Lo más parecido a una biografía de David Bowie, dice la vitola que rodea el libro. David Bowie entrevistado desde más o menos el año 1969 hasta el 2003. Desde que está haciendo el disco The Man Who sold The World hasta que presenta el disco Reality. Aún hará dos discos más, el The Next Day y el Blackstar. Pero no hizo más entrevistas, con lo que no sabemos qué pensaba desde el 2003 hasta que falleció hace ya cuatro años.
Es un libro interesantísimo este. Son entrevistas que recorren cronológicamente la carrera de Bowie, con sus altos, sus bajos, sus resurrecciones, su progresiva desgana hacia la música y si preferencia por otras cosas, como la pintura, el pensamiento, el arte así en general, vivir la vida, la edad, los hijos, etc. Y son unas entrevistas donde el pasado, su pasado, siempre viene a verle. Un pasado que tiene una forma concreta, omnipresente, que siempre planea sobre todas las entrevistas, sobre la mayoría de ellas. Es Ziggy.
El personaje de Ziggy, creado justo cuando estaba terminando la grabación de Hunky Dory, para bien y creo que poco para mal, salvo que se te vaya la pinza y termines más hecho polvo que... David Bowie en 1976. Digo que es un personaje que para bien marca a David Bowie y tendrá a todo el mundo pendiente de qué es lo próximo que se le puede ocurrir a semejante artista. ¿Alguien ha visto el último concierto de Ziggy? El último concierto de la gira, donde decide 'matar' al personaje y cambiar el tercio y de banda, las Spiders of Mars, es toda una lección de qué hacer sobre un escenario, cómo tener a todo el mundo en babia, con un musicón brutal. Y una presencia escénica que tan solo con la primera canción y la forma de entrar en el escenario ya te deja k.o.
David Bowie a partir de ahí va experimentando con todo lo posible en esos años. Tanto experimenta que en 1976 tiene que parar, salir de los Estados Unidos y refugiarse en Berlín, grabando en Francia. Y graba tres discazos, Low, Heroes y Lodger. Aunque cada vez más y fue un descubrimiento tardío, el que más me gusta es Station to Station, el disco donde él mismo dice que enterarse no se enteraba de mucho, que iba sobre las estaciones de la cruz, oscurantismo, cosas de magia, yo que sé.
Mola David Bowie. Inquieta e intimida. Es peligroso. Es alguien que debía ser magnético y que debía ponerte delante tu debilidad. Desde que vi de niño el video de Blue Jean. David Bowie mola, incluso cuando haga cosas flojas o que no entiendas, como toda su carrera después del Black Tie White Noise. Mola y punto.
Y en este libro se aprende mucho, de música por supuesto, aunque Bowie alardee de no ser un músico sino que es la música lo que le sirve para expresar otras cosas. De música y de cómo plantear la música y la vida. De reconocer los errores Jose y de ser valiente para decir 'pues ese disco fue flojo', aunque cuando lo vendías dijeras que tal.
En definitiva, un regalazo de libro que te hace pasar tu 'mes Bowie' de nuevo. Y no sé si empujarte a descubrir esos discos que no te... pero es que los que molan molan tanto...
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