La mañana ha comenzado como siempre con un buen paseo. Como siempre desde ayer. Un paseo que nos ha llevado en esta ocasión camino de la parada de metro de Can Zam, subiendo las escaleras mecánicas hasta arribotes, y de ahí caminandini hasta ir encontrando las vías del descenso. No he sacado ninguna foto. Sí, he sacado una foto de un cartel en una veterinaria en el que decían que se les había perdido una tortuga. He comprado una barra de pan y para casa. Hay que retomar las buenas costumbres y volver a caminar. El enfermero me ha llamado para decir que la tensión la llevo más o menos pero que no relaje y arrecie con los medicamentos. Caminar debe ayudar.
¿Vivimos en una dictadura? Esa es una buena pregunta. ¿Tienes ganas de vivir en una dictadura? ¿Quieres saber lo que es el fascismo? ¿Te sientes angustiado porque notas que te falta libertad? Creo que si mi abuelo Antonio hubiera ido con el carnet del PSOE en la mano por la calle en el año 1965 le hubieran caído una buena mano de hostias. Que haya presencia policial en la calle para que no haya aglomeraciones es otra cosa. Que no se permitan las manifestaciones (que seguro que las habría y muchas porque suele haber un montón de manifestaciones de cosas de izquierdas habitualmente) en una situación como esta, puede parecer un gran ataque a la libertad, pero si no parece raro que haya aglomeraciones de gente o esas manis con distancia en un momento en el que mi madre no se fía con salir a la calle después de... es que entonces estamos hablando de otra cosa. Otra cosa como poner furgonas policiales en la plaça del Rellotge cuando ya hemos sido testigos de que en la Plaça del Rellotge no hay ni perri.
Hoy ha venido un señor a mirar las nosequé del agua, conexiones, tuberías, etc. Me ha contado que la calle San Joaquín era muy famosa. Hace 50 años. Tal y como me lo contaba me parecía que se estaba equivocando. Me ha contado que se hacían unas fiestas muy buenas, que él venía cuando era un crío. La verdad es que no me sonaba de nada. He querido pensar al principio que estaba hablando del OVNI o algo así, pero no, verbenas. Verbenas para San Pedro. En la calle San Joaquín.
Hoy es 15 M y hay que decir algo del 15 M. Poco puedo decir porque no hice nada. No me acuerdo de mucho. Ir a la plaça Catalunya. La gente. Seguirlo por la tele. Rodea el Congreso. Rodea el Parlament. Las ostias de la plaça Catalunya. Mucha gente tuvo en esos días el alumbramiento, la participación, la política, todos son iguales, hay que implicarse, etc. Yo... no. No me impliqué, no estaba implicado. Me impliqué después. Muchos pensarán que da lo mismo que me implique. Y otros que a ver cuándo me desimplico porque da igual. Qué queda del 15m. Yo creo que nada. Que fue un fracaso. Que ha sido traicionado. Que se necesita otro 15m. Y que si lo hicieran ahora iba a darlo todo.
Qué más. No sé qué más. Vamos a pasar de fase. Vamos a avanzar dentro de la misma fase. Hasta que no se abran los bares y restaurantes, piedra filosofal de nuestra actividad como seres humanos, no podremos dar por finalizado este tormento. Van diciendo cosas y nos van dando árnica, pero no será nada como tiene que ser hasta que no nos dejen ir a los bares. Pero a los bares de verdad. El placer de beberte una cerveza y unas bravas en una terraza y hablar con los amigos. No me imagino una entrada mejor en la nueva normalidad que hacer exactamente lo mismo que antes.
La nueva normalidad ojalá sea igual exactamente que la antigua.
Ojalá sea todo igual.
Reuniones con amigos, hasta el número de 10. Reúne 10 amigos en un piso, dales dos metros de distancia entre unos y otros.
Soy una persona que cada vez que esto, tal. No sé.
El 15 M. Traidores. Todo mal. Dictadura. Libertad. No nos representan. Legislatura. Bien común. Anarquía. Acampada. Indignados.
Los indignados. El banco (o era balcón) de los indignados. Las ostias de los mossos.
Seran sempre nostres. Los indignados. Qué tiempos.
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