jueves, 28 de marzo de 2019

Kraftmann

De todas las historias, la de Kraftmann todavía no te la he contado, aunque los dos sabíamos que tarde o temprano acabaría cayendo. Porque es una historia que te la habré contado mil veces con nombres de otros, pero nunca pensarías que Kraftmann iba a ser el protagonista. Nunca se sabe dónde van a aparecer las historias. Esta de Kraftmann es una historia típica, tópica si quieres. Es la historia de un engaño o es la historia de una verdad. La verdad de quien cuenta una cosa y sabe que está pensando otra. Es la verdad de quien no dice todo lo que sabe. Es la verdad dicha por quien la sabe y la conoce. Es la verdad de quien emplea el tono de voz más dulce del mundo, por eso no sospechabas nada de Kraftmann, porque Kraftmann es bueno, es sabio, es ajeno a los males que atenazan a tu grupo y al mío y viene a decirnos lo que él, buenamente, sabiamente, pacientemente, aporta. Aporta Kraftmann su experiencia y esa experiencia de Kraftmann se basa en giros, coletillas, abuso de la terminología al uso, cierta informalidad, lo que tú ya sabes. Es como nosotros. Se acerca a ti y te lo dice, porque necesitas su consejo, su ayuda y Kraftmann te la da. Es la historia de una historia como las que hay cada día a millones, la historia de Kraftmann pasando despreocupadamente a tu lado y dejando caer el comentario correcto, exacto. Es eso. Lo que tenía que decirse está dicho, y tú, mientras tanto, estás pensando en la frase anterior, en lo dicho en otro lugar, en algo que te distrae. Y nada distrae a Kraftmann de su cometido, que es uno y lo sabes. Ese objetivo es compartido, con otros, que piensan lo mismo que él, pero no debería ser así y tú aún crees que Kraftmann, finalmente un día abrirá los ojos y lo verá todo claro. Y no lo sabes. No sabes qué el sabio real es Kraftmann, que quien de verdad lo dice es Kraftmann, que quien lo ha decidido es Kraftmann y tiene Kraftmann la capacidad de decirlo sin parpadear, sin pestañear. Es Kraftmann. Estamos los dos solos, no nos está oyendo, te lo voy a decir al oído. Es Kraftmann. Siempre lo ha sido. Siempre ha estado detrás. Apaga la luz, que no nos vea nadie. Te lo voy a decir otra vez y no quiero que se te olvide nunca, nunca más. Cuando le veas a él, cuando te lo encuentres, no pienses en Kraftmann. Piensa en Wissebacht. Es así. Wissebacht es Kraftmann. Ese es el misterio. Está resuelto. Puedes irte. Es también parte de la historia.

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