lunes, 25 de abril de 2022
Crónica de la Diada de Sant Jordi en Santa Coloma. Monzón.
Dicen que es el día más bonito que hay. Dicen. El día más así. Pero. Quién iba a pensar. Te levantas por la mañana tempranito, porque hay que empezar a montar antes de que esté puesta la Plaça de la Vila y miras por el balcón. Y está lloviendo o ha llovido. Y dices, bueno, está lloviendo. Decían, decían que iba a llover por la mañana y que luego estaría la cosa así así pero no fue así. Decían que tendríamos Sant Jordi, decían. Y tuvimos varias cosas. Un tobogán climático y cicloclimático o vete tú a saber qué. Todos con nuestros libritos bien puestos, con los de los autores recomendados y con las pilas de segunda mano. Todas las manualidades que se hicieron durante semanas, expuestas para que la gente no se lleve rosas que las rosas ya no se llevan que se llevan otras cosas y no seas antiguo y compra otra cosa, todas esas manualidades bien colocaditas. Y chof. Y agua, y chaparrón, y del chaparrón al ciclón, y del ciclón a la pedregada, y de la pedregada a cuuidado que a esos se les va la caseta al garete. Y a pasear por las casetas pero poco porque es que te vas a mojar y qué se os ha mojado. El día más bonito del año, dicen. El día en el que íbamos a reencontrarnos con nuestro público, decíamos. Qué contentos estamos porque recuperamos nuestras tradiciones, era el leit motiv. Pues que a las cinco y media de la tarde estábamos ya recogiendo porque el sinvivir de verlo todo mojado era superior a ganar esa competición moral de 'el último en recoger'. Los y les Comuns no estamos para ganar la competi, estamos para otra cosa. Libros, leer, la lectura, la cultura. Como siempre estamos hablando de cultura y estamos hablando de política. Estamos hablando de política con todo el mundo. Qué va a pasar. Qué nos va a pasar. Qué les va a pasar. Qué es lo que tenemos y qué es lo que hay. Cuál será el futuro. Qué es lo que consideramos como presente. Qué pasó en el pasado. Cosas. Temas. Movidas. Encuestas. Reencuentros. Libros. Hemos dicho que íbamos a hablar de cultura. De libros. Y no sé qué decir o qué puedo aportar yo en ese tema. Una vez yo quise escribir un libro. Ya sabéis la historia. Un año, un año que igual no llega nunca, pero un día llegará y diréis que no nos habías advertido de nada, lagarto, veréis un libro mío en una de mesas y diréis, pffff, menudo truño y ni siquiera lo compraréis por compromiso, por colegueo, no existirá ni siquiera el instagram para poder decir que tenéis un libro mío. La cultura, el día más bonito del año, dicen. Buscar un libro entre las mesas, el año pasado acerté de lleno, y este año ni siquiera he podido pasarme por la casetita del PCPC para comprar una de esas chapas extemporáneas que me pongo mientras critico la parafilia comunista. Caras de espanto, granizo, viento, el día pasa entre ratos de sol que aprovechamos para repartir un poco del Full que nos hemos currado como Comuns y volver a poner los plásticos en su sitio. Qué va a pasar. Nos va a llover, vienen nubes desde el otro lado del río. El día más bonito del año termina con un bocadillo en la Cantina y cansado a casa, casi durmiendo por el camino. Pero ojo. Algo ha cambiado. Un gusanillo ha entrado en nuestro cuerpo. El del callejeo, el del encuentro, el del buen rollo, el qué pasa, pues aquí. Un Full, gràcies. Pena de monzón.
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