viernes, 5 de junio de 2015
Gorteza
Bueno. ¿Cómo quieres que te lo deje? ¿Como siempre? Siempre que vienes te pregunto cómo quieres el corte de pelo y nunca me acabas de decir si de una manera o de otra. Que no lo tienes muy claro. Siempre te acabo cortando el pelo de la misma manera. Eres un cliente muy poco interesante, Gorteza. La gente que viene a cortarse el pelo siempre acaba diciendo lo mismo. Más o menos como siempre. Pero tú ni siquiera eres capaz de decir de qué manera quieres el 'como siempre'. Eso sí. Siempre eres el cliente con el que más tiempo estoy. Al que más tiempo dedico. Te sientas y me indicas así de manera muy poco clara cómo lo quieres, que al final acaba siendo como yo quiero que sea. Y te dejas ir. Y cierras los ojos y sonríes. Y no sé en qué estás pensando o de qué te estás acordando, pero me gusta cortarte el pelo, tocarte la cabeza, acariciarte el pelo. No es por nada. Me gusta porque no haces nada. Te dejas hacer. Te dejas tocar la cabeza. Otros están en tensión, pendientes de lo que hago. A ti te da igual. Y no es que estés dormido o fuera de juego. Es que no estás. Estás fuera. En otra parte. En otro sitio que te gusta más que estar aquí. En otro tiempo que debió ser mejor. No sé. Me lo imagino. Supongo que hablo demasiado y me imagino cosas que no son. Pero no creo que ese no estar se deba a que te guste cómo te corto el pelo o a la sensación de calma y de paz que deja que te laven el pelo, que te lo sequen, que te peine, que te amase un poco la cabeza. Me gustaría, pero no es así. Y me gustaría saber qué piensas. Nunca te lo pregunto. Pero me intriga saber qué piensas. Yo también tengo mis momentos en los que cierro los ojos y me dejo ir. Me pasa cuando llego a casa y no tengo ganas de hacer nada. Como también vivo solo, puedo hacer muchas veces lo que me de la gana. A veces, fíjate lo que te digo, llego a mi casa y solo tengo ganas de quedarme así como acurrucado en el sofá. Pero como siempre tengo algo que hacer, pocas veces me puedo dedicar a esto. Tengo la sensación de que no me estás escuchando. Me gustaría saber lo que estás pensando. En quién estás pensando. De qué te estas acordando. Dicen que vas al bar del Frederico a contar cosas que ves. Si supieras lo que dice la gente del bar del Frederico de las cosas que ves. Muchos no se las creen. Bueno, lo que pasa es que no se las creen porque en realidad todo el mundo sabe que no has estado donde dices que has estado. Que todo es imaginación. Cosas que ves en sueños o así. El otro día dicen que contaste lo que era una Aurora Boreal. Dicen que por una vez, todo el mundo en el bar del Frederico se quedó callado y no dijo nada. Qué raro ¿verdad? ¿Te dejo bigote? Nunca te lo he preguntado, pero podrías afeitarte el bigote. Nadie lo iba a echar de menos. O igual lo echaban de menos y te preguntaban y salías de... es igual. Ya está. Ahora vete para casa y come algo. Que seguro que no estás comiendo nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué maltrato. Cualquiera va a ese barbero...
ResponderEliminarPues a mí me parece que el peluquero quiere ligar con él.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Qué gustito cuando te lavan el pelo y te masajean la cabeza...
ResponderEliminarEn las peluquerías chinas siempre estoy en tensión porque a la mínima que te descuidas te venden una loción capilar o un alisado japonés.