Claro, cuando ves al President Torra diciendo todo lo que dice y haciendo lo que hace, pues claro, dónde va a parar. Por eso, porque es muy fácil reírse ahora de Quim Torra, creo que es justo que dirijamos nuestra mirada hacia otra parte. Es muy fácil reírse de quien va soltándolas como si él no estuviera en ningún sitio, si flotara, si fuera un sustituto que no tiene más responsabilidad que la que le conceden otros. A él no le podemos echar la culpa. Es un president ficticio. No vamos a hacer leña del árbol caído.
Ahí tenemos en cambio a nuestro president Sánchez. El presidente, la esperanza blanca, el resistente, el cambio, la izquierda. El socialista. Vamos a detenernos un poco en el personaje. No, es broma, no vamos a detenernos en ningún sitio. Pero tengamos al menos un momento para él. Qué podemos esperar. Qué nos espera. El llamado partido de la moderación, del orden. Usted está viendo a todos esos jarrais quemando cosas en Barcelona y le asusta. Y a todo ese gentío de gente caminando y comiendo y cantando y le produce acidez de estómago. Usted debe confiar en ese señor, impecable. Impecable Pedro Sánchez, que le promete lo mismo de siempre, pero es más resultón, moderno, habla inglés y le gustan los Planetas, seguro.
Estamos realmente mal.
Mañana, hoy, hay huelga general. No hay que consumir nada. No debería estar tecleando. No voy a hacer huelga. No quiero que me cuenten en un equipo que no es el mío. Y ya sé que contravengo todos los principios éticos y morales de quienes luchan por los derechos humanos, pero es que no. Que no me engañan más ni otra vez ni nada. Que no. Y así siempre.
Este artículo es lo mismo siempre.
Fermín me dirá que cómo puede ser, la Teresa Franco me dirá que no nos entiende, y más gente pensará que menuda mierda de texto.
Pero no es muy habitual poder tener un sitio donde expresarte y decir lo que uno siente. Más allá de foros de discusión que se montan en la puerta de bares, decir lo que uno piensa, lo que uno cree que es todo esto, no es sencillo.
Mañana tendremos otro paso más. Hacia lo mismo. Mañana otra huelga, otra movilización, para nada.
Nuestras movilizaciones, cuando las hemos hecho, de qué han servido.
Nuestra gente, movilizada, qué hace.
Nosotros, realmente, qué somos.
Al final, el que gana con todas estas dudas y disquisiciones es la nada. La nada de un president prometiendo engañar de nuevo a toda la tropa. La nada de un socialista que no se cree en absoluto lo que le digan que no se tiene que creer.
Y mientras, nosotros, aguantando e intentando reconstruir como hormiguitas algo. Algo que no entenderá ya nadie, pero que será nuestro. Nosotros no estamos ahí. Oigo hoy a la de Ciudadanos en el Parlament y pienso: de verdad somos tan melones que no hemos sido capaces de hacer llegar una propuesta más atractiva que la que nos ofrecen los naranjas? ¿tan mal lo hacemos? tan mal lo hacemos.
Y en el otro lado, ya sabemos, la casa es grande, El Tardà invitándonos a un front comú, para laminarnos y esquilmarnos, la casa es grande, ya lo sabes.
Estamos hablando de juegos políticos. De cosas de salón.
Y mientras, lo de aquellos que están en el talego, pues va pasando.
Y mientras, palizas, hostias, pelotas de goma.
La vida pasa.
Pedro Sánchez, qué bien viste.
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