Todos estos días, yo hablaba con mis contactos en Madrid y me decían que no, que no era posible, que estaba todo fatal y que la posibilidad de que la izquierda sumara era prácticamente imposible. Que la gente, mucha gente, estaba ahí. Que estaba con Ayuso y con su mensaje. Cualquiera que fuese. Pero que esto no venía de ahora, que esto era el trabajo de muchos años. Que no podía ser pero era. Y yo pensaba que esta vez no. Que esta vez, como había pasado en los Estados Unidos, irían a votar hasta los yoquesé y que ese torrente de votos, por mucho que ellos movilizaran a todos los suyos sería superior. Porque nosotros somos más. Pues no.
Nuevamente mi olfato ha fallado y por eso soy periodista y no soy politólogo. Simplemente me debería ceñir a describir lo que ya ha pasado y no dar siquiera una interpretación. ¿Qué es Monedero? ¿Es politólogo? La interpretación que ha dado Monedero de lo que ha pasado es tan aberrante que da entre miedo y vergüenza. Pero no carguemos las tintas con quien ve que todo lo que había pensado hace unos años se ha quedado fuera de juego. Porque aquí el olfato nos ha fallado a todos. Menos a quienes ya veían venir esto.
Vallecas. Nos hemos pasado la campaña alardeando de Vallecas, del voto popular, del voto de los barrios, del orgullo de clase, de la conciencia de clase, de algo que está ahí o ha estado ahí alguna vez. Los barrios populares donde nunca, jamás, se podrá votar con otra cosa que no sea... el qué. Qué es lo que nos pasa. Alguien ha dado en twitter un margen para repensar la izquierda hasta el viernes por lo menos. Yo no sería capaz de hacerlo ni en diez años.
Así que no voy a hacer ningún análisis sobre el tema. Ha ganado la derecha proponiendo algo, inconcreto, superficial, pero atractivo y sencillo de entender. Atractivo. Quién no quiere ser libre, quién no quiere estar vivo, creo que lo ha dicho el Basté esta mañana. Elegimos estar vivos y si estamos vivos, vivir. Todo lo demás, es complicado. Es muy complicado. Cada vez más complicado. Cada vez menos sencillo.
La izquierda no tiene los medios de comunicación a favor. La izquierda no los ha tenido nunca. Jamás. Y aún así hemos estado ahí. Los medios de comunicación y la gente mayor. Los móviles y la gente joven. Son pensamientos que van saliendo. La política y el fútbol, cómo el fútbol no interesa y la política es mejor que el fútbol porque cada día tienes algo. El fútbol se ha convertido en algo aburrido. Escuchar las cosas que dice la Ayuso o Abascal, es más interesante, cada día una, en tu móvil. La gente joven. La libertad.
En fin. Que seguiremos escribiendo sobre las cosas que pasan, sobre porqué nos pasan y qué podríamos hacer. Aunque ayer ya lo dije en otro sitio, empiezo a cansarme de mis propios análisis de mierda. Hace falta más acción. Es la acción lo que prima. No pensar tanto, actuar, sin tanto escrúpulo, sin sentido del pudor, sin vergüenza. Hacer, patada adelante, otra cosa.
Total, son dos años más de Ayuso.
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