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viernes, 27 de junio de 2025

Echo Valley - Michael Pearce



Cuesta una enfermedad ver una película. Últimamente elegir un film es una cuestión bastante ardua. Algo en lo que concentrarte durante dos horas a tope, que tienes que empezar y acabar, sin la dinámica de ver un episodio, luego a ver si el siguiente, no me engancha, me engancha, la dejo a la mitad y la retomo, una suerte de dilatación en el tiempo, estamos viendo nosequé, estamos viendo nosecual, hemos empezado tal, llevo tres episodios y bueno, a ver. En cambio, la película es otra cosa, porque si eres un clásico, un antiguo, lo que pretenderás es empezar y acabar la película de una sola sentada, cosa que cuesta, porque, y si no me engancha, la tengo que dejar, la paro y sigo, al final esto es una chusta que flipas, es que tres horas y pico a ver cuándo me voy yo a la cama, qué cosa más cutre, me esperaba otra cosa. Si una serie no te mola, la dejas y ya, pero el sacrilegio de no terminar una película qué tal. Es que el mundo está cambiando tanto y la forma de consumir productos culturales, verdad. Yo que sé, cuánto tiempo voy a tardar en decir 'antes tal'. ¿No? Echo Valley está en Apple y en el cartel no eres capaz de discernir quiénes son las protagonistas aunque su nombre esté escrito en ellas. ¿Se ha operado Julianne Moore? ¿Se ha operado muchísimo Julianne Moore? ¿Y la otra chica no es la chica aquella de la serie aquella que ahora no me acuerdo del nombre pero salía la Zendaya? Vamos a ver el trailer. Ver el trailer es una movida también porque el trailer puede que te condicione todo y a lo mejor ya ves por dónde va a ir la película y lo mismo el trailer engaña. Puede ser, todo puede ser. Yo solo digo que con esta peli tuvimos que ver el trailer primero para comprobar que no, que Julianne Moore no se ha operado y que sí, la protagonista es la misma chica aquella. Pero bueno. La película. Pues la película es un torrente de desgracias así a cascoporro y mucha mala ostia y joder la niña y todo mal y pobre mujer y no ves que la cosa vaya a remontar. No va a ser la película del año, pero es una buena película para pasar el rato siempre y cuando estés dispuesto a soportar un buen rato de desasosiego y de mal rollo. Luego se pasa. Y ya has visto una peli y puedes decir que has visto una peli, porque a ver, es que no hay tantas pelis, que tienes como millones de películas y entre unas que ya las ves venir que son malas de denunciar y otras que no vas a entender o otras que es que no son para ti, pues no te creas. Al final, series que si fallas pues no pasa nada o docus musicales que aunque el grupo no te guste pues aprendes tus cosas. 

lunes, 2 de junio de 2025

Los Tortuga - Belén Funes


Jaén. Vamos a ver la película porque entre olivares, el recuerdo del padre muerto, Jaén. ¿Eso dónde es? A ver cómo hablan. A ver si han cogido actores andaluces y no han cogido a gente de Jaén y van a hablar como no se  habla. ¿Y eso dónde es? Hablan un poco con la S. La Virgen de la Cabeza. Pues debe ser por Andújar o por ahí. Hay planos donde se ven a lo lejos como los perfiles de Sierra Mágina. Al principio te crees que están en el Mortero. Jaén. Hablan de llamar a unos de Lopera. Recogen los restos con una bolsa del Covirán. Vale, lo han clavado. Pero eso dónde es. Esperar hasta que no acaba el último título de crédito en aparecer para decir, vale, lo habéis rodado en Barcelona y Jaén, pero de dónde de Jaén. Porqué no lo ponen. Vuelves en el metro buscando a ver dónde lo han rodado. Te quedas más tranquilo. Claro. Hay un momento en que suena un La Virgen que te estremece. La virgen. O cuando dicen 'tita' o 'el tito Julián'. Lees que la directora habla de cómo cuando la gente piensa en Andalucía rápidamente asimila la cosa con Sevilla. De Jaén nadie se acuerda. Y somos muchos, como la propia directora, Belén Funes, los que tenemos un mucho en Jaén y sabemos que somos muchos los que tenemos en Jaén algo que no se nos va. Jaén, pero de qué parte. Esta película se llama Los Tortuga y se refiere a la manera que tenían de llamar a los que emigraban y se lo llevaban todo consigo. La casa a cuestas. La película nos cuenta el proceso de asimilación y pérdida y duelo de una madre y una hija que han perdido al marido y padre. El Julián, Julián que nació en un pueblo de Jaén y se fue por el tiempo de las Olimpiadas. Un currante. La hija y la mujer. La mujer es chilena y en el pueblo como que no, porque en el pueblo tienen unas costumbres y unas cosas con las que no comulga. Todo el virgeneo y eso. Que ya te digo yo que no he ido jamás al Santuario de la Virgen de la Cabeza y quienes han ido me dicen que es una cosa escalofriante, tétrica, bizarra, etc. Pero. Ea. La película nos habla de la dureza de la vida, de la vida migrante, de la vida de los que dependen de un sueldo o de dos sueldos, las dos nóminas. De trabajar, pensar en trabajar, estudiar para trabajar. Habla de las clases sociales, habla de la solidaridad entre compañeros, habla del desarraigo, de no ser de ningún sitio, de la pérdida, de encontrar un lugar en el mundo, de deshacerte de los orígenes, de abrazarlos. Con una actriz como Antonia Zegers que es una barbaridad. Con la barbaridad de la lucha entre pobres, de la sangre fría, de la falta de empatía. De que nosotros no partimos del mismo sitio, ni somos lo mismo. Pero somos. En fin, una película necesaria, que habla de Jaén, aunque solo muestre Jaén, pero es mucho. Bien premiada está. 

jueves, 27 de marzo de 2025

Estado Eléctrico - Anthoni Russo & Joe Russo


Que parezca una tontería. Que parezca una cosa así de muñequitos, de robots, los efectos especiales, una cosa así para críos, para adolescentes como muchísimo. Que nadie se de cuenta. El viejo truco del almendruco. La vieja patraña. Hacernos pasar por una cosa inocente y de mero entretenimiento todo un artefacto de contenido político. Y qué contenido político. Un poco de azúcar, es la píldora que os dan, pasará mejor. Qué buena. Esta película es así. Esta película, camuflada con los robots tan bien hechos y con el debate sobre si la actriz protagonista se ha traicionado a sí misma y a esa imagen de sí misma que tenemos los adultos que no queremos que deje de ser como era en Stranger Things y así demostramos también con ese anzuelo, con ese señuelo, con ese cebo, que picamos derechitos en él y nos identificamos como unos auténticos gilipollas por no decir otra cosa, esta película, digo es un artefacto perfecto para colar un mensaje que llegue y que cale, al menos un poco. Una película que nos habla de cómo nada es reversible y eso de que los magnates tecnológicos traumados nos digan cómo tiene que ser nuestra vida y que mediante la tecnología nos hagan desconectarnos de lo que somos y pasar a ser simplemente marionetas que buscan poner remedio a sus traumas sin ni siquiera tocar la realidad, tiene arreglo. Que no hay nada como quedar con un o una colega y hablar. Y sí, los robots, los efectos especiales, todo eso. La píldora que os dan. 

lunes, 10 de marzo de 2025

Los que se quedan - Alexander Payne


Los americanos no son tan malos. Nos estamos acostumbrando a ver en los americanos algo siniestro, cazurro, intolerante, racista, malo y de vez en cuando, nos llegan algunas historias en las que se nos muestra que no solo puede haber buena gente, sino que pueden contar cosas buenas de sí mismos. Porque los americanos solo nos gustan cuando cargan contra sus defectos, sus paletadas, racistadas, los tejemanejes de su gobierno, su hipocresía. Cuando nos llegan sus películas románticas, sus comedias tontas, sus westerns, sus musicales, sus lo que sea, siempre tenemos que poner el acento en que eso no es real, que nos intentan contaminar, que nos quieren comer el tarro, que nos pintan un mundo feliz que no existe. Así que, cuando llega una película como Los que se quedan, nos descoloca. Una buena película, que a los pocos minutos ya intuyes cómo puede acabar, pero que sin embargo está tan bien construida y te mete en un relato tan bien llevado que sus dos horas no se te hacen pesadas, con un final que te provoca una sensación de 'todo está bien aunque parezca que no está bien', realmente agradable. Sí, una buena película con un mensaje positivo y que acaba relativamente bien. Es la historia de un profesor de uno de esos institutos norteamericanos de gente bien que choca con su grupo de alumnos que no tienen ninguna simpatía ni hacia su persona, un tanto insufrible y repelente, como hacia la materia que imparte, la Historia Antigua. Es la historia también de uno de sus alumnos, jovencito con ganas de liarla. Y también la de una cocinera del colegio a la que se le ha muerto su hijo en Vietnam. Los tres se ven obligados a convivir durante las vacaciones de Navidad ya que ninguno tiene plan familiar, unos porque no tienen, otros porque no les quieren, otros porque se la han quitado. Como sucede en casi todos los órdenes de la vida, tememos u odiamos lo que desconocemos y es con el roce y con el conocimiento mutuo como se suelen limar muchas asperezas, incluso nacer amistades. Lo cómodo es mantener tu propio cliché y así vivir en una burbuja de autorreconocimiento y vivir feliz pero obtusamente, pero puede ser que la vida te coloque en situación de tener que convivir con otros puntos de vista. Y entonces pasa. Esta peli no cuenta nada nuevo, pero lo cuenta. Y eso ya es mucho en el mundo en el que vivimos. 

lunes, 3 de marzo de 2025

The Apprentice - Ali Abbasi


Esta película es tan buena que no la podemos recomendar. Es tan real lo que cuenta, tan explícito lo que muestra, tan directo lo que enseña, que podríamos caer en el error de decir 'es que esta película la tendrían que pasar por los institutos'... no! ¡Error! Tal y como están los tiempos y tal y como está la capacidad de comprensión de buena parte de la población y de cómo interpretamos los mensajes y cuáles son nuestros nuevos referentes y lo que está bien y lo que está mal y tal y como está todo gracias precisamente a Donald Trump y lo que significa Donald Trump, esta película es mejor que no la vea mucha gente. Porque mucha gente puede pensar que, efectivamente, eso que cuenta, no está mal. The Apprentice nos cuenta de qué manera Donald Trump pasó de ir cobrando alquileres por los pisos que eran propiedad de su padre a plantear el convertirse en presidente de los Estados Unidos. Todo ello siendo el aprendiz de un personaje infecto como Ray Cohn, un abogado sin escrúpulos que le enseña cómo comportarse en el mundo de los negocios, en la política y en lo personal, para dejar de ser un acomplejado panoli y convertirse en un panoli pero sin complejos. La película es un auténtico festival de barbaridades, la interpretación de Jeremy Strong como Ray Cohn es antológica y la caracterización de Sebastian Stan como Trump son suficientemente potentes como para mantenerte pegado a la pantalla durante toda la película. Es tan maléfica, que incluso en los primeros compases puedes llegar a sentir algo de simpatía con un Donald Trump atontado, acomplejado por un padre muy estricto, que siente algo de cariño por un hermano que está perdido. Una trampa. Para ser quien quiere llegar a ser, Trump adoptará los principios de Cohn y los llevará al extremo, de tal manera que superará al maestro y, muy en consonancia con lo predicado, renegará de él. Porque no hay que dejar, bajo ningún concepto, ni de atacar, ni de negarlo todo, ni de aceptar ninguna derrota. Y así estamos. Estamos de tal manera que lo que vemos ante nuestros ojos en 2025 y que transcurre durante unas décadas, los 70 y 80, cuando todo eso era todavía denunciable, execrable, parodiable, risible, motivo más que suficiente para ser vilipendiado, hoy en día es altamente peligroso. Porque lo peligroso de la historia que cuenta Ali Abbasi es que si hace unos años veíamos las películas sobre la vida de Dick Cheney o Robert Alies con la conciencia de que estábamos viendo a alguien que estaba frente a nosotros y que mostrando sus actos, destapándolos, podíamos alcanzar algún tipo de redención, podíamos salvarnos de ellos y su maldad, hoy tengo la sensación de que mostrando lo que es Trump, de dónde viene y cómo lo hizo, estamos señalando lo que puede ser un referente para mucha gente. El horror es ese. 

lunes, 24 de febrero de 2025

Salve María - Mar Coll


La verdad es que ver esta película, pero aún más, hacer algún comentario sobre esta película esperando la llegada de lo que sería el primer hijo de uno, supone un problema mayúsculo. Pero there's no mountain high ni charco suficientemente hondo que pisar, así que vamos a hablar de alguna cosa sobre Salve María, porque es que hay mucho que comentar. La película es un ejercicio doloroso sobre la maternidad y cómo se afronta cuando, a lo mejor, te arrepientes de haber dado el paso. Un paso que en muchos casos es sobrevenido, que en muchos casos no cuenta con el mismo nivel de implicación o de ilusión por parte de las dos personas implicadas, que puede ser que tú te pensaras que iba a ser una cosa y luego ves que es otra, que tu pensaras que iba a ser un pequeño sobresalto pero que luego sería todo como siempre, que incluso consideres que la criatura pueda ser un complemento perfecto para algo que te legitima, que te falta, que te hace mejor, el vástago como herramienta, todo eso y muchísimas cosas más pueden pasar. Me pueden pasar. Hablaremos de la película y de las preguntas que plantea y también de las respuestas y de cómo esas respuestas pueden parecerte mal, porque somos de una manera en la que pensamos que las cosas hay que asumirlas y eso de tener un hijo o una hija o dos hijos o tres es algo que te tienes que pensar mucho y que una vez que la decisión está tomada pues te jodes. Es decir: te jodes. No hay vuelta atrás y no hay otra manera de afrontar la situación que convirtiéndote en otra cosa que tú, a lo mejor, pues no tenías tan calculada o quizás no encuentras el apoyo o no sabes cómo encontrarlo o directamente es que tú no. Puede ser que tú no. La película nos cuenta una situación extrema, si quieres, extrema en cuanto hay por medio un caso que obsesiona a la protagonista, que es escritora y que encuentra una fuente de motivación para escribir en un caso de infanticidio y eso, claro, pues no es muy normal. Que puede pasar, pero a ver, pasa poco. El caso es que la protagonista, María, se encuentra con un recién nacido que llora y con el que no se ubica, no se encuentra. Su compañero ha agotado los dos meses de baja, infiero, y no encuentra el momento de coger lo que le queda para ayudar porque una vez que entras en la vorágine del curro ya sabes. Y vas viendo que ella no está. Ella es escritora, con una carrera al parecer exitosa. Una carrera que puede tener continuidad, de hecho le dan un premio. Todo lo que lleva a la escena del premio y lo que supone, nos dice muchas cosas. Qué somos, qué vamos a ser, en qué nos vamos a convertir, a qué queremos o tenemos o podemos renunciar. La historia se va complicando porque la situación de María se oscurece por momentos. Todo lo que es el desenlace de la película nos lo vamos a ahorrar para que la gente se quede ahí con las ganas. El caso es que las escenas finales, las imágenes finales nos vuelven a poner ante un espejo. Mala madre. La mala madre que no se anula ante la llegada de un nuevo ser. La mala madre que ha preferido seguir siendo lo que era a transformarse en otra cosa. Ha preferido. Es una elección personal. Es lo más bonito que me ha pasado. Verás cuando te pase. Una película muy valiente. Ay cuando te pase. 

lunes, 17 de febrero de 2025

La infiltrada - Arantxa Echevarría


Antes era una cosa, luego fue otra. Yo quería ver esta peli ya de antes, de antes de los Goya, la presencia de Carolina Yuste o Luis Tosar, por ejemplo, y de la propia directora Arantxa Echevarría que había hecho Chinas hace poco, despertaron mi atención. Y que el tema tiene miga. La presencia de infiltrados en los movimientos sociales en los últimos tiempos ha desatado una fuerte polémica. Con el documental de La Directa calentito, el estreno de esta peli se esperaba con mucha atención. Eso era antes. Pero llegaron los Goya y con los Goya llegó el premio compartido como mejor película del año y el discurso de la productora que encendió todas las alarmas. La productora se plantó allí y, en un momento en el que primaban los discursos de izquierdas ante el marasmo reaccionario que se nos está viniendo encima, sacó la cara por asociaciones de víctimas del terrorismo vinculadas precisamente con lo más reaccionario, hizo un alegato a favor del cine comercial de Santiago Segura que luego le permitía invertir en este tipo de propuestas... en definitiva, desentonó dentro del clima general al que nos tienen acostumbradas estas galas. Estas, no otras. Así que ya estábamos todos con las orejas levantadas, a ver la película esta de qué va. Y la película deja muchos debates abiertos. Si con El 47 ya dijimos que los títulos finales, esos en los que se nos dice lo que pasó con, daban sentido a una historia emocionante pero con una intencionalidad muy concreta. Pues bien, los títulos finales del qué pasó con, también dicen de qué va la película y qué puede haber detrás. Si es que se interpreta como yo la interpreto, claro. Así, cuando se nos dice qué pasa (ojo spoiler) con los etarras detenidos y se nos dice que uno se dedica a la ilustración infantil y el zumbado del otro saldrá a la calle en 2029, se nos está diciendo algo. Ese algo que esas asociaciones de víctimas y esos partidos reaccionarios nos quieren decir: ETA no ha pagado. Eso pasa al final de la película, pero no es la película. Películas sobre infiltrados, sobre el tema vasco en general, ya se han hecho antes. Supongo que tienen un interés comercial como hemos visto que tienen las películas con temática irlandesa por ejemplo, donde estos temas de infiltrados, topos, chivatos, terroristas zumbers y policías abnegados, las digerimos de otra manera. Pasa que en algunas de estas películas también vemos que los militantes irlandeses, en según que ocasiones y con según qué directores, también se tratan con simpatía. Esto aquí, no pasa. Aquí los terroristas son tratados o como unos idiotas sin luces o como unos descerebrados sin luces. No dudo que esto sea así. Pensar que, porque la película es un ejercicio de enaltecimiento de unas prácticas poco aceptables y donde se enaltece la figura de policías reales que tienen bastantes sombras en su haber, inmediatamente los etarras han sido injustamente retratados, no me parece correcto. Que haya críticas más que certeras sobre las prácticas de la policía blanqueadas por la película no debería llevarnos a otra cosa. Así, la directora aprovecha una formidable interpretación de Carolina Yuste, que sostiene toda la película y con la que, pese a según que tufillo, mantienes la conexión toda la película porque es Carolina Yuste y Carolina Yuste hizo esa película que es Carmen y Lola que no he visto pero que debería haber visto, para colar un mensaje. Un mensaje que no sabemos si es compartido o si es simplemente un encargo, pero el mensaje está. En tiempos en los que el revisionismo histórico está de moda y la derecha se ha empeñado en realzar las hazañas bélicas, la misma productora lanzó la puya: la memoria no solo se remonta a temas antiguos, como esa cosa del franquismo, añado, sino que también va por lo de la ETA, que esa cosa parece que os jode más, añado. Y eso es lo que tiene la película. Si esta película fuera francesa, italiana, inglesa, norteamericana y los otros fueran otros, pues posiblemente nos la hubiéramos tragado sin más, como nos tragamos todas y cada una de las cosas que nos echan enarcando una ceja y diciendo 'los malos qué absurdamente malos y tontos son', pero la vemos y fuera. Esas películas sobre el IRA, no insistiré más. El caso es que aquí conocemos el paño y sabemos que no puedes hacer una peli sobre polis reales sin que la cosa salga mal. Y aquí sale mal, aunque la película tenga una factura potable. Y sale mal aunque el personaje del etarra Sergio Polo sea tan grotesco que puedas llegar a creer que de verdad lo que quedaba en ETA en esos años era más o menos el último rescoldo de la sartén, lo pegado de abajo. Sale mal porque la insistencia del final, la ausencia de ningún referente positivo o medio decente en el otro lado, y el remache de la explicación por parte de la productora, nos dicen que es una película que no está hecha por otro motivo que para recordarnos que no han quedado satisfechos con el final de ETA y que no van a estar satisfechos nunca. Y qué hacían ahí Luís Tosar, Nausicaa Bonnin, Carolina Yuste. Comer, supongo. 

jueves, 6 de febrero de 2025

La Sustancia - Coralie Fargeat


Contraviniendo las normas contemporáneas diré que me es más fácil escribir un texto que enviar un audio. Así que os diré algo sobre la película La Sustancia. Os diré que necesitamos, los zurdos, los que vivimos pensando que esta vida podría ser mejor para todos si no imperase el interés capitalista y la maldad que conlleva, digo que vivimos esperando siempre algo a lo que agarrarnos para creer que todavía hay esperanza, un mensaje, un referente, lo que sea. Está tan desprestigiado todo lo que tenga que ver con la ideología, con la turra, con la chapa, que buscamos ávidamente en los productos de entretenimiento un lo que sea con lo que podamos identificarnos. En este caso, La Sustancia, una de las películas de la temporada, se nos presenta como una historia que viene a hacer una crítica a los cánones estéticos y al esfuerzo irracional de mucha gente por querer parecer lo que no es. Es decir, evitar la vejez que nos impide alcanzar el éxito profesional y mantenernos siempre en una eterna juventud. Así, cuando hablamos de La Sustancia lo primero que nos viene a la cabeza es 'es una película contra...'. Y así estamos satisfechos porque cumplimos con nuestra pequeña cuota de movilización contra algo de cada día cuando la vemos. Nuestro poquito de lucha. La película, sí, va de eso, pero la película, pienso, que no es únicamente eso, sino que es un bonito homenaje a esas películas de serie B de los ochenta en las que lo que estábamos esperando era que apareciera el monstruo, grotesco, horrible, fatalmente hecho, y decir, joder qué mal hecho que está esto. La pasión por lo asqueroso, las películas primerizas de Peter Jackson, Braindead o Mal gusto, en las que sí, también había una crítica a nosequé, pero tú ibas a verlas por el ascazo que daban los monstruos y la sangre y las vísceras y los cerebros y todo aquello. Y esta película tiene, creo, mucho de eso. Así, quizás hay gente que se sienta decepcionada porque no sale de la experiencia fílmica pensando reconfortado que cumple con la cuota y que se ha tragado media hora final de algo que ya creía superado. Y otros pensamos, vaya, he rejuvenecido un poquito. Y ahí hay algo de trampa porque, fíjate ahora con el girito del texto, con la crítica al afán por rejuvenecer, en realidad lo que nos está haciendo la película es retrocedernos a un pasado en el que... ¿sí o no?

jueves, 16 de enero de 2025

En la muerte de David Lynch


Una persona se levanta por la mañana, desayuna, sale de su casa, busca su coche, va a un sitio, se encuentra con alguien, hablan, discuten, vuelve a su coche, regresa a su casa, come, quizás ve la tele, vuelve a salir por la tarde a trabajar en un almacén, de madrugada vuelve a casa a dormir. Esto puede repetirse a lo largo de toda su vida, o puede que no ocurra nunca más. Puede que no haya ocurrido nunca. Puede ser todo. En una película de David Lynch puede ser que esto sea parte de algo, o de nada, que tenga un interés transcendental en toda la historia, puede que sea la historia, pero puede ser algo accesorio, o imaginado, o imaginado por alguien que está en la historia y que explique el resto de la historia. O nada. O que no lo hayamos entendido. Se ha muerto David Lynch con 78 años. Esto es lo que tenemos claro. David Lynch, el director de cine estadounidense, con títulos en su filmografía que todos conocéis y que todos habéis intentado entender alguna vez, ha muerto. Recuerdo cuando comenzaron a emitir Twin Peaks en Telecinco. Nunca vi ni un episodio. Y sabía que había una ola de seguidores de la serie que se devanaban los sesos intentando averiguar quién había matado a Laura Palmer, pero por entonces yo vivía en casa de mis padres y no parecía haber ni interés ni ánimo como para ponerse a entender algo que no parecía ir con nosotros. Es tiempo después cuando llego a ver algunas de sus películas, es decir, yo ya no era ningún crío. Y el impacto que te produce ver Mullholand Drive, Carretera perdida e Inland Empire, así casi seguidas, prescindiendo de la peli de Twin Peaks, o de El hombre elefante y dejando a un lado una película preciosa que es precisamente la antítesis de todo lo que es el cine y el mundo de Lynch como es Una historia verdadera, el impacto digo, la enseñanza principal, es que una persona que se levanta por la mañana, desayuna, sale de su casa, busca su coche, va a un sitio, se encuentra con alguien, hablan, discuten, vuelve a su coche, regresa a su casa, come, quizás ve la tele, vuelve a salir por la tarde a trabajar en un almacén, de madrugada vuelve a su casa a dormir, todo eso, todo eso no es, no tiene porqué ser así, esa persona puede que repita eso veinte mil veces, pero hay una en la que no lo hace, varía, o se pierde, o se muere y ya no importa, nada importa y las historias no tienen porqué tener un principio y un final, no tienen que tener un desarrollo, porque el desarrollo y la linealidad y salgo de A y llego a B y por el camino me pasan cosas, es que eso no tiene porqué ser  así, porque en realidad eso no es así y lo que nos parece fantástico, irreal, una flipada incomprensible, conejitos planchando, conejitos bailando, el enano detrás de la cortina, la oreja en la hierba, la chica de la que te enamoras que es la chica de la que te enamoraste y que ahora no es esa chica o ya no te conoce o es otra persona y te van a matar y tus padres diciéndote nosequé porque no les entiendes y da igual. Porque es que da igual. Porque las películas, las historias comienzan y te centras y te focalizas y dices, esta vez no me va a pasar, esta vez lo voy a seguir todo, no me la van a colar y a la media hora el director ha decidido que le da igual, que eso que estaba contanto no es lo importante o ya lo ha contado o vete a saber. Más recuerdos idiotas: tuve una profesora de Semiótica, repetí la asignatura tres años porque era incapaz de entender qué quería de nosotros aquella mujer, que era admiradora de Lynch y aunque yo no entendí nada, se me quedaron cosas como por ejemplo ver Carretera perdida y entender lo de la narración en espiral y aunque digo entender la narración en espiral, en realidad digo narración y yo no sé porqué digo narración y no digo otra cosa. Quizás porque no alcanzo a más y por eso repetí tres años la asignatura. Pero eso lo entendí. Que un producto narrativo, que una historia, que un cuento, que un relato, no tiene porqué obedecer a una estructura de planteamiento, nudo, desenlace y tramas y subtramas que desembocan en un final sino que todo puede ser que ya esté dicho y lo que estamos viendo sea algo que pudo haber pasado o imaginado o escrito por alguien que interpreta lo que está sucediendo. O vete a saber. Nadie, y digo nadie, ha vuelto a hacer películas, a contar historias, como las ha contado David Lynch. Nadie ha vuelto a recrear un mundo tan particular como el suyo sin importarle un pimiento lo que tú o aquel o millones de personas puedan entender. No sé si alguien lo volverá a hacer. No sé si el mundo tiene ya paciencia para entender o dejar de entender algo así. Esta noche, si tienen tiempo, déjense llevar a Inland Empire, piérdanse en un incesante deambular de imágenes y situaciones que quizás no le encajen a usted, ni a ti, ni a mi, en ninguna parte, en ninguna narración previa, en nada, pero déjense llevar. Y luego, mañana, por la mañana, salgan de casa, preparen el desayuno, salgan de casa, discutan con alguien, cojan el coche, asesinen a un conejo, vean en televisión que un concejal de un pueblo ha sido atrapado borracho haciendo tocamientos a una menor y que se ha librado de la cárcel porque un juez con cabeza de conejo ha dictado sentencia, beban en un bar, enamórense de aquella camarera, confúndala, váyase a la mierda. Que todo se vaya a la mierda, en definitiva. Pero no dejen de contarlo. Cuéntenlo, como sea. Descanse en paz, David Lynch.

domingo, 29 de diciembre de 2024

Rockdelux, 40 años


La revista Rockdelux celebra su 40 aniversario y qué mejor manera de hacerlo que regalarnos, previo pago en kiosko, uno de esos especiales que tiene pinta que será repasado y repasado hasta aprenderlo casi de memoria como ha sucedido con otros especiales gloriosos editados. Si su especial 200 no te sirvió para hacerte con una guía musical de referencia o bien no descubriste que había muchísimos discos de grupos españoles que desconocías y que eran buenísimos con su especial 20 años, no sé de dónde has sacado las referencias musicales y prácticamente culturales en las que te mueves. Seguramente de otros sitios, de otras revistas, de otras emisoras. Rockdelux, Radio 3, los festivales, la filmoteca, ir de marcheta, esas cosas que hacíamos antes y que escuchábamos antes y que ya casi no hacemos. Rockdelux ya no se lee, en mi caso, por una pereza estúpida a registrarme o suscribirme, pero siempre que sacan algo en papel, sufro por si llego al kiosko y me lo han quitado, porque en Santa Coloma cada vez hay menos kioskos y sé que somos bastantes los que pugnamos por el número especial. Y llega el momento de comentar el contenido y lo haré desde el reconocimiento de que yo sí que comparto buena parte de esas referencias y de esos personajes que la revista considera como esenciales para entender estos cuarenta años transcurridos en la música, el cine, la literatura, etc. Pero también entiendo que se cometen algunas injusticias que, no siendo yo precisamente seguidor, creo que habrían merecido un criterio más benevolente aunque entendiendo que ya hay otras publicaciones y otros medios que exaltan hasta la saciedad los méritos de quien aquí no aparece. Me refiero por ejemplo al caso del Robe, epítome de una cierta escuela de rock entre urbano y poético que a mí me ha interesado siempre poco pero que entiendo que tiene una trascendencia para mucha gente, mucha en este país o bien alguien como Manolo García, al que tampoco tengo en estima en cuanto a su producción musical, pero sé que es una referencia casi generacional para mucha gente. Y no sé si lo serán en mayor o menor medida que personajes como Kiko Veneno o La Mala Rodríguez o Josele Santiago, pero me parece que es una ausencia y una elección muy particular que yo comparto, pero que señalo. Y así llevo varios días perdiéndome entre los perfiles más diversos y 'reservándome' leer los de aquellos que me parecen más trascendentales para mí, como por ejemplo el de Kurt Cobain que siempre es el primero que me sale cuando abro el especial. Y no serán tus referentes, pero siempre se puede descubrir algo nuevo o atreverte con algo o con alguien al que quizás has tenido más respeto o reconvención de lo necesario. Para acabar de hacer atractivo el número, se nos apunta el resumen del año en lo musical, cinematográfico y literario y uno ya ha asumido hace tiempo que no está ni se me espera y entre los que conoces y los que conoces pero no te hacen ni siquiera levantar el dedo meñique de la pierna derecha, pasas el listado musical sin entender casi nada. En cuanto a películas, vamos razonablemente bien y por lo que respecta a series pareciera que he dedicado el año a ver demasiada morralla que no destaca. Algunos comentarios por ejemplo a la elección como segunda peli del año la de Segundo premio (espera que lo acabo de coger, que es por lo de Segundo...), o bien Los Años Nuevos como una de las mejores series, quizás aquí porque retrata a un 'target' específico de la propia revista y se (nos) hayan sentido identificados con la misma. Tengo un colega. De los libros ni hablo porque ni siquiera he sabido encontrarlos cuando he ido a buscarlos. Cero. En fin, que siempre es un placer perder el tiempo leyendo, aprendiendo o reflexionando sobre qué es lo que consideramos culto, culturalmente consumible y recomendable. Y mientras estamos haciendo esto, no estamos haciéndonos daño con otras cosas. 

viernes, 27 de diciembre de 2024

Joker: Folie à Deux - Todd Phillips


No voy a ser muy original si pregunto ¿qué necesidad había de hacer esta película y qué necesidad había de hacerla así? Se dirá que claro, como sale Lady Gaga hay que meter canciones para el lucimiento de la cantante, pero... ¿por qué? Joker, la original, es una buena película que de manera muy efectista nos hace plantearnos muchas preguntas y si nos ponemos sociopolíticamente agudos podríamos hablar de cómo ese personaje desquiciado se convierte en referente de una masa que busca desesperadamente un desquiciado al que seguir y se nos va la cabeza rápidamente a la situación actual por la que quien más gorda la dice más gente se pone detrás. Puede que fuera de esto la película y todos la llevamos allí, aunque el mensaje que mandaba era preocupante, no había rebeldía o lucha contra el sistema, había fuego a tope y punto. Preguntas y desenlaces que planteaba la película original y que quedaban ahí y que ya dieron lugar a debate. Pero esta continuación. Yo tengo una teoría. La teoría es que alguien, alguien con mucho dinero, alguien capaz de permitirse pagar una película buena americana, quizás la propia Lady Gaga, se quedó enamorada de esta imagen, de esta pose que coloco aquí. 
Y como a alguien le gustó y no quedó satisfecho con verla en la primera película decidió pagarse una película para que Joaquin Phoenix repitiera una y otra y otra y otra y otra vez la pose de fumar con la cabeza hacia atrás. Tantas veces. Muchas veces. Cada dos por tres. Joaquin Phoenix, el Joker, cigarrito y hacia atrás. Vale. Nos queda claro que esa imagen icónica... pero a ver, y el resto de la peli qué. El resto de la peli sigue, de una manera muchísimo menos acertada, digamos que menos intrincada, el tema de lo que uno tiene en la cabeza y lo que realmente pasa. No haremos spoiler pero lo que deja abierto en la primera, aquí vuelve a aparecer. Y si de lo que se trataba era de hablar de la creación de superhéroes o de supervillanos, quizás lo que nos quieren decir es que, como en la primera, it's all in your mind. Pero, en serio ¿porqué todo lo demás? ¿porqué todo ese cantar? Es que sale uno del sofá del que ha visto la película pensando, qué necesidad. ¿No?

viernes, 8 de noviembre de 2024

Rock Bottom - Maria Trénor


En la vida real, el final de la historia que se cuenta en la película es este:


La película se llama Rock Bottom y nos quiere contar de manera un tanto libre, la gestación de un disco absolutamente único que se llama Rock Bottom y que materializó Robert Wyatt después de que Robert Wyatt viviese la traumática experiencia de quedarse atrapado a una silla de ruedas después de caerse por una ventana en una fiesta y ver así como su carrera como músico se viese seriamente afectada. Pero la película de Maria Trénor nos cuenta esto y no nos cuenta esto. Porque yo no soy un biógrafo de Robert Wyatt y menos de Alfreda Benge, pero y qué. Porque la película cuenta una historia, una historia que pudo ser aunque uno sospecha que no fue así, que eso no pasó como nos cuenta, o quizás sí y lo que tú crees saber de la historia de Robert Wyatt no es todo lo que deberías saber. Ni de Alfreda Benge. Y eso que al comenzar la película se nos dice que el mismo día que salió este disco, Robert Wyatt y Alfreda Benge, se casaban. 1974, aunque todo comenzó antes. La película. La película, así por decirlo pronto, es una delicia si te gusta la música de Robert Wyatt. Si no eres quisquilloso con el rigor histórico y con las licencias poéticas y con todo un poco, si no crees que eso no pasó así y te abstraes de eso, la película no quieres que acabe. Porque en la película pasan cosas y suenan músicas que uno pensaba que jamás escucharía en compañía de otros que no fueran su compañera o mi hermano. Porque cuando en las primeras escenas, cuando se nos cuenta la historia de la fiesta y uno está haciendo cábalas de si eso fue así o no fue así, si esa Caroline puede ser la Caroline que inspiró la canción... de repente se sacan de la manga que Robert toque la canción, O Caroline. Y esa maravilla de canción, sonando, interpretada por unos músicos animados, Robert, David... hace que todo se te olvide y que asumas que sí, que a lo mejor esto va de sacarse de la manga muchas cosas, pero que suene esta canción que abre el primer disco de Matching Mole, el de los topos en la portada, la banda que formó después de salir de Soft Machine y que no es otra cosa que el mismo nombre en francés, que suene esta canción significa todo. Y la historia, la relación tempestuosa entre Robert y Alfie, Alifib, en Mallorca, con las adicciones que a uno le chirrían un poco, porque uno sabe que Robert era de beber pero no de otras cosas, pero da igual porque salen los topos, y los erizos y toda esa simbología y poco a poco se van desgranando las canciones del Rock Bottom, un disco con unas letras muy particulares que hablan precisamente de esa relación de amor tenso entre Robert y Alifib, una historia que en la película transcurre entre flipadas y cuelgues y donde un Daevid Allen que uno sabe que estuvo allí, en Mallorca, pero que no sabe si eso que se dice fue verdad o no, invita a Robert a tocar y Robert se saca de la manga Signed Curtain. Y si O Caroline era grande y bonita, Signed Curtain es estar muy arriba. Y muy abajo. Y tampoco es del Rock Bottom, pero parece que, de manera insospechada y no sé si involuntaria por parte de la directora, como parte central de la película, más incluso que las canciones del Rock Bottom, que es lo que pareciera que es el tronco de la película. Pero es que Signed Curtain es demasiado. Y así, la película nos hace de fondo a una música psicodélica, íntimista, brutal, salvaje y oscura y dolorosa y un no sabe qué más. Canciones compuestas antes de y canciones después de. Y sale también Kevin Ayers, porque tiene que salir, claro. Y sale también Mike Oldfield, porque tiene que salir, claro. Toda la banda. Y no hace falta comprobar si pasó o no pasó. Solo que hay una historia que podría encajar en esa música. Como pasa cuando escuchas una canción y te la llevas a tu terreno. Quizás ese terreno imaginado, dibujado, planteado por Maria Trénor no es el que tú crees, pero es igual, porque esas canciones pueden servir para ponerte patas arriba sepas o no sepas, conozcas o no conozcas. Y uno sale del cine dando gracias, escuchando los comentarios que dice la gente sobre la verosimilitud, con una sonrisa en la boca, porque ha pasado una hora y pico escuchando y viendo y teniendo la cabeza ocupada en Robert Wyatt. Y eso es bueno. 

lunes, 30 de septiembre de 2024

Segundo Premio - Isaki Lacuesta / Pol Rodríguez


Vale, pues ya la he visto. Ahora, o durante, o no sé cuando, viene cuando toca decir que la película está bien, pero que no sé, que tampoco es para tanto. No 'para tanto', sino que está bien para confirmar cosas que uno ya sospechaba o sabía porque le había llegado por otro sitio o había imaginado. Incluso si las desconociera, estaría muy bien la película. Pero sí que creo que hay que ser de Los Planetas. Yo soy de Los Planetas. Entrando en materia, soy de Los Planetas pero por ejemplo, no he sido un fanático de la banda. Los he ido a ver muchas veces, voy a verlos dentro de nada, pero no soy capaz de tararear la letra de según que canciones que son míticas. Por ejemplo, viendo la película, confirmé de nuevo que no me sé la letra, pero ni de cerca, de La Caja del Diablo. O de Toxicosmos. Y de muchas más. Ahora, las que me sé, me las sé. Como la que da título a la película, Segundo Premio, un pedazo de canción cuya letra sí que me sé y que es de las más emocionantes que tienen. Y que, sin hacer spoilers, resume bastante lo que es la película. Y la película responde a esas preguntas que los seguidores del Jota y su banda nos hemos hecho alguna vez, 'pero a quién le canta?'. La película, que se presenta como que no es una película sobre Los Planetas, sí que nos dice que trata sobre La Leyenda de Los Planetas. Es decir, no se habla de lo que pasa o de lo que pasó, sino de lo que pudo haber pasado. Y pudo haber pasado. La historia se sitúa en un momento crítico de la banda, cuando dos de sus miembros fundadores se van, cuando han tenido un pequeño pinchazo discográfico y cuando quieren lanzarse a la grabación de un disco que parece ser un todo o nada. La historia es la historia que hemos visto en documentales de mil grupos. Miembros de la banda que se odian y que se aman, que se necesitan y que se agobian, que pierden la ilusión, que no pueden seguir con la tralla de la vida, que no quieren más, que ya han tenido suficiente, o que no pueden parar, que ya no saben parar, que no saben hacer otra cosa, que han encontrado su vida, que se destruyen pero es en esa destrucción donde encuentran la razón de ser. Complicado, sí, pero es la vida de una banda. Y en ese marco es donde se entiende todo. Quién lo tiene claro, quién va con el gancho, quién está, quién no está, a quién se le reprocha, a quién se le recuerda. Pink Floyd, por ejemplo, no se entiende sin Syd Barret. Su ausencia y su presencia marca todo el devenir de la banda y las letras, obsesiones, motivos de la música, girarán alrededor de aquel que un día fue y ya no. Pues eso pasa un poco o bastante en esta película. Conozco a quien ha hecho de las canciones de Los Planetas un poco una guía vital. Gente que se explica como canciones de Los Planetas. Recuerdo haber sentido discos de Los Planetas según épocas. La primera parte de La Leyenda del Espacio cuando estás de bajón. La segunda parte cuando estás arriba. Una Semana en el motor de un Autobús es un disco capital, su gestación y su desenlace marcará a Los Planetas por el resto de su trayectoria. Un cambio de sonido y encontrar un sentido. Eso lo cuenta la película. Y sale Granada. Y yo he estado en ese sitio. Y yo creo que he aparcado allí. Y el Planta Baja. Y bueno. Unos actores que de manera insospechada se parecen tanto a los personajes reales que el Florent de la ficción parece más Florent que el Florent de la realidad. Y quizás el Erik es más Erik que el propio Erik. Sea como sea, una película que merece la pena para seguidores de la banda, para confirmar o para disfrutar o para lo que sea, y que posiblemente no se coma un lluç en los Oscar, pero oiga, ya está bien. Y ese 'son granaínos' que lo explica todo...

lunes, 2 de septiembre de 2024

Casa en flames - Dani De la Orden


Prácticamente desde que apareció en la cartelera, las voces que me llegaban recomendando esta película eran numerosas y algunas, incluso, de calidad. Gente a la que le tengo confianza me decían que tenía que ver esta película. Una familia que se reúne en una casa y pasan cosas. Con este planteamiento, yo esperaba una película y me encontré con otra. Una película divertida, que me hizo reír en muchas ocasiones, pero una película reconocible y que se alejaba de algo que yo me había construido. Donde yo quise ver una película, me encontré con que, cuando salía del cine, me dejó una sensación de que había visto una de esas películas francesas que nos venden sistemáticamente como 'la comedia francesa del año'. Familias burguesas que se enfrentan a los choques generacionales o a un mundo cambiante y que con humor nos van dejando un mensajito a veces bastante sospechoso. No es el caso aquí, donde todo es bastante más blanco y no hay ninguna crítica, si acaso, a la pérdida de las relaciones familiares o a la superficialidad. Porque es una película que retrata a una familia que es el arquetipo de la familia catalana bien a la que, se supone, todos queremos parecernos, los de muy de izquierdas y los que tralarí tralará. Casa en Cadaqués, dinero para un terrenito en la Cerdanya, preparando una maqueta, despacho de arquitectos o de abogados... un microcosmos, unas referencias, que pueden convertir a la película en una de las más taquilleras basándose también y mucho en unos rostros conocidísimos de la escena catalana y estatal. Emma Vilarasau, un mito desde los tiempos de Nissaga de poder, hace un gran papel, pero no menos el resto del elenco. No podría destacar a ninguna o ninguno sobre los demás, porque todos desempeñan magistralmente unos papeles y unos carácteres que, seguro, no les son ajenos. Porque, insisto, películas, series, ficciones televisivas en los que las y los protagonistas son más o menos esos mismos, ya los hemos visto. Que esta película tenga más o menos gracia, es la diferencia. Sin crítica y sin sangre. Pero con gracia. El argumento. Pues eso, una familia se reúne a iniciativa de la madre en la casa de Cadaqués que ella quiere vender para pagarle la residencia a la abuela. Dos hijos que no ven ni a su madre ni a su abuela, con sus respectivas parejas e hijos, junto con el ex marido que acude con su nueva pareja para evitar que la casa que venda, componen el cuadro. Finalmente, lo que queda, es la llamada de atención de una mujer que necesita el cariño de quienes considera que deben devolverle lo que ella les ha dado. Eso de que amar es dar, pues no. Y a todos nos ha pasado y por eso es reconocible y por eso quizás, puede que haga que nos identifiquemos con ella. Y por eso todo. 

miércoles, 24 de abril de 2024

Fallen leaves - Aki Kaurismaki


Películas que había visto yo de Kaurismaki antes de esta: Cero. Porque a ver, ¿quién quiere ver una peli de un director finlandés? Daneses, suecos, puede que haya algún noruego... pero finlandés, ¿por qué? Ahora bien, sale esta película y todo el mundo comienza a decir que es la peli del año y qué bonita y qué todo. Habrá que verla pues. Aunque te digan que es una historia de amor y tú conociendo la cosa nórdica pienses que drama intenso otra vez no sé yo si tengo ganas, dices va, venga. El Rockdelux y alguna gente más han dicho que sí, que es la peli del año. Venga va. Y no sé si será la peli del año, cosa que me parece algo exagerada, pero sí que me parece una película que merece la pena. Y mucho. Porque sí, es una historia de amor. Quizás por eso merece la pena verla. Una historia de amor de dos personas que, efectivamente, son finlandesas y viva el tópico, pueden responder perfectamente a lo que piensas que debe ser un finlandés y una finlandesa en un país que no parece precisamente la alegría de la huerta. Salir, beber, el rollo de siempre. Trabajos de mierda. Beber. Viviendas tristes. La guerra en la radio. Al menos los bares tienen buena música de fondo. Servicio diligente. Y aunque haya un buen puñado de cabrones en el mundo, puedes contar con la amistad y cierto sentido de clase, de compañerismo, de vez en cuando, cosa que te levanta el ánimo. Y si no, a beber. Y si no, a lo mejor encuentras a alguien, por casualidad, que resulta que te cambia la vida. Esta película va de eso. Va de eso porque es una historia de amor y normalmente las historias de amor van de todo. Al acabar la peli te das una vuelta por otras pelis queriendo saber qué más hay de este señor por Filmin y en los trailers de las películas te da la impresión de que todas las películas o son iguales o tienen a los mismos actores. Y ya tienes una cosa más con la que perder el tiempo. Kaurismaki. 

lunes, 4 de marzo de 2024

Priscilla - Sofia Coppola


Ayer estuvimos hablando sobre esas navajas que te dejan entrar en el AVE, navajas que tienen una medida en la hoja de unos cinco centímetros y están pensadas para que, en caso de que pinches, no toques ningún órgano vital. Pues es un poco eso. Hay un detalle justo al principio de la película, en los títulos de crédito: Priscilla Presley, executive producer. Sales del cine cuando acaba la película pensando que eso, que la película pincha pero sin hacer daño. Cuenta algo que parecía que iba a ser más truculento y no te parece que haya tanto como para hacer una película si de lo que hablamos es de hacer una película en la que se señale una situación que nos conmueva. Claro que nos ponemos de parte de Priscilla, claro. Pero. Y entonces, algo que te ha estado rondando la cabeza durante toda la película y que se agiganta a medida que pasa el rato una vez que sales del cine. ¿Y Elvis? Y es entonces cuando entiendes la película. ¿Y Elvis?

lunes, 12 de febrero de 2024

Pobres criaturas - Yórgos Lánthimos


Es en esta escena, pero podría haber sido en otra. En esta escena, están en Lisboa y Bella siente la música y ve gente que está bailando y ella quiere bailar y baila. Baila como le da la gana y todo el esfuerzo del personaje que interpreta Mark Ruffalo es atraparla para bailar con ella de manera convencional, pero no lo consigue y ella se escapa continuamente para bailar lo que ella siente. El intento del tipo de agarrar a Bella ya se presupone estéril y así lo será ya siempre. Esta película de Yorgos Lanthimos venía, para mí, condicionada por un comentario que quizás no existió y si existió debería ir a buscarlo al canal de Telegram donde surgió, en el cual una persona me decía que al parecer esta película de Lanthimos era más floja, convencional. Y con este prejuicio ya en la cabeza era difícil que la cosa remontara, pero tiene que haber mucho desvío o reacondicionamiento o adaptación a un mercado que pide lo sencillo para que nuestro Lanthimos produzca algo que no sea diferente. Aquí, por primera vez adapta material que no es suyo y quizás eso hace que el mensaje que nos llega sea más explícito, más claro, un mensaje que también hay que decir que ha de ser bien claro para que entre de manera directa en las cabezas de la gente. Y ese mensaje es. No lo voy a decir, porque quizás ya lo he dicho. La película, dos horas y veinte que a un servidor le parecieron cortas, tiene su corazón en la interpretación de Emma Stone, a la que ya vimos dirigida por Lanthimos en La Favorita. Aquí Emma Stone se tiene que meter en la piel de un personaje que evoluciona desde lo más primitivo hasta lo más elaborado en un camino que transita por toda la película pero donde nunca pierde algo que ya tuvo. Eso que todos pensamos que hemos perdido y que en realidad no lo perdemos, sino que ocultamos porque, como bien dice la película y los personajes que intentan 'educar' a Bella, la 'buena educación no lo permite'. Una buena educación que no se refiere solo a los modales, sino al cuestionamiento de lo que está bien y lo que está mal, a saber qué y porqué, e incluso, hacer algo para remediarlo. Así, la película deja de ser floja o convencional, sino que nos traslada un mensaje que es necesario. Y que es incómodo. Porque yo ahora estoy diciendo esto y quedo muy bien escribiendo un texto por el que puede parecer que. Pero. 

lunes, 29 de enero de 2024

Asteroid City - Wes Anderson


Wes Anderson mola y por no quedarme corto en el halago yo mismo diré que me gustaría que al menos durante un día, mi vida fuera como una peli de Wes Anderson. Dicho esto, pasemos a hablar de la película que nos ocupa aquí, que no es otra que Asteroid City, como ya habréis podido deducir del propio título del texto. Asteroid City es una película de Wes Anderson en la que Wes Anderson se convierte en una hipérbole de sí mismo y llega tan lejos en su wesandersonización que termina siendo la película más un ejercicio de estilo que una película en sí misma. Si es que queremos pensar que las películas han de tener un planteamiento, nudo y desenlace, un hilo argumental, algo que parezca que cose las imágenes. Que todas las películas pueden tener su momentito de ida de pelota, pero aquí ni siquiera hay esa ida de pelota, aquí lo que nos encontramos es, simplemente, a un director enamorado de su mundo y su forma de plantear las películas que hace y que cuenta con la colaboración de un reparto de auténtico lujo que se presta a todo aquello que le pueda pasar por la cabeza a Wes Anderson. Y es que todo lo que es visualmente reconocible en la película como sello del autor, está bien, no hay duda. Incluso hay momentos que son entretenidos. Pero hay algo que parece que no liga. Algo que parece que son pedazos que no se sostienen. Demasiados contenidos que quieren ser sorprendentes o que pueden captar nuestra atención que, paradójicamente, acaba perdiéndose. No hace falta estar atento, ya sabes lo que hay, no hay mayor intriga que seguir. Incluso lo poco que pudiera parecerse a una línea de puntos, se rompe con las intromisiones de esa especie de making off paralelo en blanco y negro que lo único que hace es molestar, francamente. Y dicho esto, poco más. Que volvería a ver la película para recrearme en detalles, pues naturalmente. Que me gustaría ser uno de esos personajes que se quedan mirando hacia algún sitio y que de repente, de manera imperceptible, miran a la cámara, daría un brazo por ello. 

martes, 23 de enero de 2024

Almas en pena de Inisherin - Martin McDonagh


Hay películas o historias que son un canto a la nostalgia, al 'aquellos buenos tiempos', a querer recuperar un tiempo pasado donde todo era más auténtico y mejor. Irlanda es escenario propicio para esas historias de gente sencilla, humilde, de antes, cuando todo era limpio y no estaba contaminado por todas estas mierdas que tenemos ahora. Pero todas esas historias son mentira. El inefable Pedro Vallín nos dice que no hay mayor bendición que la ciudad y que la reivindicación de la vida campestre, pueblerina, es reaccionaria. Y esta película es exactamente eso. Una historia de Irlanda, que puede ser una historia de cualquier parte, pero que está especialmente bien ambientada en una Irlanda de taberna, guerra civil, simplicidad y autencicidad, llevada al extremo. Tan extremo que acaba produciendo una sensación de ahogo que muchos vídeos de U2 o canciones de The Pogues, no nos pueden ocultar. Aquí hablamos de dos amigos y uno de ellos acaba de decidir que esa relación de amistad se ha acabado, que no le aporta nada, que prefiere enriquecer su espíritu de otra manera. El otro amigo, el repudiado, no puede acabar de entender porqué su amigo quiere dejar de serlo y se esfuerza en intentar recuperarlo. El amigo que quiere pasar del tema tiene inquietudes, le gusta tocar el violín y componer, puede que a través de eso llegue a relacionarse con otras personas. El amigo repudiado vive con su hermana y esta, soltera, ve como la vida pasa en la isla teniendo que estar al cuidado de un hermano que es un poco especial. Tan especial que no cejará en su empeño de querer recuperar al amigo que ya no aun a costa de que esto pueda tener consecuencias irreparables, ya no para la amistad, sino para el físico y la integridad de uno y de todos. La asfixiante sociedad cerrada donde todo el mundo sabe lo de todos y donde cualquier movimiento es interpretado y juzgado sin piedad. La película va avanzando hasta un desenlace que no porque no lo consideremos posible, no podamos dejar de pensar que es alucinante. La huída es el único camino, la vida en otro ámbito, la relación con más personas, más diferentes, diversas, nos hace indudablemente mejores. Ese es el mensaje. 

lunes, 27 de noviembre de 2023

No te preocupes, querida - Olivia Wilde


Después, unas horas después de haber visto la película, te enteras que el rodaje de la misma ha estado bien cargadito de tensiones y movidas que tú en la película no has captado. Pero eso es después. Durante, tú lo que estás viendo es una película que desde el momento en el que ves esa recreación de la vida ideal de los norteamericanos de los años cincuenta, con ese musicón y esa sincronización de las entradas y salidas del trabajo, cuando lo estás viendo así, ya sabes que eso no puede ser real, porque esa misma recreación la has visto ya en otras películas y algo te dice que no. Y es una buena película, una película que, aunque esa sombra revolotea durante mucho rato, te mantiene enganchado y no es hasta su resolución cuando entiendes el porqué. Y el porqué de todo es algo tan actual como todos esos muchachos que han visto como su mundo se tambalea porque su papel en el mundo ha dejado de ser el del león para ser otra cosa y el peligro que supone estar tanto rato en casa enganchado a una pantalla y que el primero que pase te coma la olla para decirte que qué pasa contigo, que alguien te ha estado robando, que te han engañado, pero que el mundo puede ser tuyo. Como te dijeron. Ahora bien, para alcanzar ese mundo, la solución ofrecida en esta película, en esta historia, nos parece descabellada. Hasta que deje de serlo. 

Buena película pues, con la actriz que hizo la de Midsommer y que un poco repite interpretación, con el cantante Harry Styles a quien tengo el gusto de conocer por primera vez en este film, con la propia directora como actriz, cosa de la que también tienes el gusto de enterarte al final de la película y una banda sonora que aprovecha el material tremendo que ofrece una discoteca más o menos bien surtida. Recomendable.