miércoles, 12 de julio de 2023

Nessun Dorma - Eu Manzanares


¿Podemos decir que una expresión artística es una venganza? ¿O que a través del arte podemos hacer que las cosas cambien? ¿Es el arte un arma a través de la que canalizar la rabia? ¿Sirve de algo estar en contra del estado de las cosas si no haces nada más que tener conciencia y poco más? Algunos de estos temas ya han estado presentes en la obra de Eu Manzanares, pero es aquí, en Nessun Dorma, la obra que presenta en la Sala Beckett de Barcelona donde todo esto es más explícito. El conflicto de la autora con su obra y con lo que hay fuera de la obra. Nessun Dorma es una obra donde ves a Eu en muchos de los gestos, de las expresiones, de las maneras, de los giros de algunas de las actrices de la obra, en la autora teatral y última representante de la familia compuesta por la yaya que dona sangre para conseguir comida en la postguerra y la madre que limpia pisos de gente bien, y también en la activista exacerbada que quiere bum bum fuego ostia. Es una obra en la que, si conoces a Eu, conoces a la Marga, no puedes permanecer como si lo que te contaran fuera algo ajeno. Es una obra en la que comparas. Comparas a esa madre con tu madre y piensas que tu madre es todavía peor que lo que quiere decir Eu sobre ese sentimiento de condescendencia hacia los 'amos' que muchas veces se tiene... mi madre no tiene condescendencia, o permisividad, o síndrome de Estocolmo, mi madre es que no sabe ser de otra manera y por eso, quizás, la quiere tantísima gente. A lo que vamos, que no es esto. La obra de Eu va sobre la venganza, sí, sobre la venganza que quiere tomarse la autora mediante esta obra con todo un sistema que ha puteado, nos ha puteado, a todos y todas y lo sigue haciendo cada santo día de nuestra vida, o bien, también va sobre el valor de la venganza, el amor, la inutilidad de la venganza, la rabia, la frustración por vivir en un mundo que no cambia o sobre el que no tenemos ninguna capacidad de cambio. Nessun Dorma es el nombre de una de las canciones, no sé si un aria, de Turandot, una obra de Puccini en la que la venganza, el amor y los finales que no son los finales previstos, planean sobre lo que acontece en la representación que prepara Eu a partir de las visitas de su madre a los laboratorios a los que va a donar sangre, o las conversaciones con su madre sobre su trabajo y las señoras a las que va a limpiar. ¿Es la venganza la herramienta? ¿Es esa rabia primaria que parece destilarse en los discursos de la hija lo que triunfa en la obra? Hay un momento, dos, que me parecen muy interesantes y aparecen cuando ese grupo activista que va a hacer una 'performance' y leer un 'manifiesto' se pone a discutir sobre qué están haciendo cuando van a dinamitar una representación precisamente de Turandot y la cosa se pone seria. Ese debate es interesantísimo. Y ahí uno se puede situar con quien le parezca, pero yo me coloco con el personaje que abandona. Y el momento en el que alguien discute con la autora, la hija de la limpiadora, cuando pone en cuestión qué quiere la autora con la obra que está representando. Donde también me coloco al lado de la antagonista. Y luego resulta que la antagonista... ahí pareciera que la cosa podría hacer variar el sentido de la obra. Que esas contradicciones en las que se entran, que esa argumentación podría hacer que todo saltase por los aires, que quizás el amor, o poner más en valor el amor hacia las personas que quieres que el hecho de tomarte la venganza a través de una obra de teatro que, como se dice en la obra, no van a ver precisamente los que han de ser vengados. Pero vayan a ver cómo acaba la obra y así salen de dudas sobre lo que pasa y qué es lo que pasa realmente. Ayer la sala estaba llena y seguro que lo estará y que dará mucho que hablar.  ´

Las actrices y actor están enormes. Me encantaron Queralt Casasayas haciendo de yaya y de activista sin solución de continuidad y Júlia Truyol siendo capaz de dar unas réplicas tremendas en esos debates con Queralt Casasayas y con Tai Fati, poniendo en jaque toda la obra y todo el entramado sobre el que se supone que se iba a sustentar. No citaré a Anna Barrachina porque ya se da por sentado que es monumental. Y Pep Blasco sabe hacer perfectamente creíble al que ya lo tiene todo controlado o al que no tiene nada claro. 

Este mundo es una mierda, esta vida es una mierda, hay quien se pasa la vida repitiéndolo y repitiéndolo y esperando que todo el mundo se de cuenta de que esto es una mierda, injusto, cruel, malo, salvaje, para iniciar un algo, llámalo revolución, llámalo lo que quieras, que de paso a otra cosa. O simplemente que se haga justicia puntual aquí y ahora sobre lo que se tiene que hacer y no se hizo en su tiempo. Y nos llama a todos para que nos demos cuenta. Hay quien lo hace a través del arte, otros a través de otras herramientas. Una obra de teatro puede valer. También una obra de teatro puede valer para darnos cuenta de que no todo consiste en la venganza y que puede que la mayor venganza sea querer a quien se lo merece, comprenderlo aunque no se entienda y que la rabia, el odio, no gana nunca. No puede ganar nunca.  

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