sábado, 13 de junio de 2020

Schrieben


Tenemos el placer de presentar otro texto de Danuta Wolinska:
'Había dejado de escribir durante un tiempo. Fue cuando tuve mi famosa crisis. No sé o sí lo sé. Creo que fue cuando me enteré de que pensaban encargarme un trabajo sobre la emigración. Me iba a alejar de mis trabajos con la comunidad católica y me daba miedo lo nuevo. Creo que fue eso. Me bloqueé y dejé de escribir. Perdí el trabajo en Schrieben y sentí como que me perdía. Quise buscar otro trabajo que no tuviera nada que ver con escribir. Pensé en dar clases. Clases de polaco. No me salió nada. Pensé en hacer un pequeño viaje para aclarar ideas. No conocía Francia y reservé un billete para ir en tren hasta Marsella, atravesando el país. 
En el vagón del tren coincidí con un ruso. Era representante de jugadores de fútbol y tenía que llegar a Marsella porque uno de sus jugadores estaba en crisis. Me contó que el chico era muy joven, que había jugado en un equipo serbio y que allí había triunfado o le habían dicho que había triunfado y aceptó enseguida una oferte del Marsella. Y a los dos días de estar en Marsella había entrado en una fase de bloqueo. El ruso era algo mayor que yo, pero tenía pinta de cualquier cosa menos de representante. Vestía como un surfero. Surfero ruso. Y me cayó bien. Vitali Varaniuk. Le dije que yo estaba en un momento muy parecido en mi vida. Que la perspectiva de cambio me había bloqueado también y que estaba haciendo ese viaje para intentar oxigenarme. 
"¿Y eso qué tiene que ver con mi chico?", me contestó. 
Así son los rusos.'

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