¿Todavía estáis aquí? La gente dice que ya estáis en Barcelona. La gente. La gente dice que… cada día cuento lo que va pasando, cómo estamos, qué evolución tiene la cosa… y sin embargo, cada día se encuentra uno con un ‘me habían dicho, pues no sé quién me dijo, yo había escuchado que ya…’. La gente. Al final nos acabamos preguntando ‘¿quién es esa gente?’, ‘¿quién es la gente?’.
¿Dónde se reúne ese grupo llamado ‘la gente’ que es capaz de elucubrar teorías, cambiar tu presente, inventar tu pasado, predecir tu futuro? ¿Quiénes son? ¿He sido parte alguna vez de ‘la gente’? Tengo compañeros y compañeras, sobre todo compañeras y ellas saben quiénes son, que no quieren ser la gente. Consideran que eso de considerarse ‘la gente’ les quita lustre, les quita pedigrí. Que es preferible, no preferible, que es manifiestamente mejor, ser ‘clase’. ‘Clase obrera’, o ‘clase trabajadora’. Que eso de considerar que defendemos a ‘la gente’, nyecs, en la gente cabe mucha gente. Y no toda la gente es… nuestra gente.
Gente. Gente joven. Un programa para los sábados. No queremos ser la gente. O sí queremos ser la gente. Yo no sé. Si la gente es esa gente que inventa una realidad distinta, sin encomendarse a dios ni al diablo, casi que me gusta eso de ser la gente. Miento.
Lo que me gusta de verdad es ser ese que ‘la gente’ cree que soy. No le pasa a mucha gente, que habitualmente piensan que la gente, la opinión de la gente, les tiene que traer al pairo. Que lo que piense la gente, a ellos (a ellos!) les importa un pimiento. La gente me muestra con el dedo… la gente. Normalmente la gente critica y piensa mal de uno. En cambio, las cosas que dice la gente de mí, habitualmente me agradan. Me gusta pensar que soy ese que ya se ha ido a Barcelona, ese que está trabajando en tal sitio, ese que continúa trabajando en la radio, ese que la gente piensa que si estoy o si no estoy, ese que la gente cree que hace tantas cosas. Me gusta pensar que la gente cree que soy otra persona distinta. Me gusta esa persona que dice la gente que soy.
Insisto, no sé quién es la gente. Me puedo hacer una idea, algunas veces, por voces más o menos comunes que se repiten. Perdón por utilizar común. Gente común. Lo que faltaba para el duro. Mucho mejor el Iceta, que no se lía. La gente común. Debe ser gravísimo ser gente común. No sé dónde se esconde la otra gente, la gente que tienes que tener en cuenta. ‘Va a pensar la gente que…’ y entonces no te pones las botas con los cordones verdes fluorescentes porque la gente va a pensar que eres gilipollas, con 42 años y esas botas. ‘Luego dice la gente que…’, claro, qué va a decir la gente si te ven con esa camiseta con la hoz y el martillo que no te pones nunca aunque te la llevas a todas partes porque la gente… la gente.
¿Dónde están? ¿Están escondidos mirando por una cámara oculta cuál es tu vida? ¿Tienen conexión con la puerta de la UCI del hospital?
Lanzo otra reflexión. ¿La gente tiene a gente que opina sobre la gente? Pues claro. Aquello de ‘La gente se cree que somos tontos’. Somos. Nosotros. ¿Quiénes somos nosotros?
Lo que está claro es que es tarde. Es muy tarde. La gente a estas horas está ya durmiendo. Esa misma gente. Que puede ser gente común. Que puede ser la gente que se ha inventado que soy alguien mejor. Las doce de la noche ya.
Me quito el sombrero,de hecho ya me había dicho la gente que escribías bien,no me queda claro si yo ese día estaba entre esa gente o quizás tú estabas,yo que se,buena,mala, regular,todo cabe cuando hablamos de esa masa, enhorabuena por tu reflexión amigo.
ResponderEliminarMe quito el sombrero,de hecho ya me había dicho la gente que escribías bien,no me queda claro si yo ese día estaba entre esa gente o quizás tú estabas,yo que se,buena,mala, regular,todo cabe cuando hablamos de esa masa, enhorabuena por tu reflexión amigo.
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