jueves, 21 de julio de 2016
Nic Nac Noc
¿Cuántas veces puedes empezar a escribir un texto? Si hay más de dos intentos fallidos, si has escrito dos o tres veces algo y tienes que volver a empezar. Lo he vuelto a hacer. La batería del portátil se va a acabar. Hablas con alguien, le cuentas lo que te ha pasado esta mañana, tienes que ponerte a escribir algo. Sobre lo que ha pasado esta mañana, mejor no escribir, a nadie le gusta hacer leña de uno mismo. Ni siquiera a mí. Aunque buena parte de lo que aparece por aquí suele ser bastante así. Los niños juegan en la plaza, el sol hoy es como todos los soles de este mes de junio. Por la foto, podría hablar de Baal, enmascarar algo con Baal. Voy a contar lo que hice ayer. Ayer por la noche me puse a leer el libro que me estoy leyendo. Salí a la terraza, hacía mucho calor. Me puse a leer y me serví un vasito de vino blanco, fresquito. Es un Rueda muy baratuno y con un vaso que te bebas matas el deseo ya para largo. Ahí estaba, en la terraza, con el libro que debe ir poco a poco llegando a su fin y que efectivamente, cada vez se acerca de manera inmisericorde a su resolución, con el cielo algo nublado, eran las ocho de la tarde. Desde hace unos días me preocupa algo lo de no saber escribir. Alguien me dijo que ponía muchas comas. Ayer, repasando un texto, me dí cuenta de que escribo fatal, que muchas frases no se entienden, que puntúo como me sale de las pelotas y que no controlo los qués los porqués y todo eso. Me puse a leer y al cabo de media hora empezaron a caer unos gotones de lluvia muy gordos. Amenazaba con llover durante toda la tarde pero esperó a que yo me sentara en la terraza para empezar a... me metí para dentro y puse toda la instalación de lectura en la salita. Al cabo de tres minutos no caía ni una gota más. Así que volví a salir. No habían pasado diez minutos que volvió a llover. LLovía y no llovía. Jugaban conmigo. Baal juega conmigo, supongo. No lo hace con maldad, simplemente se entretiene proponiendo situaciones extrañas. Con todo ese calor, me hice una pizza del tarradellas. Desde que como de casi todo, me sorprendo viendo los champis cortados antes de meter la pizza en el horno. Escucho la radio, porque no tengo la tele operativa. El mando del tdt se ha desconfigurado y no me funciona. He perdido las instrucciones. Así que escucho la radio. En Rac1 escucho cosas sobre las elecciones americanas, hoy no tienen ganas de hablar del procés ni de nada. Al cabo de un rato, la cambio a la Ser, ahí sí que hablan de cosas que me interesan, pero me aburro de escuchar y no poder comentar con nadie, así que la quito cuando acabo la pizza y me pongo a leer. Es esto. Me pongo a leer y al cabo de unos minutos de lectura, el libro me entretiene muchísimo, descubro que me estoy durmiendo. Pero es demasiado temprano para irme a la cama. Me quiero terminar el libro esa misma noche. Pero tengo mucho sueño. En esa pelea me encuentro cuando decido mirar por ultima vez lo que ocurre en el mundo a través del móvil para llegar a esa franja horaria en la que ya no duele decir que te has ido a dormir. Tengo miedo de que la lluvia haya provocado un cataclismo de mosquitos y que esta noche todos ellos vengan a dormir conmigo. Normalmente suele venir uno. Ya no me pican. No noto que me piquen. Vienen, zumban a mi alrededor, me molestan, pero llegados a un punto ya no me pican. No tengo picaduras. Tenía una picadura bien gorda en el tobillo. Me rasqué y me salió una pequeña heridita. He dormido bastante regular, a las cinco y media me ha despertado algo. Algo. Supongo que he tropezado con el móvil que lo tengo en la cama y he debido pensar que era otra cosa. Pero me he asustado. He estado pensando en que podría haber cosas en la cama. He encendido la luz. No había nada. Un mosquito, algo. Siempre cuento lo mismo. Tengo mosquitos. He dormido hasta las cinco y pico y luego me he levantado a beber agua. Siempre cuento lo mismo. Se me van agotando los temas de conversación. Me voy de vacaciones al pueblo. No es un tema especialmente interesante comparado con. Comparado con. Nic nac noc. Comparado con. He cogido el hilo. Nic nac noc. Piensas que siempre habrá alguien que se lo está pasando mejor. Que estará haciendo algo mucho más interesante. Que podrá decir, a ver si esta noche no nos pican los mosquitos. Esta noche no hay follón en la calle. El otro día hubo follón, pero mejor no cuento nada, porque no es algo de lo que uno deba alardear. No le interesa ni a la ciudad, ni a los vecinos, que no hicimos absolutamente nada por intentar, de alguna manera, en algún modo, poner fin a aquello. Nic nac noc. Voy hablando de cosas hasta que vea que la barrita del texto está suficientemente... no sé cómo decirlo, hasta que vea que el tamaño del texto corresponde con lo que uno suele... Al fin y al cabo, va a dar igual. Nadie va a llegar hasta tan abajo. Sales en el texto. Todo el rato. Se me acaban los temas de conversación, no sé qué buscar ya en las redes sociales que pueda ser de interés. La vida, mi vida cotidiana, es así. Una sucesión de naderías. Nic nac noc. El futuro tiene la cara de algo que te toca por las noches y no sabes lo que es. Y sabes que no es bueno. Que no tiene cara. Que no hay nada. Nic nac noc. Hoy seguro que me acabo el libro.
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