Es insoportable. Pero no por lo que usted está pensando. Santa Coloma está insoportable. Durante estos tres meses un buen número de familias colomenses se han visto atrapadas en las fauces de la desesperación. La pérdida de recursos, la incertidumbre sobre el futuro, la precariedad, los trabajos en negro, estar fuera del radar de los servicios sociales, han llevado a muchos y muchas colomenses a no tener nada, nada que llevarse a la boca. Las colas que se forman ante los locales donde se distribuye comida nos retratan a una sociedad que vive en compartimentos estancos. Donde unos estamos pesarosos porque no sabemos si vamos a poder ir a los restaurantes y los bares de moda, qué vamos a poder hacer para las vacaciones y otros preguntándose si es los viernes o los jueves cuando reparten los lotes de comida en tal o cual sitio.
Esta situación vivida en Santa Coloma, donde hemos tirado nuevamente de los conceptos de solidaridad, voluntarismo y dolor en el corazón por apreciar cómo o lo hace la gente o todo parece imposible o difícil de gestionar, es exportable a otros muchos puntos de nuestro entorno. Pero Santa Coloma, si ya venía de una situación difícil, extrema incluso, ahora se encuentra ante una situación que requiere de mucha voluntad política.
Voluntad política para que Santa Coloma, cuyos indicadores de pobreza son altos, queramos verlo o no, reciba y disponga de los recursos necesarios para atender a una población que no tiene escapatoria cuando algo afecta a lo precario de sus vidas, en el trabajo, en la escuela, en la sanidad, en cualquier ámbito de la vida. La pobreza. Y para erradicar la pobreza se necesitan recursos. Poner toda la capacidad de las administraciones al servicio de la gente. Disponer de recursos es disponer de dinero, de fondos, de proyectos para que quien no tiene nada, acceda a una vida digna.
¿Y en qué estamos?
Pasada la fiebre de los buenos sentimientos y el buen corazón con el que los colomenses han transitado estos meses, llega el monstruo a visitarnos.
Ese monstruo nos anunció su llegada con la toma de posesión de García Albiol en Badalona. Volvían las políticas de seguridad al centro del debate. Otra vez, Albiol convertía su cruzada contra la delincuencia en la bandera de su mandato.
Y rápidamente, los aprendices de brujo colomenses se han echado al monte. ¿Quién será el Albiol de Santa Coloma? Ciudadanos ha querido señalar de nuevo que Santa Coloma está insoportable. Que aumentan los delitos. Que esto es el Bronx. Algunas voces conocidas o no en la ciudad han aprovechado las redes para difundir mensajes desaforados en los que se llama poco menos que a tomarnos la justicia por nuestra mano, ante la inacción de las autoridades.
Durante el confinamiento, las imágenes que desde el gobierno municipal más se han difundido eran precisamente, las que tenían que ver con la presencia policial en los barrios de Fondo, Santa Rosa, Raval y con la desinfección de las calles. La atención a las personas desfavorecidas, se dejaba para las redes de apoyo solidario, para las donaciones de alimentos.
Ahora, cuando las redes parecen 'hervir' por el tema de la seguridad, se asegura que se va a reforzar la presencia policial y que no se escatimarán en recursos, más mossos, más guardia civil o policía nacional si fuera necesario.
Hoy nos llegan imágenes de patrullas vecinales en Premià que nos deberían poner sobreaviso sobre lo que sucede si jugamos con fuego. Hace unas cuantas semanas, otra patrulla vecinal en Mataró era publicitada en los informativos de TV3 como una solución contra la delincuencia desatada. El portavoz no era otro que un antiguo miembro de Plataforma per Catalunya.
Delincuencia. Pobreza.
Dónde ponemos el foco.
Erradicar la pobreza, combatir la precariedad, políticas sociales que cambien las vidas de la gente o bien más policía, más recursos destinados a matar moscas a cañonazos en una ciudad que, no nos cansamos de verlo reflejado en cifras, no tiene unos datos de delincuencia elevados.
Pero, ¿y qué?
Ya tenemos convocada una manifestación. Ya tenemos nuevo voceros para alertarnos de que esto no puede seguir así.
¿Qué tiene que hacer el Gobierno municipal y qué deberíamos hacer los partidos de la oposición? Lo primero es combatir los bulos, las noticias falsas, no dar pábulo a quien quiere hacer de nosotros carne de fanatismo. Y segundo apretar a las administraciones para que se invierta en políticas sociales para Santa Coloma. Invertir en políticas de seguridad que no tengan que ver tanto con la presencia policial, sino con el trabajo comunitario, la mediación y sobre todo, dotar de recursos e infraestructuras a una ciudad que vive pendiente de un hilo que se rompe. El hilo de la precariedad, de los trabajos basura, del paro. Y eso sí que da miedo.
Santa Coloma no puede caer en manos de políticos demagogos que busquen ganar espacio político con la inseguridad por bandera en un momento en el que el fantasma del miedo al futuro aparece con fuerza. Santa Coloma necesita políticos valientes y una sociedad civil más valiente todavía que entienda que solo transformando la vida de la gente conseguimos una ciudad mejor. Santa Coloma es un ejemplo de convivencia, de riqueza humana, de formas de ver y de pensar ricas y que juntas forman una sociedad plural y diversa. No lo jodamos escuchando la canción de quien nos quiere enfrentados unos con otros por las migajas.
La vida digna de los colomenses, importa. Y a los racistas, fascistas, clasistas, ni agua.
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