¿Quién quería, a las 21h, que ganara Portugal? Excepto los seguidores madridistas, que no son pocos, no había demasiada gente que ayer animara a Portugal o viera con buenos ojos que Cristiano Ronaldo se alzara con el título de Campeón de Europa de selecciones, pero... la vida, y en concreto el fútbol, da para revisar conceptos, ideas y percepciones en 90 minutos (en principio) o 120 en su defecto. A Cristiano lo soportan los suyos, el resto del mundo no tenemos ninguna obligación de mostrarle simpatía alguna. Ni siquiera eso de que Portugal es un país más humilde y los franceses no acaban de molarnos demasiado, había conseguido que el clamor popular se decantase por Portugal. También habría que saber qué país nos cae bien.
Hace un tiempo, advertí que,con la victoria del Real Madrid en la Champions, el fútbol ya no existía. Un equipo sin estilo definido, con estrellas que cumplían su cometido pero sin un juego que quedase en la memoria, ganaba y demostraba que tanta lírica, tanto estudio, tanta planificación, tanto... es nada. Que el Real Madrid iba a ganar y ganaba. Y punto.
Pues bien, ayer se demostró que el fútbol contemporáneo vive unas horas muy bajas. Que está vivo porque mantenemos el recuerdo de algo que vimos hace tiempo y que lo catalogamos como fútbol. Hay algo que no cuadra. Se juega mal, se juega muy mal. ¿Han visto algún partido de la Eurocopa? Se van a reír, yo no. No he visto jugar a España, por ejemplo. Ni un partido. Así que hablo por hablar, pero por lo que he ido olisqueando por ahí, no ha habido demasiado nivel. Selecciones que parece que... no llegan a nada. Grandes figuras infladas por los medios de comunicación, que no aparecen por ningún sitio. Propuestas de juego... jugadores que llamen la atención de cara a un futuro... creo que nada.
Ví el partido de ayer. Naturalmente no iba con Portugal. Había visto cosas sueltas de Francia, sobre todo el partido con Islandia y bueno. El concepto de Francia parece ser el siguiente: tenemos gente muy fuerte, auténticos mulos en el centro del campo... en lugar de poner algún virguero, media punta, algo, que medio juegue, acentuamos la idea y metemos arriba más cera, sin combinaciones, sin moverla, correr, chocar, y si eso, que la pille Griezmann y se invente algo. Algo así puede servir para ir pasando rondas, e incluso para ganar el título. Podría haber ganado Francia perfectamente. Pero hubo un poco, un poquito de justicia y ganó Portugal.
Ya saben cómo fue. Minuto 15 aproximadamente, Paiget le da un zasca a Cristiano Ronaldo. Este hace aspavientos mil. Ya está el peliculero otra vez... no, espera, que parece que le han dado de verdad. Ojo, que se lo han cargado... Cómo explicarlo. Sí, claro, iba con Francia, no aguanto a Ronaldo... pero... hombre, quería verlo en el campo. Quería verlo perder. Es así. El fútbol es así. Sin Cristiano... la cosa perdía gracia. Sus llantos, sus lloros, los aspavientos, los gestos... la gente primero le abucheaba y luego se despide de él aplaudiéndole... Y pensé, ahora Francia se los va a comer, pero el fútbol es así, insisto, y como es así, sigue vivo.
De repente, Portugal, que me había parecido un equipo truño (lo ví contra Gales y, la verdad, vaya plomo), se pone a jugar. Nada, nada del otro mundo. Simplemente, pasarse la pelota. Si han seguido la historia del fútbol en los últimos 40 años, sabrán que Portugal ha tenido auténticos equipazos que no han llegado a nada. Jamás. Que han tenido unos virgueros tremendos, unos jugadorazos increíbles, pero que siempre se quedaban en nada. Que si no hubiera habido porterías, Portugal sería campeón de todo. A la hora de la verdad, sus delanteros desaparecían, fallaban y fallaban y para casa. Ni siquiera con Cristiano Ronaldo. Uno ve a esta Portugal y le parecía infinitamente peor que otras selecciones históricas. Joder, Rui Costa, Figo, Pauleta, Carlos Xavier, Futre, Couto, Sa Pinto, Deco, Nuno Gomes, Costinha, me dejo muchos, muchísimos. Aquí... salvo Cristiano... nada. Nani. Y a Nani ya lo conocemos como un jugador que mucho lirili y poco lerele.. Pues ayer, se retira Cristiano y empiezan a jugar, a plantar cara, a hacer de Francia un equipo bastante menor.
Francia. Sissoko, Pogba y Matuidi. Tres bestias en el centro del campo. Pogba, piden cien millones por Pogba. Todavía estoy por verle una gracia. Casi imposible traspasar esa barrera. Pero... ¿y jugar? Las únicas jugadas respondían a un patrón, Sissoko la cogía, tiraba para delante y no había manera de pararle. Ya está. Griezmann pudo marcar, Giroud pudo marcar, pudo ganar Francia muchas veces, pero algo fallaba. Francia no juega a nada. Aplasta por el físico, pero si la mueves, si te la sabes pasar... Portugal jugó a eso. Con rémoras como Quaresma, con futbolistas grises como Adrien Silva, como William Carvallo... pero ahí. Todo el rato. Sin acularse, sin achantarse.
El fútbol. Tras una larga serie de topetazos y jugadas que van a nada. Guignac, delantero que juega en la liga mexicana, está a punto de cascarle el gol de siempre a Portugal, en el último minuto, pero no. Al palo. Prórroga. Portugal había metido en el campo a un tal Eder. Delantero que ya conocíamos de otras competiciones, un bigardo alto, espigado... nos informan que no ha marcado un gol en toda la temporada. Bravo, gran elección.
Eder lo cambia todo. De repente, Portugal tiene un pavo al que echarle la pelota. Provoca tres o cuatro faltas seguidas, le saca una tarjeta a Umtiti, esto significa algo. En una de estas, la coge, la para, ha conseguido quitarse de en medio a Umtiti que ya está apercibido y lo flota, qué va a hacer, está lejos, podría tirar... tira a puerta y marca un golazo del copón. Un delantero que lleva un año sin marcar, en ausencia del pichichi, del goleador por antonomasia, coge la pelota y se casca un golazo de asustar.
Francia ya llevaba deshilachada mucho tiempo. Se acaba de descoser. Diez minutos de nada y Portugal campeona.
El Fútbol sigue vivo de milagro. Hace ocho años, Grecia le ganaba una Eurocopa a Portugal en su casa, con mucho menos fútbol. Portugal gana la Eurocopa con cuatro cañas, empatando más partidos que los que ha ganado, con su estrella en la grada, simplemente pasándose la pelota de vez en cuando. Francia la pierde por no saber jugar a fútbol, por no ser valiente y atreverse a pasarse el balón, por contar solo con jugadores musculosos y aburrir a Griezmann.
Hace un mes y algo, el fútbol moría con la victoria del Madrid. Hoy, con Ronaldo levantando la Copa en una final que no ha jugado, el fútbol recupera algo de rigor. Y nos da una nueva línea de pensamiento.
No porque nos digan que tal o cual tiene a tal o cual, no por que nos digan que contra tal equipo no se puede porque es... tenemos que dejar de jugar. Juguemos. Encontremos al de la camiseta del mismo color, pasémosle la pelota. Esperemos que el que no ha marcado lo haga.
Es simple.
No hay comentarios:
Publicar un comentario