miércoles, 25 de octubre de 2017

Central de Loreto

Como siempre, hablaremos de un tema sin importancia. Como siempre, aquí no damos ni una. La central de Loreto no estaba en la calle Loreto, está en la calle Burdeos, pero si hablamos de la central de Loreto, digo yo que queda más así que se coloque una imagen que venga a hacernos pensar que.
Mi padre yendo a trabajar a la Central. Mi padre fue trabajador de Telefónica. Durante un tiempo de su vida, fue un trabajador. Mi padre, digo yo y aquí vengo a colocar mi teoría, no es un trabajador siempre. Ni siquiera, cuando mi padre era un trabajador, cuando trabajaba, cuando venía de trabajar, ni siquiera ahí, consideraba que lo más importante, lo único, era el trabajo. Mi padre iba en el metro al trabajo y se llevaba un libro. Un libro que tapaba con una hoja de periódico pegada con celo para que no se dañaran las tapas. Se llevaba el libro y lo traía. Ver a alguien leer en el metro, cada vez se estila menos. Mi padre, cuando volvía de trabajo, comía, cuando era más joven con una botella de baturrico en la mesa, pero luego ya no. Comía, remoloneaba y se ponía a pintar. Mi padre, creo, que lo que más le gustaba del mundo era y es pintar.
Pintar y discutir.
Pintar y hablar y chinchar y llevar la contraria y hablar. Y chinchar. Ayer fui a comer al bar donde comía mi padre. En la calle Burdeos, podría haber puesto una foto de la calle Burdeos, de la central de la Telefónica, donde trabajaba mi padre. También podría haber puesto una foto del bar. Menú 8,75€. Digo que mi padre trabajaba y no fue toda su vida un trabajador. No es un trabajador. Mi padre es mi padre y trabajó durante un tiempo. Pero a él lo que le gusta es otra cosa.
Trabajaba en Telefónica, de celador. Nunca quiso ir más allá. Celador. Ir por las casas a poner teléfonos. A ver por dónde se tira el cable, todas esas cosas. Subir al terrado, ver dónde está la... términos como acometida, centralita, empalme, control, poste, enchufe. La Telefónica. Una empresa grande. De las más grandes. Para algunos incluso no podríamos llamar trabajadores, o clase trabajadora a los trabajadores de la Telefónica, porque teníamos privilegios. Los trabajadores y los hijos de los trabajadores. Beneficios que otros no tenían. Siempre hay otro que te dice que estaba peor. Naturalmente.
Beneficios. Mi padre tenía chaquetones de la telefónica, camisas, boligrafos, unos monos verdes fluorescentes, otros chaquetones grises horrorosos, zapatos y botas. Con los chaquetones, con uno de los chaquetones, antiguo, quise hacerme el punk. Tendría yo 14 años y en el Ramon Berenguer, en el Insti, iba con el chaquetón de la telefónica de mi padre, con un parche taleguero de los Sex Pistols que coloreé con rotulador negro porque en el parche Sid Vicious iba con la camiseta de la Svástica y se la tapé. Mi chaquetón y las botas de la telefónica, que nunca pude aguantar. Tengo el pie sensible. Me ponía las botas y aquello no daba el pego. Yo no daba el pego. Yo.
Mi padre me llevó alguna vez al trabajo. A la central. Entrábamos en la central y la gente le llamaba Molina, o Moli. Ahora hay gente que me llama Molina a mí y me hace gracia. Mi padre entraba en la central y averiguaba lo que le tocaba hacer. Las órdenes. Y entonces iba. Y hacía el curro.
Mi padre volviendo a casa, muchos años antes, después de las asambleas. Mi padre cabreado como un mico después de cada asamblea. Mi padre cabreado como un mico explicando lo que había pasado en las asambleas. Mi padre llegando a casa para decir que se acabaron las asambleas. Mi padre volviendo a casa después de quedarse a trabajar. Mi padre volviendo a casa un sábado porque le tocaba guardia. O un domingo.
Ir al economato. Mi padre contando lo que le había pasado con los compañeros o con las compañeras. Mi padre preparando el coche para irnos a jugar al tenis al club de la telefónica. Mi padre jugando al fútbol en el equipo de la central de Loreto contra otros equipos de otras centrales, en el campo de la Trinitat. El vestuario era como el de la URSS, camiseta y pantalón blanco y con las rayas rojas en los brazos. Mi padre en el campo de la Trinitat y mi madre y yo esperando a que acabara el partido. Sus amigos de ahora son sus amigos de cuando jugaba al fútbol con la Telefónica.
El coche para ir a la piscina los fines de semana. La piscina era el Club de la Telefónica. Todo beneficios. Pistas de tenis, pistas de tenis de cemento y de tierra batida. Jugar al tenis. Bañarse en la piscina. Comer en el merendero. El tío chiquitillo. Pedir pista. Jugar a fútbol. Gente que iba a comer, gente que iba a correr.
Huelgas por la ITP. Perder las huelgas.
Ayer estaba por allí y me dio por darme una vuelta por allí. Por la central de Loreto. Mi padre fue un trabajador durante un tiempo. ¿Cuánto hace que se jubiló? La URSS, la Unión Soviética, pone el trabajo en el lugar central. Debemos situar a la clase obrera en el centro. El trabajo. Mi padre era un trabajador. Pero no fue trabajador siempre. Trabajó en el algodón en Pueblo Nuevo, en Vilches. Luego entró en Salgado. Y en la mili entró en Telefónica. Y con 52 años, a pintar. Ni siquiera entonces, cuando trabajaba tanto, era un trabajador. Él era el Paco. Molina. Paquito Lagarto.
Central de Loreto. Compañeros de Trabajo. El Casas, que se mató en un accidente estúpido de moto. Las excursiones con él por el Montseny. El Cavall Bernat. La foto con las barbazas bebiendo agua en la fuente de Matagalls. Olot. La Fageda d'en Jordà. Laviana, uno del sindicato y del PCI al que le pusieron la cara guapa. Montilla, cada vez que pasa por delante de su casa ahora, dice... Montilla y menea la cabeza. Qué gracioso era Montilla. Lozano, el Lozano del 124 blanco. Los vilcheños, Robin, Liébana, Camay, Martín, el tito Basilio. Alguien me dejo seguro.
Mi padre pidiendo plaza para ir a Jaén, o a Manzanares o a nosedónde. Y sus amigos pidiendo plaza y yéndose de vuelta a Andalucía, a Jaén. Y mi padre no se fue nunca. Mi padre era un trabajador, pero no todo el rato.
La cartera de cuero de la telefónica, todavía está en el coche. No sabemos que hay dentro de la cartera. No sabemos apretar un enchufe. Somos los hijos de alguien que fue un trabajador, pero no era un trabajador. Todo el rato no. Yo, y hablo de mí, en fin.
La clase obrera en el centro del debate. En el bar hay gente con el mono, pero son monos raros, no son de la telefónica o no sé. Al acabar de comer le digo al de la barra que soy el hijo de Molina y le explico. Le hago una foto al bar. Hago fotos de la central de Loreto. No sé si hay vida dentro, hay una ventana con macetas.
Mi padre llevándome a trabajar una o dos veces nada más. Yendo a alguna oficina. Los tiempos en los que tus padres te llevaban a trabajar. Un bar, un restaurante mejor dicho que había en una calle de por allí, una vez me llevó mi padre y comí pato por primera vez. Mi padre contando que había ido al piso de nosequién, que había estado en la oficina del Sport, que había estado en la oficina de José María Casanova, que si ahí vivía Núñez, allí Cruyff, el cantante de los Mustang, gente así.
Calvo Sotelo, Infanta Carlota. Avenida Sarrià. Mi padre cagándose en los sindicatos. Mi padre yendo a cortar la Diagonal ya más fuera que dentro de la Telefónica.
La central de Loreto. No sé si ahora hay alguien ahí. Un tío con coleta me dice que si mi padre es el Molina de nosedónde. No. Mi padre hace 17 años que no viene por aquí, compañero.
Tirando hilo. Cortándolo con los alicates. Un saludo y una sugerencia. Mi padre trabajando. Pero no todo el rato.
Y mi madre cosiendo. Cosiendo todo el rato. Trabajando todo el rato.

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