viernes, 28 de septiembre de 2012

Miscelánea

No es ignorancia, es ideología. No se trata de que estén locos, es que tienen que dar miedo. Da igual que sea aquí, en Sudáfrica, en Siria, donde sea. Tienen que dar miedo. Y dan miedo. Persiguiendo a la gente por los andenes del metro, dando estacazos a gente mayor, poniéndoles la rodilla en la cara para inmovilizarlos, curtiendo el lomo a una muchacha mientras su novio intenta ponerse delante para recibir él los palos... ese antidisturbios diciéndole a un chaval que se fuera al colegio porque estaba leyéndole el código penal o la constitución.... y cuando se cansa lo detiene porque sí. No es ignorancia. No. No vale cualquiera para eso. Hay que creérselo. La foto podría ser de la señora Cifuentes realmente preocupada porque no puede ver a su Madrid en Vallecas. O la magnífica foto del diputado ahora independentista Sánchez Llibre con el diputado del PP Martínez Pujalte posando con la policía detrás y echándose unas risas. O la del chaval en la mani del día después con las fotos de su padre con la cabeza abierta. Pero la foto es la del camarero Alberto Casillas, que se plantó delante de la Cafetería del Prado para proteger a los que estaban dentro. Con los ánimos como estaban... el apocalipsis. Johann Sebastian Bach en vena. Tocata y Fuga en Re menor BWV565. La de Drácula. Que ni pintada.
http://www.youtube.com/watch?v=NEKF08t3mW4

Una canción que descubrí ayer. No soy muy de The Band. No soy mucho de todo lo que viene después de The Band, de la Americana y todo eso. No lo sabía. Sabía que habían estado mucho con Bob Dylan y demás, pero por ejemplo, jamás había escuchado un disco entero de The Band. Alguna canción suelta y eso. Pero el otro día, dentro del magnífico CD Gentuza, me entero de que tengo el Basement Tapes y flipo. Qué discazo. Y me lanzo, y pongo el Music from the Big Pink. Y amigo, qué forma de empezar, con esta Tears of Rage que se te va el pincel. Y la guitarra ¿a que parece de los Beatles? Esta es una versión en directo, en Woodstock (uala) y tal, pero es que la versión en disco... esa guitarra es que es completamente del Harrison. Antes de que el Harrison hiciese estos punteos, ojo. En fin. Que muy bien. Lágrimas de rabia. Viene también al pelo.
http://www.youtube.com/watch?v=Blz_sef-jj4&feature=related

Lana del Rey. Bueno. Mientras Lana del Rey se ha limitado a ser una cantante fabricada por la industria para tener algo más para echarnos al coleto y hacer un remedo de ladygagamadonnaconunpoquitoderolloamywinehouse, pues bien. Porque no molesta a nadie, canta sus cosas, y demás. Me costaba ponerle cara y todo. Ahora bien, cuando se mete en mi intimidad, cuando invade mi casa y mi espacio, ya la cosa cambia bastante. Lana del Rey en el metro en los anuncios de H&M, con esa cara de pavisosa, de boba operada que tiene. Por el amor de dios. Yo, que en momentos de necesidad, voy al H&M a comprar ropeja de ocasión... pues no sé. Igual no piso más. Mira, la camiseta que llevo es de allí. Negra como el demonio. Pues es que además sale en un anuncio cantando Blue Velvet. El vídeo es para fusilarlos a todos. A ella, a los muertos que salen con ella... todos. Ostia, qué mal rollo. Qué desgana, qué... Vamos a poner Blue Velvet por Bobby Vinton para quitarnos este mal sabor de boca.
http://www.youtube.com/watch?v=x8kVVSNf66I&feature=related

Cada vez más lejos de la música que se hace. El pasado finde, en las fiestas de la Mercé, hubo un día en e que no entendimos nada. Entiendo a la gente con los platos y con los Apple haciendo cosas. Lo entiendo. Pero oiga, no le veo el qué del todo. Para mirarlo y decir, ala, con un par, bien. Pero para mover la cabecita así como diciendo, oh, molan, qué ritmo... prefiero ir a la zona hermética de Sabadell y terminamos antes. En fin. Aquí dejamos a los magníficos Grateful Dead con otra pieza de esas que ni sabes cómo empiezan ni sabes porqué tienen que acabar. Diez minutazos de la Spanish Jam, en un concierto en 1970. De esas canciones en las que parece que ya han terminado pero ves que el batería no se da por vencido y venga, hasta que explote. Es bonita porque sí. Y larga, ojo.
http://www.youtube.com/watch?v=mnPgZBmdLcE

Y no es que haya que mover la cabecita o bailar todo el rato. Ni que tengan que ser bonitas las canciones. Aquí tenemos nada menos que a los Acid Mother Temple, ese conjunto músico vocal japonés que tiene cosas que te quitan el sentido y otras cosas que te quitan las ganas de vivir. Ayer tocó limpiar el lavabo, ñiquiñiqui, y qué mejor compañía que el Does the Cosmic Shepherd dream of Electric Tapirs? Un disco con sus canciones más bonitas que un sanluis y que en su penúltima pieza se desmarcan con veintipico minutos de racarrán.A tope. Aquí los tenemos en directo, con sus melenas, sus barbas y su rollito, dándole duro al Dark Star Blues. Cancionazón que no se hace ni larga ni nada. De verdad. Prueben. Aquí solo son diez minutos.
http://www.youtube.com/watch?v=zToGsn6RojQ

Y nos despedimos girando completamente hacia un corner del país. No, dejemos de hablar de Catalunya triomfant. Vamos a Galicia. ¿En tren? No. No iremos en tren, iremos caminando por el camino que lleva a San Antón. Escuché la canción este verano en el pueblo, en un programa de radio, y la verdad, aunque me quedo con O Tren, esta mola también. Sobre todo me gusta la parte final. Es el Camino de San Antón y el intérprete es nada menos que Andrés Do Barro. Aguita con johnny. Tiene una canción que se llama Pum! que es como muy ñoña pero que hace unas cosas en plan 'ya no tengo más letra pam, tim, chim, pum!', también bonita. En fin. El camino de San Anton.
http://www.youtube.com/watch?v=PwHqYlExN-s

Bueno. Pues ahí lo dejamos. Que tengan un buen fin de semana, y si van a las manis, cuidado con los mamporros. Que no preguntan.



jueves, 27 de septiembre de 2012

El gran desgraciado europeo V

Antas Nekermann, por ir concretando, nace en un año que para los húngaros dice mucho. 1848. Año de insurrecciones nacionales, año en el que se tambalea el viejo orden nacido de la derrota napoleónica, año en el que la burguesía definitivamente se alza como actor determinante de la política europea y en el que empieza a fraguarse la alianza entre ese viejo orden y el orden emergente contra una amenaza fantasmagórica que patatín y patatán. Antas Nekermann escuchará durante su infancia en su casa las historias de aquellos años. Persecuciones, carreras, ejércitos entrando y saliendo, banderas, sangre, pólvora. Y su imaginación volará, pero será un vuelo corto. Todavía en el colegio, Antas Nekermann, -que podía ir al colegio porque venía de gente de pasta- jugando a las batallitas, recibe una pedrada que le vacía un ojo.
Parche en el ojo. No contento con haber perdido un ojo, está a punto de perder el otro cuando, correteando por la cocina de casa, le salta un poco de aceite de una sartén y por fortuna la gota no va al ojo bueno, si no al malo, al parche.
Antas Nekermann sufre otro percance que le trastornará durante mucho tiempo. En el colegio era el niño que corre y se cae. Ese niño. Ya lo conocen. Todos lo hemos visto. El niño que corre y se cae. El niño que siempre acaba llorando porque se ha caído. El niño que llora y su madre reconoce por el llanto que otra vez se ha caído. Antas Nekermann se cae a la edad de doce años mientras corría con sus amigos jugando a lanzarse pedradas, otra vez. No escarmentaba. Y se cae tropezando con una rama que todo el mundo pudo saltar menos él. Se cae y se da de narices contra el suelo. Su nariz se rompe. No puede respirar bien. El tortazo ha sido mayúsculo.La nariz rota, el parche en el ojo, la respiración dificultosa.
En casa deciden que no salga más a jugar. Del colegio a casa y se acabó. No quiero oír una queja. Antas Nekermann se refugia, pues, en su casa. Hasta que una terrible tuberculosis termina con la vida de su padre, de su madre y del Espíritu Santo si se hubiera puesto por delante. Se salvan su hermano Ferenc y una criada, de nombre Magdalena, que hubiera podido resistir seis invasiones rusas ella sola de lo fuerte y capaz que era. Su hermano Ferenc.
Su hermano Ferenc y Antas Nekermann se van a Budapest a vivir a casa de unos parientes y a completar su formación. Antes no vivían en Budapest. Vivían cerca de Budapest, pero no en Budapest Budapest. Ahora ya si. A partir de ahora. En este punto del relato viven en Budapest. Su hermano Ferenc y Antas Nekermann pasan a casa de los Eröteljy, que eran familia retirada suya, pero familia al fin y al cabo. Al poco de llegar a casa de los Eröteljy, su hermano Ferenc, superviviente de una tuberculosis, sin saberse cómo ni porqué, fallece en extrañas circunstancias. Unos dicen que de una pulmonía. Otros que de un mal aire. Otros que de la misma tuberculosis que no estaba bien curada. En fin. Que cae.
Antas Nekermann se queda solo en Budapest y tiene que empezar a pensar seriamente en su futuro. Los Eröteljy lo deciden por él. Trabajará en un despacho y aprenderá el oficio de pasante. ¿Sin estudiar? Sin estudiar.
Antas Nekermann está devastado. Triste. Pero ya parece que respira mejor. ¿Cómo sobrevivió a la tuberculosis Antas Nekermann? No soy médico. Apenas sé que si no me abrigo por las noches, me constipo. Eso es todo. Sólo sabemos que Antas Nekermann sobrevive. Pero a su lado muere la gente. Los Eröteljy son gente de bien. Su hijo mayor se llama Antas y hace buenas migas con el primo Antas. Anas Eröteljy toca la cítara. Se enamora de una muchacha pero como la muchacha no le quiere, entra en crisis y se tira al río. Esto es un no parar.
O cambiamos la dinámica o a ver qué hacemos.  

El gran desgraciado europeo IV


Quisiera desmentir ahora mismo que yo me inventase Budapest. Yo jamás inventé Budapest. Quizás la confusión viene de este relato extraído de la novela ‘Las penurias de Ferdinand Gauptl’, del entonces desconocido Frederich Hauptl, que nos sirvió en su momento para ilustrar qué se yo qué.

'...y en aquel tiempo Budapest era completamente diferente. Pero diferente de verdad. Para empezar, el Danubio todavía no pasaba por allí. Ahora me miras con cara de extrañeza, pero te juro que es verdad. Por entonces Budapest era una ciudad enclavada en las montañas, con una población mediana y compuesta principalmente por comerciantes que tenían en la venta de repuestos para los montañeros su medio de vida. Allí vivíamos tu madre y yo, y allí empezamos a prosperar. Montamos un negocio de cacharretes y adminículos de complemento para carromatos y carretillas, que tuvieron un éxito inmediato. De una cabañeja de nada, el negocio empezó a prosperar hasta que tuvimos que comprar la nave del viejo Kyss. Pero eso ahora no importa. El asunto que te vengo a contar estriba en que llegó un punto en el que la ciudad se convirtió básicamente en un emporio de los negocios. Budapest empezó a ser reconocida en toda Hungría. Y los principales capitostes de la misma nos reunimos un día porque vimos que las comunicaciones no eran óptimas. La ciudad no estaba bien situada. Aunque tenía posibilidades como centro comercial en las montañas, corría el riesgo de estancarse. Así que decidimos trasladarnos al llano. Y ahí que nos fuimos. Yo, como ya te habré contado alguna vez, vengo de una ciudad española, de Zaragoza, que tiene un río muy hermoso que le da sentido. Y, claro, me tira la tierra. Se me ocurrió que a Budapest le vendría muy bien un río. El sitio en el que nos ubicamos no tenía esa gracia. Pero la posibilidad de un nuevo traslado no se contempló, porque la gente estaba cansada de ir trasegando Budapest de aquí para allá. Ahora bien, todo el mundo veía que aquella ciudad, sin río, no valía nada. Una Budapest en las montañas tenía su qué, con sus nieves, sus riscos y su fauna agreste. Pero en el llano, sin río, sin montañas, sin nada, era un morirse lentamente. Los negocios, además empezaban a languidecer. Los miembros del consejo decidimos de nuevo reunirnos y considerando las posibilidades decidimos lo siguiente: montar un río. Un río grande, nada de miserias.
Y bueno, pues con tiempo, ingenieros, y vista, empezamos a tirar barreños y barreños de agua desde el mismo punto donde estaba ubicada la antigua Budapest, allá en las montañas, y que si pon un dique aquí, que si ajustame ese cauce allá, hicimos que aquel cañete de agua pasase por el mismo centro de la misma Budapest actual. Lo del nombre del río se le ocurrió a tu madre, no me preguntes porqué. Un día, el Emperador vino a la ciudad, sorprendido, porque no recordaba que hubiese una Budapest allí. Nos inventamos una historia muy cachonda sobre un Buda y un Pest y el muy tonto se lo creyó. Y entonces empezamos con los palacios...'.

Vuelvo en un segundo.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El gran desgraciado europeo III

Hay una pequeña calle en Budapest que no conozco. De hecho conozco poco de Budapest. No les voy a engañar, no conozco Budapest. Pero hay una pequeña calle por la que paseó Antas Nekermann durante años. Un pasaje que llevaba de una avenida a una calle principal. Un rincón oscuro por el que Antas Nekermann deambulaba de vez en cuando sin más motivo que el de ir de un punto a otro. Era un atajo que conocía desde hacía tiempo y que le servía para escurrirse de la vigilancia de otros mientras completaba sus trabajos clandestinos. Antas Nekermann conocía ese callejón desde niño, porque su propio padre lo había transitado. En ese callejón no ocurre nada de interés para la vida de nuestro amigo, pero merecía la pena señalarlo porque por ahí pasó muchas veces Antas Nekermann y viene bien recordar aquellas pequeñas callejas por las que pasamos y no damos importancia. No. No se la damos.
Antas Nekermann jamás estuvo en el Chad, por ejemplo. Pero sí que estuvo en el Chad uno de sus mejores amigos, que luego le delató y que cuando Nekermann tuvo que pasar a Estados Unidos porque se lo comía la policía a bocados, le pidió perdón en cuanto lo vio. El amigo de Antas Nekermann se llamaba Antas Lassú y había nacido dos casas más allá que Nekermann. El amigo de Antas Nekermann, que se llamaba Antas Lassú tiene una historia también curiosa. No avanzo. No avanzo porque me enfrento ante una tarea tan grande como el mismo Chad. Una tarea para la que no sé si estoy preparado o no.
Repasar una vida que merece la pena ser contada, descubrir todas las peripecias, meterme en los recovecos de la personalidad de Antas Nekermann, es una perita en dulce. Debería ponerme antes de que vengan otros y la cuenten por mí. Pero me falta voluntad. Me faltan ganas de dedicarme únicamente a ello. Estoy tan contento de haber encontrado por fin una historia que contar. Una historia con viajes, con amoríos, con revolcones, con revoluciones, con el viaje al Chad de uno de los amigos de Antas Nekermann, que se llamaba Antas Lassú, que fue al Chad porque quiso escapar de Hungría, de la Panonia Oriental y de la Panonia Occidental, y se enroló en la Legión Francesa y sin saber cómo se adentró en el Chad y por poco se muere de cualquier cosa. Y sobrevivió y consiguió llegar a un puerto que ni el mismo fue capaz de recordar, aunque todos sospechan que fue Alejandría, y se embarcó hacia los Estados Unidos.
América. Qué experiencia para un europeo. Poder aportar toda la experiencia, la cultura, la sabiduría de siglos y siglos de civilización en un espacio de libertad y tolerancia. Sin persecuciones, sin necesidad de delatar a los compañeros, sin tener que ver todos los días la cara de Antas Nekermann reclamando explicaciones de porqué. Porqué delataste a Antas Nekermann. Si todos sabíamos que Antas Nekermann no tenía nada que ver. Que él no lo hizo. Que él no subió realmente a aquel balcón. Que aquella chica se lo había inventado todo. Que Antas Nekermann quiso subir pero finalmente no pudo, le flojearon las piernas, le dio miedo. No temas Antas Nekermann. Yo contaré tu historia.
De verdad. Necesito Paracetamol o me va a dar un yeyo aquí mismo.  

martes, 25 de septiembre de 2012

El gran desgraciado europeo II

Y lo más curioso de todo es que para empezar a tirar del hilo de la historia de Antas Nekermann hay que dirigirse al mar Caribe. A una isla en la que un refugiado por haberse sublevado contra el tiránico poder de una potencia ocupante... me he liado. A ver, qué estoy diciendo. Hay una isla y hay un personaje que ha llegado a ella porque se ha sublevado contra un estado de opresión intolerable para él y para su pueblo, pero que sólo ha pagado él con la expulsión del mismo. Se subió a un balcón situado en el piso superior de un comercio de latas de conserva llegadas de ultramar y quiso proclamar que el tiempo de los héroes había llegado y que todo iba a ser mucho mejor, pero que primero habría que sufrir un huevo y que si todos juntos nos poníamos a trabajar en pos de... no le dio tiempo a acabar cuando una pareja de guardias lo bajaban a porrazos del balcón y lo llevaban a la cárcel y de la cárcel a la deportación.
Y ahí tenemos a un refugiado, que a todas luces es centroeuropeo, pero que podría parecer de cualquier parte del mundo donde haya injusticias sin cuento, que ha llegado a la costa caribeña de cualquier país sin concretar y lo tenemos mirando en lontananza mientras que el sol le tuesta su blanquecina piel y sus pies descalzos se hunden en la arena. Pero no mucho. Porque la arena de allí no es demasiado blanda. O si. El detalle de los pies no tiene mucho sentido, sáltenselo.
Y recordando los avatares de su existencia, este refugiado centroeuropeo recuerda a sus amigos y de entre sus amigos recuerda a la hermana de uno de sus amigos, y esta hermana le contaba a veces, que no siempre, porque la hermana era también mujer de muchas ocupaciones y poco momento para el relajo y la conversación distendida, la historia que había oído contar por parte de una amiga que había estado en un presidio femenino y que tenía que ver con Antas Nekermann.
Es la primera vez que aparece Antas Nekermann en la vida de nuestro refugiado, que casualmente también se llama Antas, pero no Nekermann, si no Barna. Y es ahí, mirando al mar, que la historia de Antas Nekermann le vuelve a aparecer por la memoria, porque se acuerda de la hermana de su amigo. Y la hermana de su amigo le gustaba. Y ella ya tenía el pelo a punto de encanecer. Y no diremos que no era guapa, porque son cosas subjetivas y a ustedes les parecerá un bellezón y dirán que era muy simpática y que anda que no, y a mí, por ejemplo, me parecerá que tampoco es para tanto. Sea como fuere, la hermana de su amigo le cuenta la historia de Antas Nekermann y él no cae que esa historia de Antas puede ser la suya propia. Y él no lo sabe. Porque sin él saberlo le está contando su propia historia.
Y tiene sed y tiene que tomarse algo. Porque si no bebe algo, se va a morir de sed. Tiene mucha sed y las bebidas alcohólicas no le quitan la sed. Antas Barna, que viene del centro mismo de la Europa central, añora los tiempos en los que no tenía sed y tenía cosas en las que pensar. Antas Barna ha querido por un instante volar hacia ese centro de Europa y volver a ver a la hermana de su amigo para preguntarle que cómo lo hizo. Que cómo pudo saber su vida sin haberla vivido él mismo todavía.
Y en un punto perdido en el mapa. En la no menos central Rusia Central, en un pequeño pueblo de nombre perfectamente olvidable, esa hermana está casada con un granjero. Y a veces se acuerda de cuándo estaba en su ciudad natal y se encargaba de meter en la cabeza de jovencitos como Antas, historias sobre rebeliones, sobre héroes, sobre cañonazos, sobre pólvora, sobre tiranos huyendo. Y el buen dinero que la policía le pagaba por ello. Y lo lejos que tuvo que irse cuando la descubrió otro Antas. Precisamente un Antas Nekermann, y ya es casualidad.
Me llaman. Ya si eso.

lunes, 24 de septiembre de 2012

El gran desgraciado europeo

Yo ahora no me puedo detener demasiado contando la historia de Antas Nekermann, porque se me echa el tiempo encima y entre unas cosas y otras acaba uno siempre con la sensación de que de todas las cosas que tenía que hacer, al final no ha hecho nada, y lo que ha hecho no era precisamente lo que más prisa corría. El caso es que en cuanto pueda, que a ver si puede ser mañana o bien otro día, me pongo a relatar el infortunio sin límites, el ejemplo de que así no, de que la vida no puede ser más cruel para con quien menos se lo merece que nos muestra la vida de Antas Nekermann.
Por ir proponiendo algunos apuntes sobre lo que iremos desgranando les diré que la historia tiene el aroma de los cuentos y relatos que nos cuentan los centroeuropeos. Que hay alguna que otra muerte de carácter natural. Que el protagonista se verá obligado a cambiar de nombre unas cuantas veces. Que llegará incluso a casarse y formar una familia. Que en un arrebato, le pegará dos tiros a un cuñado. Que todo puede que fuera un sueño. Que Antas Nekermann en realidad sea el que está detrás de los misterioros asesinatos que ocurrieron en una aldea abandonada en la Panonia Oriental. Que Antas Nekermann es un poco como todos nosotros. Que yo no conocía Antas Nekermann. Que en la tele no han dado nunca un documental sobre la vida de Antas Nekermann. Que todos los niños del mundo han jugado alguna vez a ser Antas Nekermann sin saberlo. Que la desgracia que asoló a Nekermann no tienen nada que ver con la desgracia que corroe a Europa.
En fin. Que todo eso y más. Pero que ahora mismo no puedo contar nada, porque si me embarco ya no puedo parar y de verdad que no puedo. Tengo una lavadora que poner y, amigos, la lavadora va antes que Antas Nekermann. Y de verdad que no tengo nada más que ponerme y escribirlo de un tirón pero es que ahora no puedo. Con decir que llevo puestos unos calcetines blancos con pantalones negros, se darán cuenta de la magnitud de las cosas que tengo que hacer. De verdad.
Y mira que la historia de Antas Nekermann pide a gritos ser contada como dios manda. Con esa historia de amor no correspondido, en la que ahora el despechado es uno y luego es la otra. Con esa historia familiar de Nekermann, con un padre que se hace pasar por judío para que su propia desgracia tenga una razón de ser. Con ese Nekermann neoyorquino que se interesa por la vida de los Nekermann de Hungría y que acaba descubriendo que pierde el tiempo en una historia que no tiene nada que ver con él.
En fin. Todo eso y más.
Mañana a ver si eso. Ahora no puedo, de verdad.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Miscelánea

Nada. Resulta que en el libro que me estoy leyendo, al protagonista le entran ganas de ligar con una muchacha a fuerza de escuchar Feelings. Una canción que tampoco es que le guste mucho, pero es que el camarero que está en la barra, como le está viendo la intención, le pone la canción una y otra vez pensando que... y no. Pero mira, al final resulta. Existen otras versiones, una de Shirley Bassey, otra de Nina Simone muy chula pero muy estrafalaria, porque va cantando y la va comentando al piano y al final no sabes si te cae bien o te cae mal Nina Simone... pero vamos a poner la exitosa versión original, -me parece que es la original- a cargo de Morris Albert. Y además la vamos a poner en un vídeo de esos de muchachas tumbadas y de acaramelamiento sin final. Qué canción más bonita y más bonita. A mí me gusta más cuando el Feelings es más gritado, más desgarrado, pero no se puede tener todo.
http://www.youtube.com/watch?v=KslgDHhSINo

Y el otro día, que era por la noche, me dio por acordarme de una canción de Simon y Garfunkel. La del Puente sobre aguas turbulentas. Explico mi caso. Hace un porrón de años escuché, creo que en el programa de Jesús Ordovás, una versión de esta canción (que ya me dirán qué hacía el Ordovás poniendo esta canción), a cargo de los mismos Simon y Garfunkel en una demo o algo así. Y era larguísima. O se me hizo a mí larguísima. Ojo, pero bien, muy bien. El caso es que nunca he encontrado esa supuesta versión larga larguísima de Bridge over Troubled Water. Igual es esta y soy yo el que va dando el cante. No soy muy de Simon y Garfunkel, pero esta canción me parece muy bonita. Estoy de canciones bonitas últimamente. Esta me gusta porque él va hablando así como para él y de repente tiene que hacer el estribillo y patapam. No sé. Me gusta. Dice el compañero que si voy a poner canciones así que se duerme. En fin.
http://www.youtube.com/watch?v=Dor6JeD1hdE

Y otra canción contemporánea. Moderna. De ahora. St. Vincent ¿usted sabe quién son o quién es? Yo no. Pero ha hecho una canción o un disco con David Byrne. Escucho la canción y me gusta. Hay un vídeo y todo. Qué pelo más blanco se le ha puesto a David Byrne y qué mayor que está, pero cantando canta igual que cuando estaba con los Talking Heads. Canciones modernas, canciones de ahora. Pero claro, te queda la duda de que si no la cantase David Byrne le ibas a hacer tú caso. Ahí está el dilema. No sabe uno nunca cómo meter la pata. Un tío en el bar se ha pedido así a las diez de la mañana un bitter kas y un redbull, mezclado. 'Tiene un sabor que me refresca mucho. Tengo muchos problemas y...'. Esto lo ha dicho el tío. Porque claro, un bitter kas y un redbull mezclado... cagarrinas fijo. El tío parecía de esos que deben tener el hígado para pocas bromas. Cómo nos gusta criticar. No sé de qué va la canción.
http://www.youtube.com/watch?v=hpPYKJAnwUo

Empieza el Bam y no sé a qué conciertos voy a ir. Este año es de esos años en los que no tengo ni idea de nada. Sé que es el Bam, sé que toca Pau Riba el domingo y a la misma hora toca Lidia Damunt. El resto no tengo ni idea de dónde ni de qué. Que toca Love of Lesbian al lado del curro, pero eso a mí me viene a dar un poco lo mismo. Iré a ver a Lidia Damunt. O a Pau Riba. No lo sé. Una canción del último disco de Lídia Damunt. El primero era muy bueno. El segundo no lo escuché tanto y el tercero aunque es bueno también, a mí me gusta, tampoco es que le haya puesto mucha intención. En fin. 'Es ingeniero y tiene tres idiomas y le han puesto a trabajar de...'. No me he quedado de qué, pero la mujer que estaba en la puerta ha acabado diciendo 'Es horroroso'. Bueno. Vamos tirando.
http://www.youtube.com/watch?v=NGhxumwFPm8

Pese a que creo que se me hace un poco larga la canción, me gusta esta versión de la Sinfonía Agridulce. Sinfonía Agridulse. A cargo del Instituto Mexicano del Sonido. La escuché hace unas semanas en el coche con los Chispas y me gustó. El resto del disco era demasiado raro para mí. El vídeo está bien también. No sé si eso me ocurrirá alguna vez en la vida, pero si Dios en su magnificencia tuviera a bien regalarme un paseo con dos muchachas con pelucas y esa clásica combinación falda/bota, me daría por bastante satisfecho. Viva Méjico. El compañero colombiano se muere de risa al escuchar esta canción así. No dirán que no está bien la canción y que la idea no está bien traída.
http://www.youtube.com/watch?v=CiGlrGF49Ok

Venga, vámonos con buen rollo. Que el verano se ha acabado y si no le ponemos un poquito de desto a lo que viene, lo tenemos crudete. De hecho lo tenemos crudete aunque nos pongamos una máscara de Anne Igartiburu. Vaya verano con más altibajos, con tantas rachas y con tan poca gracia, la verdad. Porque pudiendo ser un verano bien molón se ha ido convirtiendo en un veinticinco por ciento. Si. Es como si todo se hubiera reducido a un veinticinco por ciento de lo que debería ser. No hay totalidad. Ni parece que la vaya a haber. Aquí tenemos a Elvis Costello cantando The Other Side of Summer. Una bonita canción. Pero aquí Elvis Costello sale raro. Con barba y melenas. No sé. Mal aspecto, Elvis. Así no. ¿Qué dice la canción? Ni idea.
http://www.youtube.com/watch?v=ZXlnyRIhp4M

Y de propina, la canción del fin del verano de toda la vida. La de na na na na na na naaaaa for the summer. Sealed with a Kiss. Brian Hyland es el pájaro que la canta. Qué canción más bonita virgen santísima. No quiero decirle adios... al veranoooo. Qué tremenda canción. Ay, que casi se me saltan las lágrimas de la pena. Ay que mancho el teclado. Ay, que emoción que me embarga. Copón. Dejadme. No es nada. Ya está. Estoy bien. De verdad. No. No, de verdad. Ya si eso. No pasa nada. Ostia qué mal rato.
http://www.youtube.com/watch?v=spAbRiG2cB4

Pues nada. Que eso. Que me alegro de veros buenos y que tengamos todos un buen fin de semana. Y el lunes es fiesta. Todo cuesta abajo. Venga. Nos vemos.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Flores y ardillas

...y sin dudarlo se fueron y no volvieron. Y ahora viene una nueva muestra de la propensión del autor italiano Dario Di Doddo por la temática de marras. No nos podemos resistir y divulgamos aquí un nuevo cuento, recogido por la revista 'Tremendis', y titulado 'Flores y Ardillas'.
'Os habrá pasado alguna vez, pero a mi me ocurre muy habitualmente. Salgo a la calle, voy al trabajo, vengo de él, he quedado con alguien y bajo las escaleras de mi casa, y al poner un pie en la acera algo me ocurre que no me tengo en mi. No me hallo. Y voy caminando sin rumbo y aparezco sin saberlo en lo más profundo del bosque. En un pequeño claro del bosque en el que las flores parece que sonríen. Donde juegan las ardillas. Donde los pájaros trinan. Donde los rayos de sol se cuelan entre las ramas de los árboles y crean sombras juguetonas. Un espacio en el que el aroma de las flores lo inunda todo. Donde pequeños animalitos juguetean entre ellos. Donde a veces aparece alguna fiera que acaba no resultando tan fiera y se tumba entre las margaritas, donde un lobo surge y se queda quieto contemplando cómo una ardillita huele un clavellín, donde unos lirios se enredan entre el cabello de un pequeño potrillo que inexplicablemente hasta allí ha llegado. Un lugar donde todo es paz y armonía. Un lugar al que he llegado sin saber cómo, que me ha sido concedida la posibilidad de contemplar y de vivir en el Paraíso. Que tengo ante mí un espacio en el que la naturaleza se me da como algo eternamente agradable. Como unos dibujos animados de Disney. Como un cuento. Estoy en un cuento. Y todo me llama para que me quede. Para que me deje llevar.
Y entonces, ocurre que no sé qué hacer allí. Que me siento incapaz de disfrutar de todo aquello. Que no sé cómo disfrutar. Cojo una florecilla y la huelo y huele bien pero no me basta. Que acaricio a un conejito lindo y que no le veo el qué. Y que no sé qué hacer allí. Que no sé como se llaman las flores. Que no entiendo a las ardillas. Que no me gustan. Qué rabia.'

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Santiago Carrillo

Hay un libro de Manuel Vázquez Montalbán que se llama Asesinato en el Comité Central y que está escrito a principios de los ochenta. En aquel tiempo Santiago Carrillo era el Secretario General del PCE y en el libro se asesinaba a un personaje llamado Fernando Garrido. El propio Vázquez Montalbán era miembro del PSUC, por entonces, el partido comunista de Catalunya. Luego vendrían otros. ¿Por qué?
En el libro aparecen las disputas, los dilemas, las deserciones, las purgas y las calamidades de los militantes comunistas durante el franquismo. La persecución desde fuera y desde dentro. Fernando Garrido/Santiago Carrillo tiene que dirigir el partido hacia la nueva situación. No todo el mundo lo entiende.
'Carrillo se cargó el PCE'. Esto lo llevo escuchando yo años. Muchos años. Carrillo primero es prosoviético, luego deja de ser prosoviético. Cuando era prosoviético purga a los que no, luego al revés. Nos sobra gente, claro. Nos sobra tanta gente que al final nos quedamos solos. Expulsiones, escisiones, compañeros de viaje, purgas. Carrillo se carga el PCE, y si no hubiera sido Carrillo hubiera sido otro. Nos queda esa duda. ¿Qué hubiera hecho otro? De la eclosión del PCE se benefició y se sigue beneficiando y no sabemos hasta cuándo se beneficiará, el PSOE. Cuadros y votos. Gente capaz y votos.
Después de 1982, cuando el PSOE arrasa y barre al PCE, Santiago Carrillo ve cómo su gestión es desaprobada y lo echan. En una entrevista digamos que reciente, llega a decir que explicó a sus camaradas que la victoria socialista era lo mejor que podía pasar. Inaceptable. Jugar para perder. Alegrarse de perder. Es mejor que no ganemos nosotros. Tantos años de pasar fatigas para esto. Desilusión y decepción.
Carrillo luego funda un partido que dura poco y se pasan todos al PSOE. Todos menos él, que no llega a ingresar nunca en el PSOE. Hubiera sido demasiado bestia el trance. Cuando ya no tiene dedicación política, habla en la radio. En la Ser. Representa a la izquierda. Creo entender que sigue considerándose comunista hasta el final. Discute con otros popes de la Transición. La Transición. El gran pacto.
Se ha muerto Carrillo y quizás es un buen momento para recuperar aquel espíritu de la Transición. Esto decían en la radio ayer. En la Ser. Santiago Carrillo al frente del PCE, olvidó afrentas y persecuciones, las penurias y las responsabilidades de los asesinos, y aceptó lo que había. Monarquía constitucional, etc. Estatuto de los Trabajadores. Fin de la música. Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó parar. El Espíritu de la Transición. Desde entonces, desde hace al menos 25 años, Carrillo se convierte en una imagen del Espíritu de la Transición. La unión y la superación de las diferencias. La reconciliación. De la dictadura a la democracia. Su encuentro con Fraga. La aceptación de la bandera. El rey no es mala gente. Etc.
Santiago Carrillo se carga el PCE, después de muchos años al frente del mismo, consciente o inconscientemente. No lo sé. No sé si alguna vez llegó a pedir el voto para alguien, para Izquierda Unida o para el PSOE. No creo que pidiera el voto para Izquierda Unida.
Se ha muerto Carrillo y en la web del PCE o la de EUIA le recuerdan, más allá de las diferencias, como alguien que estuvo con ellos, con nosotros, y que a pesar de las diferencias... las diferencias. ¿Se olvidan? En Asueldodemoscú el autor lo sigue considerando uno de los nuestros. Yo no lo sé. No sé.
El espíritu de la Transición. Ahora escucharemos y escuchamos alabanzas de todo color. No soy monedita de oro, para caerle bien a todos. No se puede caer bien a todo el mundo. No puede ser honoris causa, conferenciante aquí y allí, no se puede. No se puede caer bien a todos. No puede ser. Cuando tanto te alaban, es porque en algo les has sido útil. No puede ser.
Se tendrá que pisar algún juanete alguna vez. No es hora de consensos, es hora de plantar cara. ¿Cómo? No sé. El ejemplo de Carrillo servirá para conocer que con el consenso, ganamos tranquilidad, pero perdemos esperanza. Y que con la lucha, no sé si ganamos.
¿Quién se carga a Fernando Garrido en el libro de Vázquez Montalbán?
Quién más le quería.

martes, 18 de septiembre de 2012

Thalassa. El continuo espacio temporal, roto.

¿Esperanza Aguirre? Perdone pero va a dar igual. Porque aunque el influjo de Esperanza Aguirre haya sido, es, y será seguro, tremendo, hay otra noticia que me acaba de dejar turulato.
¿La prima de riesgo otra vez? ¿La entrevista a Rubalcaba? ¿La independencia? ¿Llorente al Barça? No.
El compañero, que suele escuchar emisoras de radio de ámbito nacional (de aquí), me acaba de dar una noticia que, ya que no puedo contrastar de forma fidedigna, doy por buena a bote pronto.
Después de 22 años, Thalassa se acaba. Una noticia que supone prácticamente el fin de la televisión tal y como la entendemos los nacidos entre Salses y Guardamar, que decía la canción. Bueno, los que estén entre Vinaroz y Guardamar, quizás no tanto, pero vamos, los demás estamos a partir de ahora huérfanos de un programa mítico... que casi nadie ha visto.
Seamos sinceros. Thalassa. ¿Cuántas veces no hemos tenido la sensación de que en el Canal 33 -segundo canal de la televisión catalana- siempre emitían Thalassa? ¿Cuántos programas emitidos en el 33 no eran sino 'thalassas' sin ser Thalassa?  Encender la tele, ir mirando en los diferentes canales a ver en cuál ponían una película medio buena y aterrizar en el 33. Y entonces siempre ocurría lo mismo. El mar. La mar. Un barco, un puerto, unas personas cogiendo pescado, unos señores recogiendo redes. Podía ser en Madagascar, en Sicilia, en el Brasil, en Canadá, en Cadaqués, en el Senegal, en cualesquiera parte del mundo que tuviera costa. Siempre. Siempre había alguien que pescaba algo, siempre un puerto, siempre una vela, siempre una embarcación curiosa que sólo se daba allí. Gente buceando, gente pescando, la lonja, el puerto otra vez, el pueblecito, los pescadores, las mujeres vendiendo, los niños jugando o haciendo cosas de niños. El mar. El mar. El mar. Las playas de las Maldivas y su encanto. Las costas de Eritrea, costumbres de la costa turca, el mar Negro, el Caribe...
Siempre, a todas horas. Y si no es Thalassa es Karakia. El mar y la comida. El mar y la comida. Continuamente. No sabes nunca si estás viendo Thalassa o estás viendo Karakia. Porque en Thalassa también vemos a gente haciendo platos de pescado, claro. Karakia es un programa en el que gente de todo el mundo que vive en Barcelona o Catalunya (afueras de Barcelona) enseña los platos típicos de su tierra. Yo no sé la cantidad de veces que he visto gente encender el fuego, poner la sartén, etc.
Thalassa se acaba. Dice el compañero que ha escuchado que después de 22 años Thalassa termina. Que no harán más programas. Pero en la página Web se ven los programas previstos para los próximos días, así que no sé qué pensar. Pero el compañero dice que no, que se acaba y listos.
Pues vaya. Yo, la verdad, nunca he visto Thalassa entero. Un programa entero de Thalassa, digo. A mi el mar y la vida marinera, plim. Con respeto, ojo. Compañeros del mar, que no es personal. Es que no. Pero era como un punto de referencia. Sabías que estabas viviendo en el mundo real si ponías la tele y veías a unos indios recogiendo las barcazas mientras recogían al pesca cerca de Bombay, por ejemplo. Sabías que te encontrabas en esta dimensión si recorrías casas desvencijadas en Dakar, a la orillita del mar. Tenías conciencia de que el mundo no había dejado de girar si había imágenes de algas en el 33.
¿Y ahora qué? ¿Pondrán programas grabados?
¿¿Empezarán desde el principio?? ¿¿22 años otra vez viendo el pescado que se convierte en barco de la cabecera?? ¿Puede Catalunya ser independiente sin ese 'pal de paller' que es Thalassa?
En tiempos de crisis hemos visto cómo para seguir manteniendo a la gente calmada y con los pies en el sueño, la televisión ha vuelto a emitir desde el principio Bola de Drac. Si ahora nos quitan Thalassa, advierto que se puede liar parda. Como haciendo zapping no tenga esos segundos de 'vida marinera'... yo no sé.
Yo no sé, de verdad. ¿Porqué juegan con nosotros de esta manera?

lunes, 17 de septiembre de 2012

La gran epopeya de Josep Popella

Bueno, pues eso. Que me acosté, apagué la luz y tal. Pero a eso de las nosecuantas, porque no pude mirar la hora, me dio frío o yo que sé y noté algo raro a mi lado. No muchos de ustedes han estado en mi casa y casi ninguno en mi habitación por lo que no saben cuál es su disposición de elementos, pero les diré que al lado de la cama tengo una sillita con la ropa 'que va cayendo ahí'. Limpia, ojo. Y bueno. El caso es que cuando me giré para mirar a ver qué pasaba lo vi.
Estaba allí sentado. Encendí la luz para darme cuenta de verdad y lo volví a ver. Estaba allí. Era un señor sentado en la sillita. Un señor vestido con un traje decimonónico. ¿Porqué sé que era decimonónico? Por las películas. Por que he visto películas en las que sale la gente así. Me di cuenta en seguida. Pero eso da igual. Que fuera decimonónico o no. El caso es que me di un susto de morirme. ¡Ostia! ¡Un tío en mi habitación! Claro, la sorpresa, la mía, era mayúscula. Un señor vestido así, en mi habitación, con las piernas cruzadas y un bastón en la mano. Un señor con una barba poblada, blanca, con cierto aire de majestad. Si. Esa impresión me dio, ya al cabo de un rato, porque la primera impresión fue otra.
- ¡Coño! ¡Qué hace usted aquí!
- No te asustes, soy el gran Josep Popella y quisiera contarte mi gran aventura.
Un momento. Rápidamente, pese a fosoco, digo, pese al sofoco, pensé que era un sueño. Era un sueño, estaba claro. ¿Cómo iba a pasar un señor así por mi calle y se iba a meter en mi pisico que lo tengo todo cerradito y bien guardado? Y decimonónico además... estaba claro que estaba soñando. ¿No?
- Esto es un sueño, quién es usted Josep Popella... ¡Qué pasa aquí! ¡Qué susto!
- Es una reacción normal, pero la veo un poco deslavazada. Es decir, veo que te asustas y te sorprendes, pero no es algo que vea como muy natural. No te veo asustado de verdad. Como si estuvieras actuando. Tómatelo con calma, que no pasa nada. Pero tampoco sobractúes. De verdad, no te hagas líos. Vengo a contarte mi gran epopeya.
- Uf. ¿Pero qué dice, jefe? ¿Cómo que me va a contar su gran epopeya si son las dos o así de la mañana sino más? Por favor, que yo mañana me tengo que levantar temprano, que luego me cuesta levantarme un montón.
- No te preocupes. Mira, pasa lo siguiente. El asunto estriba en que el tiempo no está corriendo. Es decir, que tú estás aquí conmigo y estamos hablando y tú crees que el tiempo avanza, pero en realidad no es así, estamos clavados en el mismo punto. Lo que ocurre aquí, en realidad no está ocurriendo en el tiempo real, n temas. Que mañana te levantas a la misma hora y tan ancho.
- Si hombre.
- Que si. Que te lo digo yo. Mira, como te veo nervioso, aunque ya te digo que el tiempo no avanza, que lo hemos suspendido, voy a ir empezando. Yo nací en un pueblecito de la Garriga...
- Que no hombre, que no. Que no me va a contar usted su vida así sin más. ¿Y porqué a mi? ¿Porqué tengo que escucharle yo a usted y encima me va a colar el gol este de que el tiempo no corre...? Pero se ha creído que yo soy gilipollas o qué. Vamos. Que no. Aquí pasa algo raro.
- Claro. Raro es. Normal no es. Eso lo sé yo también. Esto no es normal. Claro que no es normal. Pero ya que está pasando, no perdamos el tiempo ahora viendo si sí o si no. A ver.
- Pero es que, aunque esto sea un sueño. Que sin duda lo es...
- No, si esto no es ningún sueño... de verdad. Esto es otra cosa. Hemos parado el tiempo y...
- ¿Quiénes habéis parado el tiempo? ¿Qué dice usted?
- Uy. Esto va a ser muy complicado. Yo mejor lo dejo y me voy a ver si el del tercero tiene más paciencia que tú para con lo extraño, porque de verdad que veo que no nos entendemos.
- Mire, yo es que...
Y sin saber cómo ni porqué, el señor Josep Popella desapareció de mi vista. Bueno. Me puso la mano en la frente, me tapó los ojos y cuando volví a ver... ya no estaba. Estaba alucinando cuando oí por el patio de luces cómo el del tercero, mucho más comprensivo que yo dijo '¿Quiere que le haga un café mientras me cuenta?'.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Miscelánea

El mundo es grande. Enorme. El mundo es tan grande que si sales de tu casa a una velocidad constante ni que sea de 120km/h, no te lo terminas en un día. Así de grande es. Por eso, no es extraño que se haya descubierto una nueva especie de mono. El lesula. Qué carita que tiene. Qué ojuelos. Y claro, me ha venido en mente la canción del 'último mono de la nasa'. Qué vida esta. Los Toreros Muertos sacaron el disco 'Cantan en Español' hace una pila de años ya, y se retiraron. Lo sacaron y hasta siempre. Y tenían unos cancionazos ahí dentro que para qué. En todos los discos tenían siempre alguna canción buena, y aquí no es para menos. El último mono de la nasa. Luego se la oí cantar al Pablo Carbonell en solitario y bueno, bien, pero no era lo mismo. Metía una especie de interludio 'espacial' con el 'más mierda que el palo de un gallinero', ciertamente gracioso. Bueno.
http://www.youtube.com/watch?v=3gCrgGFZXQs

Se nos va una compañera en el curro, harta de esperar. Cuando entró a currar, con la Matilda la llamábamos 'la marina rosell'. Se parecía. Somos malos. Matilda es más mala que yo. Pues con el paso del tiempo se ha demostrado que la Marina Rosell era una muchacha estupenda. De lo mejorcito que ha pasado. Al menos con ella podías hablar y te reías y podías comentar las mil y una maravillas que contemplamos y escuchamos todos días en este bendito trabajo. Pero claro, todo cansa, y lo principal cansa más que nada. Así que carretera. ¿Nos tomaremos una cañeja o algo antes de que se pire? Lo intentaremos. Cantaremos 'la gavina'. Como dios manda.
http://www.youtube.com/watch?v=DrKey4p_qvE

La dinámica es bien sencilla. Yo tengo los altavoces y yo pongo la música. Y como yo tengo los altavoces, mando yo. Es así de claro. Pero ah, el compañero, tras trescientos años aquí, ha descubierto que su ordenador también tiene altavoces. Y pone vídeos. En principios de coches trucados rugiendo. Se ha animado y ha buscado cosas que le gusten. The Animals. The House of the Rising Sun. Está la cosa como para ir amargándose por las esquinas, por lo que hemos entrado en una competición de 'a ver quién aguanta más'. Por lo pronto escucharemos la selección del compañero. Va, primero esta de los Animals, a ver con qué sigue. Me lo huelo. Si no pone los Rolling pago las birras.
http://www.youtube.com/watch?v=6MmzrVwEuyE

Pues pago las birras. No ha puesto los Rolling, ha puesto otra de los Animals. Baby can i take you home. Un cancionazo, por otra parte. ¿Esta no la cantaban también los Rolling? No sé. Ya lo dije en otro lado, pero entre esta de los Animals, y una de Bob Dylan que se llama Baby, let me follow you down, he tenido alguna confusión y discusiones conmigo mismo sobre si era la misma canción o no. Cosas que va uno pensando. Es que el tiempo hay que irlo tapando con cosas como esta o si no uno acaba quemando containers y entrando a machete por los sitios y hay que dejar también respirar a la tropa.
http://www.youtube.com/watch?v=hJkQMk47eOc

Parece que nos leemos el pensamiento. El lunes estuve poniendo yo Led Zeppelin, que estuve aquí currando en solitario. Pues nos debemos oler los pedos, como se dice, pero acaba de poner una de Led Zeppelin y precisamente del mismo concierto que puse yo. Y él no estaba. Cerebros conectados. Ñiiiu. ¿Qué haremos el día que nos tengamos que separar? ha puesto la canción de How many more times. Y ahora pone el We're gonna groove. Son canciones del concierto que dan en el Royal Albert Hall, ese en el que sale Jimmy Page con el sueter de cuadritos. Buenísimo concierto.
http://www.youtube.com/watch?v=7NTkVbZDFko&feature=fvst

Perfecto. Ya se ha cansado. Pues ahora un bajonazo y nos vamos. Estos días y semanas no han sido nada fáciles. Durante unos cuantos días incluso no me quité esta canción de la cabeza. Qué canción tan devastadora. Ya pueden los Tindersticks esos poner caras y voces de pena. Paco Ibáñez interpretando un poema de San Juan de la Cruz, llamado El Pastorcico. Tremendo. Ni Nick Cave y sus Murder Ballads son capaces de expresar tan agudamente un sentimiento. Ah, el amor. El amor es un sentimiento que tengo en el corazón. Tengo un sentimiento en el corazón que es el amor. Tengo un corazón cargado de sentimientos de amor. Etc. Ya lo saben.
http://www.youtube.com/watch?v=se0fcCvKqzY

Pues nada. Se acabó el broquil, que dice el otro. A ver si tenemos un buen fin de semana y lo saldamos sin lamentar daños. Si eso, pues eso.

jueves, 13 de septiembre de 2012

La Atlántida encontrada.

En otro momento he comentado que en ocasiones (ocasiones y momentos), entro en un estado de placidez del que tengo conciencia. Es decir, que estoy en un momento tan así que me digo 'qué bien'. Pues el otro día alcancé este estado de paz y profundo bienestar mientras veía un documental sobre la Atlántida. Hasta que del relajo y el olvido de mis males y tristezas, pasé a la hilaridad y el ole ole.
Dieron un documental sobre la Atlántida. ¿Dónde está la Atlántida? El National Geographic nos lo va a decir. Una investigadora norteamericana, pelirroja y de simpático hablar, nos dice que tenemos nada más que una referencia sobre este territorio mítico en un texto de Platón. Nada, unas líneas. Pero que a partir de ahí, podemos empezar a trabajar. Pues venga, a trabajar. Que si puede estar en Troya, que si puede estar en Creta, que si puede estar en Doñana... abren las tres posibilidades y finalmente se deciden por la de Doñana.
Mientras estaban decantándose por una o por la otra, pues el documental tenía pinta de ser de esos en los que se abren  muchas puertas y finalmente se cierra la horita de sabiduría compartida con un 'quizás nunca sepamos patatín patatán'. Y se queda uno tan ancho y así puede ver otro documental sobre el mismo tema tiempo después con el mismo interés. Como si nada. Pero aquí la cosa no se iba a detener en apuntar y no disparar. Aquí la cosa iba en serio.
El profesor Freund de la Universidad de Hartford iba diciendo que esto y que lo otro. Hasta que servidor se concienció de que el profesor Freund era de la Universidad de Hartford y no era el profesor Sánchez (Sán-chez) de la Universidad de Huelva, pasó un largo rato. Recuerden que yo estaba en estado prenirvanático prácticamente.
Se decidían por Doñana, como digo. Y decían más o menos que mirando así desde arriba, echándole unas fotos bien hechas desde el cielo a lo que es Doñana, se veía que ahí había unas estructuras o formaciones que podrían corresponder con esa estructura a su vez de islas concéntricas que caracterizaban a la Atlántida platónica. Ahí lo llevas. Uno miraba desde arriba y decía... carámbanos, qué ojo tienen. Qué imaginación.
Pero no se quedaban ahí. 'En el centro de la Atlántida estaba el templo de Poseidón. Si se fijan en estas imágenes, hay un círculo aquí en el que podría encajar el templo'.
Ahí ya me ganaron del todo. Una foto, un círculo pelao, y encajaban un rectángulo y decían 'es verdad, es posible'. Y bueno. Seguidamente toda una sucesión de investigaciones con aparataje de la más alta desto. Que si máquinas para echar fotos bajo tierra (copón), que si nosequé para ver los cortes de nosecual, que si vamos a bucear porque hay unas piedras que parece que están cortadas por los hombres. Pitoak eta flautak.
Ojo ahora.
Están buscando y buscando evidencias de que eso es asín, cuando de repente dicen... 'vamos a buscar evidencias en el suelo vivo'. Y se ponen a mirar entre matojos de Doñana, en esos espacios de tierra seca, de barruzo, y mirando así, a ojo mismo, sin despeinarse ni nada, abriendo la verja de Doñana y un poco más pa'llá, encuentran nada menos que dos estatuillas!!!! de dos diosas!!! así, en el suelo!!!! Se acabó el karma, el nirvana, el yoga tántrico y la virgen. Y el profesor Freund dice... 'son isis o astarté!!'. ¿Pero es que no hay una policía aquí o qué?
Hilaridad, risas mil, espacio cómico antes de ponerte a hacer la cena, claro que si. Hay que reírse. Que si era tierra de metales, que si la Atlántida era Tharsis o Tartessos, que si las minas de Riotinto, que si los metales refulgentes, que si los egipcios, que si un cataclismo lo enterró...
Y se van a Cancho Ruano, en la Extremadura, que hay un yacimiento 'tartésico'. Y sin pestañear: Cancho Roano es como la Atlántida pero en pequeño. Y hay un símbolo con los círculos concéntricos (y hacen que coincidan el símbolo con la estructura de la Atlántida...). Madre de dios.
En fin. Que muy bien. Que así tendría que ser todo. Nada de decir... pues a lo mejor... no. Nada, con pruebas, si lo miras desde arriba, se parece, pues adelante con los faroles.
Mención especial para esas imágenes de los españoles y un americano buceando y hablando de lo de las piedras, a nada, a vista de la costa... a veces ni ellos mismos se lo creen lo que están diciendo.
Pues eso, que la Atlántida está ahí y no la habíamos visto. Tanto parque y tanta ostia, si dejasen hacer un buen resort ya lo habíamos encontrado... ay que risa.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Danzón

La pusieron ayer en la segunda y mira, no tenía intención, pero viendo lo que había por ahí, o lo que sabía que había, pues oye, es una solución. Una película bonita porque sí. Sin más.
'Danzón' es una película mexicana que no sé porqué yo pensé que era de Arturo Ripstein y no, era de una directora mexicana llamada María Novaro. Da igual quién dirigiera la película. La película es María Rojo, que es la actriz protagonista y es quien manda en la película, quien busca, quien encuentra, quien hace, quien dice, y sobre todo quien mira. Porque cómo mira. Y cómo se ríe, o cómo sonríe. Qué mujer tan guapa y qué bien lo hace. Qué bien actúa. Como dirían los amigos de mis padres, qué bien trabaja.
Julia es una mujer que tiene una hija de unos dieciseis o quince años. Trabaja de telefonista y con una de sus compañeras acude a los locales de baile del DF. Y allí baila con un señor, todo peripuesto, el danzón. Baila y mientras baila está y no está. Bailar es lo suyo. Pero un día, el compañero de baile, con el que no tiene nada, no es su novio, no han tenido nada o al menos eso entiendo yo, desaparece. Carmelo Benítez. Y Julia no encuentra a nadie para bailar que baile como él. Su amiga no le hace ascos a jóvenes o a lo que se ponga por delante, pero ella está enfadada porque necesita alguien con quien bailar. Y se pone a buscar a Carmelo por el DF, hasta que alguien le dice que es posible que se haya ido a Veracruz.
Y ella se va a Veracruz a buscarle, sin tener ni idea de dónde puede estar ni qué debe hacer, ni nada. Pero se va, porque necesita encontrarlo. Porque nadie baila con ella como él.
Ahí que va a buscar a Carmelo Benítez y en Veracruz se encuentra con un travesti, con quien hace buenas migas. Se hospeda en un hotelucho en el que la ama tiene afición por el cante, y comparte estancia con una prostituta con dos hijos. Ella va buscando a Carmelo por los locales de baile, por los tugurios, hasta que se entera de que quizás esté por el puerto. Y va al puerto. Y no lo encuentra, pero encuentra a otro.
El argumento es sencillo. Pero es que ver a María Rojo, a Julia, caminando, riéndose, intentando enseñar a bailar al travesti... qué escena tan bonita. Ella le coge a él y él la mira directamente y ella le dice que no, que no se tiene que mirar así de golpe, si no que se tiene que invitar a mirar, a insinuar, y pone un par o tres de caras que derretirían al más gélido.
En fin, en el puerto se pone a buscar a Carmelo. Se viste para encontrarlo y se la queda mirando todo el puerto. Vean la foto. Todo el mundo la mira. Pero eso ocurre durante toda la película. Todos los mexicanos miran  a las mujeres. Todos se dan la vuelta. Todos salen de donde están para ver a una mujer que anda sola. En un barco hay un muchacho jovencito con melena. A Julia le gusta, entablan conversación, hay rollo.
Y el rollo prospera, y se ven, y ella tiene que volver a México. Y durante toda la película suenan boleros, canciones, que o te las sabes o te gustaría sabértelas. Y Julia caminando, y Julia moviéndose y bailando. Qué grande.
Ella se vuelve al DF y se encuentra con sus amigas. Y le cuenta a su amiga que no encontró a Carmelo. Y hace un simple movimiento de ojos. Y la otra entiende.
Y al final, pues eso. Que tienen que verla. Qué película más maja.
Y qué calor hacía ayer.

martes, 11 de septiembre de 2012

Once de Septiembre

Hola. Hoy es Once de Septiembre. Hoy es el día de la Diada. Hoy es el día del 11-S. Hoy es el aniversario del Golpe de Estado de Pinochet.
Esta mañana he ido al homenaje a Salvador Allende en la Plaza Salvador Allende. La plaza Salvador Allende está en la Taixonera. Allí. Arriba. En el quinto demonio. Pero he ido. Voy y me encuentro con el vecino del segundo. No se preocupen que no le he saludado. Había muchos políticos. Algún indignado silbando a los políticos. Había más chilenos. Yo no soy chileno, pero haberme criado con Víctor Jara y Quilapayún me hace chileno adoptivo. Homenaje, himnos, cantos, bailes, discursos.
El homenaje incluía un discurso de un tal Eulogio que no sé quién es. El homenaje se hace desde hace 26 años. Es el primer año en el que el Ajuntament de Barcelona no participa.
El Ajuntament de Barcelona está gobernado desde hace un año o así por CiU. Un partido nacionalista de derechas.
Es el primer año que el Ajuntament no participa en el homenaje a Salvador Allende.
Esta tarde hay una manifestación en Barcelona que se prevé importantísima, multitudinaria, fabulosa, auspiciada por la Assemblea Nacional de Catalunya. Tv3 hace una cobertura total. Todo estupendo. Vamos. No vamos. No vamos. Es CiU.
El lema es por la independencia. Independentismo. Catalunya independiente. Yo no voy a ir.
Si los mismos que no son capaces de participar en un homenaje a Allende, al Compañero Salvador Allende, al compañero Víctor Jara, son los que se ponen a la cabeza de la manifestación (aunque algunos de los que van a la mani estaban allí hoy, ya lo sé, y aunque la cúpula de CiU no vayan porque no vaya a ser...)... yo no voy.
Viva Chile, mierda!


lunes, 10 de septiembre de 2012

Tres días con la familia

Esta película, 'Tres días con la familia', fue un éxito de crítica cuando se estrenó, hace poco. No la fui a ver. Era el debut de una joven directora formada en la Escac, la escuela de cine de aquí, de la que salen talentos a raudales. Da igual, no la fui a ver. Soy poco patriota. No sé porqué, pero en ciertas películas de factura catalana siempre se reproduce el tipo de vida de una franja de la población que es más francesa que los franceses, más neoyorquinos que los destos, más más que más. Gente que hizo la transición y ahora mira al pasado con desesperanza, jóvenes triunfadores con crisis de la treintena o más allá, etc. La Catalunya que chana. Un poco así. Pero no todas las películas son así. Esta película está un poco a medio camino.
Yo la vi ayer, en dvd.
Se muere el abuelo, el patriarca, al parecer un potentado o abogado de esos que vive en una masía y es 'un home de mena'. Una chica, su nieta Lea, llega de Francia para el entierro y la vela. Aquí, en Girona (digo yo que será Girona porque se ve el puente), se encuentra con su padre, que es uno de los hijos menores del fallecido. Lea le cuenta a su padre que va a montar un bar con su novio francés y que deja los estudios. Ahí lo llevas. El padre, Eduard Fernández (qué actor), hace de señor un poco cacas. No le dice ni que si ni que no. El padre se ha separado de la madre, pero no se lo han dicho a la familia. ¿Por qué?
El hermano mayor está encarnado por Ramon Fontseré, habitual de Boadella y que salió también en Soldados de Salamina, y es la imagen del empresario, del que manda. 'Noi, noi'. Ahrg. Cada vez que se dirige a alguien es con el 'noi'. Chico. Niño. El que manda. El mediano es otro actor muy bueno, y hay una hermana que ha escrito un libro sobre la familia y que es la oveja negra, al parecer, y solo sale al final.
Pues nada. El asunto está en que Lea está pendiente del novio, y defendiendo la idea de montar un bar, con sus exposiciones, sus actuaciones en directo, todo eso. Algunos primos se interesan por el tema, otros primos, los descendientes del mayor, lo ven como una jipiada y una pérdida de tiempo, no es negocio. Otro primo, el hijo de la oveja negra, va caliente, pero es gordo y no se lo toman en serio.
La familia con sus roles, el bueno, el que manda, el cobardón, la rebelde. La mujer francesa, madre de Lea, que bebe y está un poco fuera de juego, la prima simpática, el primo tontorrón, la tía señorona, todo estupendo. Lea se entera de que su novio pasa de ella y al mal rollo de la familia se le suma el que el proyecto de vida se le ha ido al pedo.
En fin, que lo que parece que es una película en la que se va a desatar un drama familiar, o que van a salir a relucir trapos sucios y demás, en realidad se queda en nada de eso, si no en que bueno, así es el tema y si quieres de sales o si no, pues a no hacer caso y como si contigo no fuera. El hermano mayor hace un discurso final sobre que seamos como seamos, la familia no se toca, y la chica se echa a llorar como una malva como si hubiera perdido. O como si no hubiera otra. O como si dentro de eso se pudiera rescatar algo.
Vamos, que la película tiene sus qués. No dice nada muy novedoso, no es tan cafre como Celebración, por ejemplo, o saca a relucir algo que no se sepa, pero está bien. La chica lo hace muy bien, siempre con esa cara de agobio y de 'qué coñazo'. Memorable la escena de la fiesta con el listo que ha estado en París y ya conoce un bar de puta madre, o los que se van a ir a Nicaragua a 'un proyecto'. Pff.
Pues nada. Una familia catalana, pero siempre de esas familias catalanas bien, como dice la madre francesa 'siempre con el sisplau...'.
Nada, como casi siempre, al final, nada. Que la chica se queda en Barcelona y que bueno, a entrar en la rueda, a currar por enchufe, más de lo mismo.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Miscelánea

El domingo pasado tuvo lugar el concierto de Jack White en Barcelona. El muchacho salió acompañado de cinco muchachas que no vamos a decir que fueran feas precisamente. Pudiendo decir que eso es lo de menos, lo diremos, era lo de menos, porque el concierto fue un ratito de evasión muy conveniente antes de que se iniciase una de las semanas más mierdas que se recuerdan. Preludio, quizás, de una de las épocas más mierdas que uno haya visto. Pero no nos pongamos truculentos. El concierto muy bien. Tocó de todos los palos. De los White Stripes, de los Racconteurs, de Dead Weather, y también del disco en solitario. Muy bien todo. Claro, que empezando con Dead Leaves and the Dirty Ground, cualquiera.
http://www.youtube.com/watch?v=cBAhdDR176M

Bien, me gusta una canción de ahora. Una canción contemporánea. De ahora. A cargo de un grupo que es tan moderno que cuando lo vimos el año pasado en el Primavera pensé, joer, esto es taco de moderno. Y me gusta. Pues ahora resulta que la canción que llevo escuchando estos días en la radio, es suya. Son los Ariel Pink's Haunted Graffiti, y la canción se llama Only in my dreams. Vamos, el vídeo lo ha hecho con seis pesetas contadas. Lo normal, llega, se liga a una, se liga a la otra, luego a aquella, se va con esta, le guiña el ojo. Pero hay que verle a él. Con ese pelo rosa. En fin. La canción es bonita y un poco, no sé. A mi me resulta un poco como tristona. La música que hacen así en general, a pesar del aspecto de pachanga que tienen, me parece tristoncilla. Pero bien.
http://www.youtube.com/watch?v=Ta46M5rksBk

No sé porqué se me metió esta canción en la cabeza viniendo del pueblo. La olvidé supongo durante unos días y luego me volvió a sobrevenir. Sólo recordaba el send me a postcard darling... y claro con esas referencias. Es verdad, tampoco era ninguna cosa muy complicada. La canción se llama Send me a Postcard y es de los Shocking Blue. La cantante es un vozarrón. El grupo es holandés, finales de los sesenta y principios de los setenta. Debe ser la típica canción que sale en los Nuggets. Y nada. Eso. Que me envíes una postal o algo. He enviado postales este verano. Si. En fin. Pasemos a otra cosa.
http://www.youtube.com/watch?v=upO7h5FsIYI

Venga, vamos a revolcarnos en el fango un poquito más. Esta canción le gustaba mucho a mi madre. Pero ese no es el caso. Una canción que cantaba Iva Zanicchi, pero que como he puesto ya alguna vez su versión, vamos a introducir a la grandiosa Mina, que nos va a traer ese clasicazo que es 'Nostalgias'. Qué letra, madre mía. Hermanooooo, yo no quiero rebajarme... pues eso. Uff, a medida que vas escuchando la canción te vas sintiendo peor. Qué lástima. En fin, no sé qué más puedo decir en este punto. Escuchar la canción y sigamos para bingo.
http://www.youtube.com/watch?v=Yer40AdCHeU

Y es que todo nos acaba llevando a lo mismo. Ayer escuchando canciones al tuntún, casi al final de la tarde, nos acordamos de Sisa. En teoría aquí debería sonar la mágica y devastadora canción 'Han tancat la Rambla', pero no la encuentro en el youtube del demonio. Con ese tremendo 'macagondeu, que sol estic'. Pero eso, que no la encuentro. En su lugar escucharemos y veremos interpretar a Sisa con Melodrama igualmente la impagable Transilvania Girl. Las tardes aquí se han convertido en una especie de retiro espiritual. Vas trabajando, pero estás tan solo. Tan y tan solo. Te sientes tan solo. Sin nadie. Esperando. El final. Esperando. El final que ya ha llegado y el final que llegará. 'Tot el que toca es putrefacte i fa pudor'. En fin.
http://www.youtube.com/watch?v=oSrneiXw-Pk&playnext=1&list=PL0D8208876D3E737B&feature=results_video

Sigamos con los bluseros. No soy capaz de desengancharme de esta gente. Esta canción es I can't hold out, que sale en el disco aquel de un euro de los Canned Heat. El tema lo escuchamos aquí a cargo de uno de los intérpretes originales, Elmore James. Nada más y nada menos. No entiendo mucho de lo que dice, pero cuando la cantan Canned Heat, dice algo como que no aguanta mucho más y que a ver si puede hablar con la chica por teléfono. Por teléfono. Y como esa otras quinientas. Por ejemplo, no encuentro por youtube una que canta Bob Dylan y es una fusilada de una antigua de Charlie Patton, que se llama Dirt Road Blues. Tremenda. En fin. Ya se me pasará.
http://www.youtube.com/watch?v=Ic2N40rHeAg

Pues se acabó el tema. A ver si la semana que viene seguimos por aquí, que pintan las cosas chunguelis. Malas cartas. Este finde a ver si eso. Venga.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Toros tenemos

- Un momento.
- ¿Perdón?
- Si, antes de que empieces, que ya te veo venir, me gustaría poner voz a los taurinos. Si a alguien no le gustan los toros, pues que no lo vea, pero que respete a quienes si no si nos gustan...
- Mmmm, no.
Vuelven los toros. Señores de Radio Nacional, acaban ustedes de perder a un oyente. Ya llevaba días sopesando el cambiar de aires aunque me costará hacerlo porque es difícil abandonar la inercia y las alternativas no me convencen demasiado (no todo va a ser Radio 3), pero voy a restringir su consumo a momentos determinados.
Ayer, mientras me disponía a hacerme una tortillita francesa, puse la radio esperando encontrar el consabido programa deportivo, que aunque aburrido en ocasiones te ayuda a salir del paso y ¿qué me encuentro? con un resumen de una corrida de toros. A veces, digo, a veces, me da por leer alguna crónica taurina en El País. Más bien porque sé que el crítico suele ser muy crítico y deja de vuelta y media la charlotada de turno, poniendo en solfa a los toreros y a quienes hacen de 'la fiesta', un asunto que no gusta ni a los que de verdad entienden. Sin embargo, lo que llegué a escuchar ayer era una entregada entrevista al torero de turno, en horario de 'prime time' radiofónico. Cambiamos balones por toros. Aguanté cero coma dos y la quité. Juan de Pablos estaba poniendo una música aburridísima en Radio 3. En fin.
Toros. Esencia. Fiesta. Toros en la tele. Seis años después de su ausencia, los toros vuelven a la televisión pública. 'Se retransmitirán aquellas corridas que por su interés específico interesen ser emitidas'. Es lo que se dice desde el Ente público, más o menos, para justificar volver a poner toros en la tele. En la pública.
¿Por qué vuelven los toros? Acabo de venir del bar y en Periódico, el Monegal habla del tema también. Dice que el que retransmitió la corrida dijo que los toros son el segundo espectáculo en afición de España, y suponen un bien económico, cultural y.. ecológico.
Y sí, ya daban un programa de toros en la 2. Alguna vez lo vi. Entrevistas a toreros, a ganaderos, la vida en el campo, como un Jara y Sedal pero con toros. Y supongo que habría un programa taurino en la radio pública igualmente, pero tardecito, cuando toca.
Ecológico. Hace poco, en una botellona con un veterinario y una chica que trabaja en un banco, me querían convencer de que el toro, sin los toros, no podría existir. Que era una especie que sólo servía para eso, para  la fiesta de los toros. Y que mantener el toro en el campo costaba mucho dinero y que... en fin. No. Creo que si, prácticamente, todos los animales que hoy día existen viven de milagro porque no nos los queremos cargar todos, y nos dejamos dinero en proteger especies concretas, porqué no hacerlo con el toro bravo de la misma manera. Que paste, que se duerma, que se aburra en el campo si quiere. Con mi dinero si es posible. Subvencionamos cosas peores.
¿Por qué vuelven los toros? Creo que por molestar, básicamente. 'Estos lo quitaron, pues ahora se van a joder y vamos a volver a poner toros'. Por difundir la fiesta, por que se conozca, por que se reivindique... paparruchas. ¿Qué fiesta? ¿Dónde está la fiesta? 'Es que el toro solo vale para eso'. De la misma manera se puede extender la teoría y acabar pensando que hay personas que solo valen para ser...
Exagero, pero sé por dónde voy. Artículo de Rafael Sánchez Ferlosio en El País. Contra la fiesta. Contra el 'Ahí queda eso'. Contra lo que suponen las corridas, contra lo que dicen de nosotros mismos. Contra la tradición. Contra la esencia. Contra la bravura. Contra la idea de que eso es así. Contra la fiesta.
¿Por qué vuelven los toros a la tele? Para que nos enteremos de que nos están toreando. Para que nos enteremos de quién manda y de quiénes somos.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Dónde estaba el Rubio?

Francamente, el día no está para muchas elucubraciones y demás, pero nos ha llamado la atención un pequeño cuento que hemos recogido de un libro casi insignificante de la escritora argentina María José Hegger, titulado '¿Entonces qué?. Un cuento mínimo, el llamado '¿Dónde estaba el Rubio?' que deja abiertos interrogantes desde que empieza hasta que acaba.
'Ekaterina Marievska llegó de Cracovia a la Argentina como muchos otros llegaron, con una mano atrás y otra delante. Trabajó primero en Buenos Aires, pero viendo que allí no sacaba nada en claro, mediante un contacto en el interior pasó al interior, primero a Rosario y luego subió hasta el Chaco, donde se encontraba una colonia de polacos y rusos, que habían formado una pequeña colonia cerca de Quitilipi. Ekaterina ya contaba entonces con casi treinta años y todavía no se había casado. Comenzó trabajando en una pequeña estancia, propiedad de uno de los rusos de la colonia, y finalmente, con el dinero ahorrado entre unos trabajos y otros, pudo montar un pequeño tienducho, un comercio en el que vendía todo tipo de artilugios, comestibles, accesorios para el campo, granos, semillas, licores, ropajes... todo lo que quisiera encontrar desde el estanciero al transehúnte. Desde el vagabundo al forajido. Desde el aventurero a la polaquita que necesitase algo para el pelo. Todo y más, 'la Catalina', lo tenía disponible y a cualquier hora del día. Nunca cerraba.
Con el tiempo, 'la Catarina' comenzó a pensar en casarse. El candidato con más disposición era 'El Rubio'. Un musculoso hombretón, polaco de Lodz, que llevaba ya más de treinta años en aquella parte del Universo, tras haber llegado de niño con sus padres. Su inmersión en la zona había sido tan profunda que ni siquiera recordaba su nombre polaco, y tenía que esforzarse mucho para poder nombrarse en castellano. Así que todo el mundo le llamaba 'el Rubio'. El noviazgo fue todo lo aburrido y patético que puede ser un noviazgo sin amor en una región solitaria y sin nada que contemplar más que la miseria de uno mismo y la de los demás. Tras dos citas en la que ella ni siquiera se interesó por preguntarle su nombre real, se casaron en la pequeña capilla del pueblo.
Pasaron los años y llegaron cuatro hijos, que en cuanto tuvieron edad de poder hacerlo se largaron de allí camino de Buenos Aires. Mientras, 'la Catarina' seguía vendiendo y vendiendo. Y 'el Rubio', tras haber pasado muchos años trabajando como vaquero, se tuvo que quedar en casa 'ayudando' en el negocio familiar. ¿Cómo ayudaba 'el Rubio? Estaba allí. Mientras 'la Catarina' estaba en la tienda, él estaba sentado en un sillón en la sala de al lado. La vivienda comunicaba con la tienda. Él estaba allí. Su presencia se hacía sentir aunque no se viera. Los niños que iban a comprar las pocas y miserables golosinas que podían tener, asomaban sus ojillos a la salita para ver al Rubio.
Y un día, ocurrió un hecho fatal. Una banda de forajidos llegados desde Santa Fe, que iban asaltando villas y pequeñas aldeas huyendo de la policía, apareció por aquel contorno chaqueño y atracó la tienda de 'la Catarina'. Dicen que aprovecharon un descuido de ella, que unos la distrajeron y otros entraron, que la amenazaron. Se dicen tantas cosas. A ese atraco le siguió otro, por parte de la misma banda de forajidos. Lo verían tan fácil que no se resistieron. Esta vez no se contentaron con sustraer materiales de la tienda que necesitaban sino que se aventuraron a entrar en la casa. Hubo una tercera vez en la que una de las integrantes de la banda, pudo incluso entrar hasta las mismas habitaciones donde dormían 'la Catarina' y 'el Rubio'. Entraron y salieron como si tal cosa.
Y claro, la gente se preguntaba... ¿dónde estaba el Rubio? ¿Qué otra cosa tenía que hacer si no vigilar? ¿Qué otra cosa hacía si no vigilar? ¿dónde estaba el Rubio?'

martes, 4 de septiembre de 2012

Georges Simenon. Las vacaciones de Maigret

No sé si es el mejor, pero sí que es el último que he leído. Llevo ya un tiempo metido en la trampa tendida por Georges Simenon y la verdad, tampoco tengo mucho interés en salir. No quiero irme de esas pequeñas ciudades o pueblos grandes del norte de Francia, de Bélgica, de Holanda. No quiero dejar de entrar en esas tabernas infectas, o en esas tabernas señoriales, donde los marineros juegan a las cartas y beben, donde los burgueses juegan a las cartas o al ajedrez y beben. Y beben. Beben calvados, beben armagnac, coñac, vino blanco, cummel... lo que haga falta. No quiero abandonar esas casas donde las maderas del suelo crujen, donde vive gente con costumbres metódicas, que lo tienen todo muy bien planteado, que piensan que nada puede fallar, que todo va a ir bien. Esos burgueses que lo tienen todo milimetrado, que hacen lo que sea para que todo siga siendo como tiene que ser. Esos marineros y trabajadores que, desesperados, ya no tienen otra salida que armarla. Pero desde la contención, el silencio, la grisura de unas vidas que no deberían importarle a nadie. En fin. Atrapadísimo estoy.
El último ha sido un libro protagonizado por el comisario Maigret. Simenon tiene libros con Maigret y sin Maigret. 'Las vacaciones de Maigret', transcurre en un pueblo de la costa francesa al que Maigret ha ido de vacaciones. Pero después de un atracón de mejillones, la mujer de Maigret cae enferma y tiene que pasar unos días en el hospital. Maigret entonces comienza a frecuentar a su modo los bares del pueblo, llevando a cabo una rutina de paseos ejemplar. En una de sus visitas, descubre que alguien le ha metido en el bolsillo un papelito en el que se le 'pide por piedad' que haga algo por una chica que ha tenido un accidente y está agonizando en el mismo hospital.
Empieza así una intriga y una investigación en la que Maigret tendrá que ir tirando de un hilo del que se va extrayendo una conclusión que parece muy evidente pero que necesita de un motivo que la haga plausible. Un doctor de la buena sociedad del pueblo, está casado con una mujer guapísima. Él es muy celoso. Vive con una hermana pequeña de ella, además, y su madre de él. Todos le adoran, pero eso lo sabremos luego. La hermana pequeña es la chica que muere al caer del coche del doctor tras regresar de un concierto.
Maigret investiga y no se cree que la caída del coche sea casual. Además, un día aparece muerta una jovencita que Maigret ha visto en la casa del doctor. Muere estrangulada.
Con su mujer en el hospital, Maigret se va metiendo en la investigación acompañando al comisario local, pero su mayor decisión, le hace tomar la delantera.
Y van pasando entrevistas delirantes con la pescatera amante del mayordomo belga, el mayordomo belga, la mujer del mayordomo belga, su amante cocinero, la displicencia de los ricachos locales, las pequeñas historias, las copitas de armagnac, las partidas, las llamadas de teléfono, las visitas a los familiares de las víctimas, y la diferencia siempre palpable entre los de arriba y los de abajo. Entre los que no toleran que las cosas se les tuerzan y los que tienen que aceptar con resignación lo que los otros dispongan.
Ha sido el último pero no será el último.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Baal

- ¡Oh Baal! ¡Oh Gran Baal! ¡Esperando y contemplando la estupidez humana! ¡Oh Baal que sabes poner en su sitio a quien se cree por encima! ¡Oh Baal, Gran Baal, que haces tropezar a quien se ufana de si mismo! ¡Oh...!
- Si, si. Pero, un momento. Cuéntame qué te sucede para que vuelvas a molestarme con tus alabanzas. Dime, dime qué he hecho esta vez.
- Oh Baal. Le vi venir desde lejos. Un muchacho patilludo, con el pelo cortito, con unas gafotas, con aspecto de pelado, pero de pelado con clase. Y a su lado una moza de buen ver. Una moza lozana, sana, de aspecto la mar de saludable. Pareciera que eran pareja. Pareciera, oh Baal, pero no. Cómo supiste colocar ante mis ojos a un personaje que pudiera sacarme de mis casillas y empujarme después al abismo.
- Cuenta, cuenta, mortal.
- El joven hablaba muy alto. No era tan joven. Pertenecíamos a la misma quinta, digo yo. El muchacho contaba su vida y sus gustos. Sus progresos con la tecnología móvil, con las redes sociales, los amigos que tenía, los sitios en los que había pinchado su música. El chico era un prodigio de las relaciones sociales, amigo de sus amigos, un tipo peculiar pero de una sociabilidad extrema al parecer. Me cayó gordo al instante. Empezó a contar sus andanzas y se notaba que quería con ello impresionar a la muchacha, mas muy torpemente. De tal manera que incluso juzgaba a sus amigos. 'Tal me parece un idiota'. 'Esotro me cayó muy bien'.
- Creo que empiezo a recordar, si.
- ¡Oh Baal! La cosa fue pasando a mayores cuando enumeró sus aficiones. Era futbolero, pero no era futbolero. Fue del Espanyol en su niñez pero se quitó cuando perdió la final de Leverkusen. Esto me hizo considerarlo un patán. Un tonto a las tres. Ya no podía quitar, ay, ni yo ni mi acompañante oído a lo que decía en voz tan alta. Todo era de dominio público. Fue haciendo una lista de cosas que le gustaban y que no. Le gustaba la chica. Lo dijo así a voz en grito. Aquello fue entrañable, la verdad. Acto seguido la chica, que no era de aquí, sería vasca o así, dijo algo sobre trabajo o sobre alguien que conocía. La conversación entró en política. Dijo entonces él que no era independentista. Que él era de su barrio. De su gente, de actuar localmente para influir globalmente. Topicazo. Acto seguido se dijo a si mismo nos dijo a los demás que él era de la CNT. La chica lo pilló. Que si conocía a nosequién o a nosecual. Entonces él, perdido y cada vez más borracho, dijo que él no era estrictamente de la CNT, sino que se movía por ahí. Que él era de la AIT. Para morirse de risa. La chica le fue colocando nombres de gente que conocía de ese mundillo. Entonces él dijo que era del PSUC. Así, sin anestesia. Aquello ya era de preocuparse. Pero no del PSUC. Era trostkista. Ojo. 'El que más trabaje que gane más'. Porque él trabajaba pim pim pim, y cada uno... estuve por girarme y lanzarle la mirada del espanto. Pero no.
- Aligera mortal. Esto se me está haciendo largo. ¿Dónde quieres llegar?
- ¡Baal, Oh Gran Baal! El chico estaba desesperado. Intentaba caerle bien a la chica, conquistarla, seducirla, no sabía cómo impresionarla. Se declaró dos o tres veces. Le gustaba. Se fueron. Entonces me ufané ante mi acompañante de lo tonto que era el mozo. Qué tonto. Qué tonto. No sabía dónde tenía la cara. Qué tonto. Qué patán.
- Y entonces, momentos después, quien quedó como el verdadero tonto fuiste tú.
- ¡Oh Baal! ¡Cuánta sabiduría! ¡Cuánto poder para situar a cada uno donde debe!
- No sufras mortal. Llegarán tiempos mejores. No sé cuándo, lo tengo que mirar, pero que llegar, han de llegar.