Mostrando entradas con la etiqueta Estados Unidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estados Unidos. Mostrar todas las entradas
domingo, 22 de junio de 2025
Trump contra nosotros
Trump ha decidido bombardear Irán hace unas horas. Las bombas tochas que se necesitaban para acabar con la presunta amenaza nuclear de Irán las ha puesto él, ya que Israel no disponía de ellas. Israel hasta ahora se limitaba a ir asesinando selectivamente a gente y a aterrorizar a la población. A cambio estaba recibiendo misiles que causan bajas, claro, pero en un número significativamente inferior al que causa Israel, ahora no voy a poner la relación pero ya sabemos que un muerto blanco es mucho más que un muerto negro, por lo que no se puede consentir que Irán ose a responder. No creo que mucha gente llore por el régimen de los Ayatollahs. Más allá de nuestro antiamericanismo feraz y de ver en Irán o cualquiera que queme banderas yankis un aliado, el régimen iraní no es un modelo de nada. Nadie va a llorar por él. Nadie va a salir en su ayuda. Aunque Irán no fuera un régimen teocrático y fuera otra cosa, tampoco cambiaría nada. Nadie va a llorar por ellos. Toda aquella milonga de la decadencia norteamericana, de la caída del imperio romano, del emperador loco que da palos de ciego, del presidente que iba a concentrarse en lo propio y dejar de lado el intervencionismo, Trump era igual o mejor que los demócratas que siempre querían meter la cabeza en todo, el poder disuasorio de Rusia y de China, todo aquello. Toda esa patraña. Finalmente Israel ha decidido lanzarse toda vez que ha comprobado que la impunidad de la que goza es ilimitada y que cuenta con el entusiasta apoyo de la administración USA, sea esta la que sea, y en este caso una administración que no cree en nada que no sea sus santos cojonazos. Que gane Trump, decían algunas mentes preclaras de la izquierda real que venían a contarnos que los demócratas no son fiables, que mienten, que con palabras bonitas engañan, y que Trump iba de frente y había dicho nosequé. Que la clase trabajadora le había votado y eso significaba algo. Decían. Que gane Trump. Llegará a un acuerdo con Rusia y se acabará la guerra de Ucrania. Preparémonos. En las últimas horas Pedro Sánchez ha dicho que eso del 5% en armamento, no. Y el presidente estadounidense, el mismo Trump, ha dicho que a ver qué pasa con España que no se anden con gilipolleces. Pero Trump. Pero la progresía. Que Rusia. Del orden de 200 muertos al día en Irán y toda la carnicería de Gaza. Matar por matar. Matar por la diversión de animalizar al enemigo, de verlo correr por un saco de arroz medio abierto y tirotearlo. La UE dice que quizás son indicios de crímenes de guerra o de algo. No sabemos qué. Todo borrado ante la imagen de un israelí ante un edificio derruido diciendo algo que no queremos escuchar porque nos da asco. Ya son víctimas también y hay que entender el derecho de Israel de asesinar a 200 personas al día en Irán por la seguridad de todos, como dijo Netanyahu. Cosas que no creíamos están pasando. Cosas, fenómenos, políticas que pensábamos que eran de película distópica que jamás ocurriría. Masacres a cielo abierto, incipientes dictaduras en nombre de la democracia y de la libertad, indicios de que hemo vivido un tiempo y que ahora vamos a vivir otro y no queremos verlo o no sabemos cómo afrontarlo. No, pero todavía Irán puede. Irán no puede hacer nada, no tiene nada que hacer. Ni Rusia, ni China. Solo nosotros podemos aún intentar articular algo que sirva para seguir resistiendo. Ni Rusia ni China me pueden servir como referencia, como aliado, como nada. Solo nosotros, la gente que todavía crea que se puede vivir en libertad, en democracia, con derechos, con sanidad, con educación, con servicios públicos, con empleos dignos. Esa gente. Nosotros somos los únicos que podemos resistir toda esta mierda. Porque Trump y quienes están en su bando van contra nosotros, que no se nos olvide.
miércoles, 16 de abril de 2025
Trump, todo el rato, en todo
Trump, Trump, Trump. Te levantas por la mañana y en la radio comentan lo que han hecho, las noticias comentan lo que ha dicho, las tertulias no salen de su asombro, los artículos intentan encontrar explicación, hay un plan, no lo tiene, está loco, es tonto, es malo, es listo, le rodean idiotas, es idiota, le rodean locos, le rodean psicópatas, le rodean nazis, le rodean y él es, todo el rato, en todas partes, siempre, todos los días, a todas horas, ha expulsado del país a inocentes, ha cambiado las reglas económicas no se sabe en qué dirección, ahora las vuelve a poner como estaban, no, solo un poco, expulsa a gente a El Salvador, se reúne con el presidente de El Salvador y el presidente de El Salvador parece que es un coleguita más de una tropa de psicópatas que nos dicen que todo eso que habíamos pensado que iba a venir poco a poco o alguna vez o en un tiempo futuro, resulta que ya está aquí. Y vemos como dice que le va a quitar las subvenciones a universidades americanas por ser de izquierdas, o como se censuran discursos de artistas, o cómo se pretende cambiar el contenido de la educación, de los museos. Una operación a gran escala, que nos parece hecha sin gran sutileza, poco finamente, como si la hicieran unos mastuerzos, pero que se está haciendo y vemos cómo Bernie Sanders y la Ocasio están haciendo mítines por las ciudades y nos ilusiona pensar pero sabemos que todo eso puede ser la nada porque si en unos meses está haciendo esto, qué puede seguir pasando, puede que decida que no se vota más y a ti qué te importa y a mí que me importa lo que esté haciendo el tarado este si aquí en España el PSOE no es de izquierdas y la Otan y el gasto militar y el último vídeo y el último zasca que le mete en el programa ese que dijo que jamás pisaría y aquí aunque venga la derecha nos va a dar igual porque en realidad nunca ha gobernado la izquierda y cuando ha gobernado es porque era una izquierda dócil y que convenía y nos va a dar lo mismo porque lo que interesa es crear espacios de libertad antifascista donde podamos vivir y compartir y cantar y hacer lecturas y comentar lo mal que está todo y porqué la gente no despierta, porqué no reacciona, porque es que es evidente, evidentísimo que todo está fatal y nadie hace nada por remediarlo. Y en la tele mientras comentamos eso, Israel ha vuelto a bombardear Gaza porque tengo estos huevos así de gordos y han matado a 500 personas y lo que te preocupa a ti es buscar cómplices del bar de al lado de lo que está pasando y compartes un discurso de Putin diciendo que amigos europeos, con vosotros no tengo nada porque lo que me pasa es que fíjate que el imperialismo y acaricias en el bolsillo la chapita de la hoz y el martillo y lloras. Pero vamos a llorar todos. Trump otra vez, a ver qué ha dicho ahora, qué cabrón.
jueves, 3 de abril de 2025
La Residencia - Paul William Davies
Pajareando por esos canales del diablo, aparece en Netflix una serie llamada La Residencia y por no dejar un plato sin picar, nos lanzamos a por ella sin saber ni qué ni porqué, pero en cuanto llevamos un rato de primer episodio entendemos que la serie tiene algo. Ese algo no deja de ser el clásico argumento de enredo detectivesco, con detective singular y con sus manías particulares, en la línea de los Sherlock, mucho de Poirot, etc., con un escenario no menos exclusivo, nada menos que la Casa Blanca. Alguien ha matado a alguien y tenemos ocho episodios para resolver el entuerto. Nos entretendremos con pistas falsas, sospechosos que ya sabemos que no, sospechosas que nos harán reír, otros que nos cargarán un poquito, algunos que nos enternecerán con sus historias, patatín y patatán, con una manera de contar que no permite ver más allá de un episodio de una tacada por la intensidad de los diálogos y una realización que yo no sé porqué, pero más allá de un episodio por sesión, insisto, es que no. Y mira que molar, la serie mola. Y mira que la interpretación de la protagonista, Uzo Aduba, es tremenda, sin embargo no hemos conseguido hacer aquello de verla en una sentada. No valemos para nada. Pero la recomendamos con efusión. Y lo hacemos sobre todo por el final, porque los americanos están ahora mismo y supongo que la serie esta no la han hecho en tres días, los americanos, o algunos americanos, o los americanos que hacen cosas, productos culturales, series, películas, están en estado de shock con lo que les está pasando y con lo que están viendo y no pierden la oportunidad de contar lo que les pasa y meter en todas partes algo que les recuerde que están viviendo tiempos excepcionales, excepcionales y oscuros, y que hay que dejar claro que esto no puede ser y que algo se tiene que hacer, que lo que pasa no es normal, que no es bueno y que no hay que dejarlo pasar. Así, esta serie tiene el final que se merecen los tiempos y ese final es... bueno, no desvelaremos el final, pero ya tú sabes. El mensaje, un mensaje que a nosotros, los izquierdistas locales nos hubiera parecido flojito y mi padre viéndolo diría 'ya estamos con las americanadas', pero que oye, hoy día, pues ya tuviéramos nosotros algo que ofrecer que enviara este discurso final, el discurso acusatorio, de la detective Cupp. Es que me estoy mordiendo la lengua todo el rato. Ya lo dejo. Vean la serie.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Trump
Echémosle la culpa a alguien. Digamos que ya lo sabíamos. Pensemos que era inevitable. Todo estaba encaminado a facilitar el triunfo de Trump. La candidata era mala. Parece que lo hagan adrede. ¿Se ha dicho ya que los problemas de la clase trabajadora han sido dados de lado y que Trump sí que conecta? ¿Se ha dicho ya que el problema es? Reflexionemos sobre cómo puede ser la gente tan ignorante, tan estúpida, tan poco como somos nosotros. Nosotros. ¿Se ha dicho ya que este triunfo de Trump en realidad no es ni tan grave ni tan importante ni significa ningún cambio porque si le preguntamos a la gente de Gaza van a seguir siendo masacrados igual? ¿Se ha puesto ya encima de la mesa que hay que refundar algo? ¿Se ha manifestado ya que es necesario abrir debates? ¿Hemos hablado de los medios de comunicación? ¿No es acaso evidente que se ha producido una polarización del voto y que se ha forzado tanto la máquina que al final la gente se asusta, los hombres se asustan, los blancos se asustan, los ricos se asustan? Era inevitable. La democracia no funciona. Estamos en manos de descerebrados. ¿Se ha dicho ya que la guerra de Ucrania se va a acabar? ¿Es usted parte de alguno de esos colectivos que se van a ver perjudicados de alguna manera por la presidencia de Donald Trump? ¿No? ¿Entonces de qué se preocupa? No nos preocupemos y no nos pongamos estupendos. Si usted simplemente es un hombre, incluso una mujer, que va de su casa al trabajo y se preocupa por sus findes de ocio y a dónde va a ir de puente, no tiene ningún problema. No se meta en follones. Consuma, haga por vivir. Hagamos por vivir. Incluso una mujer. Todo esto ya lo sabíamos. Hemos perdido, hemos dejado muy atrás el umbral del dolor. Hace años que nos hemos acostumbrado a cosas que nos hubieran parecido inimaginables. Opiniones, relatos, haitianos comiendo gatos, invasión de inmigrantes, niños que van al cole y que vuelven siendo niñas. No hay mucho más que añadir. Recordemos estos años de democracia y de cierto bienestar, no universal, pero bueno, apañadito, que hemos tenido. Con cariño.
lunes, 4 de noviembre de 2024
Elecciones en los Estados Unidos. ¿Da lo mismo?
Mi padre era (es) un proveedor de frases, refranes y dichos que me sirven para ilustrar infinidad de momentos de mi vida o de situaciones varias de la política, cultura o lo que se ponga por delante. Uno de ellos decía que 'lo mismo me da que me cague un perro que una perra'. Y ese dicho, precisamente, es lo contrario de lo que pienso que se dirime en estas elecciones a la presidencia de los Estados Unidos que se dirimen mañana mismo. Así que, con urgencia y a riesgo de ser considerado un iluso, algo naif e incluso un desnortado liberal, me posiciono y digo que no, que no es lo mismo que gane Kamala Harris que lo haga Trump. No da lo mismo. Incluso personas a las que tengo estima en lo profesional e intelectual me argumentan que, a fin de cuentas, que gane Trump no cambia demasiado el escenario político y que, a fin de cuentas, incluso es mejor para la política global que gane el señor naranja porque 'Estados Unidos no se mete en guerras'. Este argumento, que la Administración Trump no se ha metido en conflictos en el extranjero, no inicia guerras, etc., mientras que los demócratas están obsesionados con esa idea de expandir la libertad por el mundo pisando todos los charcos, creo que no se ajusta a la realidad, ya que la maquinaria bélico-diplomática-económica de los norteamericanos no descansa y ahí sí que da lo mismo que una u otra opción esté al mando. El mando quiere proteger los intereses de quienes tienen intereses y los norteamericanos los defienden como sea y dónde sea. Les ha importado un comino siempre y les seguirá importando el tema de la libertad, la democracia y los derechos humanos siempre y cuando su negocio lo demande. Ese no es el problema. El problema lo tenemos con que Trump y lo que representa y lo que está manifestando y promoviendo y fomentando durante estos años y lo que va a promover, significa una regresión absoluta en lo que hemos considerado un consenso sobre ciertos derechos que parecían extenderse a amplias capas de la población. Que Trump gane las elecciones significará el ascenso de una ideología ultraconservadora, pero no simplemente de derechas, no, algo diferente, algo peor, algo que ya habla de que la democracia está acabada y no sirve y sí, puede que a la izquierda más fuera de órbita le parezca genial que la democracia 'ya no sirve', pero no lo va a sustituir un régimen de soviets de campesinos y soldados, sino un consejo de administración, algoritmos, CEOs y fundamentalistas religiosos. Y tú no vas a poder hacer absolutamente nada. No en los Estados Unidos únicamente. El influjo que este resultado electoral en la consolidación y normalización de partidos que ya no tienen en el sistema democrático una vía de juego, sino que piden otra cosa. Y esa cosa es el horror. Un horror que toma las calles, que invade el debate público, que contamina las opiniones, que se normaliza y que incluso alcanza el poder en países con democracias, culturas, clases ilustradas, festivales de cine y ferias del libro. Todo eso, que ya está aquí y que ya se vive, será corregido y aumentado de nuevo porque nada menos que un presidente de los Estados Unidos está en esa locura. Si la presidencia de Reagan supuso un antes y un después para el ascenso y consolidación del neoliberalismo en todo el mundo, las presidencias de Trump pueden ser demoledoras para todo lo que signifique diversidad, pluralidad, libertad, dignidad, y sí, democracia, aunque los comunistas y los marxistas leninistas tuerzan el morro y piensen que bueno, que cuanto peor mejor y que de ahí saldrá algo positivo. Vivir en Rusia, vivir en China, vivir en los países del Golfo, vivir en lugares donde puedes comprar y divertirte pero no opinar. Ese sería el futuro. Y sí, una victoria de Kamala Harris puede que no signifique otra cosa que prolongar la agonía, y que la matanza en Gaza se extienda a más lugares, y que haya una guerra en China. Pero creo que el abismo al que nos enfrentamos, comenzando por los propios Estados Unidos y llegando a la propia Santa Coloma es lo suficientemente grave como para tomarnos esto en serio. Trump no representa lo antisistema, y si el sistema es algo parecido al régimen de libertades controladas que tenemos hoy día, efectivamente apuesto por el sistema antes que por una puta mierda de dictadura fundamentalista, racista, terraplanista, turbocapitalista y salvaje. Prefiero que no gane Trump, no quiero que gane Trump. Tengo miedo de que gane Trump. No es lo mismo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)