Hay momentos en los que la vida pasa lejos de Santa Coloma. Hay momentos en los que uno necesita saber que hay otro mundo. El miércoles, viniendo en el autobús desde el Primavera Sound, vi a un chico que venía con unas bolsas de Rough Trade. Era de Santa Coloma. Un par de días después, le vi en la Plaça Pau Casals en el concierto tributo a AC/DC de las fiestas del barrio. A quien me quiso escuchar le dije, 'mira, este estuvo el día que era gratis el Primavera y ya no ha vuelto, como hicimos nosotros'. Hoy le he vuelto a ver. Es el Primavera de los pobres.
El Primavera Sound es un festival que mola mucho. Progresivamente, con el paso de los años, ha ido cayendo un poco en lo que caen todos los festivales que se hacen en este país, se convierte en una fiesta al servicio de los guiris y de la gente que puede pagarse un abono, y lo que cuesta pasárselo bien dentro del recinto. Una birra, una miserable birra, tres eurazos, una birra 'grande', cuatro o cinco chejels. Es caro, si te duermes a la hora de comprar el abono, la cifra se convierte en astronómica y por mucho que te guste el cartel, lo primero es antes. Este año no hemos ido, el año pasado tampoco.
Pero el miércoles, aprovechando que era gratis, nos acercamos a ver, a tomar algo de placebo de festival. Empezamos. Vamos con la disyuntiva de saber si toca Sr. Chinarro o los Solynieve. Es el Chinarro. No me gusta, me parece que canta siempre igual, que hace una música poco estimulante, que es demasiado flojo. Pero somos los únicos que pensamos así. Al resto del mundo le gusta. Al menos a los nacionales. Hoy hay mucho nacional en el Primavera. Es el día de los pobres. Hay guiris, claro, pero menos. El segundo grupo se llama Goat. Son unos suecos que salen enmascarados. El sonido al principio es lamentable. Es como cuando te dejas la clavija del auricular sin meterla del todo dentro de la... pues eso. Al final, aprietan y suena todo mucho mejor. Hacen una música muy guapa. Ahora progresiva y setentera, ahora como si fueran Tinariwen, ahora más latina, ahora más africana de nuevo, y siempre con un componente como digo progresivo, rockero, muy buenos. Y deben ser muy jóvenes. Las dos cantantes van con túnicas y máscaras, se mueven como nuestra amiga Pepa cuando baila en las fiestas del pueblo. Molan bastante. A veces se parecen a Can. A la gente les gusta. Empieza a haber más gente. Finalmente, es el turno de Suede. No es Suede un grupo que me guste demasiado, pero reconozco que tienen algunas canciones que sí, especialmente So young. Problema, que el bombo suena demasiado y desluce todo, pero todo el concierto. Porque las canciones no se merecen ese bumbum constante. Se cargan el concierto. El cantante se conserva bien, aunque recurre en demasiadas ocasiones al mesaianismo de 'me entrego al público' y me gusta que me toquéis y esas cosas. Y a que el público también haga los estribillos así en falsete que tan bien le salían antes. Me gusta que toquen So Young y que me haya emocionado un poco. Qué tontería.
Del resto de días, solo sé que hay vídeos de AIR en los que la gente habla mucho y la Sanme dice que Nacho le ha dicho que se fue porque era un poco... y que la gente hablaba mucho. No tengo más noticias.
Hoy no pensábamos ir, pero al parecer el Mau, nuestro Mau, tocaba. A las cinco, para allá. El Primavera de los pobres. Efectivamente, está el chico de Santa Coloma grabándolo todo con una cámara. Es gratis también. El Mau hace un concierto muy bonito en el espacio cerrado del CCCB, está bien de gente, pero a él se le ve algo nervioso. El Mau lo toca todo, lo graba con el loops y va añadiendo cosas. Hay muchas canciones que parecen como latinas, como argentinas, de esas de Atahualpa Yupanqui, no sé, una cosa rara. Se hace el concierto cortísimo. Al salir, elchristian dice que toca uno que toca con Deerhunter. No conozco casi nada de Deerhunter. Hay unos tíos tocando con un pavo tocando el saxofón. Un señor así delgado, trajeado, con sombrero. Están como empezando a tocar. Al cabo de diez minuto siguen como empezando a tocar. Cuando llevan media hora te das cuenta de que es que es así. Que es como que están empezando a tocar pero la canción es así. Un bucle. Mola, al final mola todo. Esa es la parte optimista. Pero no lo es. Nos vamos porque queremos ver a unos que... o porque se está más fresquito dentro de la otra... empezan a tocar unos brasileños que se llaman Inky. No molan nada. Mucha fiesta, mucho bombo, una cacafú de sonido. No molan. Me aburro. Hablo, pero hablo poco. Me dicen que estoy negativo. Intento estar positivo. Pero la música es una trufa. Aguantamos un pcoo. Me pido una copa de vino blanco en lugar de las cervezas de antes. Cunde más. Cuesta dos euros y medio y te ponen un campanillón de vino blanco. Es un vaso de plástico pero yo pido una copa. Estoy idiota.
Vemos a mucha gente. Los pobres vamos al Primavera a ver a la gente bien. Mi hermano dice que esa gente tiene que trabajar de cosas raras. Diseñadores o algo, porque a nadie le dejan ir a currar con tanto tattoo. Le cuento lo del tatuaje en la oreja, dentro de la oreja, que diga 'si estás leyendo esto, ve a por un vaso de agua'. Se ríe. Vemos rubias, vemos morenas, chicos que se parecen al Damo Suzuki, vemos chicas tan guapas que no da tiempo a nada, vemos muchachos con los calcetines negros subidos para arriba. Vemos a gente que es de Santaco. Vemos a los de los Fanta, vemos al Sergi de la Assemblea Groga, al Nacho de la San. Hablamos entre nosotros. Vamos a ver a Mudhoney.
No conozco casi nada de Mudhoney. Cuando llegamos ya llevan un rato. No conozco ni una sola canción. Intento recordar que tocan una que dice algo como 'at the end of my days', pero creo que no me voy a acordar. No me desagradan. Veo chicas muy guapas, hacemos cálculos de cuántos años o mejor dicho, de cómo debe ser una chica de cuarenta años. O cuarenta y uno. Y ahí nos vamos entreteniendo. Acaban los Mudhoney como si no hubiera pasado nada y tocan los Black Lips.
A mí los Black Lips no me gustan. Me aburro. Van de super festivos, de tíos así como muy de la fiesta, pero yo me aburro. Y les he visto dos o tres veces. Nada. Otra vez igual. No sé qué tienen que suenan mal, que están demasiado por la broma y la canciones son ya como demasiado lo mismo siempre. A falta de una cuantas canciones, ya estamos pensando en irnos. En una de las canciones, del principio, una pareja sube al escenario y él le pide matrimmonio en... qué bonito. Pero se me ocurre la broma de decir que molaría subir al escenario a decirle a alguien que lo dejas. El mundo te odiará tanto...
Acaba el concierto y no esperamos ni a los bises.
Ya podemos decir que hemos ido al Primavera. Vengo roto del Primavera. El Primavera de los pobres. Nos hemos codeado un rato. Y ya estamos aquí otra vez. He pensado cosas positivas casi todo el tiempo.
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