jueves, 21 de noviembre de 2024

Pequeños cuentos centroeuropeos


Ya hacía tiempo que no le pasaba, pero le pasó. Le habían encargado buscar algún arreglo para un reloj de la familia, un reloj que no tenía más valor que el sentimental y que se había parado. Posiblemente fuera la pila, le dijeron. Tendrás que ir a lo de Applebaum y preguntar a ver qué se puede hacer. Así que salió a la calle con el reloj en el bolsillo. Tuvo que comprobar antes de llegar que no se había equivocado de dirección, que se equivocó de dirección, porque hacía tiempo que no iba a lo de Applebaum y posiblemente no hubiera ido nunca pero es de esas cosas que crees que has hecho y que no has hecho, como fuera, el caso es que se había pasado y tuvo que volver sobre sus pasos. La mañana tampoco era propicia para ir deambulando, se centró y encontró el tienducho. Tocó el timbre y el propio Applebaum salió a abrirle. De inmediato se situó detrás del mostrador y escuchó lo que le decía el otro con el reloj en la mano. Debe ser la pila. Seguro que es la pila. Lo que pasa es que esta pila. Voy a ver si la encuentro. Y fue entonces cuando le pasó. Otra vez. 

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