No puedo sino comentar algo del debate de ayer en TV3. Un debate distorsionado completamente por la presencia del candidato de VOX, que condiciona absolutamente todo lo que pasa, porque lo que pasa pierde interés, lo que se dice parece poco importante, comparado con el gigante bárbaro que se presenta cada vez que el candidato abre la boca y da su opinión sobre cualquier tema. Apostando siempre por la línea más dura y sabiendo que lo que dice va a provocar, provoca, lanza lo más retrógrado, fuera de órbita y es cuestión de los demás si deciden responder o no. Si no responden, incluso si advierten que no van a responder, se exponen a que se les acuse de que no responden. Si responden, se exponen a que todo su tiempo se vaya en decir que el fascista es un fascista, cosa que él ya sabe y conoce y reconoce. Está ahí para eso. Está ahí para darnos miedo. Y hay quien ha decidido que ese miedo es algo a lo que agarrarse. Cuando ya no tienes nada que ofrecer, pensar que la presencia de la bestia va a servir para que la gente 'se vuelva a poner las pilas', me parece (insisto) una auténtica irresponsabilidad. Dar esto por perdido y apelar, como se hizo ya ayer, a mensajes de resistencia cuando todavía no está perdido y, es más (insisto) esto está yendo bien, es o bien una táctica para la propia supervivencia o que en un mundo burbujil donde todo está asegurado, lo que pase no tiene importancia porque crees que a ti no te va a tocar. Y nos va a tocar. Pero lo vamos a evitar. En el debate de ayer la candidata socialista únicamente estaba allí para decir Pedro Sánchez. Todo le podía parecer regular o mal pero ella solo estaba allí para decir que al final, Pedro Sánchez. Aïna Vidal, me está mal decirlo, actuó como debería haber actuado la candidata Batet, ilusionando y plantando cara, ella sí. El candidato de ERC desde los tres metros del pedestal desde el que dirigía el debate, distorsionaba lo que quedaba por distorsionar. La candidata de Junts demostrando que no es absolutamente nada. El candidato del PP intentando que no se le viera. El candidato de Espai Ciu intentando llamar la atención sabiendo que sus minutos de televisión nunca volverán. Y el candidato de la CUP con un momento de gloria cuando quiso hablar de la lengua y no le dejaron y fue un momento en el que hizo pasar mal rato. Al final, la sensación de que este debate político, esta campaña, hay quien la vive ya como si fuera lunes y quien todavía cree que esto está por ganar. Los primeros, la derecha.
Nosotros por nuestra parte seguimos en campaña y seguimos con las carpas, ayer con el calor endemoniado y con el fuego a tope, pero seguimos. Y seguimos con buena onda. Y seguimos con esa buena onda porque es lo que estamos recogiendo en las carpas. Buena onda. Una buena onda que conecta mucho con la figura de la Yolanda, la ministra, la rubia, que parece que ha caído de pie entre una población colomense que ve en ella algo en lo que confiar. Y eso se detecta, se siente. Y por eso no se entiende el derrotismo de algunos. Si esto está yendo fantásticamente. Al menos por nuestra parte. Que está siendo jodidamente caluroso, lo está siendo. Pero estamos recibiendo cada día un chute de conexión con algo que no habíamos detectado. Y es que Yolanda, engancha.
Quedan tres días de campaña que ya son dos. Hoy otro debate descafeinado ya que el Feijoo no va a debatir. Feijoo, el mentiroso, el amigo de los narcos, está viendo como cada vez que aparece en pantalla, se mete en un charco del que es imposible salir. Y ahí va naufragando. Cada día un poco más. Y llegará el 23 de julio. Yo lo veo.
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