Capital de España: Madrid. En Madrid vives tú y no me puedes ver salvo que nos conectemos por el Skype. Nos conectamos. No importa si me conoces de antes, tú mismo has dicho que te importa todo un santo pepino y que lo que quieres es ver a alguien a quien no tengas demasiado visto para una cosa que se te ha ocurrido. Me conecto. Me ves la cara. Inmediatamente deduces algo que parece muy evidente y me pides que apague la cámara y que ya tienes suficiente. Te digo por mensaje que qué ha pasado. Me has dicho que te recuerdo a alguien. Te digo que no sabía, que lo sentía, que le había chafado el experimento. Y me dices que no, que el experimento es siempre el mismo. Que me dices que me conecte y yo te sigo el juego y entonces me dices que te recuerdo a alguien y que yo te digo y tú me dices y así nos pasamos la vida. Que cómo me ha ido el día. La verdad es que el día me ha ido solo regular, porque he tenido todo el día la sensación de que algo raro me iba a ocurrir. Me contestas que en Madrid está todo bien. Yo te suelto un rollo sobre Madrid, sobre las veces que he ido a Madrid y lo que me gusta Madrid.
Y hay un silencio atroz, un silencio que retumba por las paredes, un silencio que nos envuelve y nos rodea. Y yo digo que voy a encender la cámara que te quiero enseñar una cosa. Y tú me dices que bueno. Y cuando la enciendo te enseño un cuadro que he pintado en las horas muertas en las que no tengo nada que hacer y tú me dices que es muy bonito y me pides que lo acerque más a la cámara y lo acerco tanto que pierdo la perspectiva y lo que hago es que me meto dentro de la cámara y viajo por las ondas con el cuadro y entonces me tocas el hombro y me dices que lo de irse inventando las cosas sobre la marcha, pues bueno, bien, pero que debería de vez en cuando hacer propósito de enmienda, de seguir un patrón, de no ir rellenando por rellenar, de no tener la obligación de la cantidad sino una devoción por la calidad, y me muestras relatos y ejemplos de otros que escriben muy bien y muy trabajado y me animas a que lo haga de esa manera porque podría sacar mucho más rédito a todo el caudal de imaginación que parece que derrocho y mientras me lo estás diciendo soy consciente de que lo estoy volviendo a hacer y pienso en porqué durante dos días seguidos he repetido lo de 'tocar el hombro', si no es que estaré sufriendo una ausencia o una carencia o un algo y le pido a mi psicólogo que se llama Pep y es psicólogo que me diga algo y entonces os reís y decís que cómo va a haber un psicólogo que se llame pep y sea psicólogo y yo os digo que claro que no, que es una broma, que cómo voy a ir yo al psicólogo para nada si estoy estupendamente.
Y salgo a la calle y un día vas a la biblioteca y otro día vas a la biblioteca y durante un trimestre puedes encontrarte con gente a quien no conoces pero acabas ubicando en los asientos y otras veces a gente que tienes vista de otros sitios y te piden que te conectes a una cámara y como saben que eres tonto y que te gusta vacilar te preguntan ¿Capital de España?
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