Yo he sido el Barón Yanáyev, porque alguien me invitó a ser el Barón Yanáyev. Ahora no recuerdo mucho más pero sé que hubo un tiempo en el que me confiaron misiones de mucha importancia para intentar salvar a la Dama y yo cumplí como pude. No sé si cumplí bien o mal, creo que hice lo que pude, pero nunca sé si es suficiente. El Barón Yanáyev no tiene porqué parecerse a mí, pero yo hago que se parezca mucho, que sea como yo. Yo soy el Barón Yanáyev y yo soy todos los personajes que aparecen en todos los cuentos. El Barón Yanáyev era torpe, despistado, no era mala gente, pero tampoco era una persona con la que hacer muchas cosas, porque no se puede estar con alguien que no es confiable. Alguien que no se centre, alguien que no esté por las cosas que tiene que estar, alguien que no recuerde el motivo fundamental por el que está aquí. Durante muchos días, los días del mes de marzo, he estado pensando en cómo iba a ir a la fiesta que seguro que daba la Dama, la Condesa de Croissant, la Dame Masqueé. pensando en qué hacer, qué ponerme, qué le iba a contar, qué cosa curiosa iba a intentar aportar para que ella estuviera contenta y orgullosa de mí. Y pensaba en todos los días que faltaban, sin mirar si el día era uno u otro. A veces, muchas veces, lo olvidaba. Creo que lo olvidaba durante buena parte del día, pero siempre, siempre, cuando me acercaba al pergamino para escribir algo, recordaba porqué estaba aquí. Yo era el Barón Yanáyev y me encargaron una vez una misión y esa misión no sé si la llegué a cumplir. Creo que la cumplí, pero no recuerdo si lo hice bien o lo hice mal. Así andaba, intentando recordar qué día era el del cumpleaños de la Dama, sin darme cuenta, o sin querer mirar pergaminos anteriores para tener la fecha clara, yendo a lo mío. Despistándome, haciendo cosas, centrándome en una vida que pasa de puntillas por todo lo demás. Todo lo demás es todo. El Barón Yanáyev a la enésima potencia. El Barón Yanáyev supera al personaje y se convierte en una persona en la que no puedes confiar. Ahora sí que no me van a volver a encomendar ninguna misión. Ahora sí que la he liado.
Ayer, 11 de abril, me planté ante la puerta del Palace con mis mejores galas, jugándomela, haciendo como que no iba conmigo. Alguien me dijo que tuviera la vergüenza de retirarme sin decir nada. La Dama no estaba y el cumpleaños había sido hacía semanas, concretamente el 24 de marzo. Me ví sentado en una acera de nuevo pensando qué había hecho, qué estaba haciendo y si la Dama me podría perdonar de alguna manera.
Si merecía la pena que la Dama me perdonara, de hecho.
Feliz cumpleaños con más de tres semanas de retraso. Y mil perdones.
La Dama quiere mucho a Yanayev y le perdona todo porque ya sabe cómo es. Y además organizará una fiesta de incumpleaños para que Yanayev pueda asistir esta vez. Y para que no se le olvide, enviará a buscarlo.
ResponderEliminarFeliz tarde.
Bisous
:)
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