lunes, 30 de abril de 2012

Olvidado Rey Gudú

Cuando un libro ya viene torcido, es difícil que la sensación de que todo se está haciendo largo, cuesta arriba, que es farragoso y que lo mejor que podría pasar es que se terminase, consiga hacer olvidar que, quizás, se trate de una historia entretenida. Vamos, hablando más claro, que a veces se instala en nosotros la idea de que algo es un paquete, un tocho sin fin, cuando a lo mejor los tochos somos nosotros y el libro no tiene la culpa de nada. Pues puede ser.
Olvidado Rey Gudú es un libro escrito por Ana María Matute. Escritora ya veterana cuando escribe este libro, la conoceremos por otras novelas como... Pues no. No me suena ninguna. La hemos visto por la tele, contando su infancia, su idea de que sigue siendo una niña, etc. La reina Ardid. Olvidado Rey Gudú es, que yo sepa, el primer libro de Ana María Matute dedicado a recrear un mundo fantástico, a veces muy real, pero decididamente fuera de un tiempo concreto. Podría ser la Edad Media, podría ser ese tiempo 'no-tiempo', en el que transcurren los libros de El señor de los Anillos, por ejemplo. Podría hablarse de la formación de imperios, reinos, en una antigüedad aún más lejana. No. Si.
El libro habla de la formación y no sabemos si final del reino de Olar. Un noble, Olar, recibe de un rey un territorio, lo consolida y una vez que su hijo Sikrosio se hace con la sucesión, se proclama rey ante el olvido del rey del occidente, que no debe tener fuerza para imponer su poder en esas tierras. A partir de entonces, se nos cuentan las andanzas de Sikrosio, su brutalidad, sus matrimonios, sus amantes, sus descendientes, sus borracheras, etc. De Sikrosio pasamos a Volodioso, de cómo este alcanza el trono por encima de sus hermanos. Lo mismo, borracheras, guerras, rudeza, falta de sensibilidad, conquistas, amantes, descendencia infausta, y una niña llamada Ardid. La niña llamada Ardid es una muchachita que puede ver trasgos, que tiene amigos hechiceros, que es muy lista y que quiere vengarse por la muerte de su familia a manos de Volodioso. Conquista a Volodioso, lo enreda y se casa con él. Se enamora de él. Volodioso se mosquea con Ardid, la encierra, tiene un hijo, Gudú. Pero tiene otro hijo, Predilecto. Y tiene un hermano, Almíbar. Muchos nombres, muchas historias, amoríos, cruces, celos, venganzas, guerras, guerreros astutos, guerreros nobles, princesas feas, princesas y reinas Tontinas, seres angelicales, Ondinas, Damas del Lago, reinas de islas que son mentira, terribles guerreras de las estepas, ciudades con nombres de rey o de reina o de soldados, amores tremendos que son tan tremendos que causan la muerte o el nacimiento de la Tristeza. Aventuras que contadas ahora, así, enumerándolas, parecen muy entretenidas, y quizás lo son. Pero en vivo, con las vidas de cada uno a cuestas, se hacen un tanto pesadas. O el pesado soy yo. No sé.
El libro avanza, Gudú es rey, ya nos advierten que el reinado de Gudú acabará mal. Gudú no puede amar. Los hijos de Gudú, los manejos de la reina Ardid, que muy lista y muy sabia, pero no le sale ni una bien. La reina Urdska de las estepas, los hijos malos de ésta que tiene con Gudú, los hijos malos de Gudú con la reina Gudulina,  la hija de Gudú con una campesina, todos los hijos peleados y enfrentados, las prisas por acceder al trono, la falta de ganas de ser rey...
Setecientas páginas, que se dice pronto. Setecientas sesenta y cuatro. No te lo pierdas.
Yo no me he leído El señor de los anillos, ni libros similares, precisamente por que no me veo en ese mundo fantástico de reinas, príncipes, guerreros y tal, pero pensaba que el libro, escrito por alguien como Ana María Matute, tendría un tono, no sé, diferente. No estoy siendo muy concreto en la explicación, pero no soy capaz de explicarlo de otra manera. Como que yo pensaba que iba a ser distinto. Su obra maestra, dicen por ahí. Pues bueno. Quizás es que me ha pillado en un mes algo así, como raruno. Pero que yo creo que para tanto, no es. Entretenido, si, pero como que bueno, que puede que no esté uno ya para estas cosas. Como que uno ya no entiende el lenguaje de los niños. O al menos de estos niños.

viernes, 27 de abril de 2012

Miscelánea

Bucarest es muy bonito porque yo no ha estado allí. Nunca he ido a Bucarest y supongo que jamás iré a Bucarest en mi triste vida, pero oiga, a partir de hoy mismo, Bucarest va a estar in my mind all the time. Porque si. Porque después de tantos partidos de mierda, de tantos domingos a las once de la noche, con los pies helados, volviendo a casa después de perder penosamente, de balones arriba, de nada con nada, de sufrir por sufrir, de años y años viéndolas venir, de ir tirando, de que nos quedemos como estamos, resulta que va y... y resulta que... ay. Algo que creía que no iba a ver en mi vida, volverá a pasar. Una final de la Uefa. Vale ya de hablar de fútbol, que parezco abducido. Pero ejque... bueno. ¿Qué se escuchará en Bucarest? Ayer mismo, un  gitano rumano iba con el móvil a todo meter en el metro. Dando pistas. Era una señal. Lo suyo tenía más violines. Esto tiene...
http://www.youtube.com/watch?v=xLRJ2gX6Szg

Y van en el rockdelux y le dedican una revisión a Caetano Veloso. Y van y dicen que entre los tres mejores discos está el Araça Azul. Como el que no dice nada, vamos. El Araça Azul como ejemplo de suicidio artístico. Pues qué quieres, a mí es un disco que me gusta entero, pero no vamos a poner ninguna de él. El que quiera que se lo ponga en casa un sábado por la mañana y alucine, pero ahora no. Ahora veremos a Caetano Veloso interpretando A tua presença morena. Morena, morena, morena, morena. Es una canción del Qualquer Coisa, que es un disco que me gusta, pero bastante menos. Pero claro, tiene esta, tiene la propia Qualquer Coisa, las versiones de los Beatles... claro. Tu presencia, morena. Para que luego digan que no soy yo...
http://www.youtube.com/watch?v=QQq7SRnEwOw

Pues puestos a recibir buenas noticias, Lidia Damunt saca otro disco. Con producción de Hidrogenesse. Me gusta Lidia Damunt. Y la música que hace también. El disco, Vigila el fuego, es rarito. Pero me gusta. Escuchado en los altavoces latoneros del curro, el disco está bien, no sé si luego en plan bien la cosa pierde o gana, pero en el racarrán de aquí suena a cosa rara. Como ya he leído por ahí que tiene a veces aires chinos diré que si, que tiene aires chinos el disco. Una cosa rara, de verdad. El rollo 'música de peli del oeste' con 'aquí y en la china popular', está fantástico. Pondremos la canción Lengua de Lava para comprobarlo. Efectivamente. ¿He dicho ya que me gusta Lidia Damunt? ¿Y la música también? Pues eso.
http://www.youtube.com/watch?v=NGhxumwFPm8

La radio nuevamente como fuente de inspiración. En el programa de Paco Clavel escuché ayer o antes de ayer este pedazo de canción. Funcionario bueno, funcionario muerto, de Vanexxa. El nombre tira para atrás, pero la canción no puede decir las cosas más claras. Papeles del paro. Acaban de salir las cifras. Nos vamos a por los seis millones cuesta abajo y sin frenos. Pero no solo son los seis millones, si no la gente que va, que vamos a trabajar, con la sensación de que la cosa no podría ir peor. Con miedo a que te de fiebre, a que te duela algo, a que tengas que salir del curro. Todo con miedo. Siempre miedo. Ahora es que tenemos mucho curro y claro, si falto al curro y tal... Y así. Y oyes conversaciones y es todo... le han pagado el mes, no le han pagado el mes, ha cotizado pero no le pagan lo que es, vamos a la calle en seis meses, me han hecho el contrato pero para una semana y luego fuera. En fin. Alegría.
http://www.youtube.com/watch?v=tK5sBQAGBns

En el disco Araça Azul el bueno de Caetano Veloso se marca una versión de Tú me acostumbraste que no te digo nada y te lo digo todo. Sutil llegaste a mi como una tentación (aunque yo haya cantado 'como una sensación' mil veces). A continuación vemos al incombustible Lucho Gatica interpretando este bolerón. Lucho Gatica decían que era de los buenos buenos. De los del chorro de voz. Pero que el chorro se le fue, por lo visto. El caso es que aquí le vemos ya madurete cantando como un animal. Yo no comprendía, cómo se quería. Eso es una canción bonita y lo demás son tontunas.
http://www.youtube.com/watch?v=s6sPA4dvuiY

Y para concluir, un clásico. Kortatu y su canción En la línea del frente. Puede que fuera de las primeras cintas de 90 que me grabaron. La que mejor se escuchaba con absoluta diferencia. Después de tener cintas con programas de radio grabados en un contestador automático que sonaban a demonios, grabaciones, maquetas, aquella cinta con el... y el Kolpez Kolpe, parecía gloria. ¿Cuánto tiempo tardé yo en enterarme lo que significaba 'esa jerga que emplean los rastas'? Pues es una buenísima pregunta. Muchos años. Que se note, que estás presente. Este disco era buenísimo. El... ostia, que se me ha ido. ¿La línea del frente? Me parece que se llamaba así. Qué tiempos, nen. En el vídeo salen imágenes de guerra. En plan épico. La guerra apesta.
http://www.youtube.com/watch?v=dn_jxIefhSY

Bueno, que me tengo que ir que tengo que hacer unas cosas y unos asuntos. Que a ver si nos vemos por esos campos del diablo. Buen fin de semana y no hacerse daño. Soplar antes.

jueves, 26 de abril de 2012

El arte es muy bonito porque yo ha estado allí

El arte no es un espejo para reflejar la realidad sino un marti.... El arte no es un señor que pregunta la hora en la puerta del Ayuntamiento sino un.... El arte no es una gran cantidad de personas escuchando atentamente las explicaciones que tiene que dar el escritor sino un transistor que... El arte no es el cielo azul que ves todas las mañanas desde la ventana de la casa de otro sino el cielo gris que... El arte no es una herramienta para transformar la sociedad sino una sociedad que tiene una herramienta que... El arte no es el reflejo del alma sino que es la cara la que te... El arte no es como cuando dices que si pero es que no sino más bien como cuando... El arte no es un conjunto de escaleras con los trancos muy separados entre sí sino una escalera que debería tener un... El arte no es el arte de no terminar las frases sino el conjunto de palabras que... El arte no es un autobús que lleva hacia las zonas más alejadas del bonito centro sino una limousine que... El arte no es alguien que conoces de vista y que no acabas de ponerle nombre sino el sueño de los justos que... El arte no es lo que tú te crees que es sino lo que yo te voy a decir ahora mismo y eso es... El arte no es un sillón del Ikea, naturalmente, sino que es un simfonier sea eso lo que sea... El arte no es una frase inconclusa en una pared sino un hombre contratado para borrar... El arte no es convencerte de que lo mejor que te podría pasar es lo que a mi me parece sino que no se necesite el arte para... El arte no es una joven esbelta con los ojos tapados y una balanza en una mano y la espada en la otra sino un soleado... El arte no es un señor con bigotes y una bata blanca y una boina en la cabeza con los pinceles y la paleta sino un muchacho atando cables en torno a.... El arte no es morirte de frío sino encontrar la manera de que el calor no... El arte no es disimular que todo da lo mismo sino hacer ver que parece que todo es... El arte no es realmente nada que merezca la pena señalar con un puntero láser sino una forma de expresión que... El arte no es ir soltando frases sin ton ni son sino él y tú... El arte no es como si dijéramos sino como si fuera... El arte no es la plasmación real de los pensamientos de una persona que tiene una forma algo extraña de expresarse sino el espejo de la ambición de un desaforado... El arte no es el mundo en el que vivimos sino el mundo en el que vive ese de ahí... El arte no es estar toda la mañana sin hacer nada sino parecer que estás haciendo lo que tú... El arte no es lo que dice en esa imagen sino lo que yo te voy a decir lo que es el arte...

miércoles, 25 de abril de 2012

Sant Josep Guardiola

Después del partido de ayer, tenía ganas de ver qué decía la televisión sobre el particular. Quité la radio y puse el sonido al aparato. Patatín, patatán y entonces el periodista de TV3 dice lo siguiente: 'esperamos las palabras de Pep Guardiola, que seguro que reconfortarán a los seguidores...'. Luego, creo, pero igual esto lo estoy poniendo ya de mi cosecha, que el mismo periodista dijo que 'seguro que sus palabras nos ayudarán a entender qué ha pasado'. Se me abrieron unos ojos como platos.
Tiempo atrás, hace unos meses, fui a cenar a un precioso lugar. Queso y tortilla de patatas. Vino blanco. Y, aunque la conversación, la presencia y todo lo que ustedes se imaginan, era suficiente reclamo como para no hacer caso a nada de lo que hubiese alrededor, ambos, yo y la compañía (¿no les parece que hay como un exceso de comas en todo esto?) no tuvimos más remedio que poner oído a lo que se decía en una mesa contigua. Allí, un zorro veterano, un cuarentón largo, vestido y revestido, y una mujer de su quinta, también ataviada para matar, cenaban y departían. Hablaba él. Y hablaba de su trabajo, de la oficina, de lo que le dije, y lo que me dijo. De que le iba a decir. De que le mandó un mail. Y que el cliente era suyo, pero ahora se iba a enterar porque uy. Y así. Para rematar la faena le contó a la mujer, que escuchaba atenta esperando a que pasara el vendabal, que se había leído un libro sobre Pep Guardiola en el que se hablaba de la gestión del liderazgo, del liderazgo, o del cultivo del liderazgo, o del hallazgo del liderazgo, o del Condado de Liderazgo, o de yo que sé. Del liderazgo. Y que se analizaba en el libro cómo Josep Guardiola, el entrenador, no el recientemente fallecido cantante (y si supiera poner una foto en medio del texto la pondría, no les digo más), había conseguido ganar 13 de 16 títulos posibles y que era un líder y que gestionaba los recursos y sus frases más celebradas y cómo esto y como lo otro. Vamos, que le pegó una clavada a la pobre partenaire que nos dejó a nosotros a cuadros. No podíamos dejar de escucharle. Pep Guardiola, el entrenador, es algo más que un señor encargado de dar unas alineaciones, corregir al lateral para que no suba tanto, decirle al mediocentro 'corta, coño', o así. No.
Antes, hace años, las retransmisiones de los partidos de fútbol apenas sacaban a los entrenadores. Ahora tenemos que ver la cara de Guardiola cuando fallan, cuando ay, cuando entra, cuando pitan, la pose de Morinho, como si hubiese chutado él, como si hubiese sido él. El entrenador como modelo de conducta. El entrenador, el líder. El que mueve los hilos.
Pep Guardiola como referente nacional. Pep Guardiola y su ya conocido discurso de aceptación del premio que le dieron en la Generalitat. Aquello de 'si nos levantamos temprano y nos ponemos a currar... esto lo levantamos en cuatro días'. Pep Guardiola como emblema. Guardiola sabe como sacarnos de la crisis. Que salga Josep Guardiola y nos reconforte con sus sabias palabras. Que nos acaricie el alma con sus mensajes de esperanza en el mañana. Finalmente, sale Pep Guardiola y dice que, bueno, que han ganado muchas veces en el último momento, que la potra se acaba.
Hace años, algunos años, el Depor se jugaba la liga a un partido con el Valencia. En el último minuto, penalty a favor del Depor, falla el penalty, liga para el Barça. La rueda de prensa de Arsenio Iglesias, entrenador del Depor, fue antológica. 'Yo veía a esas gentes los lunes, los martes... y pensaba que esto podía pasar'.
Pero nosotros no. A nivel general. Extrapolando. Voy a extrapolar. Necesitamos a alguien que nos diga que somos los mejores. Que pase lo que pase, somos los mejores. Que el otro no ha ganado, que el otro no tiene razón nunca. Que somos los mejores. Que no hay alternativa. Que si. Que siguiendo el camino llegaremos lejos.
Esperamos a que salga Josep Guardiola y que nos diga algo que nos reconforte. Yo no soy del Barça. Ayer tampoco iba con el Barça. Casi nunca voy con el Barça. Hoy iré con el Bayern. No puedo ir con el Madrid, jamás. Me da lo mismo quién los entrene. Pero me espeluzna el nivel de santificación de personaje. Josep Guardiola como santo local. Como ejemplo de conducta. Como referente moral. Casi como un guía religioso.
Es un entrenador de un equipo de fútbol. Y un fallecido cantante.  

martes, 24 de abril de 2012

La pianista

En el minuto nosecuantos de La Pianista, supongo que con una hora de película ya consumida, de repente en La 2 interrumpen la emisión para dar un anuncio de un programa. No pueden dar publicidad, pero pensé, 'ya está, se terminó el chollo, estos mamones van a empezar a meter publicidad en las películas'. Pero no, era un anuncio de un programa que creo que ya hace tiempo que terminó. A los dos minutos, vuelve la película y el doblaje está cambiado, sale una voz como de radio hablando de nosequé. Raro. Muy raro. Era tan raro que pensé que era la propia película la que pedía algo así. Que en las pelis de este hombre, del Haneke, siempre pasa algo que se sale de lo normal. Algo pasa que te acaba de descolocar. Igual esta interrupción era parte del chiste. Igual no hacía falta.
La Pianista. Yo no había visto La Pianista pero había oído hablar de ella, leído también. Isabelle Huppert y su gélida expresión, Haneke y su temática chunga, el sexo, el masoquismo, la parte chunga de la vida tan gris a la que todos aspiramos con tantas ganas. Hay una escena que quizás presagia todo el resto, una conversación. La pianista, Erika, le dice al joven Walter que Schumann, según Adorno, fue consciente del momento en el que todo se iba a ir al garete, en el que se le iba a ir la pinza. Schumann estaba a punto de volverse loco del todo y tuvo un momento antes en el que tuvo que darse cuenta de que se le iba a ir de verdad, que ya no habría vuelta atrás. La conversación tiene sentido al final de la película.
La conversación tiene sentido para mí, al final de la película. Para mí. Entender la película, comprender la historia, lo que te quieren contar, en una película como esta, sin hacer caso de las circunstancias personales de cada uno, me parece imposible. Yo soy yo y mis circunstancias, no sé quién dijo esto. Otra película dolorosa. Sin salida.
En la presentación nos habla la voz en off de cosas como el voyeurismo, los traumas, la posesión, la madre absorbente, el sexo, los problemas. Todo eso es verdad. Y más. Ese más es lo que me cuesta decir. Explicar.
Erika vive con su madre. Es profesora de piano, muy buena pianista, y una borde del copón con sus alumnos. Su madre es una lapa. Duermen juntas. A Erika le gusta ver pelis porno, por ver a gente cardar. Le gustan las cerdadas. Le gusta ver a la gente. Un día conoce a Walter, un apolíneo joven que toca el piano también. Hablan. Se molan. Pero ella se hace la dura. Cortejo, parece, pero ella se resiste. La escena de la cuchilla. Yo no pensaba que era eso, pero parece que si. Jugamos fuerte, entonces. Los celos, la posesión, joder a los demás, joderte a tí misma. Ante todo eso, hacerte daño. Finalmente un día, por decirlo de alguna manera, se enrollan. Pero no. Porque hay normas. Estamos jugando fuerte. Ella parece que quiere tema, vale, pero qué tema. Vamos a hacernos daño. Hazme daño. El chaval se asusta. Él la quiere, ella también. Pero no igual. Vamos a hacernos daño. El chaval no quiere jugar. Finalmente juega. Vamos a hacernos daño. Una cosa es imaginarlo y otra cosa es hacerse daño. Una cosa es querer hacerte daño y otra cosa es perder el hilo. Ya ha perdido el hilo. Quizás desde la escena de la cuchilla se ha perdido el hilo. Quizás la cuesta abajo ya no tenía freno.
Hay otra escena. Toca el piano ella. Otra chica toca el violoncelo y otro muchacho la viola. Como un conjunto de cámara. ¿No?. Tocan una de Schubert. Tristísima. También sale en El Ansia, una película que no tiene nada que ver con esta. Me gusta mucho ese tema, esa obra, esa canción, esa... lo que sea. Piano Trio número 2 opus 100. Tocan y en un momento, la violoncelista pide parar para volver. Disciplina, seguir las notas. Sigue, hazlo, ten talento para seguir la partitura y para poner de tu parte. No todo está escrito. Tienes que saber jugar o si no, nos haremos daño.
Las películas tienen un principio y un fin. No tiene uno ganas de que llegue el fin porque se imagina que no va a ser bueno. Que no va a merecer la pena ver algo tan doloroso. El final de La Pianista y la destrucción. Estás completamente loca, le dice en un momento dado la madre. Está loca.
Todo lo que no sea aspirar a ser feliz es estar loco. No es una reflexión muy acertada, pero puede valer para este caso. Hacerse daño. Si no sabes tocar, no te metas.  

lunes, 23 de abril de 2012

El diablo

En el novelón sin fin de Rogelius Gepeterssen, 'Dos por tres calles', hallamos un pequeño pasaje que ayuda a entender según que cosas que nos hemos estado preguntando y mira tú.
'...y como todos los sábados por la tarde, el joven Arnessen cogió su chaqueta, encajó su gorra en su greñosa cabeza y salió camino de la taberna. Su padre no había necesitado ir a la taberna ese día porque ya había conseguiro emborracharse en su propia casa a base de traguitos a una botella de aguardiente que guardaba detrás del pantalón, así que ya estaba medio dormido cuando su hijo salió de casa. Como todos los sábados, siempre igual, el padre borracho y la madre escondida en su habitación ante la posibilidad de algún que otro ataque de ira del viejo Arnessen. Así que el muchacho fue a la taberna. Como siempre, abrió la puerta y se plantó en el quicio como si buscase a alguien, dejando tiempo para que todos vieran que había venido nada menos que el joven hijo de los Arnessen a tomarse algo a aquel tugurio. El resto de parroquianos, alertados por el ruido de la puerta al abririse, esperando encontrar algo o alguien nuevo, enseguida perdieron el interés por el joven Arnessen y siguieron a sus cosas. Unos cuantos que se habían reunido en torno a una mesa, viendo jugar a las cartas al boticario, al tendero Fiastrasson, al dueño de la taberna, el señor Kristenssen y al médico, el doctor Kjaessen. El joven Arnessen pidió una copita de ron y se fue a la mesa, a sentarse con los demás. No sabía a qué jugaban aquellos cuatro prohombres locales, no entendía las reglas, pero le gustaba sentarse allí y formar parte de aquella camarilla de muchachos y hombres de mediana edad que con sus cigarros, sus copas, y sus comentarios sobre mujeres, los negros del puerto, asuntos de la vida política, y los lances del juego, significaban para el joven Arnessen más que la propia escuela que hacía pocos años había abandonado para trabajar en la imprenta de Pederssen.
Todo era como siempre. Como todos los sábados. En un momento, la puerta de la taberna se abrió y apareció en el portal un hombre alto, moreno, con los ojos muy grandes y negros, enfundado en un brilloso traje blanco. El joven Arnessen esperó a que los demás hiciesen algún comentario, pero los presentes no hicieron el menor gesto de sorpresa. El joven Arnessen creyó que había llegado la oportunidad de significarse en aquel grupo, que la presencia de aquel personaje 'raro' no debía dejarla pasar como motivo para distinguirse, para que le tuvieran en cuenta. ¿Porqué los demás no decían nada de aquel personaje?
Este, con andares amanerados, avanzó hacia la barra y pidió un licor de fresas, que hasta al mismo tabernero le costó recordar que tenía. El joven Arnessen escuchó lo del licor de fresas y era lo que le faltaba para franquearse la puerta del grupo, para ser aceptado como uno más de aquella pequeña sociedad de energúmenos de copa y puro.
- La señorita no puede beber algo más fuerte... -dijo el joven Arnessen, impostando la voz.
Y entonces, aquel hombre de traje blanco, cabello negro repeinado hacia atrás, tras beberse el rojo licor, se fue caminando hacia el joven Arnessen y le dijo al oído... 'Bienvenido'.

domingo, 22 de abril de 2012

Papá, mamá, salchichas con queso

No sé si antes los requisitos para ejercer la paternidad o la maternidad eran más severos. Lo ignoro. Pero si ayer hubiera habido (habiese haigado) una policía en el Carrefour, deberían haber empezado a retirar carnets y apelativos de inmediato. Puede que mi alarma empezara ya el día anterior cuando una madre joven, no tan joven, quizás de mi edad, pero joven al fin y al cabo, entró en el supermercado al mando de un sólo niño con un carro y pareciera que había entrado el tercer regimiento de alabarderos de Alsacia-Lorena. No. No puede ser. Una mujer, un ser humano no puede gritar contínuamente. No puede ejercer sobre el resto de sus compañeros de especie semejante tortura. Gritos. Gritos para decirle al niño, 'ven', o 'un momento' o 'quédate ahí' o 'no toques'. Gritos. Cómo sería que la misma cajera me miró reprendiéndome por la cara de asco que le estaba poniendo a la madre de los nervios.
Eso es otra cosa. La cosa de verdad viene al día siguiente, cuando en la cola del Carrefour, una madre rubia muy peripuesta, acompañada por una recua de niñas rubitas que presumo son sus hijas, empieza a colocar su compra en la cinta. Están detrás mío. Un patán, alto, pelito muy bien cortado, gafitas de montura metálica, cara de ser absolutamente bobo, va a ponerse en el lugar en el que le va a ir cayendo la compra y la meterá en algún cesto o algo. Hacen mucho ruido todos. Porque quieren unos muñequitos o yo que sé. Da igual. La cajera, una mujer fantástica, nos mira a todos deseándonos la mayor de las desgracias. De repente, la madre coje un paquete de salchichas con queso y pregunta...'papá....'.
Papá. La mamá le pregunta a su marido... 'papá'. Llamarle papá. Encima. Sigamos.
Papá... estas salchichas llevan queso. Y el patán responde...'si, ya'. Es que la Nosequé no puede comer queso. 'Ah, es verdad'.
A ver. ¿Papá no sabe que una de sus hijas no puede comer queso? ¿De qué estamos hablando? ¿De dónde se ha escapado este fenónemo? ¿Esto que mierda es? Vuelven para atrás a pillar otro paquete de salchichas para las niñas y listos.
Un detalle sin importancia, una conversación sin más, el signo de los tiempos. No me he dado cuenta. No pasa nada. Ahora cojo otro. Da igual. Todo da lo mismo. Tres rubitas tan graciosas. Familia feliz. Sábado a mediodía. ¿Dónde vais a ver el Barça? Mañana veniros a ver el partido a casa. Tengo salchichas con queso.

viernes, 20 de abril de 2012

Miscelánea

Mira mi pecho tatuado, con un nombre de mujer. Ayer estuvimos de comilona, cumpleaños del compañero. Su cabello rubio como la cerveza. No sé en qué punto dije algo así. Su cabello rubio como la cerveza. El señor que tenía al lado se sorprendió de que alguien tan joven (¿?) conociera esta canción. 'Es que has escuchado mucho la radio, se nota'. Pues quizás. O no. O que uno es así. Mira mi pecho tatuado, con un nombre de mujer. Concha Piquer interpretando Tatuaje. El orujo blanco provocó luego algún que otro desaguisado. Provocó una tarde que no les voy a contar. Disculpen las molestias que haya podido causar. Y creo que no he remontado todavía. Maldito cumpleaños. Concha Piquer ante una copa de aguardiente donde se ahoga su dolor. Maldito cumpleaños.
http://www.youtube.com/watch?v=LpDmcArzk-A
Y hoy es el cumpleaños de mi hermano. De juerga en juerga como los del turrón. El niño. Los hermanos pequeños siempre son niños. Siempre serán niños. Que se jodan. No tienen derecho a ser mayores. Se quedarán siempre con el diminutivo. Con el 'ito', con el 'illo', serán siempre los niños de la casa. Los pizpiretos, los vivarachos, la alegría de la casa. Mira mi mano tatuada, en cambio. Aquí la ven, tatuada. Bienvenido a mi vida, tatuaje. Estaremos toda la vida juntos tú y yo. Estarás ahí cuando me muera. Tatuaje. Tattoo es una canción de los Who, que sale en el maravilloso disco The Who Sell Out. Tatuajes. Cantidad de peña en el mundo con tatuajes. Con sus tatus. Sus tribales. Su nombre en élfico. El nombre de la parienta en japonés. El nombre de su hija en rúnico. El nombre de Messi en el idioma en el que hable Messi. Tatuajes en la parte de arriba del pie. Santísimo Dios. Los Who, en directo.
http://www.youtube.com/watch?v=sfoWgLDxT_8&feature=related
Me voy a hacer rocker ahora a mis años. En el disco del Late Night Tales de los MGMT salen un huevo de canciones fenomenales. Una de las más sentidas, por motivos que ahora no vienen al caso, poniéndome en plan muy, pero que muy dramático, es esta de Charlie Feathers llamada Mound of Clay. Señor, porqué te la llevaste a ella y no me llevaste a mí. Llévame contigo señor. Parece que voy recuperando el tono un poco. Un bocadillo de queso pequeñito y un café con leche van haciendo su efecto. No está mal. Señor, porqué te la tuviste que llevar. Qué canciones tan chungas cantaban los rockers estos antiguos, qué temáticas, qué cosa.
http://www.youtube.com/watch?v=xrw4FnqpSnE
Vosotros, punkis y teddies. Haced el perro. Vienen los Specials a Barcelona en Julio. Acabáramos. El joven molinaguer y yo pensamos ir. Está claro. Con nuestras mejores galas. No descartamos ponernos el traje que nos pusimos para ir a ver a Madness. A hacer el perro. No vendrá, supongo, el compositor y teclista original, pero oiga, menos da una piedra. Jerry Dammers y sus pocos dientes. Pero insisto, eso no es óbice para que haya que ir. Julio. Con el joven nacional. Claro que si. Calorcito del bueno. Como cuando Madness. Como nos lo pasemos sólo la mitad de bien que con Madness, verás. Enjoy yourself, it's later than you think. Eso es asín.
http://www.youtube.com/watch?v=mHpK8sx0lms
Ei! Yo conozco a esta gente!! Esto lo dice mucha gente. Ei, yo conozco a esta gente!! El batería es colega de un colega!! Ostia, qué guay!! Y eso te hace ganar un cerro de puntos en sociedad. Conoces gente, conoces personas, estás en el ajo, tú lo sabes, lo conoces, está bien porque te lo han dicho, todo eso. Atleta son gente que estaba en los 12twelve. Y hacen un rollito que me mola, para qué nos vamos a engañar. Igual no te los vas a poner todos los días, pero para entrar en trance un día cualquiera mientras estás algo cargado de orujos blancos y necesitas dejar la mente en blanco (orujo blanco en blanco), pues te hace un apaño la mar de bueno. Luego dicen que es fácil.
http://www.youtube.com/watch?v=ASk6AwKEVDI
¿Y de Argentina no vas a poner nada? Pues claro que si. Argentina y sus argentinos. España y sus españoles. Petroleras y arrozales. Pedregales y carromatos. Los ejes de mi carreta y el vino que tiene Asunción. El conejo de la Loles y el Caminito de Boca. Y así hasta el infinito. ¿Es que Repsol es tuya? ¿Es que a tí no te importa nada? Angel Cappa hablando en la radio mucho mejor que cuando entrenaba o cuando comenta partidos. El fútbol. De fútbol no voy a decir nada más que yo ayer no estaba para ver el fútbol, y así es muy difícil que ganemos. Argentina. Grondona. El Pepe Basualdo. Bueno. Ponemos un tanguito y nos vamos yendo. De tanguito, nada. Gotanguito. El Capitalismo Foráneo.
http://www.youtube.com/watch?v=dNNVPWw7WII&feature=related

Y buen fin de semana a todos. Y que felicidades, joven hermano. Y que eso. Que beban con moderación.


jueves, 19 de abril de 2012

No lo volveré a hacer más



La realidad. Por la calle. Los ojos lejos de los fluorescentes. La luz natural. Ver gente paseando, andando. Vas por la calle y te encuentras con una chica que acompaña del brazo a una señora mayor. La señora mayor es muy mayor. La chica no es la chica que suele acompañar a este tipo de señoras. La chica parece oriental, no parece latina. Cada uno en su sitio. Los señores mayores dos pasos por detrás, o dos pasos por delante. El señor mayor que espera a que su mujer deje de equivocarse al meter la tarjeta de metro, mientras la señora mayor pide con ojos de pena que alguien la ayude. El señor mayor, su marido, mira con cara de fastidio. Venga ya. El amor es tan bonito cuando llega a estas edades... Quizás la señora mayor esté mucho mejor con una chica que le acompañe, sea oriental o sea latina. Incluso aunque fuera de aquí. Antes que con su marido. Su marido debe tener cosas muy así en las que pensar. O quizás es que cuando nos hacemos mayores se nos agría el carácter.

En el metro ya no nos da la luz natural. Un señor entra en el vagón, pero no en el mío, en otro. El señor va vestido de tejano de arriba abajo. Lleva la cabeza afeitada, o al uno y un mostachón blanco que impresiona. Lleva al hombro una mochila abierta. El señor va sucio, debe venir de trabajar. Como es habitual, el señor avanza por todo el metro hasta que se sienta casi delante de mí. Abre la mochila, que ya está abierta, y saca un libro. Saca una lupa. Se pone la lupa en el ojo y se pone a leer. Pasan las estaciones. Pasa una estación. Parece un cosaco. El señor sigue leyendo hasta que llega a mi parada. Cuando estamos a punto de llegar, el señor cierra el libro y hace algo raro. Normal. Cierra el libro y extiende su brazo derecho hacia la derecha señalando hacia arriba. Cuando salimos del metro, en el andén, el señor se queda al pie de las escaleras mecánicas rondinando. No sube.

Al llegar a casa estaban dando una película que estaba acabando. 'Las horas del día'. Estaba muy bien, pero sólo veo la media hora final o menos. El protagonista, que se llama Abel, le dice a un colega suyo el día de su boda que un día besó a su chica. En otra escena, su novia de él va a su casa y le dice que le deja. Le deja porque le deja. Luego tiene una discusión con una empleada de su tienda por nosequé. Al final tiene otra. La peli es de esas de poco hablar, pero me gusta mucho. a ver si consigo verla entera.

Antes de llegar a casa he vuelto en bus desde el local. No pensaba que me daría tiempo a coger el bus, pero si. En la parada del autobús he mandado el mensajito para saber si vendría pronto o merecía más la pena ir al metro. Seis minutos. Espero. Guardo el móvil y veo venir a un menda hacia la estación. Viene andando raro. Pelico patrás. Mal. Ya un día le di dos euros a un pavo en esta parada del bus que me pidió algo para el bus y me fui al metro. Me parece que es el mismo tío. Me hago el longui y antes de que llegue a la parada, me voy a la otra acera. El bus no viene. Paso, no quiero seguir sufragando al personal del barrio. Me voy al metro. Hay otra parada a la vuelta de la esquina. Miro a ver. Veo la parada del bus a lo lejos, aprieto el paso, pero está lejos. El bus viene. Echo a correr. Corro como un antílope pero el bus pasa de la parada, salgo a la calle y le hago señal de que pare. Y para. Qué suerte. Me subo y doy las gracias al conductor que me mira mal. Normal. El bus llega a la parada de la que vengo y allí está el menda del pelico patrás. Se sube al bus pero no paga. Conoce al conductor. Es el mismo tío de aquel día de los dos euros.

He subido a Administración porque estamos poniendo un pestillo. Un pestiño, como le llama una de las comerciales. En Administración tienen luz natural. Les entra un chorro de luz magnífico. El otro día soñé con cables. Con conexiones, con internet, con switchs, con alargos, con luces que se encienden y que no llegan. Con la luz natural. Me desperté y no sé si me volví a dormir. Quizás si.

Number nine. Number nine. Number nine. Un día y otro día. Ha sido un gran detalle por su parte. No lo volverá a hacer más.

miércoles, 18 de abril de 2012

Diálogo



- Hola.

- Hola, ya pensaba que te habías olvidado de mí. Llevaba ya un tiempecito aquí con la posturita y se me estaban quedando los hombros congelados.

- Perdona, es que estaba a otras cosas y no tenía tiempo para pararme a hablar con nadie.

- Vaya. ¿Y ya va más calmada la cosa?

- No. En realidad no es que no tuviera tiempo, era una excusa. Es que no sé, no tenía nada que decir.

- ¿Y ahora si?

- Bueno, la verdad es que tampoco tengo muchas cosas que decir.

- Chico, vas bien. Ni sabes, ni dices, ni entiendes. Qué alegría.

- Pues si. Un poco si.

- Pues será que no hay cosas por comentar. Cine. Por ejemplo. ¿Hace mucho que no vas al cine?

- Pues bastante. Oye una cosa, ahora que hablas de cine. ¿Tú cuánto hace que no sales en una película un poco potable?

- Bueno pues... la verdad es que si no te parecen buenas las películas de Garci. Pero he hecho cosas con Garci.

- Mira, a mi Garci... me la bufa. No sé. Últimamente solo veo películas de mierda por la tele. Películas de mierda. Ayer daban por ejemplo Bearn o la Casa de Muñecas, que dirás, un peliculón de cine español. Pues no. Ni me asomé. Preferí medio ponerme a ver una de la Jennifer Aniston que daban en la Sexta y que ya he visto. Ni la terminé, por eso. Y de Garci, ni que me pagaran.

- Pues mira, no sé. Más cosas, la verdad es que está chunga ahora la cosa. Y más que lo va a estar, al parecer.

- Bueno. Pues que lo esté. Me va a días esto. Hay días en los que pienso que hay que empezar a meterle fuego a las papeleras, contestar de mala forma a los fachillas del entorno, dar caña en general. Y otros días en los que me puede el 'pa qué'. Para qué te vas a molestar en ponerte borde si total... Ayer una del curro quiso meter baza en el tema Argentina, Repsol, y no dije nada. Me callé. Me insistió, y dije que no tenía nada que decir. Ella pensaba, claro, que detrás de Repsol iría Telefónica, y otras. Y que luego 'el loco de Venezuela' y mi jefe insistió con 'el que se viste con trajes regionales'. En otros días hubiera metido baza, pero ayer me callé. Paso.

- ¿Cómo que paso? Si te callas...

- Paso, de verdad. Porque ya no mido. No me pongo gracioso, o... no. Me pongo muy borde y faltón y para eso, mejor me callo. No sé. No es una postura muy allá, pero por ahora, la prefiero. Sobre todo para discutir con cierta gente. Para ponerte a su altura, lo mejor es tragar saliva un ratito y listos.

- No sé. No pensaba que fueras tan...

- ¿Cobardón? Yo que sé. Es que pasarme de gracioso tampoco me mola como antes. Al menos en estos días. Igual, yo que sé, la semana que viene me pongo flamenco y monto otro pollo y listos.

- Bueno. Joder, menos mal que me has sacado del archivo, porque con esto de que no espabila el tiempo...

- Si. No espabila. He salido en mangas de camisa a tomarme el café con leche...

- Vaya, como un funcionario.

- No me hagas hablar. El caso es que he cogido algo de fresquete. Los dedos helados. A ver si escribiendo algo cojo algo de tono. El otro día planté semillas de girasol, que ya planté una vez y se me congelaron. Pues estoy viendo que la cosa va a ir por el mismo camino. Se me van a helar en cuanto asomen la cabeza.

- No tienen mucha tierra además.

- ¿Cómo lo sabes?

- Hombre, porque yo lo sé. No entremos en lo de siempre.

- Ya. Perdona. Si, no tienen mucha tierra. Tendré que comprar. Y hacerle agujeros al tiesto por abajo, porque si no se hará charquete.

- Pues compra y haz. Qué bonito tema el de las plantas, las flores y todo eso ¿no?

- Precioso tema, si.

- ¿Entonces qué? Lo de Argentina, qué. No dices nada.

- Pero a ver. ¿Qué tengo que decir? No sé. Está claro, ¿no? Es una empresa que explota unas historias para SU beneficio. No para el mío. O para el de los ciudadanos... españoles, o turcos. Solo para el suyo. El señor Brufau al parecer es un fiera no pagando impuestos y tal. Yo que sé. Pues oye, casi que se jodan ¿no? No sé.

- ¿Viste el fútbol?

- ¿El Madrid? No. Bueno. Si. Vi la primera parte, pero en la segunda me puse a ver otra cosa. Es que me jode ver un partido del Madrid o el Barça. Lo ves, acaban ganando. Mira, ayer por o menos, el Madrid palmó. Pero no sé, como que el final siempre es el mismo.

- Te veo a tope, nen.

- Ya ves. Lleno de ilusión. Dándolo todo.

- Vaya plan.

- Pues si. Oye, guapa, morena, que ya si eso. Que me alegro de haber hablado contigo y perdona por la espera.

- Nada. A mejorarse.

- Venga.

martes, 17 de abril de 2012

Eunadio de Pocascosas y la salvación de la Princesa



Cuando Eunadio de Pocascosas regresó de aquella campaña tan gloriosa, por la que el Rey consiguió adherir a sus dominios (y a los nuestros, porque como todo el mundo sabe, lo del rey es mío y tuyo y cuando el rey tiene una cosa, tuya es también y cuando gana él, ganamos todos) aquellas tierras cercanas a la costa, en las que pensaba edificar una serie de pequeños castillitos muy curiosos para su solaz (y el nuestro), éste, es decir, Eunadio, se dirigió a palacio para pedir sus emolumentos. Emonumentos. Emolumentos. La paga. Lo suyo. El rey no le pudo atender en ese momento porque estaba a otras cosas, pero en su lugar fue recibido por un secretario real que le cumplimentó todos los papeleos necesarios y cuando ya se disponía a coger su caballo, arrancarlo y ponerse a cien por los caminos del reino hasta llegar, melena al viento, a su maravilloso palacete alpino (aunque no estaba en los Alpes), cruzó su mirada con una joven hermosísima y se enamoró. ¿Se enamoró ella de él? Ahí está el asunto.

¿Porqué se enamoró Eunadio de Pocascosas? Lo mismo dará explicarlo aquí que no explicarlo. Se enamoró porque le gustó la chica, para simplificar. No hablaremos de sus experiencias previas, de sus romances frustrados, de los romances que él frustró, no. Hablaremos nada más que de este asunto. Eunadio de Pocascosas se enamora de la Princesa. Tiene que volver con su caballo brillante y magnífico, con pegatinas de fuegos a los lados, a su palacio, pero ay, el recuerdo de la Princesa le acompaña. Se tiene que declarar.

La Princesa era una moza que, aunque ustedes, queridos lectores, no lo puedan ver, bien merecía perder el tiempo contemplándola. Podía ser rubia, como podía ser cobriza, llevar el pelo corto y la nuca descubierta, los ojos pintados como una puerta o con lo justito para que no se diga, incluso sin nada, con una melena cobriza, teñida o lo que fuere. Eso, todo eso, qué más dará. Eunadio de Pocascosas se enamoró. La Princesa estaba libre de todo compromiso, porque su padre, el Rey, no estaba por casarla ni por dejarla de casar. Él se declaró. O no se declaró. Espera.

- ¿Se declaró?

- No.

- ¿Entonces?

- No se declaró, sigue contando.

Eunadio de Pocascosas no se declara a la Princesa. Pero se van viendo. Se ven. Se ven. Hablan, patatín, patatán. Eunadio de Pocascosas no se declara a la Princesa pero entre los dos se establece un vínculo afectivo. O algo así. Y entonces ocurre lo impensado. El malvado Jonjokin de les Dentstortes se planta ante el castillo del Rey. El Rey estaba a sus cosas, en los palacetes de la costa supervisando temas, y había dejado el castillo indefenso. A ver qué pasa entonces. Si no está el rey... es el momento de Eunadio. Eunadio se prepara para, como más que posible y futurible compañero y esposo de la tal Princesa, a defender el castillo. Ya no por amor, si no porque cuando el castillo se quema, algo tuyo se quema señor heredero. Que el amor y la amistad son muy así, pero ver el chozo ardiendo, duele casi más. Y Eunadio planta cara a Jonjokin. Pero pierde. Jonjokin quema el castillo, se lleva a la Princesa, y la rapta.

Y Eunadio de Pocascosas tiene que recuperarla, claro. Pero ¿cómo? No tiene tropas, ni guerreros, ni nada. Pues él sólo. Se arma hasta los dientes y va a por la Princesa. ¡Qué apuesto y qué galante va Eunadio de Pocascosas! ¡Qué donaire! ¡Madremía, madremía, madremía! ¡Así sí! ¡Así si se puede ir a recuperar a una Princesa! Tendrían que haber visto a los juglares y poetas épicos, líricos, asonantes y consonantes, védicos y cólicos, en los márgenes del camino, tomando notas para acordarse de detalles que luego en sus obras quedasen bien lucidos.

Eunadio, solito, se cepilla a todos los guardianes, soldados, esbirros y gente de mala calidad que sirve a Jonjokin de les Denstortes. Pero son muy pocos. Poquísimos. Seis o siete. ¿Dónde está el resto de tropas que con tanto arte deslomaron a los del Castillo de hace unos párrafos?

Agárense. Llegó un tal Eunaido, armado hasta los dientes, se cargó a todos los malosos y se llevó a la Princesa. A la Princesa al parecer le dio lo mismo Eunadio que Eunaido. Y claro.

Y Eunadio de Pocascosas pues eso.

lunes, 16 de abril de 2012

Literatura comprada



No es por darme pisto, aunque voy a dármelo un poco, pero hace unos meses recibí por vía interna un correo en el que una lectora asidua de las sandeces que aparecían por aquí me preguntó si no estaría interesado en participar en un certamen literario organizado por el Ayuntamiento de una población de cierta relevancia en el panorama provincial. Dicha lectora decía que le gustaban mucho algunas de mis historias, no todas, y que había pensado que quizás me interesaría participar. Junto a los diversos premios, se garantizaba que los quince mejores relatos, se publicarían en un libro editado por el consistorio. Razón más que suficiente, pues, para presentar un relato. Como soy bastante vago no consideré necesario hacer nada nuevo, así que simplemente refrité o refreí o como se diga un texto anterior y lo adapté al formato requerido.

El cuento se llamaba 'Eunadio de Pocascosas y la salvación de la Princesa'. Ambientado en la Francia que estaba inmersa en el pandemonium de la Guerra de los Cien Años, contaba una historia que (no es por hacerme el chulo) estaba bastante bien, aunque como suele ser habitual en mi, giraba sobre un único tema que siempre me acaba brotando como una erupción cutánea: la espera, el no, el no llegar a hacer lo que se tiene que hacer. El caballero Eunadio se enamoraba de la Princesa, ella también de él, él llamaba su atención, ella se daba por enterada, él no se atrevía a dar el paso, ella estaba a otra cosa pero tampoco demasiado importante, él tal, ella pascual, el caso es que nada de nada. En fin.

El relato no ganó. Quedó fuera de los premios, pero sí que entró en la lista de los publicables. Así que cuando se presentó el libro, me mandaron una invitación y acudí. No era el más joven. Siempre había pensado que yo sería el más joven de los escritores de allí, pero no. Había chavales más jóvenes. De hecho, la ganadora era una chica jovencita, que había presentado un texto muy truculento sobre una investigación detectivesca mezclada con mariachis, de ambientación lógicamente mexicana. La presentación tuvo lugar en el teatro de la localidad, habló la concejal de cultura, se entregaron los premios, subió a hablar la ganadora, y luego el propio alcalde presentó el libro.

Y largando estaba su discurso el alcalde, cuando cogió el libro y hojeando entre sus páginas dijo 'la verdad es que todos los cuentos están muy bien, pero hay uno que me parece que, sinceramente, está un poco por debajo del nivel'. Un pequeño apuro, un algo, se apoderó de mí.

- Yo no soy muy experto en muchas cosas (risas de la gente), pero tengo a bien haber sido profesor de instituto durante años. Profesor de historia. Y bueno. El cuento sobre el caballero y la princesa... a ver. Cómo lo diría. Que no me lo creo. Que es muy libre el autor de hacer lo que quiera, llevar la acción al tiempo que desee, pero no me parece creíble. Por muchas cosas. Pero oye, yo no soy del jurado y el libro está ya impreso y listos. Pero vamos. Tirar así el dinero... Que no digo yo que lo de los mejicanos esté más visto que el tebeo, pero mira, tiene su público, pero lo de la Edad Media, si no te lo preparas bien... Bueno, a ver si el año que viene espabilamos un poquito. No quiero que se ofenda el autor, que veo que hay muchos escritores jóvenes.

Todos miraban buscando a ver quién era el que había escrito. No nos conocíamos, así que yo también hice como si buscara a alguien entre el público. Aguanté el tirón, me tomé una copa de cava, me comí dos crusanes con jamón dulce, le tiré la caña a una técnica de cultura y me fui para casa como un pepe. Estuve llorando dos días con sus dos noches. Cuando terminé de llorar quise hacer un poema, pero me contuve.

domingo, 15 de abril de 2012

Pozos de ambición (There will be blood)

Y finalmente vi la película. No en las mejores condiciones, pero si con todas las ganas. There Will Be Blood. Vi casi hasta la mitad hacía unos meses, pero el deber me pudo y no la pude completar hasta ayer, que la ví enterita. Peliculón. Una peli que va de lo que va. ¿Y de qué va? De que lo primero es antes. De que los que tienen que ponerse no se paran a mirar si esto o si lo otro. Lo primero es lo primero. Y lo primero es ganar. El Daniel Day Lewis, cuyo personaje tiene un nombre que no sabría transcribir aquí sin estar mirando el teclado mil veces, es un minero que a fuerza de porrazos consigue hacerse un pequeño magnate petrolero a principios del siglo XX. Recibe el chivatazo por parte de un muchacho santurrón de que en su rancho hay petróleo y allí que se dirije con su hijo pequeño. El hijo no tiene madre, al parecer. Ojo, en la película se habla de lo que se habla. Nada de historias paralelas románticas, nada de amoríos, del amor como elemento redentor del ansia de poder. No, aquí se viene a ganar dinero y punto. El hijo y el padre llegan al rancho y descubren que el hijo santurrón en realidad es un pequeño predicador que quiere su parte del negocio para darse lustre. Encuentran el petróleo y el chavalín cae en un accidente, se queda sordo. Como estar por el chaval es demasiado duro, lo manda a San Francisco y listos. A la faena. A comprar tierras, a remover tierras, a sacar faena. Venga. Le llega un hombre que dice ser su hermano. Le aguanta la broma hasta que se cansa, lo descubre y se lo cepilla. Listos. Al lío. A Daniel Day Lewis se le va agriando el carácter, a veces tiene arrebatos de super mala ostia, pero se contiene. Un día, le viene el santurrón (que lo hace muy bien, con su cara de asquerosete) y le dice que le debe pasta todavía de... y le caen una mano de ostias pero bien dadas. Plas, plas, plas y plas. Así con la mano de perfil. Toma. ¿Te crees que el curilla se va a olvidar del tema? No.
Al Daniel (es verdad, el prota se llama Daniel también) le faltan unas tierras de un pájaro que es devoto del santurrón. O se hace de la iglesia o no hay trato. Escena memorable. Va a la iglesia y se deja dar una buena mano de ostias por parte del santito delante de toda la iglesia. Uf. Qué bien lo hace el Daniel aquí. Se ve cómo se está aguantando, por el dinero lo que sea. Cuando le acaba de caer la mano de palos, le dan un cubo de agua para que se refresque y dice 'tenemos oleoducto'. Toma castaña. Por la pasta lo que sea. Ostias, ostias. Soy un padre malo, pues soy un padre malo. Lo que sea. Y venga a mover el bigote, mascandillo. A mi me lo dicen a veces. Cuando me mosqueo, cuando estoy aguantándome, masco. Inconscientemente. Y eso le pasaba al Daniel. Masca y masca. Los devotos le abrazan y él se va calmando.
Consiguen el oleoducto patatín patatán. La peli aquí da un salto de un cerro de años, pero es que tiene que acabar de alguna manera. El hijo, que está sordo, se hace amiguito de la hermana del santito. En un salto temporal, el hijo y la chiquilla se casan al cabo de veinte años. El hijo llega un día y le dice al padre que se pira, que va por su cuenta. Ah, no. La amistad es la amistad, pero el dinero devuélvemelo, que decían Faemino y Cansado. Si te vas, ya no eres mi hijo. Pues me voy igual. Pues a tomar viento.
Le llega el santurrón. Se supone que están en los albores o ha llegado el crack del 29 y el santito le pide ayuda. El otro le está esperando porque tampoco se ha olvidado de la mano de ostias. Tracatrán. Fin de la peli.
Que el salto temporal ese, pues mira. Que el tramo final es un poco 'vamos zanjando los dos temas que tenemos que nos vamos'. Que no sé. Que explican pocas cosas, en realidad, pero explican muchas. Eso. Estaba viéndola y decía. A ver, decir decir, explicar, contar, la historia no tiene mucho, pero dice mucho. Ostias, darlas, dejártelas dar, no olvidarte de que se las tienes que dar a ese, no dejarte tomar el pelo, cuidado, que no se te note, venga. Ostias y más ostias.

viernes, 13 de abril de 2012

Miscelánea





Tirarse en el sofá. Tirarse bien tirado en el sofá. Extendido. Casi podríamos sacarnos el esqueleto y dejarlo tendido al lado. Nos desparramamos en el sofá. Ni siquiera hace falta poner la tele. Tan solo es necesario poner The Cramps y la canción Rockin' Bones. Cuando dicen Come on... y el coro responde Oh, Come on... Qué sensación de dejadez. Se supone que debe causar inquietud o desasosiego un grupo como The Cramps, pero a mi hay canciones que me piden sofá, sentarme, desparramarme. Rockin' Bones, es la canción. El disco es el Psychedelic Jungle. Muy bien. Y pensar en las chicas tatuadas. En flequillos rectos. En bocas muy pintadas, pero que muy pintadas de rojo. O quizás de negro. Labios pintados de negro. Qué miedo. Esperarlas sentado en el sofá. Oh come on...






Es algo habitual descubrir alguna canción medio molona en el periodo vacacional. Eso es asín. En este caso, tuve que esperar hasta el último día, a minutos de iniciar el viaje de regreso, para escucharla. Una canción moderna. Un momento, que no pasa nada. No pasa nada por que de repente haya una canción contemporánea que nos pueda gustar. No estamos renunciando a nada. No estamos planeando cambiarnos las gafas por otras más asín. No. Tranquilos. La canción se llama Three Colors Red y el grupo se llama... Lonely Drifter Karen. Ni idea de quienes son ni de qué hacían o hacen en general. Pero la canción me gusta. No hay mucho más que decir.






En el apartado de versiones, a mi hermano se le ha metido entre ceja y ceja hacer esta. Hold on I'm coming. De Sam and Dave. Nada menos. No tiene fé ni nada el muchacho. Pero oiga, está convencido y habrá que hacerla. La verdad es que es una elección, porque es un cancionón. Con su momentito en el medio de desparrame o de ida de pinza que se adapta tan bien a nuestros conceptos musicales de... hacer ruido de vez en cuando para tapar carencias. Bien. El problema va a ser la interpretación, porque claro, moverse como Sam and Dave con la lata de Xibeca en la mano, va a ser complicado. Y no hablemos de cantar y tocar a la vez. Hold On, I'm Coming. Y nos falta la trompeta para el parapapa papa. ¿Quién se apunta?






Vivir para ver. Cuando ya pensábamos que grupos como Aerolíneas Federales sólo quedaban para el consumo de los cuatro flipados que rebuscamos entre cualquier cosa que suene a Siniestro Total, va y el programa modernis más modernis, reivindica a los autores de perlas como Rollo Porno o No me beses en los labios. Pues mira, bendito sea dios. Por no sé qué enfermedad que parece seria por parte de unos fans peruanos, Aerolíneas Federales se han vuelto a juntar para hacer unas actuaciones. No sé si vendrán a Barcelona o qué, pero el mero hecho de escuchar en la radio otra vez esas voces que quieren ser melodiosas y no lo son, ya hace gracia. Esta, por ejemplo, es una que no conocía yo. Se llama No me robes el corazón y la parte del estribillo me pone los pelos de punta. Gracias Goear.



La compañera que me han puesto delante, advirtió ayer que si ponía música, esperaba que no fuera 'flamenquito'. Maldita sea. A mí con amenazas. Pues se va a cagar. Vamos a darle duro al viernes con algo tan bonito como el Echale guindas al pavo de Rosa Morena. En versión pop. Pop Cañí. Y qué pena que no pueda ver el vídeo la compañera con todos esos militares en ebullición. España esa así, señora. Si no le guste, cambie de escenario. Pero la música no la voy a quitar. Eso es así en Pekín y en Pokón. Echale guindas al pavo, que yo le echaré a la pava. Azúcar, canela y clavo.



Y poca cosa más. Vamos a ver si el fin de semana remonta. Nublado todos los días. Estupendo. A ver si eso. Nos vamos viendo por ahí.

jueves, 12 de abril de 2012

Granada-Athletic. Un partido.



Como no hay mucho tiempo para pensar y la vida al fin y al cabo se reduce a momentos como estos y algún estado de excepción, ayer fui al fútbol. En el metro me encontré con el hermano del S. Una casualidad. El hermano de S. vive cerca de la Peña y ya es la segunda vez que me lo encuentro en el metro. Estuvimos hablando de la hija negra. La hija negra y su nuevo plan de conquista de Dinamarca. Estuve haciendo alarde de pensamiento agrio y dije que hay quien se cree joven y no lo es. Que no es que a mi me guste ser así, que quizás envidio ser de otra manera, pero que cada cosa a su tiempo y que ya no tenemos cuerpo para... y eso. Me despedí con un alarmante 'cuanto más conectados estamos, más solos nos quedamos', porque le vi mirar el movil y el chiquichiqui. Alegría para el chaval. Ya nos veremos.

Granada-Athletic. Un partido bonito a priori. Me siento al final, como siempre, voy a por una cervecita y antes de sentarme, el Granada marca el primero. Jugada de me meto, me meto, chuto, el portero la despeja y la bola que viene botando alegremente hacia el centro la recoge un tal Jaime Romero que empalma un tirazo precioso pero que se lo podía haber metido por el desto. Uno a cero y sin sentarme. Estupendo. Hemos salido con la torta. El Maestro ha puesto a los buenos. Pero con la torta encima. Muniaín se juega la expulsión haciendo el chorras. Va llegando gente. Mi padre, ya vamos perdiendo. El secretario, ya vamos perdiendo. El secretario se sienta conmigo y nos pedimos dos más. Parece que nos entonamos un poco. Mando un mensaje pero espero otro. Mando una llamada de atención, pero espero otra cosa. Me llega un mesaje, se agradece, pero no. No hay más mensajes. El partido, el partido. Penalty.

No diré las estadísticas porque no las recuerdo, pero no metemos un penalty ni de broma. Lo tira Llorente, que ha estado de vacaciones toda la primera parte. Lo tira por el sobreático. Se caga en la puta. Normal. Yo también. El Granada se queda con 10. No juega mal el Granada, pero nosotros creo que podríamos hacer más. Media parte. Compramos unas patatuelas. Hablo con mi padre. Hablo con el secretario. Ha venido el grandón con su chica. Si, vamos perdiendo. Hemos fallado un penalty, el Granada está con 10. A ver la segunda parte.

Encerramos al contrario. El móvil no dice nada. Encerramos al contrario y creamos ocasiones. Uy. Uy. Muniaín se queda solo delante del portero. Falla clamorosamente. La para el portero. Un tal Nyon agrade a Susaeta que ni se tira ni nada. Somos unos pardillos. Fallamos y fallamos. No podemos perder contra 10. ¿Cómo que no? Una jugada al borde del área y hacemos una falta táctica. Faltas que se hacen para interrumpir una contra. Así se hacen. Menos nosotros, que las hacemos para facilitar el saque de la falta, de tal manera que ellos, más pícaros sacan deprisa y dejan a un tío sólo. Geijo, que acaba de salir, sin despeinarse consigue el 2 a 0. Estupendo otra vez. Hay que ponerse serios.

Hay que tomar decisiones tremendas. Hay que ir all lavabo. Así lo digo. Otra cerveza y me voy al lavabo a ver si marcamos. Efectivamente. Mientras desto Toquero falla una clarísima y luego Llorente marca de cabeza. Mil pases, juego lindísimo, pero al final, como siempre. Están muertos los del Granada. No puede durar mucho la cosa. Para forzar los acontecimientos, a falta de cinco minutos o así, el secretario se va también al lavabo. Y no puede ser de otra manera, empate a dos. Llorente remata de cabeza, el portero la saca de dentro, pero al final Susaeta marca el 2 a 2. Vamos a por ellos que ya está la cosa lista. Salto como un crío con el segundo gol. Se me olvida mirar el movil por un rato. Vamos, vamos. Fallamos otras dos tremendas. Llorente otra vez. El partido termina y la gente del Granada, que cantaba como loca, se queda un poco más así. Nosotros, que hemos hecho todo lo posible por perder, al final nos llevamos un puntito que sabe a poco o sabe a mucho. Arriba los tópicos. Jugamos bien, muy bien, pero seguimos siendo muy pardillos.

Y ahora la tentación de extrapolarlo todo, de que todo suene a otra cosa. Jugamos bien, a veces muy bien, pero fallamos demasiado. No sacamos todo el partido que deberíamos. El movil sigue sin sonar.

martes, 10 de abril de 2012

Chaco



En la guerra del Chaco. Dos soldados. Uno de ellos ha vuelto de una larga travesía por el desierto, en la que se ha encontrado bastante apurado en algunos momentos. El hambre, la sed, el frío, el calor y la incertidumbre por lo que le pudiera pasar, han sido tan duros como el mismo hecho de encontrarse en una guerra y que en cualquier momento una bala, una granada, lo que fuere, pudiera haberle costado la vida. Regresa por fin y le está esperando uno de sus compañeros.

- Bueno. Cuenta. ¿Cómo ha ido?

- ¿La aventura? Bien. Bueno, bien, como van estas cosas. Pasando calamidades, pero ya estamos aquí.

- Ya te veo. Pero estás muy serio. Qué te pasa.

- Me pasa lo que me pasa.

- ¿Igual?

- Pues si.

- Desde luego, te vas, te apuntas voluntario a atravesar el desierto, las pasas peludas, y cuando vuelves, lo que tienes en la cabeza es lo mismo que tenías cuando te fuiste.

- No me tenía que haber ido.

- Pero ya has vuelto.

- No sé para qué.

miércoles, 4 de abril de 2012

El título de este relato está más abajo



El historiador y documentalista británico Shiffel Shepherstamsfordshire recuperó una leyenda que no se sabe si es cierta o no, aparecida en un texto de Tímido Tácito Tétrico, llamado 'Conquista perpetua de la Silvia Mínima'. Un relato que a todas luces parece inventado, pero que puede ilustrar lo que te dije.

'El emperador Tulcio Pentinático se propuso la conquista de la Silvia Mínima tras oir hablar de ella a algunos de sus más intrépidos generales. De su riqueza, su gente dispuesta y paisajes tan hermosos que a todos atraían. Bien informado, el emperador mandó al general Nino Drónico a que llevase a cabo la conquista de aquel territorio, gobernado por una especie de asamblea de sabios y notables locales, a los que se presumía fáciles de dividir y comprar, y poblado por un pueblo laborioso pero asaz contumaz también en el amor por lo suyo. Pero el amor por lo que es de uno puede ser doblegado a base de buenos palos y golpes, y el brillo de una espada cerca de la garganta hace cantar las canciones más espantosas a la más bella voz, así que Nino Drónico avanzó con una legión hacia la frontera del Imperio y justo cuando entraba ya en la Silvia Mínima y se proponía conquistar las primeras fortalezas a la espera de una resistencia mayor, recibió un comunicado de parte del emperador en el que se le ordenaba que esperase. ¿Por qué? Porque si. El emperador consideró que la inclinación de una viga de una de sus casas de Capri proyectaba una sombra que le recordaba la figura de un algo que le indicaba que la conquista debía pararse. Pues paramos. Nino Drónico esperó a las puertas de Silvia Mínima durante dos años. En estos dos años, los belicosos y temidos Silvios no hicieron acto de presencia. Podrían haber atacado, haberse rearmado, no lo hicieron. Un día Tulcio Pentinático miró a través de una ventana y el reflejo del sol en una charca le animó de nuevo a seguir con la conquista. Nino Drónico y sus hombres avanzaron prestos a la batalla, abandonando el acuartelamiento y conquistando varias ciudades, más, cuando al parecer iban a enfrentarse a un ejército de Silvios llegaron emisarios del emperador Tulcio en el que se les decía que 'para atrás otra vez'. Los ladridos de un perro en una mañana lluviosa, esta vez. Para atrás. Nino Drónico, obediente, obedeció. Si hubiera sido decente, por ejemplo, hubiera... ahora da igual. Nino Drónico seis meses después de volver a sus campamentos recibe la orden de conquistar inmediatamente Silvia Mínima. Una sirvienta bizca del emperador tuvo la culpa. Ayer es tarde. Como una estampida, en quince días, Nino Drónico se planta en las puertas de la capital de la Silvia Mínima, la ciudad de Chozo, y cuando va a iniciar el asedio a la misma, que no debería haber durado mucho, porque los tan temidos Silvios demostraron no ser nadie a la hora de la verdad, llega otro emisario que conteniéndose la risa dice que eso, que a la frontera otra vez. 'Es que el emperador ha estado escuchando dos o tres veces al bardo Poucascousas y ya se sabe lo triste que es el hombre, le ha dado flojera al emperador y eso'. Tres meses más tarde, el emperador Tulcio Pentinático consulta con una matrona de su séquito y esta le dice que ya. Que si. Que a ella le parece bien. Y da de nuevo la orden de emprender la conquista. Pues vamos. Nino Drónico y sus hombres ya están asaltando Chozo cuando ven venir a un emisario. Paran todos. El emisario tranquilamente, y sin desplegar documento alguno, habla de unas noches muy malas que ha tenido el emperador con unos picores en la espalda y que vuelvan a la frontera. Nino Drónico le dice al emisario que vale, que le diga al emperador que si, que le diga que ellos han vuelto para la frontera, pero que se van a quedar allí y así hacen tiempo. Y el emperador se olvidó de la conquista de la Silvia Mínima. Bueno, se murió. Y el nuevo emperador Máximo Aspersor estaba más a otras cosas. Y Silvia Mínima no sabía si estaba conquistada, si Nino Drónico había vuelto o se había quedado para siempre, si Chozo fue arrasada. Nada. Y un día, unos doscientos años más tarde, el emperador Verdicio Fosco recibió un tributo de la llamada Silvia Mínima y pensó 'bendito sea dios'.

martes, 3 de abril de 2012

La mirada ovoide



La profesora Rokossovskaya había pasado mucho tiempo intentando sustraerse a la agitación que se vivía en su departamento a raíz de las manifestaciones del profesor Almayr en la revista 'Miradas científicas', en las que venía a decir que su teoría de la mirada ovoide podía aplicarse también a otros ámbitos del comportamiento humano y que estaba trabajando en una serie de textos que podrían comprender asuntos tan peliagudos como la religión, la ética, o la distribución de los factores de producción en una fábrica, por poner el caso. La profesora Rokossovskaya ya había tenido en alguna ocasión que lidiar contra el frenesí provocado por las afirmaciones de Almayr y la división entre partidarios y detractores de su fantástica teoría por la cual, la mirada del hombre, con una concentración precisa, podía sortear elementos diversos. Si hasta entonces se consideraba que el ojo era un simple receptor de luz y que en él se proyectaban las imágenes, Almayr había lanzado la idea de que el ojo podía dirigir esa luz en sentido inverso y dirigirse hacia donde quisiera, ovoidemente. Concentrándose, poniéndo en ello un esfuerzo titánico, podía lograrse.

La profesora Rokossovskaya consideraba estúpidas las teorías de Almayr. Consideraba estúpido a Almayr. Lo había conocido hacía años en un congreso en Uerdingen y Almayr se había empeñado en acercarse a ella para pelar la pava. Rokossovskaya no estaba para galanteos y mostraba un frío desdén hacia Almayr. Sin borderías, sin montar números, simplemente Rokossovskaya no hacía caso de las tontunas de Almayr, que se acercaba a ella, programaba gracias sin gracia, se hacía el simpático, hacía vocecitas, imitaba a los ponentes... hasta se hizo el sobón. Nada que ver con la imagen que hoy todos tenemos de Almayr, claro. Pero todos hemos sido jóvenes alguna vez. Y peor, todos hemos hecho el bobo para conseguir llamar la atención de la persona amada. Almayr no era menos. Pero Rokossovskaya no cayó en su red.

Pasó el tiempo y pese a que la vida había llevado al profesor Almayr a ser uno de los grandes gurús científicos de su tiempo, a Rokossovskaya sólo le venía a la cabeza aquel jovenzano tontuelo que intentaba hacerla reir. Así que llegado el momento en el que el Departamento de Ciencias de la Universidad de Sebastopol donde trabajaba tuvieron que decidir si apoyaban mediante un escrito las teorías de Almayr o las rechazaban, la profesora Rokossovskaya dijo que ella se encargaría de hacer el escrito con la postura consensuada de los miembros del Departamento. La carta que dirigió a la revista 'Miradas científicas', decía lo siguiente:

'Profesor Almayr, le ruego por favor que deje de intentar llamar mi atención. Ya estoy casada y con dos hijos. Uno de ellos está esperando incluso su primer hijo, mi primer nieto. Ya. Déjelo ya. ¿No ve que la gente se ríe?'

lunes, 2 de abril de 2012

Eurovegas



Cuando salieron las primeras noticias sobre la intención de hacer un Eurovegas en España, pensé, bah, no pasará. Será como aquello que pensaban hacer en los Monegros, que tenían ya los planos hechos, que había pueblos a favor (iba a sacar a los Monegros de la miseria y les iba a poner en el mapa, decían) y otros en contra. Pues bien, la broma de Eurovegas va para delante y parece que en Madrid o Barcelona (Valdecarros, Alcorcón o El Prat) ya se pueden ir preparando.

No tengo mucha idea de lo que es o dejará ser Eurovegas. De un tiempo a esta parte, las noticias que no me interesan ni me molesto en seguirlas. Las noticias que me incomodan, que me tocan la patata, para no calentarme, no las leo. Pero ayer, viendo entrar y salir a los Consejeros de los despachos del jefe Adelson, no lo pude evitar. Tuve que escuchar. El problema son los edificios, la altura de los edificios. Sólo eso.

¿Qué mierda de país queremos tener? Además de la mierda de país que ya tenemos, ¿qué mierda más necesitamos? ¿Qué queremos ser? Es más. ¿Queremos ser algo? Me da igual si el país lo quieren llamar España, Catalunya o Ikea. Da lo mismo. ¿Qué mierda es esta? Resulta que para que el señor de Eurovegas tenga a bien instalar su complejo dedicado al juego y al turismo de hotelaco y si a todo, bwana, tenemos que transformar al menos esa parte que le cedamos, en una Zona Franca, libre de leyes que puedan restringir sus imposiciones. Estatuto de los Trabajadores, por ejemplo. A la calle. Algunos dirán... ¿pero el Estatuto de los Trabajadores se sigue cumpliendo? Al menos nominalmente, si. Pero el hecho de que haya una parte del territorio en el que se reconozca que allí vale todo, ya da miedito.

Pues no. No da miedito. El consejero de Madrid, diciendo que el problema de los rascacielos (pero rascacielos, rascacielos, no esa mierda de la Torre Agbar -Adelson dixit), lo pueden arreglar. De los derechos laborales, de la ley de Extranjería (ahora que vale todo, vale todo de verdad), prohibición de fumar, juego a menores y ludópatas, y la mierda que significa tener una 'ciudad del pecado' justo aquí, eso da lo mismo. ¿Porqué?

Porque estamos en crisis y con la crisis que hay pues cualquier cosa que sirva para crear empleo, pues bienvenida sea.

Lo volveremos a repetir.

Como estamos en crisis, con el paro que hay y todo, lo del Eurovegas va a ser bueno para el empleo y que vengan turistas.

En otras palabras.

Os la tendría que bufar eso de tener o no tener derechos laborales o lo que sea eso, si tenéis mis mil euritos al mes para ir pagando el pisico, tranquilico. Total, ¿qué derechos o qué cosas dices que tienes ahora?

Y ahí tenemos a los Consellers de Catalunya, intentando hacer de esto una nueva Liga de las estrellas. Madrid nos quiere quitar Eurovegas. Centralismo. Felipe V. Mejor si fuéramos franceses. Barcelona contra Madrid. Pero parece que el tema de los rascacielos no lo llevamos bien. Qué lástima. Porque mira que podría ser cañón, lo del Eurovegas. Qué de guiris. Por ejemplo, este finde semana y hasta el 15 de abril, comienza la Saloufest. Miles de estudiantes vienen a empitufarse. ¿Es bonito Salou? (os vais a hartar de negritas) Salou es una puta mierda. Pero en Salou los guiris pueden hacer lo que les rote. Cap problema. Los comerciantes y hosteleros dicen que es todo maravilloso. La población 'de a pie' protesta, pero poco.

¿Por qué? ¿Cómo que por qué?

Porque con la crisis que hay, benditos sean los turistas que vienen a mearse en mi cara, que tengo el bar lleno y si no fuera por esta gente, a ver de qué íbamos a vivir.

Eurovegas, Eurovegas. ¡Qué gran idea! En mitad del desierto de Madrid, poder casarte como Alaska y Mario, con Elvis (ahora no sé si se casaron así), enrollarte con una Stripper, empezar como bailarina en el Ceasar's y ser una gran estrella del celuloide luego. Luego la serie CSI Eurovegas, con Antonio Resines o con Jorge Manrique, según sea la ciudad elegida.

Consellers entrando y saliendo. A ver si lo convencemos. Políticos de la oposición diciendo que ellos no, pero que no es mala idea. Porque...

Con la crisis que hay, cualquier solución para el problema del paro y que sirva para reactivar la actividad económica, se tiene que estudiar.

La crisis, el paro, el mercado, la confianza.

La música, la perra, tu madre, el dvd...

Con la crisis que hay, lo mejor que os podría pasar es que fuéseis a trabajar gratis. No, casi gratis, lo que ganéis, a echarlo a la maquinita. Cambio de modelo productivo.

Qué invento las negritas.