Estábamos en esta ciudad de Santa Coloma a la que quiero yo más que al alma mía, preguntándonos qué sorpresa nos depararía el fin de NO fiestas, concretamente calculando a qué hora caería la tormenta que finalmente cayó, cuando esa gente, esa, la que ve el AR, el programa de Ana Rosa u otra gente que ahora no sé quién pudo ser, comenzó a difundir el vídeo. Un equipo del programa había recorrido la ciudad en un coche de la patrulla de la Guardia Urbana, del cuerpo del USIR, recientemente estrenado, para dar fe del aumento de la delincuencia en nuestra ciudad y de los medios que se ponen en combatirlo.
Así, la realidad superaba a la ficción y todas nuestras bromas sobre el vídeo de presentación que debería haber sido a ritmo del Bad boys de Inner Circle se quedabn cortas. Y hasta ahí la broma. Un breve repaso por el vídeo, el comienzo nada más, ya le deja a uno la duda. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo para dar una imagen así de nuestra ciudad? El rédito político que se puede alcanzar poniendo de manifiesto que se ha creado un cuerpo de policía de élite o de acción rápida para atajar la delincuencia no sé, estoy convencido de que no, no compensa la imagen de la ciudad que se da. 'En 20 minutos hemos visto nosecuantos delitos', dice en un momento el periodista. El repaso a las imágenes nos habla de un recorrido por el Fondo, plaça del Rellotge, etc., una vez más los escenarios preferidos a la hora de hablar y poner marco (o fondo) a lo mal que está todo en nuestra ciudad. Luego una entrevista con el responsable del cuerpo y con la alcaldesa intentando hacer vendible lo que parece una ida de castaña en toda regla completaban el reportaje.
Santa Coloma, y este es un tema recurrente, vive pendiente de su imagen. El Equipo de Gobierno se ha desvivido en los últimos años por vender una imagen al exterior que nos redimiese del 'estigma' de ser simple y llanamente una ciudad pobre. Somos la ciudad del Rock y por ello hipotecamos un parque de la ciudad para que durante tres días parezca que. Somos una ciudad gastronómica porque tenemos la universidad ahí y un sector de restauración potente. Somos la ciudad feminista gracias al proyecto inmenso cuando se le de contenido de la CIBA. Somos una ciudad que aspira a ser balneario, residencia de estudiantes, lo que sea, antes que asumir que tenemos el nivel de vida que tenemos y que la ciudad es toda la ciudad. Reportajes en diarios distintos publicitando todos y cada uno de los proyectos de un Ajuntament que tiene en el tratamiento de la comunicación y la proyección de la ciudad, uno de sus puntos principales de preocupación, y que hasta ahora alardeaba de innovación, de proyectos modelo...
Y de repente, esto. Telecinco en el abyecto programa de Ana Rosa Quintana, reina ultra de las mañanas, viene a Santa Coloma y, para regocijo de políticos amarillistas, nos enseña una ciudad por la que no se puede caminar. Es invivible Santa Coloma.
El inicio del curso político este mes de septiembre nos señala que la ciudad afronta muchos retos. Supongo que los más importantes tendrán que ver con el parón de la actividad económica y cómo afecta a una población que ya viene baqueteada de crisis anteriores. Las colas aquí al lado en el Banc d'Aliments son largas. Algo está pasando. Cómo irá lo de la vuelta al colegio. Qué futuro le espera a una ciudad que tiene en la hostelería un escaparate y que funciona a medio rendimiento. En fin, las cosas.
Pero no. Parece que volvemos a donde estábamos. Después de la marejada de las ocupaciones y cómo se ha demostrado que esto de las ocupaciones es lo que es y no esa fiebre loca de no poder salir ni a comprar porque 'se te meten', llega el equipo de Gobierno y se desmarca consintiendo este reportaje en prime time. Bad boys.
Septiembre en Santa Coloma. No ha habido fiestas porque no se ha buscado ninguna alternativa, pequeña, que mantuviera la vida cultural, algo, en la ciudad. Septiembre que empieza a lo vivo. Ciudad sin ley. Más mano dura.
¿Es esto lo que somos? ¿Es esto lo que queremos ser? ¿Son las redes y los voceros tremendistas los que realmente marcan la agenda del Ajuntament?
¿Qué nos queda por ver?
Como dijo Maruja Torres, a menudo una foto miente más que mil palabras. Después de 40 y tantos años de andar por las calles de Santa Coloma, no he tenido ningún problema de seguridad, aunque sí de aburrimiento en este agosto pasado bochornoso y tranquilo.
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