jueves, 3 de octubre de 2024

Crónica del #PleGramenet de septiembre. Fear of a black planet


Pues resulta que cada uno quiere tener su trocito de espectáculo. Su poquito de inseguridad, sus datos de delincuencia, su manifestación en la calle, su Santa Coloma es el bronx, su miedo a salir de noche, su cuidado con el bolso, su el Fondo es invivible, su Plaza del Reloj, sus ancianos en peligro, cada uno quiere su cuota de pantalla y se administra a una serie de acólitos para que hagan ruido o para que cuenten y para que hagan de soporte a un relato que viene a decirnos que absolutamente todos los problemas de Santa Coloma se reducen a uno: la inseguridad y si nos ponemos a escarbar un poco, nos encontramos con que el problema real no es ese, es otro. Que yo no lo soy, pero. Y así el pleno del pasado lunes nos embocó hacia una serie de discursos, testimonios y referencias que pintan una ciudad que no es la ciudad que usted y yo vivimos cada día, una ciudad que es como las demás, pero más pobre y quizás ese sea el problema, pero lo que quiere la derecha y la extrema derecha no es que nos fijemos en la pobreza y le pongamos remedio, no quieren que invirtamos en lo público, ni siquiera quieren que invirtamos en más fuerzas y cuerpos de seguridad, quieren el miedo, el miedo para seguir ganando votos y adeptos y claca. Y hacer ruido. Y que ese ruido se amplifique en redes. Y que en tu móvil puedas ver al concejal de Vox, al joven, diciendo que fíjate tú qué mierda mandarle dinero a Burkina Faso pudiendo gastarte el dinero aquí. Y a él le importa una mierda Burkina Faso como le importa una mierda los recursos que se pueden destinar aquí, porque VOX en realidad es un partido al servicio del capital, de los ricos, de los que más tienen, y nunca van a apostar por que tú tengas más recursos, seas blanco, negro o azul, mucho menos rojo, porque lo que quieren es otra cosa. Y uno entiende que el equipo de gobierno quiera callar, minimizar, poner sordina al griterío de VoX, es una estrategia, pero duele a los oídos, al corazón, a la vida, escuchar cuando se dice que 'hemos llegado a un acuerdo para retirar la moción y estudiar la propuesta de Vox sobre seguridad', porque a Vox no se le escucha la propuesta en seguridad, se le argumenta en contra y punto, no se hace un número que blanquea a Vox como un actor más cuando no lo es. Y sí, fue el primer pleno municipal sin Núria Parlon y naturalmente podemos decir sin miedo a equivocarnos lo más mínimo que Mireia González no es Núria Parlon. Esto es una evidencia que creo que todo el mundo tiene clara y que después de casi dos meses de oficializarse la noticia y la toma de posesión y todo eso, ya no presenta ninguna sorpresa. Nos quedaba saber cómo iba a ser un pleno comandado por González y con Suárez en el papel de Serrano. Y nos quedó la sensación de que, efectivamente, Núria no es Mireia, Mireia no es Núria, Esteban no es Toni y Toni no es Esteban. Al menos por ahora. Porque el tiempo y quizás una mayor familiaridad con el idioma ayude a retomar ese papel que, bueno, ahora mismo todavía no se ha adquirido con total firmeza y así te pueden vacilar y tal y tú todavía no sabes si puedes o no puedes. Que no creo que dure mucho el vacile porque de la misma manera que es evidente todo lo anterior, más evidente todavía es lo otro, tan evidente como predecible. Y ya veremos. A lo que vamos es que Mireia González se esforzó mucho por marcar un tono diferente en sus intervenciones, que no eran las de otra persona, que eran las suyas, y sobre todo en el énfasis con el diálogo. El diálogo, aunque antes hubiera habido un rapapolvo, una reprimenda, un no estar de acuerdo, pero la coletilla final era la de estar oberts a parlar amb tothom. That would be something. Hemos vuelto. A pesar de ser no regidores estamos en los plenos, pedimos la palabra, hablamos con gente, nos enteramos de cosas, todavía no dominamos el tema de los vídeos, pero tenemos tres largos años por delante para intentar aprender. O no. Pedimos la palabra en tres puntos, que parecieron cuatro pero no, que se quedaron en dos. Intervinimos, los Comuns, digo, en la licitación del SAD, que ya hace dos años nos costó una sonora pitada por parte de las trabajadoras y que ahora parece que no se cuenta con aquel respaldo absoluto a una privatización que precariza más las condiciones de trabajo a cambio de una supuesta subida de sueldo. Intervenimos para decir que nosotros estamos donde estábamos, apoyamos los derechos de las trabajadoras y no queremos la privatización. Lo pasao, pasao. Y luego intervinimos para responder el show esperpéntico de Vox respecto a la educación y sacamos la cara por el sistema público de educación. Como siempre, Vox hace el papel de matón y el PP de poli bueno. Así que el PP se apuntó al clamor por lo público, ridiculizó los exabruptos de la extrema derecha y se ganó el aplauso de una claca, de varias clacas, que no distinguen al lobo por el tono del cordero. Este pleno municipal significó el del estreno de la nueva alcaldesa, una alcaldesa que quiso hacer gala de ese nuevo talante, o al menos, talante diferente, pero que ojo, no dudó en cortar una intervención que se estaba complicando y lo hizo de una manera abrupta que no pasó desapercibida. Jiji y jajá, pero ya. Hubo a quien le recordó a otros tiempos. Lejanos. La política colomense avanza pues después de un sotrac importante, cambio de alcaldesa y de un cierto desballestamiento del equipo de gobierno. Entre el público del pasillo, la nueva directora de alcaldía Bellvehí atenta a que todo estuviera en su sitio. Entre el público los familiares de los nuevos regidores emocionados al escuchar jurar el cargo. El Charkis, al menos, es del Athletic. Y al final, el gerente se hacía fotos para el recuerdo, quizás para enviarlas por mail al personal del ajuntament y recordarles que, cualquier día puede ser bueno para que se aparezca en sus sueños una vez él ya no esté con nosotros. Con ellos. Ahora, a seguir con la campaña de promoción de the new boss y por otro lado, a seguir buscando nicho entre el miedo. 

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