Te gusta escribir. Cuando escribes, sientes que estás poniendo tu grano de arena. Lo lees, te gusta. Buscas cómo publicarlo, lo compartes. ¿Qué reacción despertará en la gente? He leído lo que has escrito, me ha encantado. No lo he entendido. Bueno. Lo he entendido, creo. Escribes muy bien.
Durante todo este fin de semana, LET Teatre bajo la dirección de Ana Pérez, ha representado en el Teatre La Colmena la obra Atemptats contra la seva vida, adaptación de la obra del británico Martin Crimp. Dos actores y dos actrices avanzan hacia el escenario, empieza la función. Una hora después, finaliza la función.
¿Qué tenemos en medio? En medio tenemos algo parecido a lo que puede ser la vida o las vidas o secuencias de la vida de una mujer llamada Anne. Pero a quién le importa. A quién le importa que simpaticemos con la Anne que, siendo una antisistema, una luchadora por los derechos de tal, esté enrollada con un potentado, uno de esos poderosos que no nos gustan pero nos fascinan. A quién le importa si Anne es una nazi de mierda, o una revolucionaria, o una santa, o una actriz porno.
Aquí de lo que estamos hablando es de que todo es todo. Que la vida, las vidas, las imágenes, las secuencias, la luz anaranjada, el pelo en cascada, la ciudad con río, las mujeres bailando, los números musicales, bajar a tirar la basura, pensar en el promedio de paso de los coches del metro, pensar qué hacen esos tres cactus pequeñitos nada más salir de la terraza si ayer estaban en una repisa y antesdeayer en el lavabo, pensar, comentar, disfrutar las cosas, crear ensoñaciones, disfrutar de imágenes. Todo eso.
No lo entiendes, pero lo debes entender.
Me encanta.
Las cosas, las imágenes, los techos altos, el porqué de las cosas que tú crees casuales y no lo son, porque estamos en manos de cuatro mangantes que hacen de nosotros lo que quieren. Un Mercedes Benz surcando una carretera, un Mercedes Benz de los años setenta, ochenta. Ese Mercedes Benz. Soy tan así que me imagino escribiendo partes de la obra que vi ayer. Obviamente. Obviamente me lo imagino y me creo capaz. No obstante, aunque lo pretenda no pasa nunca. Salvo que lo hagamos todo tabaco y seamos nosotros quienes decidimos quién hace las obras, ni quién las deshace.
Otra vez lo han vuelto a hacer. LET Teatre hacen un teatro efímero y es una pena. Un año preparando obras difíciles, que se representan durante unos días, pocos días, tres días. Y desaparecen como el tal en el viento. Y no es justo, no es nada justo. Porque es un trabajo difícil. Eso lo podrías hacer tú. No lo puedes hacer tú. Esos diálogos, esos textos. Marca registrada. Todo. No se hace por hacer, no se hace como un juego. No se hace un día sí y mañana no puedo venir porque me ha salido una cosa y así lo vamos retrasando y al final sale ese truño con el que todos nos reconfortamos porque eso lo puedo hacer yo.
Todo eso, lo puedo hacer yo.
Todo el mundo puede ser Anne, todos pueden hacer como Anne. O bien todo el mundo puede equivocarse con Anne y pensar que Anne no existe. Todos nos podemos creer que tenemos el mundo así, a nuestros pies, mirándonos. La cámara nos quiere.
Somos importantes.
Felicidades de nuevo por un gran trabajo. Y que no se quede ahí.
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