viernes, 10 de noviembre de 2017
Karpov
Cuánto sabe, cuánto sabe, sabe de todo, de esto no tendría que saber, pero sabe también y habla y habla y me lo cuenta y habla y cuando yo hablo siempre parece que no sé de nada, porque me hago el tonto y me hago pasar por tonto y no hay nadie que me tome en serio pero aquí el compañero me ha empezado a calentar la cabeza desde que hemos puesto las piezas y habla y habla y como es ingeniero o astronauta o nosequé debe ser, habla y habla, y tiene opiniones sobre todas las cosas, y sabe decirlo todo en todos los idiomas y si no sabe él sabe de alguien que sabe y me lo está contando y debe ser porque yo tengo esa especie de habilidad para que todo el mundo venga a contarme algo, a explicármelo, con la pretensión de que yo les escuche, interiorice su mensaje y haga algo con él y yo no sé hacer nada, de verdad, no sé hacer nada con lo que me cuente nadie, yo solo quiero mover las piezas y acabar la partida pronto y dedicarme a otra cosa, yo solo quiero que mueva lo antes posible y quitármelo de encima, no escucharle más, no quiero que me cuente nada más, y no sé a santo de qué tengo yo que jugar una partida con todo el mundo, a todo el mundo le tiene que gustar jugar conmigo aunque sea en broma y todo el mundo se lo toma a broma, no debo inspirar respeto, me deben ver así gris, en blanco y negro, con letras por encima y ni siquiera tengo una foto para mí solo, sin letras por encima y yo quisiera ser de otra manera, pero siempre estoy con lo mismo así que si estoy con lo mismo es porque tendré que ser así y ahora con esto me he perdido y no sé si ha movido o no ha movido, pero ya veo que no ha movido y es que la gente se cree que con esto de no tener reloj en la mesa puede desvariar y desbarrar y desgarrar y desvalijar y dime una letra y te diré verbos con esa letra y no quiero escucharle, porque lo que me está contando no me interesa y todo lo que me cuenta todo el mundo no me interesa porque en todas partes hay un tema que no me interesa y me gusta el nombre de teresa porque es un nombre que pertenece a mi familia y si algún nombre pertenece a mi familia me gusta, y me gusta teresa y me gusta petra y me gusta aurora, y a ver si deja de hablar este hombre y le digo lo mucho que me gusta el nombre de aurora y todo lo que representa aurora como revolucionario aunque con esta pinta en blanco y negro y en gris y con esa tofa atrás de pelo que me veo en la sombra que se me dibuja debo parecer lo menos revolucionario del mundo y no lo soy porque soy una persona conservadora y todo el mundo sabe que juego de manear conservadora y ahí estriba la contradicción porque no me tengo yo por eso y al mismo tiempo me tengo por eso y no me tengo por eso y doy vueltas y vueltas y este pelo tan largo y creo que de pensar yo solo me está entrando un buen rollo, una especie de gustera, la palabra gustera la he incorporado hace poco y no la conocía y corresponde muy bien a esa sensación como de ir flotando o de estar mirando libros en una biblioteca o de estar cortándome el pelo o mirando la partida de ajedrez de otro o escuchando un disco de Spectrum y tengo tres temas de conversación y tres temas de conversación tengo y debe ser que me he metido en los bucles de siempre una y otra vez y este hombre no para de hablar y me lo han presentado y el nombre me ha parecido gracioso y se me ha dibujado una sonrisa en el rostro y ya a partir de ahí creo que he perdido mi oportunidad de hacer algo, algo importante, algo que se parezca a las cosas que hace la gente fuera de aquí, la gente que no esté escuchando a este buen hombre. Me toca mover. Me toca mover. Me toca mover. Voy a ponerle nervioso un rato.
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