lunes, 6 de marzo de 2017
Vuelve
Cuando volví era exactamente igual. Una vez que llegué vi que todo era exactamente como debía ser. Volví y estabas como la primera vez. O como la segunda vez. Y como la tercera vez. Volví y eran veinte años más jóvenes y estaban allí como habían estado antes. Hacían lo mismo y no variaban en nada lo que se supone que habían hecho. Yo era veinte años más joven. Estaba allí y había vuelto y hablé un rato conmigo y no me reconocí. Era yo el que hablaba pero no me escuchaba. Estabas como te recuerdo, corriendo alrededor de la manzana, explicándome algo sobre Adolfo Suárez y yo escuchaba sin saber qué hacer. Corría y escuchaba, no me atrevía a decir lo que pensaba. Estabas exactamente igual que cuando teníamos doce años. Porque teníamos doce años. Quise correr con nosotros y no llegué ni a la esquina. En la esquina había una pintada que ponía Indepencia. Me quedé quieto mirándola y recordando. Cuando volví puse la caras que me faltaban de aquella familia que yo pensaba que no iba a ver nunca más. Desde el pequeño a la mayor. Solo que a la mayor yo no la llegué a conocer. A los medianos me costaba reconocerlos, supongo que estaban exactamente igual también. Me tengo que fiar de lo que veo, porque si no, con las dudas y la imaginación que nos traiciona, sabe dios lo que podría uno originar. Cuando volví llevabas una camisa blanca y hablabas con nosotros creo que por matar el tiempo. Yo escuchaba también por matar el tiempo. Estando allí me dí cuenta de cómo has cambiado. Estabas exactamente igual que cuando te vi, pero ya no eres así. Yo tampoco soy así. Cuando me vi, creí que éramos dos de lo gordo que estaba. No me recordaba que ya había dejado de llevar aquellas patillas gordas que yo pensaba que todavía lucía. Patillas gordas, en qué cabeza cabe, qué bicho me picaría a mí. Cuando volví en aquel lugar había mucha gente, repasé y algunos ya no están entre nosotros, pero las conversaciones eran más o menos similares. Las conversaciones siempre son más o menos iguales en todos los tiempos. Da un poco igual el periodo y la época del año, que siempre acabamos hablando de lo mismo. Vuelve. Vuelve tú. Vuelve tú a ver. Vuelve tú y prueba a encontrarte con lo que eras. Con los que estaban contigo. Vuelve y encuéntrame y dime algo. Vuelve y si puedes me dices algo que yo tenga ganas de escuchar. Ya sabes que no me hago caso, que me he hablado y no me he reconocido. Contigo quizás la cosa cambie. Pero no creo que pase. Si vuelves y me hablas, volvería a pasar lo mismo. Te escucharía pero no lo entendería. Y volveríamos a estar en el mismo sitio, poco más o menos. Volveríamos a estar buscando monedas en el bolsillo para hacer otro viaje y encontrarnos con lo que éramos. Vuelve tú ahora. Intenta convencerme de una manera más vehemente de todo lo que intentaste decirme. Vuelve. Yo volveré luego.
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