miércoles, 19 de noviembre de 2014
Karpov
Éste me está mirando porque tengo mala cara. Me estoy fijando en el cristal que tiene detrás todo el rato y tengo un careto que da miedo. Me veo tan mayor. Me veo tan flojo. Mira qué brazos. Mira qué brazos blancuchos y flojones. Mira qué brazos tan lechosos. Y que no escarmiento. Con el tiempo que está haciendo y yo con manga corta. Y si apoyo los bracitos en la mesa, me da frío. Pero con la chaqueta ya me he cansado de jugar. A este le voy a ganar la partida y no sé ni cómo le estoy ganando. Porque estoy jugando fatal. Estoy jugando tan mal, pero tan rematadamente mal, que cada vez que muevo me dan ganas de levantarme e irme. Pero este es un tocho de mucho cuidado. Es lo que me queda. Ir jugando en torneítos de estos de pan mascado. Chess Club and nosequé. Y este fulano no sé ni quién es. No me suena su cara de nada. Pero de nada. Yo con este buen señor no he jugado nunca antes y este buen señor tiene cara de tener también una edad. Y yo no lo he visto en ningún sitio. Me dijeron, ven y participa en este torneo, que está empezando, que necesita un empujón para arrancar, que te vamos a pagar, que va a venir Viswanathan... aquí no ha venido Viswanathan ni nadie que yo conozca. O son señores con pinta de jugar a esto los fines de semana, o algunos críos que... y ahora qué mueve este hombre... qué ha hecho. De verdad que no entiendo qué ha hecho. Este hombre ni juega en serio... o es que no sabe jugar. Yo que sé. Me siento un poco como un mono de feria. Me pasean por los torneos, que si señor Karpov, que si señor Karpov..., les interesa más hacerse la foto conmigo que jugar la partida. Lo noto. Este señor se está aburriendo. Yo estoy jugando mal porque estoy jugando sin ganas, pero este señor está jugando mal porque no sabe jugar. Y yo aquí. Y mientras estoy aquí haciendo el tonto, el ajedrez va por otro sitio. El ajedrez de verdad. Y yo ya estoy mayor para jugar de verdad y me tengo que conformar con esta mierda de torneo. Que sí, que me darán un dinerito y todo lo que quieras, pero el ajedrez va por otro lado. Mira qué cara. Si es que me miro en el cristal ese y me dan ganas de levantarme y de irme. Pero si me levanto y pierdo la partida, esto puntúa... qué va a puntuar esta mierda de torneo. De verdad que me estoy poniendo negro. Yo que sé, voy a mover a ver qué pasa. Esto mismo. A ver lo que hace este... hasta aquí podía llegar la broma. Me voy.
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Monsieur, hoy es como si hubiera cerrado un ciclo: recuerdo que su primer relato en este espacio era justo de este estilo. Se cierra el círculo y mañana comenzará uno nuevo, que espero sea muy venturoso para usted.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous