Hay discos que uno descubre muy tarde por culpa de las
malditas recopilaciones que le ciegan a uno y que en lugar de servir de puerta
de entrada a un músico parece que hagan de tapón. Hace unos cuantos años, David
Byrne de los Talking Heads hizo una compilación de discos y músicas y entre
ellos dedicó un volumen a Tom Zé. Lo fueron promocionando por Radio 3 y cuando
servidor tuvo oportunidad de piratear música, fue de las primeras cosas de las
que se acordó. ¿Por qué?
Estudando a Samba es un disco de 1976. Tom Zé en Brasil debe
ser conocido o poco conocido. Lo ignoro. Debe ser poco conocido por la gran
mayoría de los brasileños a los que le guste la música popular y conocidillo
entre los listos de turno. Como siempre. Como listo de turno local, a mí me
gusta Tom Zé. Tom Zé es el que no triunfó. Caetano Veloso, Os Mutantes,
Gilberto Gil, Gal Costa… todos triunfaron, pero Tom Zé, no. Se quedó ahí en
tierra de nadie. Por qué… porque su música es demasiado rara… porque él no es
guapo… por que es un tipo dificilillo… quién sabe. Estudando a Samba es un
disco que explica muchas cosas. Un disco fácil y un disco difícil. Un disco que
o te engancha para siempre o se te va y nunca más. Como este pueden ustedes
escuchar el Tom Zé de principios de los setenta, el Todos os Olhos… cualquiera.
Pero este…
Aquí está para empezar su canción. La canción de Tom Zé. Esa
canción es Ma. Con esa tilde que ahora no sé dónde está en este teclado raro
medio americano medio europeo… Ma, con sus tambores, con su punteo de
guitarras, con sus bombos, una canción con coros, la canción del recién nacido
que ya viene con marcha. Con una marcha brutal, con una marcha cadenciosa,
bautizado. Tremenda canción. Tremenda que marca lo que hace este hombre, lo que
busca. Golpear, con golpes que hacen música. Golpes, toc, ma, doi, dor, uh, ah,
toc, clin, clin chisssss. Ma es la canción del disco. Sin Ma, este disco sería
como los otros, pero Ma… esta primera canción. Esta canción era también la que
aparecía en el disco de David Byrne. Tremenda. No se puede empezar ya ningún
disco más con ninguna otra canción. Ma.
Luego sigue con una versión un poco clinlcoin de A
felicidade. La tristeza no tiene fin, la felicidad sí. No nos conviene entrar
en detalles al respecto. Seguimos con Toc. Toc es otra de las canciones. Con un
clinclinclin de guitarra a modo de metrónomo marcando toda la canción. Mientras
aparecen máquinas de escribir, sierras eléctricas, maquinitas, trompetas, voces…
clinclinclin. Una referencia Toc. La otra canción. Después de Toc, viene Tô. Tô
es la canción en la que te explica las cosas para que te confundas. Te lo está
explicando para esclarecerte. Pero te confundes. Tô inaugura el conjunto de
canciones guasonas y al mismo tiempo chungas del disco. Siempre tiene canciones
así. Que juegan con el idioma. Que dicen algo que se contradice porque la
palabra está mal empleada. O bien. Desperdiciando para poder faltar. Estudiando
para saber ignorar. Te estoy confundiendo para poderte esclarecer. Me estoy
quedando ciego para poder guiar. Y todo esto con un ritmito que… a mover el
cucu. Y que no se acabe nunca, por favor. Después de Tô viene Vai. Menina. Esta
canción es tan cortita que si fuera más larga perdería toda la gracia. Y todo
porque luego viene Ui (vocé inventa). Lo mismo prácticamente que en Tô. Usted
inventa el amor, yo invento la soledad. Todo muy sencillito, con unos coritos y
con una guitarrita y a correr. Usted inventa el lujo, yo invento… usted inventa
y yo invento su contrario….
Segunda cara, segunda cara. Doi es la canción más
convencional del disco, a mi modo de ver. A medida que la canción avanza y
crece se hace más atractiva, pero es como si fuera de otra cosa. Muchos más
coros. Eso sí, tienen que acostumbrarse a que Tom Zé canta lo justo. Ni tiene
voz ni falta que le hace. Pero ahí está. Doi, pasa más lento que las otras. No
sé. Mae (Mae soltera). Vamos que esto empieza a entrar en la recta final. Mae
es una canción chunga. La madre soltera. Si, con un ritmillo de samba, si, pero
es una historia triste. Ay. Ay. Ay. Pero cuando llega el coro… uf. Duerma, mi
pecado, mi culpa, mi salvación. Buff. Qué bajón. Uff. Madre mía.
Hein? Vuelve por el mismo sitio que Tô. ¿Cómo ha dicho? ¿Qué
dices? Ella me dice que nosequé y yo le digo Hein? Y le insisto Hein? Ella me
dice cosas y yo, que hago que no le oigo le digo hein? Y le insisto hein?
Incomunicación. O que no… Hein? Te tienes que reír. Ella hipió, gritó y lo
demás y que se case conmigo y nosequé y yo le digo hein? Fantástica. Hein? Y
después de Hein? Só (Solidao), que parece una canción que ya hubiera uno
escuchado hace mil años y no, era suya, solamente. Una sambita muy clásica. Uf,
la soledad. La canción comienza con los coros cantando y luego ya viene Tom Zé
a cantar un poco. Qué canción más bonita, pero no es más que el preludio para
una despedida que se te clava en la cabeza como un destornillador. Ojo. Que
todo es muy bonito y todo está muy suavecito pero te lo está diciendo. Y uno está escribiendo esto y se ha acordado de este disco porque lleva unos cuantos días con la canción en la cabeza. Y tendrá que ver o no. Pero lo de la cobaya... Eres más
mala que el mismo demonio. Y yo soy un gilipollas de mucho cuidado. Sé. Sé es
la otra canción. Sé es otra de esas canciones que uno escucha una vez y ya no
se te van. Sé. Si la maldad se vendiese en la farmacia, que fortunón que harías
con esta cobaya. Y ese final que responde Si, Si, Si. Uf. Los pelos de punta.
Reescribiría su carácter. La imposibilidad de resistirse a la maldad de los
demás. Uf. No la escuchen mucho. Sé. No la escuchen mucho, porque ya estarán
preguntándose todo el rato cosas. Y la respuesta es siempre y si? Si. Fatal.
El disco termina con una pieza llamada Índice en la cual se
dedica a hacer una canción con las letras de las demás canciones. A felicidade,
so, doi, ma, sé, ui, toc, tô… ea.
Un disco como hay muchos, pero que tiene ese par o tres de canciones que te tocan la patata y que ya no sabes desligar de situaciones, momentos, personas... meses y años.
Iré a bcn entorno al 19-20 de Jul y del 21 al 26 estaré haciendo un curso en Gerona. Si fuera el 19 o el 20 o el 26, iría. Por qué no tocan con Perlita? Se podía poner en contacto con Anabel. Eso ya sería redondo. Ya sé que pido mucho, pero una es así.
ResponderEliminarA emule voy, gracias
ResponderEliminarQué sentimental lo encuentro a usted hoy. Hala, para los que pensaban que no tenía usted patata.
ResponderEliminarFeliz tarde, monsieur
Bisous