viernes, 27 de junio de 2025

Echo Valley - Michael Pearce



Cuesta una enfermedad ver una película. Últimamente elegir un film es una cuestión bastante ardua. Algo en lo que concentrarte durante dos horas a tope, que tienes que empezar y acabar, sin la dinámica de ver un episodio, luego a ver si el siguiente, no me engancha, me engancha, la dejo a la mitad y la retomo, una suerte de dilatación en el tiempo, estamos viendo nosequé, estamos viendo nosecual, hemos empezado tal, llevo tres episodios y bueno, a ver. En cambio, la película es otra cosa, porque si eres un clásico, un antiguo, lo que pretenderás es empezar y acabar la película de una sola sentada, cosa que cuesta, porque, y si no me engancha, la tengo que dejar, la paro y sigo, al final esto es una chusta que flipas, es que tres horas y pico a ver cuándo me voy yo a la cama, qué cosa más cutre, me esperaba otra cosa. Si una serie no te mola, la dejas y ya, pero el sacrilegio de no terminar una película qué tal. Es que el mundo está cambiando tanto y la forma de consumir productos culturales, verdad. Yo que sé, cuánto tiempo voy a tardar en decir 'antes tal'. ¿No? Echo Valley está en Apple y en el cartel no eres capaz de discernir quiénes son las protagonistas aunque su nombre esté escrito en ellas. ¿Se ha operado Julianne Moore? ¿Se ha operado muchísimo Julianne Moore? ¿Y la otra chica no es la chica aquella de la serie aquella que ahora no me acuerdo del nombre pero salía la Zendaya? Vamos a ver el trailer. Ver el trailer es una movida también porque el trailer puede que te condicione todo y a lo mejor ya ves por dónde va a ir la película y lo mismo el trailer engaña. Puede ser, todo puede ser. Yo solo digo que con esta peli tuvimos que ver el trailer primero para comprobar que no, que Julianne Moore no se ha operado y que sí, la protagonista es la misma chica aquella. Pero bueno. La película. Pues la película es un torrente de desgracias así a cascoporro y mucha mala ostia y joder la niña y todo mal y pobre mujer y no ves que la cosa vaya a remontar. No va a ser la película del año, pero es una buena película para pasar el rato siempre y cuando estés dispuesto a soportar un buen rato de desasosiego y de mal rollo. Luego se pasa. Y ya has visto una peli y puedes decir que has visto una peli, porque a ver, es que no hay tantas pelis, que tienes como millones de películas y entre unas que ya las ves venir que son malas de denunciar y otras que no vas a entender o otras que es que no son para ti, pues no te creas. Al final, series que si fallas pues no pasa nada o docus musicales que aunque el grupo no te guste pues aprendes tus cosas. 

miércoles, 25 de junio de 2025

Marcos Gendre. Blues de la Frontera. Anarquía y libertad de los Amador.


Por si tenéis alguna duda para la próxima vez, cuando llegue mi cumpleaños regalarme libros. Aquí alguien tuvo a bien considerar que este libro quizás me podría gustar y acertó. Probar suerte vosotros también. Cuando quité el papel de regalo y vi que libro era rápidamente pensé, este libro me va a gustar. Porque me gusta Pata Negra aunque sea precisamente el disco del Blues de la Frontera el que menos he escuchado como disco. Canciones sueltas, cómo no vas a haber escuchado nunca Me quedo en Sevilla, o Camarón, o Lunático, o la inmensa Pasa la Vida o la canónica Blues de la Frontera. Porque uno es más del gamberro Guitarras Callejeras o del rockero extraño Rock Gitano. Pero claro, este disco... Pues bien, el autor Marcos Gendre, periodista musical, nos cuenta la gestación no solo de este disco emblemático, sino también de todo un sonido, de la historia de la fusión (oh no, maldita sea, lo he tenido que decir) de la conjunción, de los caminos que llevaron a dos gitanos de Sevilla, de las Tres Mil Viviendas, a hacer una música que no era más que el producto de años y años escuchando las músicas de su tiempo y las músicas de sus ancestros. No sólo escuchándolas, sino formando parte de una industria musical rudimentaria, oculta, a veces obtusa, casi siempre reacia, no solo con lo que suponga un avance, sino con lo que provenga de lo popular. La música de Pata Negra no es más, ni nada menos, que un paso más de un camino largo por el cual la música, en este caso un apéndice del flamenco, le sirve al propio flamenco para seguir vivo y sobre todo, para acercarse a mucha gente que tiene por el flamenco, por lo jondo, por la guitarra la bailaora el palmero el cantaor, una aversión atávica, visceral. No escuchar flamenco por ideología, por considerarlo ajeno, por creerlo cañí, españoleante, señorito, tópico, rancio. Y el flamenco es mucho más que eso, es tanto que no lo sabría definir, así que lo dejo ahí. El libro está construído a partir de las declaraciones y entrevistas con protagonistas del tema, desde los tiempos de Sabicas hasta los omnipresentes Smash y el inefable Kiko Veneno. La familia Amador y allegados como el ketamínico Antonio Carmona, la omnipresente y oculta a la vez Cathy Claret, van dando su opinión (a veces un poco redundante, porque da la impresión de que hay mensajes que se quiere que se tengan claros y se repiten) y su versión de la cosa, del surgimiento de una pareja artística, la de los hermanos Rafael y Raimundo Amador que, tras muchos años de briega, justo cuando parecía que habían dado con la tecla de lo comercial, separan sus caminos. Y en esto el libro es muy pulcro. Así como se remarca y se recalca mucho algún que otro aspecto de su biografía y de su formación, se es muy respetuoso con los motivos de la separación y con los devenires posteriores, como si no se quisiera hacer sangre sobre el declive de Rafael y el éxito mainstream de Raimundo. Especialmente recomendables son las disecciones de cada canción del disco, que nos llevan a otros mundos que también están en este y que nos obligan a escuchar el Blues de la frontera una vez más, porque se nos había escapado algo. Gracias, una vez más. 

Disculpas sinceras


La verdad es que llevo unos días que válgame la virgen. Aquí resulta que lo que yo esperaba que fuese el desencadenante de una espiral de violencia y final del régimen de los Ayatollahs debido a una intervención a lo bestia de los Estados Unidos, pues parece que yo que sé. Porque al final la conclusión a la que llega uno es que yo que sé. Es decir, Estados Unidos bombardea Irán, pero resulta que lo hace telegrafiando el ataque por lo que Irán sabe, y el efecto del bombardeo no es tan espectacular sino que parece estar pactado para hacer ver que y así contentar a Netanyahu que pide bombardear y lo hacen pero de aquella manera y entonces Irán responde y ataca bases pero ya estaba hablado también y entonces parece que es todo una tomadura de pelo y Trump acaba diciendo que qué mierdas hace Israel y uno ya no entiende nada, ni se cree nada ni se atreve ya a decir que esto o que lo otro. Porque nada es lo que parece o nada parece que es lo que ha sido antes y lo que pasa ni siquiera sabes que está pasando. Esa sensación misma de la guerra en Ucrania donde no sabes qué ni porqué. Que es una guerra y que se están lanzando cosas y que esas cosas causan daños y causan muertes. Esto es lo único que uno tiene claro, que se está matando gente. Gente que no cuenta. Porque lo que cuenta es otra cosa. Así que mis más sinceras disculpas. Disculpas sinceras. Sigue matándose gente. 

domingo, 22 de junio de 2025

Trump contra nosotros


Trump ha decidido bombardear Irán hace unas horas. Las bombas tochas que se necesitaban para acabar con la presunta amenaza nuclear de Irán las ha puesto él, ya que Israel no disponía de ellas. Israel hasta ahora se limitaba a ir asesinando selectivamente a gente y a aterrorizar a la población. A cambio estaba recibiendo misiles que causan bajas, claro, pero en un número significativamente inferior al que causa Israel, ahora no voy a poner la relación pero ya sabemos que un muerto blanco es mucho más que un muerto negro, por lo que no se puede consentir que Irán ose a responder. No creo que mucha gente llore por el régimen de los Ayatollahs. Más allá de nuestro antiamericanismo feraz y de ver en Irán o cualquiera que queme banderas yankis un aliado, el régimen iraní no es un modelo de nada. Nadie va a llorar por él. Nadie va a salir en su ayuda. Aunque Irán no fuera un régimen teocrático y fuera otra cosa, tampoco cambiaría nada. Nadie va a llorar por ellos. Toda aquella milonga de la decadencia norteamericana, de la caída del imperio romano, del emperador loco que da palos de ciego, del presidente que iba a concentrarse en lo propio y dejar de lado el intervencionismo, Trump era igual o mejor que los demócratas que siempre querían meter la cabeza en todo, el poder disuasorio de Rusia y de China, todo aquello. Toda esa patraña. Finalmente Israel ha decidido lanzarse toda vez que ha comprobado que la impunidad de la que goza es ilimitada y que cuenta con el entusiasta apoyo de la administración USA, sea esta la que sea, y en este caso una administración que no cree en nada que no sea sus santos cojonazos. Que gane Trump, decían algunas mentes preclaras de la izquierda real que venían a contarnos que los demócratas no son fiables, que mienten, que con palabras bonitas engañan, y que Trump iba de frente y había dicho nosequé. Que la clase trabajadora le había votado y eso significaba algo. Decían. Que gane Trump. Llegará a un acuerdo con Rusia y se acabará la guerra de Ucrania. Preparémonos. En las últimas horas Pedro Sánchez ha dicho que eso del 5% en armamento, no. Y el presidente estadounidense, el mismo Trump, ha dicho que a ver qué pasa con España que no se anden con gilipolleces. Pero Trump. Pero la progresía. Que Rusia. Del orden de 200 muertos al día en Irán y toda la carnicería de Gaza. Matar por matar. Matar por la diversión de animalizar al enemigo, de verlo correr por un saco de arroz medio abierto y tirotearlo. La UE dice que quizás son indicios de crímenes de guerra o de algo. No sabemos qué. Todo borrado ante la imagen de un israelí ante un edificio derruido diciendo algo que no queremos escuchar porque nos da asco. Ya son víctimas también y hay que entender el derecho de Israel de asesinar a 200 personas al día en Irán por la seguridad de todos, como dijo Netanyahu. Cosas que no creíamos están pasando. Cosas, fenómenos, políticas que pensábamos que eran de película distópica que jamás ocurriría. Masacres a cielo abierto, incipientes dictaduras en nombre de la democracia y de la libertad, indicios de que hemo vivido un tiempo y que ahora vamos a vivir otro y no queremos verlo o no sabemos cómo afrontarlo. No, pero todavía Irán puede. Irán no puede hacer nada, no tiene nada que hacer. Ni Rusia, ni China. Solo nosotros podemos aún intentar articular algo que sirva para seguir resistiendo. Ni Rusia ni China me pueden servir como referencia, como aliado, como nada. Solo nosotros, la gente que todavía crea que se puede vivir en libertad, en democracia, con derechos, con sanidad, con educación, con servicios públicos, con empleos dignos. Esa gente. Nosotros somos los únicos que podemos resistir toda esta mierda. Porque Trump y quienes están en su bando van contra nosotros, que no se nos olvide. 

viernes, 20 de junio de 2025

Curso de Padres


El planteamiento es bastante sencillo. Siete semanas, dos horas a la semana, nos juntamos un grupo de futuros padres junto con un psicólogo y una matrona, que lo hacen fantástico, para hablar del tema. El tema es ser padres. Con todo lo que conlleva. Conlleva por ejemplo que te pregunten a la entrada 'qué haces aquí' y tú respondas que vienes a un Curso de preparación a la Paternidad y que te pregunten a su vez que si eso se tiene que preparar. Que si vamos a un cole para padres. Que vaya. Es significativo que la incomprensión con el hecho de venir a un curso de estas características venga indistintamente de todos los lados posibles del tablero. Un curso de padres. En el grupo somos 12, aunque regularmente hemos ido yendo 10. Todos son más jóvenes que yo menos uno, que es de mi misma edad y claro, ya va por la segunda hija. Le llamamos repetidor porque ya desde la primera clase se encarga de bajar el balón al suelo y decirnos que todo parece más sencillo de lo que nos imaginamos, sobre todo en el momento del parto. Sencillo nuestro papel: hacer lo que nos digan, no estorbar, ya nos dicen ellos. Hay un futuro padre que nos dice el primer día que no se encuentra cómodo con las metáforas futbolísticas. Y paradójicamente, le hacemos caso y no utilizamos símiles balompédicos durante siete semanas. Aunque nos lo hacemos encima, me lo hago encima. El curso se imparte en el Cap del Carrer Major, en el Ambulatorio de toda la vida. Cuando dices 'de toda la vida' estás oliendo a tierra. En la cuarta planta. Nos vamos encontrando a medida que vamos subiendo. Es curioso porque no hablamos mucho, claro, los primeros días, los primeros encuentros, en las sillas de fuera, pero dentro la cosa cambia y la gente habla y nos escuchamos decir esas cosas que son sencillas y son tremebundas al mismo tiempo. Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos. Qué es lo que pensamos que va a pasar, qué va a pasar, cómo lo vamos a llevar, qué esperamos de nosotros, qué se espera de nosotros. Qué se espera de nosotros. ¿Estamos preparados? ¿Daremos la talla? Dar la talla se convierte en un tema recurrente aunque a ninguno nos preocupe o estemos pensando que haya un canon, pero lo hay y no sabemos si vamos a hacerlo bien, si tenemos claro qué es hacerlo bien, estoy hablando por mí. Todos tenemos algo, todos tenemos alguna cosa que nos causa desazón, pero también estamos contentos. Joder, estamos tan contentos que hemos venido a un curso a ver de qué manera podemos hacerlo. Bien, normal o regular. Uno se fija en los que ya están siendo padres y se abruma. Qué bien todo. Tú no eres capaz de hacerlo tan bien. No has hecho nada del todo bien nunca, siempre de aquella manera, a tu manera, un poco así en plan venga, lo que te gusta incluso lo haces pero no sabes si lo estás haciendo todo lo bien, imagínate esto. Todo esto. Que ya no es hacer algo, es ser otra persona. Ser tú y otra persona. Y así todos los jueves por la tarde, durante dos horas. Y hablamos de todo, sorprendentemente de todo, y da igual si somos o estamos o las edades o los curros porque todos estamos en el mismo paquete. Con diferentes lenguajes, con maneras distintas de acercarnos a la cosa, con bagajes previos. Hacemos cosas, apuntamos con rotuladores en papel marrón, en posits, y al final de cada sesión hacemos un círculo y nos decimos qué. Un día hicimos mindfullness, mi primera vez con el mindfullness. Pasé buena parte del momento pensando en Brian Eno y tuve que enviar al grupo de wasap el jueves por la tarde de Brian Eno. Y ya tuve que enviar casi cada semana una canción. Sobre el tema. Sobre nuestro tema. El pesado de la música. Siempre hay uno. Nunca pensé que iba a serlo yo pero debería haberlo sospechado. La última semana nos dan un huevo y tenemos que tener presente al huevo, no se trata únicamente de cuidar al huevo, sino de tenerlo presente. De llevarlo a los sitios, de que nos acompañe. Enseñárselo a la peña. ¿Lo del huevo qué es? Lo explicas, no lo entienden. Es igual, es nuestro huevo. La gente me pregunta por el huevo incluso sin haberlo visto. Explicamos lo del huevo, explicamos lo difícil que es. No encuentro canción para el huevo. Una de Gong quizás. Ella es la madre de todo y tu eres su huevo. Han sido siete semanas, no nos hemos tomado ni una sola cerveza post reuniones. Posiblemente nos saludemos por las calles. Pero todos sabemos que nos hemos dicho cosas. No hace falta mucho más. Ahora, al menos, sabemos que no estamos ni peor, ni mejor, pero que al menos lo estamos intentando. No lo puedo evitar: se juega como se entrena. 

miércoles, 18 de junio de 2025

The Velvet Underground - Todd Haynes

 



Por fin un documental sobre la historia de The Velvet Underground. El mítico grupo, la banda seminal, el origen de casi todo. Un documental, por fin, contemporáneo, en el que podemos aprender qué fueron y qué significaron. El documental, así para ir aclarando las cosas desde las primeras líneas, me gustó y me gustó porque me tenía que gustar. Tenía ganas de que me gustara. Y me gustó. Pero. El documental nos cuenta los orígenes de la banda. Unos orígenes que se centran en la vida, infancia y juventud de Lou Reed y de John Cale. Es en esos orígenes y en los antecedentes artísticos en los que se pierde un tiempo que luego nos daremos cuenta que es precioso para explicar otras cosas, pero quizás es que esas cosas que se deberían contar no se cuentan porque ya no son el objetivo. Me explico. El documental nos cuenta cómo se crea una escena artística determinada en la ciudad de Nueva York, con diversos compositores, artistas, fotógrafos y Andy Warhol. Cómo hay una escena musical, los míticos John Cage y La Monte Young, que experimentan con las notas, con los drones, con sostener y con romper y que de ahí sale un John Cale que es esencialmente un músico experimental, nada que ver con un rockanroler, con un rocker, ni siquiera con un amante del jazz que cae en las redes del pop y del rock. Es otra cosa. Y se junta con un Lou Reed que desde siempre ha querido ser una estrella, que lo ha intentado siendo compositor de pop, que se relaciona con esos círculos artísticos a ver qué pilla. Finalmente, como te conozco de la uni y tú eres colega de mi amigo, montan una banda y esa banda acaba siendo otra banda y esa banda es The Velvet Underground. Y el documental extiende esa parte seminal del grupo, ese antes del disco del plátano. Y se habla de Nico y de cómo Nico llega a la banda y aquí, que todos sabemos que la personalidad de Nico era de ojito cuidado, no se profundiza. Y es entonces cuando uno ve que no se va a profundizar. Del primer disco se pasa al segundo disco, se habla de la insoportable relación entre Cale y Reed y de como Cale sale de la banda. Y se habla del mítico momento en el que el ingeniero se va de la sala de grabación porque ya no puede más. Y el segundo disco, que es una barbaridad auténtica y absoluta, queda un poco sin analizar y de ahí pasamos al tercero y al cuarto. Y a mí que me gusta el chismorreo y el despelleje, pero también me interesa y mucho la música y qué música suena, pues no se me dice qué pasa en esos dos discos, qué ocurre. Porque lo que ocurre es que la banda se normaliza. Se convierten en un grupo. Antes eran otra cosa. Antes eran un invento con Warhol y sus artistas internacionales y después del segundo disco ya son otra cosa. Son un grupo al servicio de Lou Reed. Pero es que el tercer disco a mí me parece la maravilla, el mejor de todos. Pero eso ya no interesa. Y habla Maureen Tucker y te cae simpática hasta que caes en la cuenta de que era del Tea Party, pero te da igual. Y sale como siempre poquísimo Sterling Morrison y no se dice qué hacía realmente en la banda, cuál fue su papel real en la banda, qué sonido aportó. Pero es que eso da igual, porque al documental habíamos venido a hablar de Arte. Y no de música. 

viernes, 13 de junio de 2025

Hacerse la víctima


Hacerse la víctima. No es hacerse el víctima, es hacerse la víctima. Porque víctima es femenino. Entonces si te haces la víctima ya sabes. Víctima, hacerte la. La dama de las camelias, toser, hacerte la tuberculosa, un desmayo. Una mujer. Hacerse la víctima. ¿Qué es lo otro que ha dicho también Carlos Herrera? No recuerdo, sé que le ha llamado pendejo, el caso es que también ha utilizado algún símil para llamar algo parecido a maricón de mierda a Pedro Sánchez por su comparecencia de ayer. Igual que Feijóo que también ha dicho algo sobre la falta de hombría del presidente del Gobierno. Ayer hubo manifestaciones delante de la sede del PSOE donde se cantó el caralsol, se gritaron vivas a Franco y a José Antonio Primo de Rivera. Como poco. Hoy Vox pretende hacer una especie de marcha sobre Roma yendo hacia la Moncloa a ver qué pasa. Si uno de los pocos banderines de enganche para movilizar a la gente de izquierdas ante el maremoto derechista era la defensa pura y simple del sistema democrático ante las pruebas manifiestas de que esta gente viene para cambiar las cosas y no para romper el sistema sino para convertir este sistema en una dictadurita de tiktokers y gente guay haciendo cosas guapas, parece que han decidido atacar ese flanco con todo lo que tienen, los jueces nada menos, la guardia civil nada menos, para ir a donde más duele: la moral. El objetivo es erosionar lo que queda, el miedo a personajes como Figaredo teniendo alguna responsabilidad en nuestras vidas. Si da igual, porque Santos Cerdán es un mangante, porque Ábalo cada día parece más un personaje de Los Soprano, si da todo igual porque todos son unos manguis, y a la izquierda ya no hay nada porque qué váis a hacer qué milagros me vas a contar si estáis ahí, si todo eso da igual: Figaredo. Figaredo y que todo se vaya a la mierda y a cazarnos como ratas por las calles porque como ha dicho Buxadé, todos somos cómplices y no habrá piedad. Si nos han vuelto a pillar amb els pixums al ventre, pues se dice y no pasa nada. Si la catástrofe de una izquierda que no ha sabido superar los cálculos biliares para anteponer los intereses de su clase es la que es, lo último que podemos decir es 'pues que me pille el camión pronto y que de ahí salga algo nuevo'. Porque posiblemente no salga. Hacernos los víctimas es también pensar que todo está ya decidido y que tenemos que prepararnos para lo que viene porque no sabemos lo que viene, porque lo estamos viendo por la tele y no nos lo acabamos de creer. En los Estados Unidos han detenido a un senador demócrata por protestar. Un senador demócrata no es un diputado de Podemos, no es un diputado de ERC, no es un diputado de IU. Qué puede pasar aquí. Nada, el PP es un partido de orden finalmente. Pero no podrá gobernar solo. Y a su lado está Figaredo y su gente que tiene la vista puesta en la revancha perpetua. ¿Entonces? Que si nos sacan del gobierno sea con los pies por delante o porque se han perdido las elecciones cuando toca, que no hagamos un Portugal y nos peguemos el tiro en el pie y nos hagamos los dignos porque antes que dignos prefiero que seamos útiles. Y ya vendrán los dignos luego a salvarnos. 

miércoles, 11 de junio de 2025

Turistas


Todos somos turistas. Todos lo hemos sido alguna vez, de manera reciente, de manera sana, ecológica, sostenible, alojándonos donde hemos podido y donde hemos querido. Todos hemos ido, nos hemos sacado las fotos, hemos contado qué nos ha parecido, puntuado, reseñado, comentado. Hemos sido testigos, hemos comido allí, hemos contratado al guía o nos lo hemos inventado sobre la marcha. Acabo de escuchar el alegato del president de la Generalitat Salvador Illa sobre la noticia del acuerdo entre la Generalitat y Aena para ampliar el aeropuerto de El Prat y el president viene a decir que esto se hace para garantizar que haya vuelos a Barcelona de largo recorrido, principalmente de Asia, ya que el turista asiático es de alto nivel adquisitivo. Un turista bueno y no el turista que llega habitualmente a Barcelona y que con esta ampliación del aeropuerto no solo no va a dejar de venir, sino que va a aumentar. Entonces tendremos turismo y turismo. Turistas y viajeros y expats que podrán viajar a Barcelona. Tendremos a más personas en Barcelona, que no entienden Barcelona como Barcelona ciudad, sino que entienden que Hospitalet, Santa Coloma, Badalona, Sant Adrià, Cornellà, son parte de eso que ellos conocen como Barcelona. A esos turistas, a esos viajeros, a esa gente que viene a pasar una temporada trabajando en lo que ellos llaman Barcelona, se les tiene que proporcionar un alojamiento y ese alojamiento sale de nuestros pisos, de nuestros barrios, de nuestras viviendas. Esa gente tiene que meterse en algún sitio y ese sitio somos nosotros. Esa gente además quiere vivir una experiencia, vivir algo que sea divertido, lúdico, especial, no quiere un lugar en el que haya gente viviendo vidas aburridas de trabajo casa y poco más, quieren algo que les haga recordar que el sitio al que viajaron, era la pera limonera. Y quieren sitios donde comer, beber y comprar cosas que les recuerden que ellos son también especiales. Que todo el mundo, desde el que viaja en un avión low cost hasta el que viaja en Swiss Air, es especial y que ha ido a sitios especiales y que todos nosotros éramos super amables aunque no hablásemos inglés. No solo nos dificulta tener un acceso a la vivienda en algún lugar de lo que también nosotros conocemos como Barcelona, sino que nos privan de lo que nosotros, los de aquí, conocemos como Barcelona y Barcelona se convierte en algo construido y pensado y tarifado para que quien venga de fuera, a hacer negocios, a jugar a voley en el Somorrostro sin que ellos sepan qué es el Somorrostro, a hacer skate en la plaça Universitat, a una despedida de soltero, a ver al Barça, a la Fórmula 1, a comerse un sucedáneo de paella en la Rambla, a ponerse hasta arriba en el Primavera Sound o en el Sónar o a seguir la gira de su cantante favorito o a eso mismo que nosotros hacemos cuando vamos a otros sitios pero mejor, con más cabeza. Barcelona deja de ser Barcelona y ya no es esa Barcelona que molaba tantísimo y vemos cómo el paisaje urbano de nuestras ciudades que nos creemos que son la mierda va cambiando y vemos que se aloja gente que arrastra maletas y otra gente viene a trabajar y trabajan en trabajos mal pagados y mal remunerados y con malísimas condiciones y no queremos tampoco ver a esa gente, gente pobre y solo vemos gente pobre y gente que viene a ignorar a gente como nosotros y a disfrutar del decorado y nosotros, nosotros, nosotros, queremos que venga un puente largo y pensar en largarnos de esta ciudad a la que ya no podemos ir porque está llena de guiris. Al final, somos negocio. El negocio de otros. 

martes, 10 de junio de 2025

Intermezzo - Sally Rooney


No, no estoy fino últimamente. No estoy en mi prime. No ando como yo era. Patino, me equivoco, no estoy. La edad, los múltiples frentes, yo que sé. La vida. O igual es que siempre fui así. Vean cómo claramente en la tapa de este libro viene una suerte de sinopsis. Pues bien, cómo leí yo esta sinopsis, qué entendí, qué clase de empanada tenía yo, que tardé unas treinta o cuarenta o cincuenta páginas en convencerme de que el libro no se ambientaba en Nueva York, sino en Irlanda, en Dublin. Las primeras páginas quizás me engañaron o me dejé engañar y ese ambiente entre bohemio, intelectual, profesional liberal, woodyallenesco o noahbaumbachesco, el ajedrez, etc., me hizo viajar a Nueva York. Pero no. Era en Irlanda. Lo que a la postre puede tener algo de influencia en el resultado final, pero no te creas. Porque el libro, siendo interesante, siendo entretenido, al final de todo, te deja una sensación de bueno y qué. Una historia de dos hermanos, uno mayor y otro más joven, que se quieren, sí, pero que no lo saben demostrar, como decía la canción de Siniestro. Un hermano mayor con dudas en sus relaciones y uno joven que se embarca en su primera relación. El comentario desafortunado, la susceptibilidad, el complejo, el no saber expresarse, el no querer expresarse, el no saber reconocer, todo eso. El libro es eso, todo eso que pasa y que es la vida y que es tu vida y que es su vida y la de aquel y la de aquella, las cosas que nos pasan. Ya, bueno, y qué. Es que no estoy muy fino, la verdad.  

miércoles, 4 de junio de 2025

Historia viva

-¿Y qué pasó?

- Pues que tenía que coger las llaves e irme para allá. Donde tenía que coger las llaves había un tipo sentado junto al que me daba las llaves. Me dio las llaves y me fui. Llegué al sitio, saqué las llaves, volví a mirar las instrucciones. Primera llave, segunda llave, la puerta se abre. La puerta no se abre. La puerta no se abre. Empujo, estiro, la puerta no se abre. Vuelvo a mirar las instrucciones. Vuelvo a recordar los pasos que dimos el otro día. La puerta debía estar suelta. La puerta no abría. Hago dos o tres intentos. Desde arriba, porque esto está abajo, desde arriba, el tipo que estaba sentado al lado del otro tipo me grita que qué pasa. Miro hacia arriba un poco sorprendido y agobiado porque la puerta no se abre. No se abre, digo. Nada. No se abre. El tipo parece enfadado. El tipo baja. El tipo me saca dos o tres cabezas. Así de primeras se parece un poco a Míchel, el del Madrid. No le entiendo cuando habla, me habla deprisa, me pregunta qué pasa, está enfadado. Nada, que no se abre. Pues él no sabe. Está enfadado. Mira hacia arriba, arriba hay un hombre que está sentado en una silla. El hombre mira hacia abajo. Él mira hacia arriba. El hombre mantiene la mirada. El tipo mira hacia arriba y dice 'qué pasa!?'. Déjalo que mire lo que quiera. Envío un mensaje para que me digan qué pasa con la puerta. No la puedo abrir. Vendrá alguien. Le digo que vendrá alguien. ¿Va a venir alguien? Le digo que vendrá alguien. ¿Y no se abre? No se abre y no quiero forzar. Él lo intenta, debería arrancar la puerta si quisiera, pero dice que no. Que no se abre y que no va a tocar nada. Finalmente viene alguien. Toca en un sitio. Se abre la puerta. El resto no hay problema. Abrimos. No sabía que iba a venir alguien conmigo, pensé que estaría solo. Él mira los sepulcros y dice ¿y esto qué mierda es? ¿cuatro piedras de mierda? Le digo que son romanas. ¿Y quién viene a ver esto? Pues gente. Entramos. Es muy alto. Se parece a Míchel. No le entiendo mucho. Creo que debe ser de Granada. Pero a veces parece portugués. Pero parece de Granada. Me dice que dónde se cambia él. Hay un lavabo. Trae una mochila, trae algo de cenar. ¿Dónde dejo la mochila? No lo sé. Ahí mismo. Ahí. No hay otro sitio. No lo sé. Ahí creo. ¿No hay otro sitio? No lo sé. Ahí. Se cambia, se pone el uniforme. Debe medir dos metros el pavo. Está nervioso. Yo estoy nervioso. Empieza a llegar gente. Deja la mochila ahí. Me llaman por teléfono. ¿Qué es esa maleta? ¿Qué maleta? No veo ninguna maleta. ¿Quién llama? Nada. ¿Es por mí? No. ¿Qué maleta? No lo sé. Espera, debe ser tu mochila. Métela ahí. Llevo mis cosas de comer. Llevo algo de cenar. He cogido un tupper de... Me dice lo que ha echado para cenar. Ya está todo encendido. Me cuenta que ha ido a un bar al servicio y que uno se le ha quedado mirando y que porqué le estaba mirando. Me dice que si le hubieran dicho que yo venía para aquí se hubiera venido conmigo. Viene gente. ¿Se puede entrar? Sí. ¿Es gratis, no? Es gratis. Se sienta a mi lado por lo que no puedo salir, me tapa la salida. Empezamos a hablar. Estamos seis horas hablando. Me dice cómo se llama, se llama como el héroe aquel infantil, que no era un héroe, era un personaje como de cuento. El nombre no le pega absolutamente nada. Nos decimos la edad, yo estoy a punto de cumplir 49, me siento viejo, soy un anciano. Él me dice que tiene mi misma edad. Y una mierda. Se ríe. Es que me echo un champú. Qué cabrón, haces trampa. Te tiñes el pelo. Qué tramposo. Se ríe. Hace ejercicio. Me cuenta que nada, que hace natación. Que ayer hizo natación y que cogió frío, que cree que se ha puesto malo. En cuanto llegue a casa dice que se va a acostar y que va a dormir todo lo que pueda. Cree que está malo. Lo cogió ayer, nadando. Le pregunto que de dónde es. le pregunto si es de Granada. Me dice que es de Córdoba. Enfadado. ¿Porqué dices que soy de Granada? Por el acento. ¿Por el acento? Sí, parece de Granada. Nunca le habían dicho que parecía de Granada. Es de un pueblo de Córdoba. Le digo que soy de aquí pero que mis padres vinieron de Jaén. ¿Y tú vas a Jaén? Sí, me gusta mucho. ¿Y porqué te gusta? Pues no sé, porque me gusta, he ido desde siempre. ¿Y porqué tus padres iban desde siempre? Pues porque les gustaba su pueblo. Tenían amigos, familia. ¿Y a ti porqué te gusta? Pues porque tengo amigos, familia, he bajado siempre. ¿Pero qué hay en ese pueblo? No hay nada, pero me gusta. Dice que lleva a aquí tres años. Dice que sus padres vinieron a trabajar hace muchos años, muchos, que estuvieron en casa de un señorito, pero que no duraron mucho, igual seis meses y que se volvieron a ir al pueblo a trabajar en el campo. Dice que su padre no tenía buena cabeza y que si se hubiera quedado aquí hubiera tenido un futuro. Que tenía unos tíos que sí que se quedaron y compraron un piso. Que si hubieran aguantado un poco más se hubieran comprado un piso y sería como yo. Bueno, es que no era fácil tampoco. Bueno, es lo que hacía todo el mundo. Mi padre es que no tenía, es que no pensaba, me dice. Me dice que yo hablo en catalán porque saludo a la gente que entra en catalán. Claro, porque soy de aquí. Y me dice que si es muy difícil el catalán y le digo que no. Y me dice que él lleva tres años aquí y que no habla nada de catalán. Y le digo que lo que tiene que hacer es sacarse el catalán, porque así le darán mejores curros y le pondrán en sitios donde tenga que guiar a la gente, a ir a tal o cual departamento, o a manejar papeles y que eso vale pavos, que eso se paga. Se pone nervioso. Dice que bueno. Viene una chica a hacer un descanso, me como un bocata que me he hecho de queso, doy una vuelta, me tomo una cocacola. No sé si él tiene descanso. Lo pregunto. Lo tiene que preguntar él. Le pregunto dónde vive. Vive en Collblanc, en una habitación. No gasta nada. No va a ningún sitio. No ha venido a gastar. Le digo que yo vivo en Santa Coloma. No sabe dónde está. Es que no ha ido a ningún sitio. No conoce casi nada. No tiene novia. Le digo que yo estoy casado y que voy a tener un hijo. Si vas a tener un hijo tu mujer debe ser muy joven. Le digo que es más joven que yo, sí. Me pregunta que cómo lo he hecho. Pues no sé, debe ser que no debo parecer tan viejo. Pero eres mucho más viejo. Ya. Pregunta que qué soy, si he estudiado. Sí, se lo digo. ¿Y qué haces aquí? Pues mira. ¿Y tú? Pues mira. Dice que las empresas de lo suyo son muy malas, que ya se ha ido de alguna, que a veces no pagan. Su madre le dice que él es el más listo de todos los hermanos. Que todos sus hermanos se han casado y que ya se han separado y ya están con otras. Que él, dice su madre, es el más listo, porque las ve venir. Ve venir los problemas. Que últimamente le han dicho de quedar chicas que iban con él al instituto y que ya están separadas y con hijos y él les dice que muy bien pero que no. ¿Y qué hay aquí dentro? ¿Viene la gente a ver los huesos de un perro? Bueno, hay más cosas. Esto ya está chupao, ya no queda casi nada. Va viniendo gente, no mucha gente, pero viene gente. De vez en cuando se levanta y se va a la puerta y yo puedo mirar un poco el móvil, pero no mucho, porque al rato vuelve otra vez. Esperamos a que la gente pase y pregunte para seguir hablando. Al día siguiente voy a dar una charla sobre rock andaluz. Dice que conoce a Triana. Pero tampoco la música. Al final solo va a comerse como una pequeña pasta y un batido de chocolate. Dos batidos de chocolate. No tiene más hambre. Luego en casa. Tardará mucho en llegar a casa. Ya, luego la vuelta se hará pesado. Ya parece que es la hora. Es la hora. Vamos cerrando. Tiene que coger la línea roja pero no sé si sabe dónde va. Ya me ha repetido quince veces que ha tenido que venir usando el google maps porque no sabía dónde estaba esto. Si hubiera sabido que yo venía para aquí se hubiera venido conmigo, pero no se lo han dicho. Se viniendo conmigo hasta la Catedral y allí le digo que no hace falta que me acompañe hasta donde tengo que llevar las llaves, que él puede seguir hacia arriba por Via Laietana, por la que viene primero hacia la izquierda y ahí encuentra la parada de metro. Que lo encuentra fácil. Aprieta el paso, enfadado, me dice adiós y no nos damos ni la mano ni nada. Cuando voy a entregar las llaves me preguntan que qué tal con la compañía. Les digo que bien, que ha sido entretenido. 
 

martes, 3 de junio de 2025

Crónica del #Plegramenet de mayo. Que por mayo era por mayo.


Pero estamos en Junio. Vox ha sido derrotado. No sé si es una certeza o es una sensación o es simplemente un deseo, pero parece que Vox, la amenaza que se percibió, que se concibió y se auto presentó como el principal elemento al que tener en cuenta durante esta legislatura, se ha convertido en una cáscara vacía, en una nada que hace aspavientos, que convoca pasiones, que nos provoca sorpresa, sonrojo, risa, desasosiego, pero que ha demostrado no tener nada relevante que hacer ni que decir. Yo, pecador, pensaba que detrás había algo más, que detrás de los dos concejales histriónicos, pintureros, figurantes, había algún tipo de concepción, una idea, quizás tenían un plan detrás como sí que es evidente que tiene el señor del PP, al que parece que sus días como entrañable y apacible vecino de Badalona le van quedando lejos para ser un impertinente director frustrado de orquesta que ya no provoca la admiración de las bancadas del vetusto salón de plenos de Santa Coloma de Gramenet, provincia de Barcelona, ciudad a la que quiero más que mi propia alma si es que el alma ya me entienden. Desde que se diera aquel nefando pleno en el que los invitados de Madrid hicieron un ridículo patriótico, las pretendidas ofensivas verbales de los regidores de Vox, en especial del joven regidor de Vox, han quedado muy, pero que muy, disminuidas. Francamente. Los dos o tres intentos por provocar un estado de opinión a partir del pleno municipal han quedado desbaratados precisamente por la actuación y presencia de personas que son capaces de rebatir, desde el terreno, lo que Vox simplemente se inventa. No basta con vídeos chulos en alta resolución, se exige un poco más y ese poco y mucho más es el control del terreno, cosa que Vox todavía no tiene y así se queda en una construcción vacía, nula, que congrega gente, no mucha, en la puerta del Ajuntament para protestar por la taxa de residus, pero que a la hora de la verdad no tiene muy claro porqué se queja de la taxa de residus sin hacer un poti poti infame de argumentos que camuflan lo que no pueden camuflar, con asociaciones invent que llegan al extremo de pedir acuerdos en lugar de convertirse en látigos, con un sindicato que se deja el móvil en la bancada de Vox, ay madre mía que nos han pillado. Lamentable. Vox quiso hacer ayer un casus belli de la movida de la taxa de residus, una taxa que tiene como objetivo cambiar la manera de gestionar los residuos, abordar el reciclaje, ser un beneficio para todos. Quizás, si la intervención de ayer de la alcaldesa se hubiera dado antes, si se hubiera trasladado a la ciudadanía, si se hubiera escuchado un poco más, no se hubiera llegado a ese punto candente ayer, pero fue necesario que se levantara la voz, que levantáramos la voz, no contra la taxa por que sí, como hace la derecha, sino para que esa taxa sirva de algo y se aplique con justicia, para que hubiera movimientos. Bien está. Y ahí se quedó Vox y ahí se quedó el PP que, sorpresa, presentó su moción para encabezar la revuelta desde el segundo plano y cuando vio que la revuelta se convertía en cambio gradual del que no extraía ningún beneficio protagonizó un momento de rabieta monumental queriendo retirar su propia moción al respecto porque, básicamente, no estaba sacando nada en claro y estaba propiciando un lucimiento involuntario de otros. Los otros no venimos a lucirnos al pleno, los otros no venimos a hablar al pleno. Hablar en el pleno no compensa quedarse fuera del pleno. Pensar que es impropio que nos dejen hablar en el pleno porque no estamos en el pleno, es un argumento muy pobre, o quizás implica para quien lo piense que no se quiere la derrota, no basta con el cero, quieren que no existamos. Y existimos. Estamos. Tenemos cosas que decir y, pensamos, que sumamos. Porque si todos sumamos, confrontamos, hablamos y discutimos lo que los bárbaros nos dan por sentado, somos más y así pasa que van pasando los plenos y los argumentos de Vox y las trampas del PP van cayendo en saco roto. Estamos ganando y lo estamos haciendo bien. Como podemos. Un pleno áspero el de ayer, un pleno con metapleno, un pleno en el que el partido gobernante dio muestras de recuperar el sentido de los plenos y convocó a su gente, pero metapleno es muy poderoso y no había manera. Hacía mucho tiempo que no había metapleno. El pleno dentro del pleno. Un pleno más allá del pleno. Alineado con quien te dije, para sorpresa de nadie. Metapleno hizo del pleno una experiencia digna de una recompensa. Una recompensa que también se mereció el representante de la Fundació Esportiva Grama para contestar de manera contundente otra moción de Vox de esas en las que vas por lana y sales trasquilado y que significó la derrota definitiva de quien cree que comprando likes y acumulando 'que se vayan todos' en instagram va a hacer algo: hay que controlar el territorio. Sin eso, estás perdido. Sin eso, afortunadamente, todavía podemos sobrevivir. Y por lo demás, pues oiga, ni tan mal. 

lunes, 2 de junio de 2025

Los Tortuga - Belén Funes


Jaén. Vamos a ver la película porque entre olivares, el recuerdo del padre muerto, Jaén. ¿Eso dónde es? A ver cómo hablan. A ver si han cogido actores andaluces y no han cogido a gente de Jaén y van a hablar como no se  habla. ¿Y eso dónde es? Hablan un poco con la S. La Virgen de la Cabeza. Pues debe ser por Andújar o por ahí. Hay planos donde se ven a lo lejos como los perfiles de Sierra Mágina. Al principio te crees que están en el Mortero. Jaén. Hablan de llamar a unos de Lopera. Recogen los restos con una bolsa del Covirán. Vale, lo han clavado. Pero eso dónde es. Esperar hasta que no acaba el último título de crédito en aparecer para decir, vale, lo habéis rodado en Barcelona y Jaén, pero de dónde de Jaén. Porqué no lo ponen. Vuelves en el metro buscando a ver dónde lo han rodado. Te quedas más tranquilo. Claro. Hay un momento en que suena un La Virgen que te estremece. La virgen. O cuando dicen 'tita' o 'el tito Julián'. Lees que la directora habla de cómo cuando la gente piensa en Andalucía rápidamente asimila la cosa con Sevilla. De Jaén nadie se acuerda. Y somos muchos, como la propia directora, Belén Funes, los que tenemos un mucho en Jaén y sabemos que somos muchos los que tenemos en Jaén algo que no se nos va. Jaén, pero de qué parte. Esta película se llama Los Tortuga y se refiere a la manera que tenían de llamar a los que emigraban y se lo llevaban todo consigo. La casa a cuestas. La película nos cuenta el proceso de asimilación y pérdida y duelo de una madre y una hija que han perdido al marido y padre. El Julián, Julián que nació en un pueblo de Jaén y se fue por el tiempo de las Olimpiadas. Un currante. La hija y la mujer. La mujer es chilena y en el pueblo como que no, porque en el pueblo tienen unas costumbres y unas cosas con las que no comulga. Todo el virgeneo y eso. Que ya te digo yo que no he ido jamás al Santuario de la Virgen de la Cabeza y quienes han ido me dicen que es una cosa escalofriante, tétrica, bizarra, etc. Pero. Ea. La película nos habla de la dureza de la vida, de la vida migrante, de la vida de los que dependen de un sueldo o de dos sueldos, las dos nóminas. De trabajar, pensar en trabajar, estudiar para trabajar. Habla de las clases sociales, habla de la solidaridad entre compañeros, habla del desarraigo, de no ser de ningún sitio, de la pérdida, de encontrar un lugar en el mundo, de deshacerte de los orígenes, de abrazarlos. Con una actriz como Antonia Zegers que es una barbaridad. Con la barbaridad de la lucha entre pobres, de la sangre fría, de la falta de empatía. De que nosotros no partimos del mismo sitio, ni somos lo mismo. Pero somos. En fin, una película necesaria, que habla de Jaén, aunque solo muestre Jaén, pero es mucho. Bien premiada está.