Si me piden una opinión, como dije en una ocasión, qué menos que darla. Incluso corriendo el riesgo de meterme en un charco del que no sepa salir o que me digan algo que no me guste, pero bueno, ya me han dicho feo, así que no creo que la cosa pueda ir a mucho peor.
No hace mucho, asistí a una charla sobre la Unión Europea, dentro del curso de Filosofia per la Pau, en el que un joven experto, explicaba más o menos de manera aproximada lo que era la UE y qué estructuras de poder son las que funcionan, cómo se relacionan los estados y demás. Como quiera que di mi opinión sobre la charla y como quiera que se me relaciona con posturas digamos 'blandas' que no están por el rompimiento de la UE ni la salida del Euro, un compañero me conminó a leer un artículo de Keynes sobre los beneficios de la economía nacional respecto a las economías transnacionales. Hago este resumen a sabiendas de que el artículo, el texto, no iba de esto y que el sentido del mismo quizás era otro pero quisiera negar la mayor.
Como se me ha llamado idiota intelectual, quisiera negar la mayor. Pretender que servidor sea un intelectual es ser un optimista completo. No soy ningún intelectual, soy un periodista. Un periodista puede ser un intelectual, igual que un instalador de aire acondicionado o una administrativa de la Diputación, pero no va inherente a la profesión. Un intelectual es alguien que tiene ideas y las desarrolla. Ese no soy yo. No he tenido una sola idea en mi vida, porque me vería entonces en la obligación de desarrollarla o llevarla a la práctica y ahí, amigo, compañero, me cazas.
Pero sí que puedo opinar. Opinar es gratis y no compromete a nada. A que te llamen feo, por ejemplo, pero a poca cosa más. Y lo que es, es. No se puede luchar contra la naturaleza. Así que, como sigo en un estado de enfermedad que no me deja ficcionar, me dedicaré a comentar lo que me pareció el artículo de Keynes y ya luego si eso, pasaremos a otra cosa.
Creo que el artículo de Keynes, escrito en los años 30, tiene poca aplicación en la época actual. Habrá cosas de Keynes que sí, otras que no. Pero en esto, no sé qué tenemos que tomar de ejemplo. El artículo viene a decir que, antes, antes de los años 30, las economías nacionales tenían un qué y un porqué, pero que al interrelacionarse entre ellas, al globalizarse los mercados, al imponer unos actores a otros sus políticas económicas, esa especie de estado de confort de los estados nación se rompe y unos se ven sometidos a otros. Bien. Esto creo que sucede desde que el mundo es mundo. Imponer a otros las medidas económicas que tienen que adoptar, es algo que sucede desde que el primer homo loquefuere y también supongo que ese primer homo loquefuere tuvo ya a otro homo loquefuere diciéndole que ese sistema no era justo.
A mí no me gusta la UE. No me gusta lo del Euro. ¿Cómo me va a gustar? Pero entiendo que, si somos internacionalistas, deberemos tender a formas de entendimiento entre Estados y entre sus pueblos, que no nos jodan la vida. Esto es, básicamente lo que yo entiendo. Que la UE es una puta mierda, ya lo sé. Pero una UE de otra manera, de una manera completamente distinta, no creo que estuviera mal. Darlo por perdido y dedicarnos a ilusiones de nuestro propio estado al margen de todo, me parece que no se ajusta a la realidad. Un estado solo, con su moneda de él, trabajando al margen del mundo, no es posible. No creo que haya sido posible nunca.
Incluso Keynes en su artículo, habla del experimento soviético al que no deja demasiado bien, por considerarlo un tanto difuso y que no acaba de arrancar hacia ninguna parte. No por aislado o por internacionalista, si no porque no acaba de romper. Keynes en su artículo habla de Autosuficiencia nacional, y puede que el Reino Unido, Alemania, incluso Francia, pudieran vivir de esta manera. Pero, nosotros, España o Catalunya como futuro estado independiente, no puede imponer sus normas, o su propio aislamento sobre nada. Ni siquiera pienso en las economías de países que pasan de la norma como Irán, o el reciente caso de Venezuela o Cuba, como países que puedan decir que vivan sin tener en cuenta entes superiores que les hacen pupita en sus economías nacionales por más que estos vivan al margen. Siempre, creo, se necesita interactuar con otros.
La UE es una mierda. Insisto. El vergonzoso pacto para tratar a los refugiados como basura es una mierda. Salgamos de la UE, pero pensar que una vez fuera nuestra economía se organizaría de una manera más justa me parece muy optimista. Que se puede hacer, adelante. Pero se necesita mucha fuerza para no dejarse doblegar y no la tenemos. España, Catalunya, no tiene mucho que oponer.
Se nos dice que en Grecia Syriza no ha conseguido cambiar la UE. Y es cierto. Sumemos a más gente y hagamos de la UE algo distinto. Que en Alemania ganen las elecciones otros. Que lo hagan en Francia. Y veríamos. Incluso que las ganen aquí. En Catalunya, por ejemplo. Veríamos.
El artículo de Keynes, hasta donde he podido entender, alababa una situación anterior a una globalización o anterior a algo que poco tiene que ver con lo que tenemos ahora. Lo que tenemos ahora es otra cosa. Es un club de amigos. No es una especie de suprestado federal que es a lo que me gustaría que tendiera esto. Pero aún así, sería insuficiente.
Sea como sea, agradezco al compañero que envió el artículo su disposición al diálogo aportando un texto para la reflexión. Lástima que yo no sea un interlocutor válido.
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