viernes, 9 de marzo de 2018

Viva

Lo del día de ayer se lo contaremos a los hijos de los otros, no a los míos supongo, y les diremos que estuvimos allí. Hemos estado en otros días semejantes, pero no en un día tan así como ese. Hemos estado en otras manifestaciones o movilizaciones o días históricos bien planificados, más espontáneos, en los que nos sentíamos parte de la fiesta de otro, parte de un escenario en el que nada servía para nada, una naturaleza muerta, un grito orquestado hacia ninguna parte, monigotes con recorrido planificado o simplemente parte del atrezzo. Hemos ido a manifestaciones, concentraciones y movilizaciones en los que a tal hora había que estar en tal sitio gritando tales consignas y situándonos junto a unos carteles concretos.
Pero no como lo de ayer. Ayer hubo dos manifestaciones, una en Santa Coloma y otra en Barcelona. No quisiera meterme en la manifestación de Santa Coloma sin considerar que llevamos un tiempo en el que las manifestaciones se convocan y luego va quien quiere, las convoca una gente y se transforman en algo vivo. La manifestación de ayer de Santa Coloma reunió a mucha gente. Los sospechosos y sospechosas habituales y mucha gente, mucha gente más. Gente diferente y gente misma. Misma a si misma y diferente a los demás.
La manifestación de Barcelona fue un desborde. Un desborde de convocantes, de pancartas, de siglas, de nadie. Una manifestación para que realmente pase algo. Hoy es día 9 de marzo. Un día en el que descansa el megáfono, ya no se grita por los vagones de metro, ya no se canta, ya no se mira desde el andén como pasan los vagones llenos de gente con una sonrisa. Esto pasó ayer. Una chica decía que las mujeres miraban los vagones llenos sonriendo.
Una manifestación viva, por fin. Sin tener que decir ni hacer ni colocarnos en forma de nada ni mirar a la cámara para que el mundo nos mire. Una manifestación viva. Y joven. Y no es que las manifestaciones de los pensionistas sean menos. Allí, ayer, solo había gente joven. Que se siente joven. Y no necesita que le digan si debe ir vestida o desnuda, si debe dejar de cantar por que va a hablar el orador, que diga coño o diga chocho. Ha dicho chocho. Que no necesita que se lo cuenten porque lo está viviendo. Una manifestación abierta y mixta o no mixta, una manifestación para quedarte atrás y no sentirte atrás. Una manifestación por todas las que no se han podido manifestar así en la vida.
No me gusta ponerme melosón. No me gusta hacerme el feminista. No me gusta caer bien y coger el arpa y decir lo que hay que decir. O lo sientes o no lo sientes. No me gustan las frases bonitas. O lo sientes y lo has visto o no hay nada que decir. Todos tenemos madres, abuelas, primas... yo no tengo hermanas. O lo sientes o no hay nada que explicar. Todos tenemos padres, abuelos, hermanos, primos. Incluso nos tenemos a nosotros. Ahora voy, estoy viendo el fútbol.
Gente joven. Muchas y muchos. Chicas jóvenes que ya no hablan como hablan otros y otras. Que ya no van a volver atrás. Pero van a obligarnos a volver atrás. El óxido no descansa. Pero no sabemos si somos más o somos menos. Si son más o son menos. Vemos las fotos luego de las manifestaciones en Murcia, en Vigo, en Valladolid. Marea de gente. Mucha gente. Infinidad de gente.
Y el miedo. Servirá para algo. Ojalá sirva para algo. Recuerdo las manifestaciones de... calla abuelo. Al volver en el metro, aplastados por la gente, bromas sobre el empoderamiento entre personas que no han ido a la manifestación. Ojalá sirva de algo. Tiene que servir de algo.
Una manifestación como hace tiempo que no he visto. Una manifestación que no quiere dar pena, que no apela a la lagrimita. Una manifestación viva, con gente viva, que canta, que no tiene vergüenza en hacer carteles, en vestir carteles, en gritar carteles. Soy un poeta de la Barceloneta. Esa sensación de 'ya está el hippie de mierda haciéndose el simpático con las pavas'. Machitos avanzando por la manifestación sin mirar por donde pisan. Pegatina morada. No todo es florido y bonito.
Pero es una manifestación y está viva. Y está viva porque no la hemos pensado nosotros. No la hemos cuadriculado, gritado, cantado nosotros.
¿De qué iba la manifestación? ¿Por qué tanto rollo por el día de la Mujer Trabajadora? Si te lo tienen que explicar es porque la manifestación del año que viene tiene que ser mayor aún.
Manifestaciones a las que va la gente, por una vez, porque es absolutamente necesario.
Es necesario estar viva. Es necesario manifestaciones donde se ría y se grite. Y se diga que ya está bien de hablar tanto. Y hacer más.
Y se hace todos los días. Toda la gente. Incluso yo mismo.

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