Como unos kamikazes. Como si no nos hubiéramos enterado. Sacrificio por la causa. En solitario, sin darnos cuenta de contra qué y contra quién estábamos jugando. Contra qué. En primer lugar, contra toda la maquinaria tejida durante más de 20 años por un partido que ha detentado el poder con mayorías suficientes de las cuales, en muchas ocasiones, habíamos sido colaboradores conscientes, inconscientes, necesarios, innecesarios. Nada más y nada menos. Con la ilusión del que no tiene nada que perder y todo el peso del que tiene una tradición a sus espaldas que ha de representar. Con figuras ejemplares, con personas que han dejado plumas, pieles, vidas en el empeño. Y ahí. Como si no importara. Importando mucho. Contra un partido y un tejido asociativo que es el adversario, es el que te puede quitar lo poco que te queda, el que lo sabe y lo tiene, el que puede ofrecer y dar. Contra eso. Y lo sabíamos, pero no nos lo imaginábamos. Y es mejor así. Es mejor hacerlo como lo hicimos. Hace hoy dos años nos lo encontramos. Con la cabeza bien alta. Dos regidores. Pero qué dos regidores.
Contra un partido que jugaba con todo y contra otro partido que venía para arriba. Y nosotros. Nosotros jugando abiertos. A ganar. Contra la ola morada que venía subiendo dispuesta a no dejar piedra sobre piedra. Y nosotros riéndonos. De todo. De los que tanto pueden y de los que iban a poder. Proponiendo, con una compañera que acababa de cumplir 30 años, la Alex, de cara. Jugándose la cara. Jugándose el prestigio de tanta y tanta gente que ha luchado por Santa Coloma y que confiaron en ella para coger el testigo. De Luís, de Chema, de Epi, de Remei, de Montse, de Ferran, de Loli, de Marga, de Angel, de tantos compañeros y compañeras de tanto tiempo. Con gente joven, poniendo la cara. Aquí estamos. Para decir que nosotros no renegamos, que lo podemos hacer mejor, pero que no renegamos de nada. Que aquí estamos. Y que seguimos con ganas de hablar con todo el mundo. De poner la cara, de reírnos, de demostrar que somos los que tenemos la propuesta y las cabezas. La voluntad de los que saben de dónde vienen y que no se nos olvida. La noche del 24 de mayo del 2015 empezaba todo. Salíamos a ganar, como la alternativa que siempre hemos sido contra el sistema, aunque el sistema nos diera en la cara una y otra vez. Aunque nos equivocáramos. Aunque no supiéramos acertar. Aunque se quedaran con nuestros aciertos. Estamos aquí.
Han pasado dos años. Y seguimos de cara. Y seguimos trabajando. Y nuestros dos concejales siguen trabajando y seguimos aprendiendo. Y se clarifican las cosas. Y ya no estaremos solos. Trabajaremos en Común. Con toda esa gente a la que ya no le cuela que todo tenga que seguir siempre la misma línea. A todos los que nos preguntamos qué pasa con Santa Coloma que no avanza. Que seguimos atascados con una forma de gobernar y unas propuestas de otro tiempo.
Qué pasa en Santa Coloma. Dos años trabajando, picando piedra con una mayoría absoluta que quiere ser gobierno, oposición, centro, izquierda, derecha , sistema y antisistema, todo a la vez. Qué pasa con Santa Coloma.
Han pasado dos años y faltan dos años. Estoy lejos pero me dicen que hay tantas zanjas abiertas ya que de aquí dos años igual… empiezan las obras, empieza la maquinaria a funcionar. Y nosotros como siempre, de cara. Con el legado de los que han estado, claro, pero nos falta más. Nos falta todo un mundo de gente que quiere algo diferente. Que no se explica porqué en Barcelona, en Badalona, en Montcada, en Castelldefels, en Madrid, en Cádiz, en tantos y tantos sitios, es posible gobernar, gestionar y transformar de una forma diferente y desde la izquierda y en Santa Coloma resulta tan complicado. Pero seguimos. Y la gente abre los ojos, y cada vez hay menos gente que se calle.
Y necesitamos a más gente. Gente a la que le importe un pimiento el legado, el peso, el pasado. Gente que quiera otro futuro, de una vez. Con la Alex Sevilla y con el Jonatan Fornés seguimos pencando. Y con mucha más gente.
Nos faltan dos años, tenemos un mundo por delante. Y vamos de cara. Como siempre.
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