 1999, con la gira Calaveras y Diablitos que les trajo con Aterciopelados... aquel fue un conciertazo con mucha base del Fabulosos Calavera, que es el disco que me volvía loco. Un disco donde había mucho menos ska, salsa o ritmos latinos para adentrarse en algo oscuro, obsesivo, con muertos, fantasmas por doquier, un disco brutal. El siguiente, La marcha del golazo solitario ya era otra cosa, con muchas cosas dentro metidas. En el concierto de ayer ambos discos tuvieron una presencia testimonial, destacando Calaveras y Diablitos como una de esas canciones emblemáticas de la banda que precisamente se escapaba del tono del disco que... Al lío. El concierto en el Poble Espanyol está sold out, todo vendido, se va llenando y no hay un espacio libre, nos situamos atrás, cerca de la barra y a esperar que llegue la actuación. ¿Qué nos encontraremos? Un grandes éxitos, canciones nuevas, canal nostalgia... no hay tiempo para mucha especulación porque cuando empiezan a sonar las primeras canciones nos damos cuenta de que nos vamos a emocionar mucho durante las casi dos horas que están a pleno rendimiento. Las tocan todas, se dejan muchas, pero todas las que tocan son de las buenas. De las muy buenas incluso. Desde el León Santillán, a Demasiada Presión y de ahí en adelante. Tocan El Muerto y me parece que van a darle caña por ahí, pero no, vuelven a las clásicas y las clásicas molan tanto que te da igual. Así todo el concierto tiene ese aire de canciones brutales que hablan de cosas que en algún momento, sobre todo de tu juventud, has pasado y con un poco de azúcar, es decir, con ska, salsa o alguna punkarrada camuflada, pasa mejor. Los Fabulosos Cadillacs no eran un grupo de pachanga, no eran tampoco un grupo político, pero te alegraban la vida con sus canciones y no se ponían de perfil a la hora de señalar sus orientaciones políticas. Ya digo, Matador, Mal Bicho, pero también V Centenario (no hay nada que festejar) y el fondo de sus otras canciones no tan políticas, les sitúan evidentemente en un campo, pero ay, no sé porqué, ese campo no es suficiente. Nunca es suficiente. Vete a saber. A nosotros eso nos da igual, rodeados de un mar de argentinos y argentinas, vamos bailándolas todas hasta que llega el tramo final con nuevos temazos de leyenda en torno a Vasos Vacíos y dos o tres temas más de aquellos que estaban precisamente en la cinta que todos teníamos, el recopilatorio de Vasos Vacíos y que ponen a todo el mundo al vapor. Vicentico se dosifica en la voz y a veces parece que no canta y otras que deja que canten las miles de voces del público, no parece tener mal aspecto a pesar de que a veces lleva un bastón que suelta al cabo de unas pocas canciones y Cianciarulo se mueve como si tuviera 30 años menos de los que tiene y la banda suena compacta aunque el sonido del lugar no parezca el más afinado (o estábamos demasiado lejos, vete a saber). Da lo mismo, las han tocado todas y las que se han dejado (Sábato, El Gallo Rojo, Masacre de San Andrés de Giles, Gitana, Paquito, Ciego de amor), ya las podemos escuchar en casa. Salimos todos con una risa de oreja a oreja porque nos lo hemos pasado en grande, hemos disfrutado de un concierto único que no sabemos si volveremos a ver, hemos encajado una parte de nuestra juventud que podría habernos parecido ya lejana pero no, hemos participado en una suerte de comunión colectiva basada en algo festivo y también... reconozco que cuando en Matador cantan lo de 'resiste... Víctor Jara', se me escapó una lágrima. ¿Qué tendrá la figura de Víctor Jara que me afecta tanto? En fin. El Genio del Dub, El satánico Dr. Cadillac... es que las tocaron todas. No nos liemos más. Como dicen en Condenaditos: dejá de complicarte, que ya estás casi muerto.
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