martes, 31 de octubre de 2023

Crónica del #PleGramenet de Octubre. Zona de Bajas Condecoraciones


Hay un momento en el pleno municipal de ayer que me parece una obra de arte de la política colomense entendida como la asunción por parte de todos los partidos políticos presentes en el consistorio de que todo está bien y que nos tenemos que poner de acuerdo en que no debemos tocar nada porque es así como son las cosas y como mucho, para hacer algo, mejor nos enmerdamos todos y vamos todos a una con cualquier cosa que parezca algo complicado y así no nos hacemos daño. Lo importante es no hacerse daño. En las pasadas elecciones municipales, el PSC, Núria Parlon no solo consiguió repetir 17 regidores de un total de 27, una cifra que es una absoluta barbaridad, sino que consiguió que, salvo con intervenciones histriónicas, salidas de tono, bufonadas, provocaciones o momentos de discursito épico mirando a cámara esperando el aplauso que a veces llega y a veces no, consiguió que todos quisieran ser como el PSC, todos quisieran estar ahí, nadie quiera desmarcarse. Ese momento de gloria del pleno municipal de ayer llegó cuando el portavoz del PP, el señor Jurado, anunció que habían retirado una moción para pedir una prórroga en la aplicación por parte del Ayuntamiento de la Zona de Bajas Emisiones en Santa Coloma ya que la alcaldesa había preferido que todos los partidos tomasen una determinación sobre este asunto para evitar perjuicios para los ciudadanos colomenses. Es decir, el PSC local se apunta, como el señor Albiol en Badalona, a considerar la Zona de Bajas Emisiones como un problema. Un problema, una molestia, algo que fastidia y que a ver cómo lo hacemos para que los colomenses y las colomenses con automóvil no lo sientan como algo que ha llegado para hacerles la púa. El consistorio en pleno, en pleno, ojo, no solo la derecha, también el principal partido de la oposición y primera fuerza de izquierdas, compra el relato de que esto es un problema y se tiene que estudiar para que no fastidie a los y las colomenses. La instauración de la Zona de Bajas Emisiones, que tiene como objeto mejorar la calidad del aire que respiramos en nuestras ciudades, no se hace para causar daños a los trabajadores, se hace para mejorar su calidad de vida. Mejorar los indicadores de salubridad del aire, mejorar nuestra esperanza de vida, mejorar la salud de nuestros hijos. Pero parece que el populismo de vuelo gallináceo ha anidado en el corazón del pleno municipal y el miedo a, el terror a, la posibilidad de que el colomense no entienda, echa el freno de mano. El resto del pleno, sobre los pasos conocidos y ya citados en textos recientes, no me extenderé más. Las mociones sobre lo que está pasando en Gaza, que está pasando una masacre por parte del Estado israelí sobre la población palestina, pusieron de manifiesto que una cosa es estar en el gobierno municipal y tener una retórica impermeable y otra es patinar y no meter el dedo en la bañera por miedo. Plantear una moción sobre el tema centrándolo todo en la acción sanguinaria de Hamas, ignorando las décadas de abusos por parte israelí, ya dice mucho. Leer una respuesta a las críticas y a la acertadísima intervención de Sumud y Paula su portavoz, leer una respuesta, insisto, leerla, que no te salga de las tripas, la tienes que leer porque así aseguras que la asepsia continúa siendo la manera de hacer y de ver las cosas y que total, ya se manda ayuda humanitaria... es de una falta de ganas de complicarnos la vida en esto de la política local, nacional, internacional, mensual, semanal, como le llames, que tira de espaldas. Por lo demás, muy bien la Fabiana con la propuesta del minuto de silencio que tendría que haber partido de la propia alcaldesa o del consistorio, y qui ple passa any empeny. 

lunes, 30 de octubre de 2023

Pasatiempo


En otro tiempo no habría explicado cosas como esta y quizás habría tendido más a exponer una sucesión de escenas inconexas con un final sorprendente y dejar que todo cobrara sentido en la cabeza del lector, pero he cambiado y las lecturas y también la falta de tiempo me obliga a llevar a cabo experimentos formales menos arriesgados, mucho más apresurados, creo que inferiores. Pero cumplen una misión y esa misión es la misma de siempre. Si quieres encontrar un culpable lo puedes encontrar de la forma más sencilla,  para empezar buscando en ti mismo. Si no estás satisfecho sintiéndote culpable, la cosa se te complica a demanda. La culpabilidad en este caso era evidente. Una persona había entrado en un establecimiento donde se vendían pijamas, una mercería, y había robado una cantidad indeterminada de medias. Elejalde había investigado y descubierto al ladrón. Era un personaje del barrio que había vuelto después de muchos años en presidio y vagando por distintas ciudades. A su regreso al Casco Viejo frecuentó dos o tres bares, se entonó, cogió fuerzas, recordó y fue a atracar la misma mercería que atracara la primera vez que atracó cualquier cosa. Elejalde lo tuvo fácil porque la dueña de la mercería lo reconoció al instante. Elejalde entró en un bar, saludó a los parroquianos que estaban viendo en la tele un partido de pelota y se dirigió al único que no hacía caso. Txiki, cómo vamos de medias. Txiki se rio y dijo que tenía siete. Son más. Elejalde también se rio. Txiki se quedó esperando algo, Elejalde no sabía que hacer. A veces pasan cosas como esta y entonces qué. Entonces qué. 

viernes, 27 de octubre de 2023

En memoria ajena


La memoria puedes tenerla o puedes construírtela. O puedes construirte a partir de la memoria. O puedes construirte a partir de la memoria ajena. Construirte a partir de la memoria ajena para convertirte en algo que no fuiste, porque tu memoria es otra. Tu historia es otra. Cuando no tienes historia puedes construirte a partir de algo nuevo, partir de cero, ser algo que surge y que aprovecha un momento histórico para resituarte después de mucho tiempo sin haber sido protagonista o simplemente actor de la movida. O bien, puedes querer convertirte en un actor que, pasada esa primera hola, pretendas hacerte pasar por lo que no fuiste, siendo el portavoz de algo que nunca fuiste, donde no estuviste, o cuando tu presencia era testimonial. Querer ser ahora algo que no fuiste, aglutinar todas esas voces que quieres ser, pero que en su momento no fuiste, que en la actualidad solo pretendes utilizar de manera coyuntural ya que tu acción hoy, tu acción real hoy en la ciudad, en una ciudad, en esta ciudad mismo, por ejemplo, sigue rigiéndose por el mismo patrón que te regía antes, pero abriéndote acogedoramente a otras voces y otros sentires bajo tu propio logo, es algo lícito. Lo que es puede ser criticado también. Puede ser advertido como una manera de adquirir una historia que no tuviste, puede ser no compartido. De la misma manera que se juega hay que jugar. En esta ciudad hay una memoria y han habido una serie de actores políticos, vecinales, sociales, culturales, que han construido esto que tenemos para bien, para muy bien siempre. Nunca para mal. Esa memoria es una, pero puede ser múltiple. Puede no ser la memoria que todos compartimos, puede ser una memoria en continua reconstrucción, nada se cuenta igual. Así, los intentos sistemáticos de minorizar una memoria concreta se unen ahora a un intento de parasitar la memoria ajena. Cada uno desde su ámbito, se pretende que esa memoria, que esa voz, sea amplificada gracias a quien nunca tuvo ni la voz ni el altavoz y que ahora dispone de los elementos para querer aglutinar como único portavoz, a todas esas voces. Por primera vez, dirán. Al parecer nadie se había acordado de esos actores hasta que el Auditori encendió sus luces ayer. Al parecer jamás nadie había hecho un vídeo, una entrevista, una publicación, había puesto un micrófono, había invitado a participar en una charla, había programado una exposición, de un activista vecinal de nuestra ciudad. Un acto de memoria. Un reconocimiento. Un acto de partido. En memoria ajena. 

jueves, 26 de octubre de 2023

Nuestro problema con...


La masacre que está perpetrando el Estado de Israel en Gaza nos ha puesto ante los ojos una evidencia que habíamos preferido no encarar. Los propios gobernantes o representantes o portavoces o lo que sea de la entidad israelí ya no tienen ningún pudor en decir que su acción está legitimada ya que no están peleando contra otros seres humanos, sino contra animales. Así, se desentienden de cualquier responsabilidad por posibles, y reales, crímenes de guerra, y los hacen pasar por otra cosa. No están matando niños, niñas, ancianos, jóvenes, adultos, personas, árabes, están matando animales. Y por eso, además, se revuelven contra todo aquel que diga, simplemente diga, que lo que está ocurriendo es una barbaridad. Seas el secretario general de Naciones Unidas o usted mismo, Israel no consiente que se discuta lo que hace porque no tiene discusión. Porque es como erradicar una plaga, piensen lo que eso significa, una plaga, algo a erradicar, algo que es pernicioso. Los árabes. Los palestinos. Nuestro problema con los árabes podría haber sido el título de este texto, pero al decir 'nuestro' podríamos haber ampliado el círculo a cualquier otro colectivo que no fuera el que entendemos por 'nosotros'. Pero es que, ya sabemos también que ni siquiera 'nosotros' somos nosotros para buena parte de ese nosotros. Simplemente porque no compartimos. Lo que sea. No lo compartimos y somos sospechosos, censurables, exiliables, exportables, erradicables. Nuestro problema con todo aquel o todo aquello que sea diferente. Hubo un tiempo, hasta no hace poco y no me gustaría que se perdiera de vista que para mucha gente todavía, el pueblo judío era erradicable. Para mucha gente lo es todavía. En el mundo conspiranoico todavía son los culpables de miles de cosas y dominan el mundo desde sus escondrijos. No hay que engañarse y dejar de pensar que algunos que ahora critican la acción de Israel utilizan argumentos también de papel de plata en la cabeza. No hay que ser tan así. Simplemente hay que calificar como criminales de guerra a aquellos que han extremado su ideología de tal manera que hablan abiertamente de animales para referirse a personas. Y esto les está llevando, de una manera irreversible, a perder la batalla del relato. Así los gobernantes y políticos de la oposciión israelí, queriendo representarse como parte de nuestro mundo y representantes de la occidentalidad frente a la barbarie animal exótica oriental perniciosa (prejuicio de toda la vida desde los griegos hasta nuestros días), se están complicando la batalla del relato. La batalla de las muertes la están ganando sin duda. Masacres diarias, imágenes terroríficas, pero eso ya lo tienen descontado. Lo que no cuentan con  perder es seguir siendo presentados al mundo como víctimas, cuando lo que están haciendo no tiene perdón. Y así nos encontramos con invocaciones a textos bíblicos y demás majaradas, hablar de seres de luz y de seres de la oscuridad, para justificar, ya de manera desesperada, lo que es una ida de olla completa o bien, mejor, un plan atroz que busca crear el gran quilombo que les justifique una acción aún mayor en la que, ahí sí, todos y todas tendríamos que enmerdarnos. Todavía más. Nuestro problema viene de lejos. No aceptar lo otro y no aceptar que somos producto de muchas cosas, que somos muchos y uno, pero a los españoles qué nos van explicar. Si esto lo inventamos nosotros. Un poco. 

miércoles, 25 de octubre de 2023

Lamento


El primer libro con las desventuras de Elejalde lo publiqué a principios de este año. El segundo todavía no lo he terminado, pero no tardaré mucho. El primer libro lo titulé 'Lamento', esperando que el título atrajese a personas que hubieran atravesado por algún momento de dolor agudo y pena absoluta o vete tú a saber. El primer libro de Elejalde lo inicié con la muerte por un disparo de la señora Elexpuru. Inmediatamente las sospechas recaían en Elejalde, que era su chico de compañía. Pero la policía finalmente descubría al asesino y todo quedaba en nada. Elejalde vivía su vida y en el tramo final de la novela tenía que descubrir quién había sido el que había hecho algo que creo que he olvidado. Y ha pasado menos de un año. Elejalde se sentó a mi lado un día en el metro y no me reconoció. Yo hice ademán de saludarle, de preguntarle algo a ver qué reacción tenía, pero luego preferí observar sus movimientos. Movimientos que yo mismo me iba inventando sobre la marcha. Elejalde me pidió por favor que me callase, ya que estaba intentando ver un vídeo en el móvil y no podía concentrarse. Yo estaba callado, pero supongo que me imaginé cantando o recitando algún tipo de verso o de frase de Hegel y eso le molestaba. Elejalde se bajó del metro y caminó hacia un lugar donde había estado con la señora Elexpuru y allí esperaba encontrar respuestas a su asesinato. Elejalde, lógicamente, no se ha leído Lamento. Yo sí. 

martes, 24 de octubre de 2023

Genaro Villagrasa - Una casita junto al río


La Historia la podemos contar de muchas maneras. Podemos querer provocar en el lector un sentimiento u otro. Podemos querer que salgamos de la lectura con una sensación de dolor, derrota, angustia, ira, cabreo, rabia... o podemos ver que las cosas se pueden narrar de manera que una porción de nuestra vida da paso a otra y que lo malo o no acaba nunca o no hay manera de remediarlo o a las penas puñalás y que, al fin y al cabo, nuestras vidas no son más que una eterna huida hacia algún sitio donde hallemos algo de tranquilidad. Estoy hablando de nuestras vidas, las vidas de quienes venimos de algún sitio en el que nuestra memoria recuerda que la cosa se puede complicar en cualquier momento, que hemos nacido para irnos, pero que lo suyo sería que, en algún momento, nos pudiéramos quedar. La historia que cuenta Genaro Villagrasa en Una Casita junto al Río es la historia de quienes llegaron a Barcelona a principios de siglo al calor de las oportunidades que ofrecía una ciudad en crecimiento pero que no estaba dispuesta a acogerlos de una manera amable y civilizada. Porque en este país somos muy civilizados, pero cuando nos interesa y nos ha interesado a momentos. Y no a todos. De hecho, no le ha interesado sobre todo a quienes tenían algo que perder. Una Casita junto al Río nos cuenta la llegada a lo que desde Santa Coloma siempre hemos conocido como las Casas Baratas de la familia Quintana, con los progenitores Fortunato y Visitación, él de Murcia y ella de Aragón, y sus hijos Diego, Pilarín, Quico y Amparito. Desde que abandonan el barrio de San Andrés de Palomar hasta que llegan a colarse, a ocupar, una de las casas vacías de los conjuntos de casas que, gentilmente, las autoridades construyeron para alojar a los trabajadores, no a todos, que vinieron a sacar adelante las obras de la exposición universal, metro, etc. La historia de las penalidades de la familia es también la historia de un barrio en tierra de nadie, que no era la Santa Coloma 'pueblo' ni era la Barcelona en crecimiento. Perteneciente a Santa Coloma, pero al otro lado del río, las Casas Baratas, nos cuenta Villagrasa, eran vistas por las buenas gentes del 'pueblo' como algo extraño, ajeno, amenazante a un estado de cosas. La convivencia de ambos mundos no estará exenta de tensiones, pero la convivencia dará como fruto también la mezcla y el surgimiento de algo nuevo que... ya saben cómo acaba la historia. Porque la historia que nos cuenta Villagrasa es la historia de las Casas Baratas, de sus gentes, tipos humanos de la clase trabajadora, pero también es la historia de la República y de su final. Es la historia de un tiempo de ilusión, pero también de tensiones y de conflicto entre lo que se esperaba y lo que fue, entre el mundo nuevo que soñaban y peleaban los anarquistas y la República de lo posible que en unos pocos años se propuso cambiarle la cara a todo un país y que fue tanto su empeño que terminó siendo barrida a cañonazos sin piedad. Sin piedad. Así, la familia Quintana, desde la más absoluta miseria, va viendo como su situación mejora a medida que los miembros de la familia encuentran trabajo y dan sentido a eso que somos, proletarios, solo tenemos prole y es esa prole la que nos ayuda a sacar adelante la cosa, todos aportamos y todos somos parte de algo más grande. Una situación de cierta prosperidad que permite que en pocos años la cosa vaya de la subsistencia y la precariedad total a poder comprar cosas, regalos, disfrutar de cierto tiempo de ocio, plantear una vida diferente. Pero todo eso se va al carajo con el golpe de estado de 1936 y la guerra contra el fascismo que se salda con el resultado que todos conocemos. Pero lo que hace Villagrasa al contarnos no solo la precariedad, también los anhelos y caídas y resurgimientos de sus personajes, los buenos, los malos, los regulares, la guerra, la crueldad de la derrota, la abundancia, el amor, el tirar para delante, el buscarse la vida como se pueda, es plantearnos una mirada que no es blanca, que no es un Cuéntame de las Casas Baratas, sino que es una manera de mirar la vida acorde con la memoria de quienes saben que todo puede saltar por los aires en cualquier momento. Y quienes saben que, es en el grupo, entre los suyos, donde se encuentra la única seguridad posible. Cuando eso se pierde, solo nos queda huir. Los personajes se van, otros se quedan y trazan su manera de resistir. Son cuatro días... 

lunes, 23 de octubre de 2023

Prosecución


Suele ser y cuando suele ser es porque prácticamente seguro que es. Y no tiene porque ser siempre, pero si suele ser, es porque casi que sí. Yo no soy muy de según que cosas, pero si me fijo un poco, la verdad es que tengo un patrón. Ese es mi problema. Creo que tengo una manera peculiar de hacer las cosas, pero esa manera peculiar se repite tanto que deja de serlo para convertirse en costumbre. Todo el mundo lo sabe. Todo el mundo se lo sabe. Elejalde pensaba salir a cantar. Estaba entre el público mientras se representaba Lucia de Lammermoor y en el momento cumbre sintió que debía saltar al escenario y unirse a la escena. Elejalde había acudido al teatro acompañando a alguien que necesitaba protección, una persona de su confianza le había propuesto un trabajo que consistía en ir al teatro con la señora Elexpuru, una ricachona que, desde que se quedó viuda, había dejado de alternar en sociedad y quería sentirse acompañada y protegida. Elejalde entonces no tenía donde caerse muerto. Aceptó el trabajo. Durante la primera semana salieron a cenar a algún restaurante, de paseo hasta Begoña, poco más. Llegó el día del teatro y allá que fue Elejalde. No intercambiaban muchas palabras entre ellos. Elejalde, de camino al teatro le preguntó por su marido, el difunto Doctor Sagasti. El famoso doctor Sagasti de los anuncios de la tele. Elexpuru miró a Elejalde y se calló. Elejalde tuvo entonces ese momento de éxtasis que es donde yo digo que lo que suele ser es porque prácticamente siempre es o que es directamente. No es el primer momento de éxtasis en todo este tiempo. Todo esto ya lo he escrito alguna otra vez. Elejalde le preguntó entonces a la señora Elexpuru si eran familia. O si tenía fuego. O si le había gustado la obra. O si iba a ardar mucho. O si quería algo para cenar. O si había visto algo en la tele interesante últimamente. La señora Elexpuru no solía hablar con personas que no fueran de su confianza. Y Elejalde no lo era. La señora Elexpuru. Podría estar toda la tarde escribiendo la señora Elexpuru. 

viernes, 20 de octubre de 2023

Crónica del #PleGramenet extraordinario de Octubre. Ordenanzas fiscales. Match point.


No quisiera comenzar este texto sin recordar yo también una primera cosa y es que los Ayuntamientos son la primera ventana a la que se dirige la población para la solución de sus problemas. Y la segunda cosa que no quisiera dejar pasar es agradecer el tono. Y con esto yo creo que prácticamente tendríamos solucionado el tema de hacer la crónica de un pleno municipal sobre el siempre farragoso tema de las ordenanzas fiscales. Un tema que, como bien zanjó la alcaldesa en su intervención de cierre, podemos debatir y discutir, pero que no debe escapar de la circunstancia inequívoca de que los ayuntamientos, esa primera línea patatín y patatán, están infrafinanciados para poder hacer todo eso que se les pide hacer. Infrafinanciados. Gracias por el tono. Es decir, que hay menos dinero. Que no hay dinero. Lo que deberíamos hacer es encontrar fórmulas para poder trabajar en torno a ese concepto. Tengo otra frase muy buena. El dinero de los ciudadanos va destinado a pagar cosas que podría estar dedicado a otras cosas. Es una frase de altura y que como bien dijo el flamante defensor del gobierno municipal, Dimas Gragera, sitúa el debate allí arriba, en lo alto de la estantería de los debates, donde no llegas ni tú ni yo. Son muchas frases, se dijeron cosas, se quitaron marrones de encima, se situaron propuestas para después yo que sé lo que he dicho, tengo impresiones al respecto. Tengo, por ejemplo, la impresión de que hay quien está a disgusto en el pleno municipal. O al menos, no se encuentra cómodo o cómoda y eso se traspúa. Traspasa la pantalla. Hay quien, además, no tiene nada que aportar a un debate municipal y se va por las ramas, o habla de otros espacios, otros mundos, y al otro lado de la línea, quien detenta el poder omnímodo, lo sabe. Y como lo sabe, se encuentra cómodo en debates que no discuten la línea sino el modo, que no discuten el contenido sino los arquetipos, y estos cuatro años nos van a deparar momentos de mucho y momentos también, quizás en exceso, de muy poco. Y ese muy poco, ignorando a la barbarie, juega a favor de obra. A favor de partidos y organizaciones que no tienen una alternativa clara a lo que ya existe y que podrían, llegado el caso, formar parte del mismo equipo de gobierno sin que pasara absolutamente nada. El dinero de los ciudadanos en el bolsillo de los ciudadanos. Encontremos fórmulas. Estoy completamente de acuerdo. Gracias por el tono del debate. No, gracias a ustedes. Revés liftado. 

jueves, 19 de octubre de 2023

Superioridad


Al final, lo que parece que queda después de todo, de los bombardeos, de los hospitales, de los bombardeos, de las muertes, de las noticias, de las muertes, de los bombardeos, de las sanciones, de las reuniones, de los bombardeos, de las cumbres, de las resoluciones, de los bombardeos, de los cohetes, de los terroristas, de las muertes, de los bombardeos, de las equidistancias, de los minutos de silencio, del contexto, de los kalashnikov, de las kufiyas, de los pañuelos palestinos que son lo mismo, las concentraciones, las manifestaciones, los bombardeos, las muertes, los cadáveres, los libros, los estudios, los análisis, los gràficos, el mapa de Israel expandiéndose, los bombardeos, la ocupación, las guerras, el revisionismo, el sionismo, el panarabismo, el salafismo, el terrorismo, el yihadismo, el laicismo, los rabinos, los ultraortodoxos, la derecha, el laborismo, los bombardeos, las muertes, la animalización, la guerra, las bombas, los suicidas, las muertes, los bombardeos, los presidentes del gobierno, los primeros ministros, las autoridades nacionales, las declaraciones, los manifiestos, los desastres, el desierto, los beduinos, las ciudades, los templos, los subfusiles, los Uzi, los reservistas, el Tsahal, el IDF, la Yihad islámica, Hamás, Egipto, Siria, Irán, China, Rusia, los Estados Unidos de Norteamérica, Israel, los guettos, los bombardeos, los muertos, las muertes, los cadáveres, los genocidios, el terror, al final, lo que queda de todo, me da la impresión, es que tenemos que decidir si hacemos caso de quienes ven el mundo desde arriba o desde abajo. Y esto último no lo he expresado bien. Debemos decidir si somos parte de quienes ven el mundo desde la superioridad o somos de los que sentimos cariño y ternura por los débiles pero poco más, o si asumimos que no somos ni superiores ni inferiores. Pero que sigan bombardeando, que paren, que lo reemprendan, que prosigan, que lo detengan, que hagan un alto el fuego, que se den la mano, que lancen un cohete, que pongan el vídeo. Los bombardeos, las muertes. 

martes, 17 de octubre de 2023

Sanación


No sabemos si fiarnos o no, pero no nos queda más remedio que dar paso al informe o reportaje que nos ha enviado un colaborador externo a este medio, sobre un caso extraordinario acaecido muy cerca de donde nos encontramos ahora mismo y que nos ha sorprendido sobremanera. Reproducimos íntegro el artículo. 

'Los estudios del profesor Almayr sobre lo que él denominó como Mirada Ovoide detallaban el cómo y el qué, pero no se preguntaban o cuestionaban o, al menos, yo nunca había advertido la posibilidad de la sanación o curación del fenómeno, si es que consideramos a esto que llamamos Mirada Ovoide como algo a 'solucionar' y no como algo a preservar. ¿Es la mirada ovoide una virtud o una aberración? Habitualmente, en los casos hallados y estudiados, lo hemos tratado como una aberración. Una fuente de problemas antes que algo a aprovechar, aunque de todo hay en la viña del Señor. Me presento, soy el doctor Popsnikle, trabajo en la Universidad de Mannschaf y he dedicado mi vida al estudio de refracción. Por casualidad, por pura casualidad, llegó a mis oídos el caso de una joven, Maritta Bergersen, que parecía atacada por un extraño caso de daño en los ojos que resultó ser básicamente un caso de mirada ovoide. Maritta era capaz de quemar los rastrojos con su mirada, encender el fuego, calentar la cocina, en definitiva, daba un beneficio a su comunidad, pero su poder era al mismo tiempo una fuente de problemas y la responsabilidad la tenía superada. No podía salir a la calle sin que la acosaran, siempre con discreción ya que la mirada ovoide no es tenida con mucho aprecio por la sociedad en general, para que ayudara en esto o aquello. Unos maleantes que pretendían abrir una persiana fueron sus últimos demandantes de atención. Así que mediante unos conocidos, me presentaron a Maritta que me pidió ayuda. Naturalmente, Maritta llevaba los ojos vendados con un material especial que no permitía (...).

Me propuse solucionar su problema con una operación correctora como las que se llevan a cabo para solucionar problemas de visión. Consulté con un amigo oftalmólogo y un cirujano. Nos pusimos manos a la obra. El pobre doctor Leder fue decapitado cinco minutos después de comenzar la operación. La pospusimos. Nos propusimos encontrar la manera. Hemos leído y consultado todos los casos de mirada ovoide o similares que han caído en nuestras manos. Y hemos encontrado un posible remedio. Mediante unas lentes de frío. 

Estas lentes de frío producen un efecto en la mirada ovoide, en esta mirada ovoide, que atempera su poder y la mitiga de tal manera que el paciente, el afectado, la afectada, Maritta, puede desempeñar una vida normal. ¿Qué son estas lentes de frío?...'

Lentes de frío, dice el nota. Es que no hay por dónde cogerlo. 

lunes, 16 de octubre de 2023

Idiosincrasia


Elejalde los había visto llegar. Ya había visto antes a gente así. Iban vestidos todos de una manera similar. Parecía que estaban esperando que alguien les preguntara de dónde eran. Que Elejalde o alguien como Elejalde les preguntara de dónde eran. Elejalde no les preguntó nada. Ya sabía de dónde eran. 

viernes, 13 de octubre de 2023

¿Qué haces cuando el mal avanza sin freno?


Lo que se ve en la imagen no es otra cosa que un ataque del Ejército israelí sobre Gaza con fósforo blanco, cosa que está terminantemente prohibido por la barbaridad que supone aplicar esto sobre seres humanos. Pero es que el Ejército israelí ya no considera seres humanos a los palestinos. No sé si ya o desde hace mucho tiempo. Lo que estamos viviendo estos días puede marcar un antes y un después en la vida política de nuestro entorno. Puede ser el inicio de una guerra de consecuencias inabarcables. Puede que sea una masacre más sobre la población palestina de Gaza. Puede que sea cualquier cosa dantesca, horrorosa, feroz, mortal, nauseabunda. Pero lo que está siendo es la puerta de entrada para toda una serie de medidas que, pretendiendo una cosa, buscan otra. El fin de la democracia. O al menos, el fin de la posibilidad de expresar opiniones políticas disonantes. Francia, Alemania y Reino Unido, al menos, ya están promoviendo medidas para prohibir o restringir, las muestras de apoyo a la causa palestina. Así de simple. En Reino Unido, enarbolar la bandera palestina es delito. Así de fácil. Y se está perdiendo ni siquiera el decoro, no sé si alguna vez lo hubo. Políticos con responsabilidad de gobierno en Israel están proclamando barbaridades que harían sonrojar al más nazi de los nazis. Un ex primer ministro israelí diciendo en antena que porqué le preguntan por las muertes de civiles palestinos. Ministras de gobierno israelí diciendo que los palestinos pueden salir nadando por el mar, que no se quejen tanto. El propio primer ministro se ufana de mostrar edificios reventándose. Se propagan bulos, como que se han decapitado 40 bebés, para utilizar luego esto contra cualquiera que muestre simpatía por la causa palestina. Se está abriendo la puerta a algo que no sabemos cómo saldrá, si es un ensayo o si viene para quedarse. No puedes decir. No puedes hacer. En defensa de la democracia y como muestra de solidaridad con quienes se parecen a nosotros y son ciudadanos y seres humanos. Los otros no. 

Desde siempre, creo, he sentido curiosidad por la cultura judía. Sean practicantes o no, muchos de mis referentes han sido judíos. Me admira la capacidad de pervivencia de una religión y una cultura que ha sido capaz de influenciar en el pensamiento occidental de una manera capital. Desde la capacidad de abastracción, de creación, de búsqueda de la manera de hacer sin llamar la atención, de discutir sobre todo, de poner en tela de juicio todo, de avanzar, de crear desde la ortodoxia toda la vanguardia, todo. La historia del pueblo judío es fascinante y admirable. Y siempre hay que tener simpatía por quien ha sido perseguido, encerrado en guetos, objeto de las ansias de exterminio por parte del Mal. Por eso, no entiendo nada. 

¿Qué hacer cuando todo esto pasa? ¿Seguir con las proclamas de siempre? Las muestras de solidaridad, apoyo total, hasta dónde podemos llegar, qué es lo que realmente se puede hacer en una situación como esta, cuándo el mal avanza. Cuando ves que el fascismo adquiere categoría de norma. ¿Qué hacer? ¿Prepararte para un combate fascinante? ¿Tener miedo ante lo que será una derrota absoluta? ¿Está mal pensar en todo esto mientras el Ejército israelí ordena evacuar a un millón de personas de sus casas porque se le antoja ante la amenaza de que todas estas personas puedan morir? ¿Qué nos espera?

miércoles, 11 de octubre de 2023

Intermedio


Aprovechando que ahora mismo Elejalde tiene los dientes esparcidos por el suelo, voy a contar una cosa. El otro día sentí que el sentido último del escritor ha de ser la tiranía absoluta. El dominio y el poder ejercido sobre personajes y tramas es tan grande, la sensación de poder hacer lo que a uno le convenga, tenga sentido o no tenga sentido, conduzca a alguna parte o no, es tan grande, escribir ahora sobre esto, darle la vuelta, girarlo, cambiar el idioma, arrastrar por el fango la norma, es tan grande, soy tan grande, me siento ahora mismo tan poderoso que me quedo en éxtasis y alcanzo aquello que siempre soñé. Y como lo soñé y ahora es real, estoy completo. Y me pregunto qué es lo que le pasa a Elejalde, que ahora se queja y protesta porque tiene los dientes en el suelo y llora y me está jodiendo el momento. Elejalde está en un parque y alguien le ha dado una paliza, le ha jodido toda la cara, está sin dientes. Txipi está a su lado, le pregunta si se encuentra bien. Txipi se lo ha encontrado mientras venía de dar un paseo con el perro. La historia de Txipi es conocida. No os entretendré con la historia de Txipi. ¿Ves? Es a esto a lo que me refería, puedo introducir un personaje y luego pasar de él. Creo un interés en un personaje que aparece para que luego me de igual. Soy así y así es como quiero que todo siga. Escritor con la capacidad de dar la vida y la muerte a un personaje. Cuando Elejalde se levanta, nota que tiene todos los dientes en la boca y que Txipi yace muerto a su lado. Es un disparate detrás de otro. Es la vida. 

martes, 10 de octubre de 2023

Planteamiento


Crisis absoluta en casa de Elejalde. Una ligera brisa entra por su ventana. La ventana está bien cerrada. Intenta ver qué pasa. Elejalde no sabe qué ha tocado que la ventana se ha abierto de par en par y no hay manera de cerrarla. Yo ahora debería saber qué va a hacer Elejalde, y me encuentro en una disyuntiva. Un momento en el que, si bien he abierto el melón, no sé cómo seguir. Soy completamente insensible a lo que pueda ocurrir a Elejalde porque no deja de ser un personaje de ficción. Elejalde nota la ventana abierta y algo le empuja a querer tirarse. Son muchas cosas las que han pasado y las que han dejado de pasar durante los últimos tiempos que le empujan a. Pero yo, precisamente hoy, no voy a jugar a eso. Voy a hacer que salga a la calle y que deambule por la ciudad. Elejalde no sabe dónde ir. Su vida ha dado tantas vueltas en los últimos tiempos que no se halla. De repente, ante la iglesia de Begoña, decide entrar. Están en mitad de una misa. Piensa en la ventana abierta y en la posibilidad de que el Espíritu Santo haya entrado por la ventana y que eso pueda ser el inicio de un nuevo periodo en su vida, de recuperación de la Fe, o al menos de adquirirla de nuevo. Elejalde pregunta al autor cuál de las dos es la correcta. Elejalde va a adquirir una nueva fe. Pero no es la que él espera. En la basílica escucha las palabras del párroco que está hablando de cómo todos juntos nos estrechamos la mano y nos saludamos y nos conocemos y nos sonreímos y eso es bueno porque así todos formamos una comunidad y en la comunidad está Dios, porque es en el trato humano, en saber que estamos unos junto a otros, que nos reconocemos y que somos capaces de acoger y que por eso formamos un corpus que es como el corpus... hay momentos en los que ya no sabes de qué escribir. Esos momentos en los que has encontrado un hilo pero algo te ha distraído y te hace revisar lo que estabas escribiendo y entonces todo parece que pierde sentido. Elejalde, en ese momento, cogió su móvil y quiso grabar algo. Hacer una foto. Entre la gente vio la cara de Naiara. Pero no era Naiara. Era lo que él hubiera querido ver. Naiara hace mucho tiempo que se fue. Y Elejalde recuperó la fe en los recuerdos. Salió de la Basílica dispuesto a recordar. Y yo no se lo voy a permitir. 

lunes, 9 de octubre de 2023

Están solos


El sábado por la mañana nos levantábamos con la noticia de que Hamas había perpetrado un ataque en territorio del Estado de Israel. No sólo lanzamiento de cohetes sino penetración en el mismo territorio israelí provocando un número elevado de muertes. Automáticamente, lo que le viene a uno a la cabeza es esa cantidad de películas en las que nos enseñan que si un supuesto terrorista palestino mueve un bolígrafo de este lado de la mesa a este otro lado de la mesa, un dron, un monitor, un algo, lo detecta y los servicios de seguridad neutralizan al instante la amenaza. Las películas. Desde el aire, todo monitorizado, todo controlado, todo susceptible de ser aplastado al momento. Inocuamente. Y de repente, vemos cómo un festival, una rave, de repente se convierte en una carnicería ante nuestros ojos. Ojos occidentales asustados que de momento se ponen de parte de nuestros hermanos de costumbres israelíes y condenamos y nos solidarizamos y decimos que este no es el camino. Nunca es el camino. Nunca sabremos lo que es vivir en esas condiciones, las condiciones de los palestinos, los de Gaza y los de Cisjordania. Nunca nos podremos comparar, por muy injustas que sean nuestras condiciones de vida, a lo que ellos viven. Así que no podemos comprender qué es lo que pueden sentir en esos territorios los que ya solo creen que inmolarse puede ser una solución. Y ni eso. Un grito de atención. Automáticamente, lo que me vino a la cabeza también es pensar en el horror que se les venía encima. Por el momento, ya son 100 niños muertos. Solo niños. Una carnicería se abalanza sobre Gaza. Todo está justificado. Y todo es susceptible de empeorar. Porque están solos. Quizás este ataque ha sido una demostración precisamente de esto, que están solos, que ya no hay esperanza, que todo el mundo, incluso sus tradicionales aliados, les han abandonado. El ministro de defensa israelí acaba de calificar la situación con estas palabras: 'Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia'. Ante esto, ya no hay nada que añadir. Ya no son personas, son animales humanos. Qué calificativo puede merecer esto. No son personas, son animales humanos. Hemos llegado hasta aquí y no es el final de nada, es solo el principio. Y están solos. Nos pueden hablar y contar que quizás Hezbollá, que quizás Irán. Nada. No hay absolutamente nada que pueda hoy día hacer frente a la potencia de fuego de un Estado Israelí en manos de lo más zumber de su espectro político. Con el apoyo explícito de la mayor potencia militar. Y con unos países árabes que están deseando bajarse del barco para facilitar su apertura a nuevos mercados. Más liga de fútbol millonaria y menos palestinos. Así que ahora mismo, con el corazón encogido para saber hasta dónde le conviene llegar a quien manda en Israel, hasta dónde piensa llegar con la masacre, y qué cambia todo esto en la zona. Quizás estemos presenciando la muerte de lo que pudo haber sido una solución para Palestina, de manera definitiva. El cruel canto del cisne de un pueblo condenado, ahora sí, quizás a la expulsión definitiva. Un nuevo polvorín, dicen, se abre a las puertas del mundo civilizado. Los civilizados estamos en nuestro derecho de hacerlo todo arder. Por el momento 100 niños muertos. Pero esos 100 niños llevan muriendo desde hace mucho tiempo. Y ahora están más solos que nunca. Otra masacre, otra carnicería, todo nuestro apoyo. 

viernes, 6 de octubre de 2023

Nudo


El protagonista de este cuento nota bastante que el autor hace tiempo que no escribe un cuento. Elejalde deambula por las calles del centro de Bilbao y llega ante el Museo Guggenheim y nota algo extraño. El muñeco de Jeff Koons se ha movido. Elejalde se pregunta si no será una idea del autor para complicarle la vida. Inmediatamente se obliga a dar marcha atrás y perderse de nuevo por los callejones de una ciudad que no tiene tantos callejones. Elejalde ha salido pronto del trabajo y quería verse con alguien al que previamente había citado cerca del Museo. Ese alguien eres tú, González, que llevas tiempo esquivando la posibilidad de verte con Elejalde y que tampoco has aparecido esta vez, porque sabes que Elejalde tiene algo que echarte en cara. Elejalde es una persona impulsiva, arrebatadora, ha entrado en uno de los bares de Casco Viejo y se ha pedido una copita de anís. Pero eso es imposible, piensa Elejalde, que jamás ha probado el anís. El anís no es una bebida que ni siquiera haya contemplado jamás como una posibilidad. En ninguna de las novelas que ha protagonizado se ha tomado un anís. El autor está claramente intentando algo. Se deja el anís. Ahora pide un crianza. Ahí sí. Se ha tocado la boina porque le ha dado como calor. ¿Qué boina? Elejalde se va al lavabo, se encierra y se mira al espejo. Establece un diálogo consigo mismo y llega a la conclusión de que es mejor dejar pasar el tiempo hasta que todo se aclare y el autor tome alguna decisión coherente. Fuera, González ha resuelto el caso. El asesinato no tenía demasiada complicación, ha sido el hijo quien ha matado al padre. González envía un mensaje al móvil de Elejalde para comunicarle que ya no es necesario el encuentro. Todo ha sido esclarecido. ¿Esclarecido? Elejalde tira el móvil al lavabo. Sale corriendo a la calle y se encuentra rematando un córner, pero no llega al remate porque el balón se queda corto. Elejalde cae al suelo y piensa que vendrán tiempos mejores. 

jueves, 5 de octubre de 2023

Autoodi


No sé quantes polèmiques, converses a twitter o com es digui, memes, talls de vídeo, declaracions zasca, respostes, articles, no sé quantes vegades els i les catalanes ens preguntem una vegada i un altre sobre nosaltres mateixos. Ja no ens preguntem, perdó, ens autodefinim. Quina és la definició correcta del català o catalana? De quina manera puc ser aquell català que tu vols? Ho seré alguna vegada? Una escriptora fa una referència al perquè ha escrit la seva novel·la d'una determinada manera i automàticament se la defineix con una altra autoodiadora, perquè no ha fet reverència de la cultura i la parla tradicional catalana o al menys no s´ha interpretat d'aquesta manera que voldriem i que veiem molt clarament quan identifiquem la caspa del nacionalisme carpetovetònic, però no aquí. Aquí no. Aquí vivim sota el dictatum ferri d'uns quants tòtems del pensament que han fet del putaespanyisme un únic camí pel qual transitar. La resta som sempre un element exòtic sempre que no gosem replicar o identificar-nos amb uns altres referents o cagar-nos en aquests referents. No sé quantes persones s'autoodien a Catalunya. Una Catalunya que es va reduint a uns quants micròfons en les emissores públiques i privades i que ignora quan no desprecia la resta. Sempre que estigui callada o bé que es manifesti com el que esperen d'ells, com a espanyols, garrulos que es manifestaran el dia 8. Aquells són els que interessen, els que ràpidament són identificables com a fatxes i responen al prejudici. La resta, tot el que queda al mig, on surt? Què pot dir? La veritat és que pot dir molt i diu molt i té tribunes on pot parlar i on pot expressar una certa manera de ser, però la veritat és que no està de moda. Ara toca ser punyent, ser militant, no tenir dubtes, putaespanyitzar el teu discurs i les teves maneres, pit i collons, no defallir, no canviar. Això, no canviar. Mantenir, perseverar. Tot això que si li escoltem a un alte nascut a Villaviciosa de Odón ens faria trallar, aquí sembla d'ultraesquerra. No sé quantes vegades estarem esquivant que ens diguin autoodiadors, que ens revisin quants castellanismes utilitzem, quantes vegades quantes vegades. 

miércoles, 4 de octubre de 2023

Xavier Domènech - Lucha de clases, franquismo y democracia. Obreros y empresarios (1939 - 1979)


No es un libro para pasar el rato. Como ya se advierte en el prólogo, el libro surge de una petición, la de poner lo que había sido un trabajo académico en formato libro y se nota que la vocación primera del texto no es la del público que se quiera acercar a ver qué pasa, sino que está dirigido a quien ya tiene una base sobre el tema o bien, sobre los trabajos historiográficos en general. Porque durante buena parte del libro, el profesor Domèmech se dedica a rebatir las tendencias historiográficas y por consiguiente políticas que nos han contado la Transición y el franquismo o mejor dicho, el franquismo y la autodenominada transición hacia la democracia, como una serie de factores que desembocaban en algo que estaba dado y cuyos actores principales no son los que son. Esto lo trata muy bien este libro, que nos dice que sí, que la clase obrera tuvo un papel fundamental en el fin del franquismo si entendemos franquismo como el régimen fascista que pretendía eliminar la lucha de clases. Lucha de clases hubo y muy dura y tan dura fue que se tuvo que optar por una salida de clase para que lo que se había conseguido no se perdiera del todo. Me refiero a los empresarios. Una clase dominaba sobre la otra y esa clase, el empresariado, a la que se dedica la parte final del libro con muy buen ojo, es la que toma el testigo de la clase obrera que es la que inicia el derribo y el empresariado será quien se encargará de transformar el edificio salvando los muebles. Los muebles suyos, claro. El libro así nos identifica cómo la clase obrera es consciente de su situación de derrota sí, pero no de su final, y por eso va buscando los diferentes resortes que se le ofrecen, al margen o dentro del régimen, para emprender una lucha que será por una mejora de las condiciones de vida, pero también por un cambio de régimen, por el fin del fascismo. Y será el empresariado quien ante esa capacidad de maniobra y organización que tan en jaque ha puesto al régimen, se reorganizará y será la que de un giro de volante a la situación para alcanzar una situación en la que ella, la burguesía, el capital, que había sido el principal benefactor del régimen, no se viera perjudicado. 

Y lo demás son cuentos. 

martes, 3 de octubre de 2023

El cuerpo en llamas - Jorge Torregrossa y Laura Mañá


El morbo. Qué más. Pero qué más. Qué más tenemos que saber si ya lo sabemos todo. Si ya nos lo han contado todo en un programa de radio, en un documental de cuatro episodios sobre la investigación. Qué más nos hace falta saber. El morbo. Queremos ver algo más. Queremos estar ahí, queremos saber cómo fue de verdad y saber algo más porque seguro que hay algo más, porque tiene que haber algo más. Porque no es normal. Porque no puede ser. Cómo puede ser. Si no, porqué se empeñan en sacarlo una y otra vez. Es porque debe haber algo más. Seguro que hay algo más. El morbo. Ella. La mala. Ellos los tontos. Pero por qué es tan mala. Cómo puede ser tan mala. Qué necesidad tiene de ser tan mala si no tiene más que hacer así y se acaba todo. Por qué tiene que acabar todo como acaba. Debe haber algo oculto. Algo que no se cuenta. Algo que no se dice. Rosa Peral. El Álbert. El Pedro. El Ruben que en la serie no se llama Ruben. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado plagados al parecer por personajes violentos, rencorosos, inestables, impulsivos, que no se controlan, que ejercen su poder de manera arbitraria, que tienen mucho que esconder. El cuerpo podrido. Una trama en la que las infidelidades son la tónica y en la que hay un hecho al principio, primero, que clama al cielo y que pasamos a veces por alto y que puede que tenga su incidencia o bien no, pero en qué lugar queda la imagen y la vida y la confianza y todo en una persona que ha sido víctima de una pornovenganza y de la que el hacedor ha salido inocente. Qué puedes esperar. Puedes esperar que hagan una serie de todo esto y que la veamos por el puro morbo, pero puede pasar que esa serie esté bien hecha. Que te acerques a ella con remilgos y acabes entregado, porque la serie cuenta lo que cuenta, pero está bien contado y los actores y la Corberó están bien y quizás no se parezcan a los originales, pero se transmite algo que te tiene enganchado aunque ya te lo sepas todo y aunque sepas que no vas a sacar nada nuevo de esta serie. Pero la ves y la estás viendo y reconoces que pudiendo haber hecho algo infecto, la serie está bien. Y así y todo, acaba la serie, conoces la historia y te sigues preguntando (aunque haya teorías para todo), si era necesario todo eso. 

lunes, 2 de octubre de 2023

Kortatu - Azken Guda Dantza


Hace 35 años yo tenía 13 años y comenzábamos un camino que pensábamos que se nos acababa justo en el mismo momento en el que creíamos que habíamos encontrado nuestro lugar. Kortatu lanzaba entonces el Azken Guda Dantza, la última danza de guerra, y anunciaban al mismo tiempo que se separaban. Catapum. Con 13 años habíamos empezado a escuchar música de manera independiente, con criterio propio, ya no escuchábamos solo la música de nuestros padres, de repente 'nos gustaban grupos'. Comenzamos con la canción 37 grados de Radio Futura y de ahí pasamos, mediante la escucha de radios libres, de Radio 3 y de la influencia de quien tenía hermanos mayores que tenían discos y estos discos nos los grababan en cintas, a otras músicas. Y el grupo era Kortatu. Los hermanos Muguruza y Triku a la batería eran, dentro de toda aquella hornada de bandas del llamado o mal llamado rock radical vasco, la más emblemática junto a La Polla Records. Pues justo cuando nosotros entrábamos, ellos salían. Habían sacado el Kolpez Kolpe, un discarral absoluto, de sonido más potente que los dos anteriores que sonaban de otra manera y que tanto daño harían con los años a tantas bandas. El primero, donde estaban Nicaragua Sandinista o Sarri Sarri tenía ese aire Specials, pero no solo ska sino también con alguna punkarrada y pachangueo. El segundo, más basicote, rock más básico, El Estado de las cosas y la de Jaungoikoa eta Lege Zarra al final. Y Kolpez Kolpe, todo en euskera con temarrales que ya anunciaban cosas nuevas como AEK'ko Beteranoak. Todo eso lo estábamos descubriendo y nos estábamos labrando una pequeña identidad a partir de. Y de repente, dicen que hacen un concierto al que no vamos a ir ni hemos podido ir y no vamos a poder ir jamás a un concierto de Kortatu y se van a separar y a ver qué pasa luego. El Azken Guda Dantza en cuanto lo tuvo Ramón nos lo grabamos en cinta y nos lo poníamos de manera obsesiva y uno se imaginaba allí gritando como gritaba aquel al comienzo del concierto 'Kortatu!' y van y se separan y a ver qué van a hacer. Y había canciones que sonaban cortadas por pitiditos o bien había otras con introducción grabada fuera. Y yo tuve una camiseta de Kortatu que me la hice en la tienda de la calle Sant Ramon o era la calle... no me acuerdo, el caso es que me compré una camiseta con el Edu, la misma, con la portada del Estado de las cosas y me duró menos que una lumbre de papeles porque se despegaron las letras en nada y ya no volví a tener una camiseta de Kortatu. Eran aquellos tiempos en los que uno pensaba que todos éramos uno, que todos debíamos ser uno y no es hasta tiempo después que ves que no, que no lo somos, y que luego vinieron conciertos de Negu Gorriak y de Fermín Muguruza hasta que ya no. Pero eso fue mucho después. Hoy he visto que hace 35 años yo tenía 13 años y escuchaba el Azken Guda Dantza como poseído y que no sabíamos lo que iba a pasar después de Kortatu y nos estaban cortando el rollo nada más empezar. Luego te acabas aburriendo, pero entonces qué ibas a saber tú.