viernes, 13 de octubre de 2023

¿Qué haces cuando el mal avanza sin freno?


Lo que se ve en la imagen no es otra cosa que un ataque del Ejército israelí sobre Gaza con fósforo blanco, cosa que está terminantemente prohibido por la barbaridad que supone aplicar esto sobre seres humanos. Pero es que el Ejército israelí ya no considera seres humanos a los palestinos. No sé si ya o desde hace mucho tiempo. Lo que estamos viviendo estos días puede marcar un antes y un después en la vida política de nuestro entorno. Puede ser el inicio de una guerra de consecuencias inabarcables. Puede que sea una masacre más sobre la población palestina de Gaza. Puede que sea cualquier cosa dantesca, horrorosa, feroz, mortal, nauseabunda. Pero lo que está siendo es la puerta de entrada para toda una serie de medidas que, pretendiendo una cosa, buscan otra. El fin de la democracia. O al menos, el fin de la posibilidad de expresar opiniones políticas disonantes. Francia, Alemania y Reino Unido, al menos, ya están promoviendo medidas para prohibir o restringir, las muestras de apoyo a la causa palestina. Así de simple. En Reino Unido, enarbolar la bandera palestina es delito. Así de fácil. Y se está perdiendo ni siquiera el decoro, no sé si alguna vez lo hubo. Políticos con responsabilidad de gobierno en Israel están proclamando barbaridades que harían sonrojar al más nazi de los nazis. Un ex primer ministro israelí diciendo en antena que porqué le preguntan por las muertes de civiles palestinos. Ministras de gobierno israelí diciendo que los palestinos pueden salir nadando por el mar, que no se quejen tanto. El propio primer ministro se ufana de mostrar edificios reventándose. Se propagan bulos, como que se han decapitado 40 bebés, para utilizar luego esto contra cualquiera que muestre simpatía por la causa palestina. Se está abriendo la puerta a algo que no sabemos cómo saldrá, si es un ensayo o si viene para quedarse. No puedes decir. No puedes hacer. En defensa de la democracia y como muestra de solidaridad con quienes se parecen a nosotros y son ciudadanos y seres humanos. Los otros no. 

Desde siempre, creo, he sentido curiosidad por la cultura judía. Sean practicantes o no, muchos de mis referentes han sido judíos. Me admira la capacidad de pervivencia de una religión y una cultura que ha sido capaz de influenciar en el pensamiento occidental de una manera capital. Desde la capacidad de abastracción, de creación, de búsqueda de la manera de hacer sin llamar la atención, de discutir sobre todo, de poner en tela de juicio todo, de avanzar, de crear desde la ortodoxia toda la vanguardia, todo. La historia del pueblo judío es fascinante y admirable. Y siempre hay que tener simpatía por quien ha sido perseguido, encerrado en guetos, objeto de las ansias de exterminio por parte del Mal. Por eso, no entiendo nada. 

¿Qué hacer cuando todo esto pasa? ¿Seguir con las proclamas de siempre? Las muestras de solidaridad, apoyo total, hasta dónde podemos llegar, qué es lo que realmente se puede hacer en una situación como esta, cuándo el mal avanza. Cuando ves que el fascismo adquiere categoría de norma. ¿Qué hacer? ¿Prepararte para un combate fascinante? ¿Tener miedo ante lo que será una derrota absoluta? ¿Está mal pensar en todo esto mientras el Ejército israelí ordena evacuar a un millón de personas de sus casas porque se le antoja ante la amenaza de que todas estas personas puedan morir? ¿Qué nos espera?

No hay comentarios:

Publicar un comentario