Seré breve. Santa Coloma de Gramenet es una ciudad de unos 120 mil habitantes. Quizás más. Parecemos menos. Esta ciudad, imagínense, está llena de asuntos que tratar para mejorar la vida de su gente. Desde temas grandes a pequeños, desde un container a qué hacemos con Can Zam, de la seguridad al acceso a la vivienda pasando por la limpieza o esa caca en la acera que se perpetúa en el tiempo, la precariedad laboral, la ausencia de espacios juveniles, la no presencia del pluralismo de la ciudad en los medios de comunicación municipales. Que los plenos municipales en nuestra ciudad no son de interés público, lo demuestra el escaso seguimiento que han tenido de manera presencial y de manera virtual en los últimos tiempos. Que la ciudadanía colomense no quiera saber o no le interese lo que pasa en los plenos, es un problema. Que de repente, los plenos se estén convirtiendo en un circo, es otra cosa. La presencia de la extrema derecha en nuestro consistorio no es nueva. Ya tuvimos a los nazis de Plataforma y ya sabemos cómo se las gastan y cómo condicionan el debate. Recordamos aquellas intervenciones agresivas, extensas, plagadas de referencias históricas llenas de ranciedades, fascistas, y que fueron combatidas convenientemente por aquellos y aquellas que veían en su presencia en el consistorio colomense una anomalía que dañaba nuestra historia de ciudad luchadora, roja, diversa y abierta. Pues bien, esa extrema derecha ha vuelto. Decía Marx que la historia se repite dos veces la primera como tragedia y la segunda como farsa. Pues bien, si la primera parte fue una tragedia, después de lo visto ayer podemos hablar de farsa. Está claro que hay muchos asuntos del pleno municipal que son farragosos y poco dados al debate, debates que además pueden acabar llevándonos a un fangar del que Esteve Serrano te saca cagando ostias si no andas con la precisión requerida. Vale. Otra cosa es el espectáculo dantesco que se vivió ayer. Hacer ahora aquí un compendio de las sandeces que llegó a decir el regidor de VOX, es innecesario. Porque acabaríamos reproduciendo en clave jocosa toda una serie de intervenciones destinadas precisamente a esto, a que se hable de él y de sus cosas. Que estemos esperando que llegue el próximo pleno para ver qué dice. Que nos pueda el morbo de enfrentarnos a su cuñadismo provocador y, llegado el caso, hacer profesión de antifascismo con algun exabrupto que al tal cuñado se la bufa impecablemente. Es más, podemos caer en la tentación de, sabiendo que el susodicho va a hacer alarde de sus mierdas, presentarnos como los o las paladines de algo y sacar la cabeza como lo que sea. Feísimo. Así que el debate está abierto. ¿Qué hacer? Lenin dijo algo sobre el tema, pero no sé si se refería a qué hacer cuando tienes en el pleno municipal a dos representantes de una formación política que te hacen considerar a los representantes del PP, en este caso al señor Jurado, como un señor, un caballero, un gentleman, un venerable político que solo quiere que seamos todos felices y estemos tranquilos y que consigue que Rubiales no sea considerado persona non grata en Santa Coloma porque a ver, que te consideren persona non grata es algo muy desagradable y como es tan así el señor Jurado, pues se quita de la moción y así se aprueba y ha conseguido algo que si te pidiera otro no se o darías y tú se lo das en aras de la concordia y que, al fin y al cabo, no es de VOX. A esto estamos llegando. Solo llevamos un pleno propiamente dicho y ya hemos llegado al punto de que la sala esté llena de gente para ver qué pasa. Para aplaudir a los nuestros y para aplaudir a los otros. En la sala hay de todo un poco, diversas clacas, gentes que fuimos y ya no somos, los representantes de entidades que van a pedir palabra y para hacer frente desde la dignidad a la cantidad de tonterías que puede decir un representante electo y votado por miles de colomenses, al menos dos mil y pico. Y uno se pregunta, pero de verdad del dichoso ROM sacrosanto que dirige los destinos de funcionamiento de nuestro pleno no tiene ninguna herramienta que diga que según qué cosas no es que no se puedan decir, es que no se pueden llevar a pleno porque son motivo de joder que no. Y así ha de ser el representante de una entidad como Entenem el que ponga los budells en una intervención para reivindicar la dignidad, la firmeza y que no les tenemos miedo. Porque el miedo que infunden se basa en la impunidad para decir lo que les de la gana y que como mucho nos riamos de su desfachatez. Que en este caso es fachatez. Estamos hablando de público asistente. Datos novedosos, presencia de personas vinculadas al PSC local que se personan en el pleno, cosa que antes no pasaba, pero que ahora pasa. Desde personas que fueron, a personas que son, a personas que aspiran a ser. Pero ahí estaban. Caras conocidas, caras desconocidas pero que aspiran a serlo. Y familia y amigos, pero no del PSC. Un dato. Para ir al pleno ya no basta con la voluntad de ir al pleno, hay que pasar un control. Y esperar en una salita a que te den el permiso como civil que eres y no estás vinculado a ningún partido con presencia en el consistorio, para que te dejen subir. No es humillante, pero te sitúa bastante bien en tu nueva situación. Tú no eres nadie, espera aquí. Y si hay sitio, te meto. Y si no hubiera sitio, pues es que claro, usted ya no es nadie, ni familia de nadie. Entiendes, francés. Cosas que pasan en la nueva configuración. Una configuración y unos plenos en los que, hasta el momento, no se ha hablado de asuntos. Ayer por ejemplo, se soslayó ostensiblemente, clamorosamente, el tema del Institut Nou. Ya saben, los barracones de Can Zam, que han sido prorrogados hasta que no haya una decisión por parte de alguien y ese alguien no somos ni tú ni yo, y quién sabe ya quién puede ser, pero alguien debe serlo. Hasta que no tengan claro dónde leches va el Institut Nou no habrá caso y como no sabemos dónde va a ir porque Santa Coloma es tan extensa como la extinta Unión Soviética y debe ser muy difícil buscar un emplazamiento alternativo al que ya tenían en Safaretjos, pues ahí estamos, esperando. Esperando a que alguien tome una decisión. Y los barracones ahí siguen. Que me dirán, los barracones están mejor que algunas escuelas e insititutos de la ciudad, te lo compro. Pero no está bonito que en 2023 ya, casi acabando el año, estemos así. Este punto que pareciera interesante, fue despachado con un nosecuantos. Tan frío como un apoyo a las trabajadoras de Serveis Socials de 5 segundos contados. Tan frío como Islandia, por ejemplo. Y las mociones pues eso, tú quieres un show, nosotros tenemos un show. Va, solo una cosa, lo de decir que es que Can Peixauet tiene una pronunciación difícil como argumento para cambiarle el nombre, vamos hombre por favor. A tu casa, que decía mi padre, a cagar a tu casa. A tu casa. Ruegos, preguntas, calles que dijeron y que no están, y, también de soslayo, la piscina de Can Zam, se acuerdan, aquello, pues parece que no contentos, se insiste en el tema. Pero poco. Que aquí hemos venido al show. Y pudo haber sido peor. Será peor.
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