martes, 22 de octubre de 2024
Pequeños cuentos centroeuropeos
No le llamaban ni Panenka por el bigote, ni Jaruzelski por ser calvo y con gafas, ni Kafka por estar como más seco que el señor, ni Masaryk por el aspecto señorial, ni Puskas por la barrigueta, ni Kratoschtilova por los músculos, ni Navratilova por la melenita rubia, ni Lendl por lo aburrido, ni Kundera porque le cundiese, ni Neruda por poeta, ni Forman por superhéroe, ni Freud por comeollas, ni Walesa también por el bigote, ni Radetzky por lo musical, ni Schiele por lo pinturero, ni Klimt por pintor, ni Kokoschka por lo colorista, ni nada por el estilo. Le llamaban Banacek. Y tampoco te puedo decir si era por los puros o porqué. Pero todo el mundo le conocía como Banacek, menos cuando ella le llamaba, que lo hacía por su nombre. El nombre lo he olvidado.
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