viernes, 21 de octubre de 2022

La mirada ovoide


No sé si el profesor Almayr estaría demasiado de acuerdo en incluir este caso dentro de sus investigaciones sobre la Mirada Ovoide pero sí que lo ha hecho la Fundación Almayr y aquí nos toca recoger este suceso que nos ha impresionado bastante. 

'La población de Bar Upon Therry se encuentra en una zona del norte de Inglaterra compuesta por personas trabajadoras y criadas en torno a la radio primero y a la televisión después, se trata de uno de esos lugares pintorescos sin quioscos, sin una papelería donde se vendan diarios, sin rerencias del mundo exterior más allá de los canales audiovisuales conocidos. En este pueblo se asentó hace años una familia emigrante, húngara, los Balassy, que llegaron aquí con la intención de montar un taller de reparación de aparatos eléctricos e hicieron cierta fortuna. La reparación de televisores, principalmente, les hizo adquirir fama en la comarca y alcanzaron una prosperidad que todos pensaron que en su Hungría natal hubiera sido imposible. El hijo, único hijo, de los Balassy, Fred, heredó el negocio y mantuvo esta fama de técnico reparador de televisiones así como vendedor también y con el tiempo lo ha sido también de pantallas de todo tipo, de ordenadores, portátiles e incluso teléfonos móviles. Todo comenzó con algunas visitas al médico por parte de personas de avanzada edad que se visitaban por tener los ojos completamente enrojecidos, irritados. Colirios, es que ya no tiene usted edad para, acuéstese más temprano, gradúese las gafas... Sin embargo, al poco tiempo empezaron a llegar a las consultas decenas de personas, niños, jóvenes, adultos, con los ojos enrojecidos, irritadísimos. La doctora Coleman, que no residía en Bar, investigó en el agua, algún alimento en mal estado, contaminación en el aire. Pero sorprendentemente no encontró nada, pese a que siempre se encuentra algo. La doctora Coleman se alarmó definitivamente cuando su compañero el doctor Farahk llegó al centro de salud con los mismos síntomas. El doctor Farahk no vivía en Bar, pero al parecer había pasado la noche en casa de una amiga. Habían estado viendo una peli en la cama con el portátil. Los ojos rojos y un cierto estado de ansiedad. La doctora Coleman quiso visitar la casa de la amiga del doctor Farahk para comprobar algo. Efectivamente, el portátil había sido vendido en Balassy Store. Buena parte del pueblo tenía aparatos comprados en Balassy Store. Fue a visitar Balassy Store acompañada de un agente de policía local. Los recibió el propietario, Fred Balassy, que iba con unas gafas de sol. La doctora Coleman le pidió que se quitara las gafas. Efectivamente tenía los ojos en carne viva. Se comprobaron las condiciones de los artículos que se vendían y todos ellos provocaban el efecto del ojo irritado. Se retiraron del pueblo todos los artículos. Se comentó con las poblaciones vecinas. Se recogieron testimonios. Se buscaron remedios. Se pensó que ya estaba todo hecho. Un día la doctora Coleman notó algo, un picor en el cuello. Ya era tarde.' 

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