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martes, 3 de junio de 2025

Crónica del #Plegramenet de mayo. Que por mayo era por mayo.


Pero estamos en Junio. Vox ha sido derrotado. No sé si es una certeza o es una sensación o es simplemente un deseo, pero parece que Vox, la amenaza que se percibió, que se concibió y se auto presentó como el principal elemento al que tener en cuenta durante esta legislatura, se ha convertido en una cáscara vacía, en una nada que hace aspavientos, que convoca pasiones, que nos provoca sorpresa, sonrojo, risa, desasosiego, pero que ha demostrado no tener nada relevante que hacer ni que decir. Yo, pecador, pensaba que detrás había algo más, que detrás de los dos concejales histriónicos, pintureros, figurantes, había algún tipo de concepción, una idea, quizás tenían un plan detrás como sí que es evidente que tiene el señor del PP, al que parece que sus días como entrañable y apacible vecino de Badalona le van quedando lejos para ser un impertinente director frustrado de orquesta que ya no provoca la admiración de las bancadas del vetusto salón de plenos de Santa Coloma de Gramenet, provincia de Barcelona, ciudad a la que quiero más que mi propia alma si es que el alma ya me entienden. Desde que se diera aquel nefando pleno en el que los invitados de Madrid hicieron un ridículo patriótico, las pretendidas ofensivas verbales de los regidores de Vox, en especial del joven regidor de Vox, han quedado muy, pero que muy, disminuidas. Francamente. Los dos o tres intentos por provocar un estado de opinión a partir del pleno municipal han quedado desbaratados precisamente por la actuación y presencia de personas que son capaces de rebatir, desde el terreno, lo que Vox simplemente se inventa. No basta con vídeos chulos en alta resolución, se exige un poco más y ese poco y mucho más es el control del terreno, cosa que Vox todavía no tiene y así se queda en una construcción vacía, nula, que congrega gente, no mucha, en la puerta del Ajuntament para protestar por la taxa de residus, pero que a la hora de la verdad no tiene muy claro porqué se queja de la taxa de residus sin hacer un poti poti infame de argumentos que camuflan lo que no pueden camuflar, con asociaciones invent que llegan al extremo de pedir acuerdos en lugar de convertirse en látigos, con un sindicato que se deja el móvil en la bancada de Vox, ay madre mía que nos han pillado. Lamentable. Vox quiso hacer ayer un casus belli de la movida de la taxa de residus, una taxa que tiene como objetivo cambiar la manera de gestionar los residuos, abordar el reciclaje, ser un beneficio para todos. Quizás, si la intervención de ayer de la alcaldesa se hubiera dado antes, si se hubiera trasladado a la ciudadanía, si se hubiera escuchado un poco más, no se hubiera llegado a ese punto candente ayer, pero fue necesario que se levantara la voz, que levantáramos la voz, no contra la taxa por que sí, como hace la derecha, sino para que esa taxa sirva de algo y se aplique con justicia, para que hubiera movimientos. Bien está. Y ahí se quedó Vox y ahí se quedó el PP que, sorpresa, presentó su moción para encabezar la revuelta desde el segundo plano y cuando vio que la revuelta se convertía en cambio gradual del que no extraía ningún beneficio protagonizó un momento de rabieta monumental queriendo retirar su propia moción al respecto porque, básicamente, no estaba sacando nada en claro y estaba propiciando un lucimiento involuntario de otros. Los otros no venimos a lucirnos al pleno, los otros no venimos a hablar al pleno. Hablar en el pleno no compensa quedarse fuera del pleno. Pensar que es impropio que nos dejen hablar en el pleno porque no estamos en el pleno, es un argumento muy pobre, o quizás implica para quien lo piense que no se quiere la derrota, no basta con el cero, quieren que no existamos. Y existimos. Estamos. Tenemos cosas que decir y, pensamos, que sumamos. Porque si todos sumamos, confrontamos, hablamos y discutimos lo que los bárbaros nos dan por sentado, somos más y así pasa que van pasando los plenos y los argumentos de Vox y las trampas del PP van cayendo en saco roto. Estamos ganando y lo estamos haciendo bien. Como podemos. Un pleno áspero el de ayer, un pleno con metapleno, un pleno en el que el partido gobernante dio muestras de recuperar el sentido de los plenos y convocó a su gente, pero metapleno es muy poderoso y no había manera. Hacía mucho tiempo que no había metapleno. El pleno dentro del pleno. Un pleno más allá del pleno. Alineado con quien te dije, para sorpresa de nadie. Metapleno hizo del pleno una experiencia digna de una recompensa. Una recompensa que también se mereció el representante de la Fundació Esportiva Grama para contestar de manera contundente otra moción de Vox de esas en las que vas por lana y sales trasquilado y que significó la derrota definitiva de quien cree que comprando likes y acumulando 'que se vayan todos' en instagram va a hacer algo: hay que controlar el territorio. Sin eso, estás perdido. Sin eso, afortunadamente, todavía podemos sobrevivir. Y por lo demás, pues oiga, ni tan mal. 

viernes, 14 de febrero de 2025

Joc de Cartes en Santa Coloma. Todo el mundo es bueno.


El riesgo que se corre al querer escribir sobre un programa de televisión que transcurre en tu ciudad y del que son protagonistas personas a las que conoces o a las que conocerías o conocieras o conocieses es que te atenace el teclado y te acabes perdiendo en una suerte de trampa de melaza por la cual no quieras decir lo que pudieras decir o acabes cayendo tú mismo en la trampa del 'todo el mundo es bueno' y está bien todo porque somos colomenses y vecinos y todo eso. Es un riesgo que voy a correr y que, ya aviso, voy a asumir. Lo primero que tendríamos que agradecer es que Joc de Cartes o cualesquiera otro programa de Tv3 aterrice en Santa Coloma para tratar de lo que sea, de lo que sea que no sea problemático o tópico o cliché, aunque en la selección musical les cueste salirse del guión y caigamos en el estereotipo más de una vez, pero de manera tan suave que no pasa nada. Yo mismo, hace años, tuve entre mi lista de canciones bajadas del Napster el Santa Coloma Woma de los Mojinos y me sigue pareciendo una versionaca. Al día siguiente, los comentarios en redes eran desoladores: quina bona notícia que tots parlen en català. Y positivos, qué majo es el Pol. Decir que todos y todas hemos ido a todos los restaurantes que nos presentan en este Joc de Cartes sería un tanto precipitado, porque recordemos que hay una amplísima porción de colominos y colominas que eso de salir a comer y gastárselo en un menú, no lo contempla como algo habitual. Hablaré de mí. Creo haber ido a todos los restaurantes a comer. De manera puntual a casi todos. Quizás algo más a La Cuina de la Loli porque creo que es la más veterana de todos ellos. Recuerdo con mucho cariño las primeras veces en el local de la calle Olot, un poco más arriba de donde vivía el Benju, un local pequeñito que tenía un nosequé. Y se comía de lujo. Una vez llevé a mi padre, esto no sé si lo he contado antes. Le dije de ir a comer por ahí y me lo llevé hacia Santa Rosa, mi padre me preguntaba que dónde íbamos, y tan lejos, y qué restaurante, y luego se quedó maravillado. Después hemos ido más veces, muchas de ellas a celebrar cosas, cumpleaños de mi madre, de mi padre, aniversarios de cosas, ya sabes. La Taverna Gaudir se ha convertido en nuestro segundo espacio de confianza después de la desaparición de las Tanis. El Gaudir es casa. No hay más. No vamos a comer menús, cosa que alguna vez ha pasado, pero es casa. Los jueves puedes ver a toda la tropa allí. Ya lo he dicho, es casa. El Perdut es que está allí en Torribera y se hace lejos. He ido una o dos veces y no comí mal. Y al Don Martín he ido alguna vez también, también creo que por algún motivo celebracional. Ahora está el Santi de camarero. Decir que se coma mal en cualquiera de estos sitios es mentir miserablemente aunque cada uno de ellos tenga su habilidad o su momento. El programa de Joc de Cartes se ha ido convirtiendo poco a poco en una especie de juego de tiburones donde cuenta más la cizaña y las pullas e incluso el clima que crea el propio programa con comentarios varios y con cortes seleccionados que lo que es realmente una competición o una comparativa entre lo que ofrecen restaurantes diversos. Hemos visto en Joc de Cartes auténticos locales de mierda, gente con un morro mayúsculo que tiene negocios que dan grimita, flipados que se creen la leche, pardillos a los que les han tomado el pelo, negocios fracasados en busca de nosequé, peña de toda condición. Y afortunadamente, nada de eso pasó en Santa Coloma. Quienes esperaban (esperábamos) ese tipo de movida a veces descarnada en la valoración de unos y otros, nos quedamos un poco así. Sí que hubo cosas. Hubo un ambiente. Un ambiente de confrontación con lo que supone el modelo de negocio del Don Martín. El programa se grabó hace un año, por lo que en ese tiempo Don Martín ha aumentado su negocio con la adquisición de otro local de la plaça de la Vila. Todo en la televisión es mentira, todo está preparado para crear un ambiente y para que te vayas haciendo una idea que en el momento preciso la propia producción saltará por los aires para un happy ending o para un apocalipsis o para lo que convenga. Así, lo que parecía una rebelión de los humildes contra el poderoso, se acabó convirtiendo en una película de Frank Capra donde todos tenemos buenos sentimientos y quien parecía una cosa, resulta que era otra y todos nos damos la mano porque bueno, es que no sabía. Y el Pol, que en un momento nos pareció el héroe de la revolución, se transmuta al final en un buen tío que es capaz de rectificar. Nunca sabremos (los que somos de letras al menos), si su cambio de puntuación final propició que no ganara La Cuina de la Loli, que era lo que parecía que deseáramos todos tal y como transcurría el programa... o no. Es decir, también el programa se encargó de presentar a la Loli como buena cocinera pero como un poco jugadora, y claro, solo queremos a personas de corazón puro, sencillo, que vaya sin dobleces y en algunos tramos, sobre todo en un sorprendente tramo final, la Loli apareció como 'la jugadora' y Albert del Don Martín, que en un principio fue presentado como prepotente con su rollo de la terraza más grande finalmente aparece como un corazón de oro capaz de reconocer los méritos de los demás. Malditos medios de comunicación que nos llevan donde quieren y que nos hacen comulgar con desenlaces que no eran los que habíamos previsto. O deseado. Así, al final, después de recibir múltiples halagos y de vivir con tensión que esa música celestial que acompañaba la degustación de platos en la Loli no terminase con algún golpe de efecto raro y algo saliese mal. No sucedió. Todo bien. El camarero serio y profesional, el arroz estupendo, ella que es majísima. La Taverna Gaudir dando lo que tiene y lo que puede. Y el Perdut pues haciendo del caos también un atractivo. La selección de planos no es inocente, la discusión filmada, todo pesa para hacernos una imagen en nuestra cabecita. Al final gana la buena persona, el príncipe que se descubre al final que no era malvado, que era bueno y todos esperamos que se pase la fiebre para ir a reservar a la Cuina de la Loli y darle un abrazo. A la Gaudir ya fui ayer y no nos dimos un abrazo, comentamos, un par de bromas, las racholas, ya sabes. En Santa Coloma nos conocemos todos. 

lunes, 13 de enero de 2025

Alaska Revelada. Contra el olvido.


Lo primero que diré sobre el documental de Alaska es que uno espera que en un documental sobre un personaje que ha fundamentado su popularidad a partir de la música, se aproveche para hablar de música. Y de música se habla, pero no se habla. Se habla del mundo de la música en España, se habla de los personajes del círculo de Alaska durante la llamada Movida, pero no se habla de la música. Por entrar en materia, hecho de menos que se diga porqué aparece una canción como Bailando durante la época de Pegamoides, a qué se debe, quién la inspira, de dónde sacaron la inspiración. Desde el punk atolondrado de los Kaka de Lux hasta llegar a Fangoria, la evolución musical de los proyectos en los que participa Alaska no queda explicada, quizás porque lo que interesa es el personaje y no el contenido del personaje. Nos interesa saber de Alaska, saber más de Alaska, de su vida, de sus relaciones, de sus amistades, de ciertas opiniones sobre su vida, sus milagros, sus buenas y malas rachas. Nos interesa saber de ella y, sabiamente, obviar elementos que ya nos resultan repelentes como la figura de Mario Vaquerizo, que aparece en un discreto y serio segundo plano y solo al final del tercer episodio adquiere relevancia. Sabremos así cómo fue la infancia de Olvido Gara, sabremos de la influencia de su madre, de las vicisitudes de su nacimiento, de su físico, de la influencia de su abuela, de la no influencia de su padre (por cierto, refugiado político), de su formación, de sus conocimientos teóricos y la plasmación práctica, de sus complejos y de sus crisis, de sus depresiones, de sus operaciones estéticas, de sus amistades, de su relación con las drogas, de sus amores, de sus opiniones sobre el respeto y la diversidad, pero salvo en el segundo episodio en el que se habla explícitamente de su carrera musical, creo que me falta conocer algo más sobre su opinión sobre la música. Sobre su música. Sobre la música que ha interpretado, sobre sus pocas composiciones. Alaska, por ejemplo, nos deja sin saber cómo captaron que había que lanzarse a la música electrónica después de Dinarama para llevar a cabo Fangoria y todo parece fruto del azar, de algo que pasa, de supervivencia, pero sin dedicarnos unos minutos a saber porqué más allá de mostrar su regocijo cuando participan en un Sonar de hace mil años y ahí ven que sí, que han conectado con algo. Alaska es un personaje contradictorio, o mejor dicho, que evoca sentimientos encontrados. Recomiendo que antes de ver el documental escuchen la entrevista en Jenesaispop a la autora del libro sobre los pijos de España, porque retrata mucho de lo que aparece en el libro, aunque no se cite a Alaska durante la entrevista y sí algo de la Movida ya que esta se hizo meses antes. Alaska significaba una imagen de algo que nos llamaba la atención, rompedor, pero popular, excéntrico pero cercano, nos hizo compañía cuando niños en la Bola de Cristal (por cierto, qué poquito se habla en el docu de La Bola de Cristal y de cómo sirvió ese programa para popularizar su imagen y hacerla asumible y querida para millones de personas, sobre todo niños y niñas entre los cuales me incluyo, de la cual creo que sigue viviendo y que supongo que por asociarse demasiado a 'lo progre' de aquellos años se ha minimizado y eso ya dice mucho de todo), la creíamos de los nuestros, abanderada de reivindicaciones del colectivo LGTBI, pero. Pero, en los últimos tiempos su imagen se ha visto deteriorada. Excesivos flirteos y compadreos con la derecha madrileña han ensuciado su imagen. Magistral Jesús Ordovás cuando dice al hilo de esta polémica que ocupa el trecho final de la serie, que Alaska se ha equivocado y que, en un momento de polarización extrema, no ha calculado lo que debía hacer. Acto seguido es la propia Alaska la que dice que ella sabe bien dónde está y que es herencia del punk y que tal y cual. Pero el daño ya está hecho. Y sin embargo, ni siquiera ese coqueteo o conchabeo con la derecha absurda madrileña, me sirve para despreciar del todo a Alaska. Este documental, supongo que calculadamente estudiado para revisar en positivo una figura que saben que está manchada, nos sirve para recuperar todo un caudal de imágenes, de situaciones vitales, de músicas, de canciones, que están ahí y que nos cuesta separar de una persona con algunos 'oscuros' recientes que bueno bueno. Alaska, Olvido, habla de Alaska y de Olvido, de cómo ha conseguido convertir a Alaska en un referente para muchas cosas, en un espejo que ha interpretado las aspiraciones de tanta gente que ha creído que ser Alaska, salir en el Hola, tocar en el Rockola, era posible, y quedarse con la pasta, también.  Como apunte final, las canciones de Alaska, especialmente las de Fangoria, creo que conectan con un algo de mucha gente que, ya con una edad, no se resignan a dejar de ser y que a la misma vez, se resignan a ser parte de algo que ya no van ni ha transgredir, simplemente que van a disfrutar, a estar bien, a vivir la vida. La canción No quiero más dramas en mi vida, solo comedias entretenidas... me parece epítome de todo esto. Alaska con este documental se reconstruye, se reivindica, pero creo que pierde la ocasión de hacerlo, no desde lo meramente personal, sino desde lo que principalmente ha aportado o ha sido su fuente primera de popularidad, que es la música. Alaska no quieren que la recuerden como la tertuliana de Jiménez Losantos o como la esposa de Vaquerizo del que todo el mundo se ríe, quiere trascender como algo más serio y creo que tiene material como para poder hacerlo. No te olvidamos, Alaska. 

domingo, 29 de diciembre de 2024

Rockdelux, 40 años


La revista Rockdelux celebra su 40 aniversario y qué mejor manera de hacerlo que regalarnos, previo pago en kiosko, uno de esos especiales que tiene pinta que será repasado y repasado hasta aprenderlo casi de memoria como ha sucedido con otros especiales gloriosos editados. Si su especial 200 no te sirvió para hacerte con una guía musical de referencia o bien no descubriste que había muchísimos discos de grupos españoles que desconocías y que eran buenísimos con su especial 20 años, no sé de dónde has sacado las referencias musicales y prácticamente culturales en las que te mueves. Seguramente de otros sitios, de otras revistas, de otras emisoras. Rockdelux, Radio 3, los festivales, la filmoteca, ir de marcheta, esas cosas que hacíamos antes y que escuchábamos antes y que ya casi no hacemos. Rockdelux ya no se lee, en mi caso, por una pereza estúpida a registrarme o suscribirme, pero siempre que sacan algo en papel, sufro por si llego al kiosko y me lo han quitado, porque en Santa Coloma cada vez hay menos kioskos y sé que somos bastantes los que pugnamos por el número especial. Y llega el momento de comentar el contenido y lo haré desde el reconocimiento de que yo sí que comparto buena parte de esas referencias y de esos personajes que la revista considera como esenciales para entender estos cuarenta años transcurridos en la música, el cine, la literatura, etc. Pero también entiendo que se cometen algunas injusticias que, no siendo yo precisamente seguidor, creo que habrían merecido un criterio más benevolente aunque entendiendo que ya hay otras publicaciones y otros medios que exaltan hasta la saciedad los méritos de quien aquí no aparece. Me refiero por ejemplo al caso del Robe, epítome de una cierta escuela de rock entre urbano y poético que a mí me ha interesado siempre poco pero que entiendo que tiene una trascendencia para mucha gente, mucha en este país o bien alguien como Manolo García, al que tampoco tengo en estima en cuanto a su producción musical, pero sé que es una referencia casi generacional para mucha gente. Y no sé si lo serán en mayor o menor medida que personajes como Kiko Veneno o La Mala Rodríguez o Josele Santiago, pero me parece que es una ausencia y una elección muy particular que yo comparto, pero que señalo. Y así llevo varios días perdiéndome entre los perfiles más diversos y 'reservándome' leer los de aquellos que me parecen más trascendentales para mí, como por ejemplo el de Kurt Cobain que siempre es el primero que me sale cuando abro el especial. Y no serán tus referentes, pero siempre se puede descubrir algo nuevo o atreverte con algo o con alguien al que quizás has tenido más respeto o reconvención de lo necesario. Para acabar de hacer atractivo el número, se nos apunta el resumen del año en lo musical, cinematográfico y literario y uno ya ha asumido hace tiempo que no está ni se me espera y entre los que conoces y los que conoces pero no te hacen ni siquiera levantar el dedo meñique de la pierna derecha, pasas el listado musical sin entender casi nada. En cuanto a películas, vamos razonablemente bien y por lo que respecta a series pareciera que he dedicado el año a ver demasiada morralla que no destaca. Algunos comentarios por ejemplo a la elección como segunda peli del año la de Segundo premio (espera que lo acabo de coger, que es por lo de Segundo...), o bien Los Años Nuevos como una de las mejores series, quizás aquí porque retrata a un 'target' específico de la propia revista y se (nos) hayan sentido identificados con la misma. Tengo un colega. De los libros ni hablo porque ni siquiera he sabido encontrarlos cuando he ido a buscarlos. Cero. En fin, que siempre es un placer perder el tiempo leyendo, aprendiendo o reflexionando sobre qué es lo que consideramos culto, culturalmente consumible y recomendable. Y mientras estamos haciendo esto, no estamos haciéndonos daño con otras cosas. 

lunes, 16 de diciembre de 2024

Los Años Nuevos - Rodrigo Sorogoyen


Tengo un colega. Pocas series o películas de las que se han estrenado recientemente te dan pie de una manera tan clara a comentar el tema con el clásico 'pues yo tengo un colega'. Porque yo tengo un colega. Me he pasado la serie viendo a un colega que es una fotocopia del protagonista en todas sus encarnaciones. Con el pelo largo, con el pelo más corto, con el bigote, con el bigote y la barba. Incluso gestos. Incluso yo que sé. Es que era todo. Dicen que esta serie tiene la virtud de haber conectado con una generación pero es que yo tengo un colega. Un colega y supongo que muchas cosas más. Porque esta serie va de un tipo de peña que tiene ahora mismo diez años menos que yo, pero que podrían ser yo, o yo y mis colegas, mis colegas, los de antes, quizás también los de ahora, ese tipo de gente. Fiestas en casas, casas que cambian, colegas que parece que cambian pero que son los mismos, las movidas en el curro que son movidas en el curro que son movidas en el curro que son movidas en el curro. Las parejas, chico conoce chica, chica conoce chico, quedan, salen, se lían, no por este orden, están, no están, no tienen claro si están o no están, viven juntos, no lo saben, se lo dicen, no sé, tío, las cosas. Todo es una movida. Bien. Ahora bien. Pasan los años, no sabes, al final estarán jugando en el parque con la criatura. O a lo mejor ves venir al compadre solo con la criatura y no preguntas. Es un poco todo. Son diez episodios en los que te da tiempo a pensar un poco en todo. Un poco en el tipo de gente también. No sé si en el tipo de gente que somos, aunque sea gente más joven. Ese tipo de gente. El médico que no parece médico pero que es médico y que tiene padre poeta y tal. Gente que es como nosotros, esa gente universitaria que siempre parece que tiene menos años de los que debería tener o que tiene problemas que no sé si a otros se les plantea. No sé si se podría hacer la misma serie con un trabajador de una empresa filial de la Seat y una trabajadora que trabaja de administrativa en un polígono en Palau. No sé si se me entiende. Pero en definitiva, de lo que estamos hablando es de esta serie. Una serie dirigida por Rodrigo Sorogoyen que ya te da el beneficio de la duda, después de As Bestas o Antidisturbios, cómo no le vas a hacer caso. Se lo haces. Y aunque sabes que lo que estás viendo no está a esa altura, sabes que, a la larga, la serie te dejará un buen poso. Porque está bien, más allá de que a lo mejor por un tema generacional no te interese o incluso por un tema de clase fíjate lo que te estoy diciendo que piensas que al final estos son dos clase media y tú eres un proletario y no te están contando nada que te interese, yo que sé. Al final, la serie está bien. Los problemas de la clase media. Pero tengo un colega. Ojo, que la serie al final va de cómo estos dos muchachos van y vienen y por el camino se entretienen y no se mete en otros jardines aunque aparezcan así como muy de chaspi y lo intuyes. Pero lo que interesa es eso, estos dos. Los que les rodean y estos dos. Al final qué. Pues al final yo que sé, al final creo que el final debería ser lo menos importante, aunque el final está pensado para que sea importante o igual no. Es esta constante indefinición, diez años, diez nocheviejas y diez años nuevos dándole vueltas. Y no entraré en el tema musical, que aquí es donde la serie se define y es donde te señala con el dedo y te dice 'no, no eres tú, no va por ti, porque a ti esta música es que ni te va ni te viene', pero tengo un colega, tengo muchos colegas, es que he tenido muchos colegas que han hecho de esto una banda sonora de su vida, de su momento, de su tiempo, de su todo. Que yo no. Que un colega. 

jueves, 23 de mayo de 2024

¿Lo dijo?


Es decir, ¿lo que dijo es lo que tú me estás diciendo que dijo? Porque yo escucho lo que dijo e inmediatamente después de que tú me digas lo que dijo y yo no estoy entendiendo que dijera lo mismo que tú me dices. Será porque no quiero tampoco que lo que tú me dices que dijo sea lo que dijo e intento extraer de lo que dijo lo que a mí me interesa. Pero es que tú también estás llevando lo que dijo a donde te interesa a ti. Y claro, no sólo es que me digas lo que dijo, es que opinas sobre lo que dices que dijo. Y entonces, a ver, entonces yo ya me cabreo. Y es eso lo que buscas, que me enfade. Y me enfado y digo, no, no, no dijo eso que dices que dijo, se mantuvo firme en su posición inamovible y de manera férrea defenderemos lo que a todas luces nos ha situado en ese espacio en el que la gente te mira de esa manera que se mira a la gente que está un poquito de aquella manera. Y sé que mientras eso pasa, tú sonríes, porque ya me tienes donde querías. Manoteando en el aire, queriendo estar y estando en ese sitio, en ese córner, encerrado. Y sabes que dijo lo que dijo, y que quienes necesitan de un enemigo externo para cohesionar lo que está roto por dentro, utilizan lo que dijo y lo que tú les dices que dijo porque al final a todos os interesa que dijera lo que dijo o que lo insinuara o que lo apuntara o que ante la pregunta respondiera y como no os gusta, como no os gustamos y cielos, es eso, al final he acabado diciéndolo, es que no os gustamos y el plan es que no le gustemos a nadie, manoteando con los que están junto a nosotros en el rincón y diciendo, no, no, nosotros no somos como ellos. No lo dijo. 

martes, 29 de agosto de 2023

Periodismo deportivo


Volvamos al tema del periodismo. Cuando yo era chaval y no sabía qué quería hacer en la vida, me gustaba pensar que el periodismo era eso que yo veía en la tele, que escuchaba más bien, cuando escuchaba las retransmisiones deportivas. Campeonatos del mundo de atletismo, de gimnasia, de baloncesto, de natación, gente que conocía el juego, el deporte, a los deportistas, que tenía sus filias y sus fobias y que te hacían disfrutar de la retransmisión muchísimo más que si estuvieras en el campo, en el estadio, en el pabellón, donde se te escapan mil cosas. Escuchando disfrutabas y aprendías. Cuando quise ser algo, una de las cosas era ser eso. Cuando pude hacerlo, no lo hice, o no supe hacerlo, no lo sé. El caso es que esas figuras legendarias del periodismo deportivo, o de un cierto periodismo deportivo, van desapareciendo y quizás una de las últimas ha sido la icónica Paloma del Río, eterna, siempre presente en las retransmisiones de la gimnasia y representante de ese viejo estilo en el cual no primaba tanto el ardor patrio sino el espíritu crítico y divulgar lo que es el deporte más allá de dejarse llevar por el color de la bandera. El viejo estilo. Hoy el periodismo deportivo parece otra cosa. Y estos días, el periodismo deportivo está sufriendo una serie de revolcones que, esperemos, no queden en nada. Por lo pronto, el primer fin de semana post movida del mundial femenino, parece haber sido un impacto de profundidad para un cierto periodismo deportivo que pretendía dejar este tema en una anécdota y de repente han tenido que ponerse en modo Declaración Institucional. Como cuando ocurre algún hecho trascendental y de repente todo el mundo ha de acordar un mensaje de consenso para que nadie se quede atrás, esté muy o poco o demasiado de acuerdo o en contra. Se encuentra el tono común y palante. Pues un poco ha sucedido esto en estos últimos días. Se ha encontrado el tono para que posicionándose en el lado correcto, el show no deje de funcionar. Que al final es de lo que se trata. Se pone cara grave, se aplaude la decisión de los que se posicionan, pero de lo que se trata es de que la maquinaria continúe y minuto de juego y resultado y a comentar lo que el ojo no ve. Eso sí, la mácula sobre el periodismo deportivo, sobre el periodismo deportivo de máxima audiencia, va a ser difícil de quitar. A partir de ahora, cada vez que aparezca en televisión alguno de los cromañones que se pusieron bravos en las primeras horas, veremos si se mantienen o alguno tiene que pasar por la nevera. El papel de los y de las periodistas deportivas en estos tiempos será fundamental para que todo lo que ha pasado no caiga en saco roto. Perder voces como la de Paloma del Río, aunque estuvieran circunscritas a deportes minoritarios, significa perder una posición con personalidad para poder expresarla sin miedo a lo que pueda venir. Que el negocio continúe. Que la máquina no pare. Qué tiempos aquellos cuando éramos periodistas deportivos, cuando queríamos hacer una crónica del Extremeño - Arrabal como si fuéramos Segurola. No sé qué queríamos ser, no sé qué hubiéramos acabado siendo. Espero que no hubiéramos hecho todo eso que ahora estamos criticando. 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Crónica de un recuento. Vivir en la calle.


Son ya las doce de la noche, estamos en la Plaça Catalunya, una niña sube y baja por el tobogán, en el suelo a alguien, debe hacer unas cuantas horas, se le ha caído el contenido de un helado a pocos pasos de la papelera. Todavía están puestos los carteles electorales. En la calle Mossen Jacint Verdaguer un grupo de tres chicas y un chico van por la otra acera. El chico lanza un puñetazo al cartel con mi cara. Estamos haciendo el recuento de personas que están viviendo en la calle. Somos un grupo de cinco personas, pero somos unas 60 las que nos repartimos por toda la ciudad de Santa Coloma para participar en el cuarto recuento organizado por Ningú Sense Llar. La movida consiste en identificar cuánta gente está durmiendo en la calle, nada más. Recorrer las calles de la ciudad, todas, las bonitas y las otras, los parques, los descampados, los solares, las aceras, los portales, todo, para ver si hay alguien durmiendo en la calle. Vigilar también con los coches y las furgonetas, esas furgonetas que están ahí aparcadas y que las vemos y no las vemos. En realidad, nada de lo que vemos, lo estamos viendo realmente. Lo vemos, lo miramos, pero no está ahí. Solo está el sitio al que vamos y el ambiente que respiramos, el resto de cosas no están realmente. No nos interesan, no tenemos tiempo de verlas, no son nuestro problema. Prácticamente nada es nuestro problema. Nuestro problema es estar a la hora en el sitio indicado, cumplir con lo que tenemos que hacer y volvernos a casas, a nuestra hora. Nuestra hora, nuestro mundo, nuestras cosas, nuestra mirada sobre ellas. Lo nuestro. Un problema que no es nuestro. Unas 60 personas nos encontramos en el Rialles, cenamos un bocadillo, nos repartimos por las calles, vamos paseando, anotamos, vigilamos, comentamos si hay más gente que otros años. Yo no puedo parar de pensar en que hay algo en la vida, un momento, un error, una obsesión, un desvío, no saber o no poder, no tener o yo que sé, algo en la vida que un día te sitúa ahí y entonces qué. Y que esa persona a la que no te quieres encontrar durmiendo en el cajero de delante del Mercat Sagarra, no eres tú. No eres tú, pero un día, algo, lo que sea, puede pasar. Vamos caminando por el barrio de Can Mariner. En la plça Xavier Valls unos hombres se están fumando un cigarro en un banco y los Mossos d'Esquadra se paran para tomarles la identificación. Nosotros estamos ahí y no pasa nada. Por las calles aún hay gente disfrutando de una noche de mayo en la que ya hace calor y se está divino en las terrazas. Santa Coloma tiene ese ambiente. Gente en la calle, gente paseando, gente vigilando a la niña que no se caiga del tobogán, gente que come pizzas en los bancos de la calle, gente que cierra las cortinillas de la furgoneta para poder dormir algo. Hay 28 personas en la calle, las mismas que cuando la pandemia dejó las secuelas que dejó. Las vemos, algunas veces las vemos, algunas otras no las vemos, tomamos nota, lo denunciamos, volveremos el año que viene.  

miércoles, 24 de mayo de 2023

Crónica de la campaña electoral en Santa Coloma. La foto.


Es que en esa foto no eres tú. En esa foto estás como puesto, como que estás demasiado rígido. Es que no te han sacado bien a la foto. Ayer hubo carpa en la plaça Catalunya y una señora se sentó en el murete que separa la plaça de la Avinguda Generalitat. Le ofrecí el material que repartimos y me dijo que no lo quería, que ella no votaba. Muy bien. La señora siguió sentada justo a mi lado mientras yo iba repartiendo. Yo iba hablando con la gente y la señora seguía allí sentada. En un momento otra compañera le volvió a ofrecer material y volvió a decir que no votaba. Y me dijo que no votaba porque daba igual, yo le dije que no, mujer, que no da igual, que votar importa y que no es lo mismo uno que otro. Por ejemplo, le dije, la residencia para gente mayor, dará lo mismo o no quién mande si uno la hace o el otro no la hace y me dijo que a ver, claro, que en ese caso sí. Pues en ese caso como en otros casos, pues claro que importa quien esté gobernando o no. Volví a repartir y al cabo de un rato me dice, no sales bien en la foto. Habíamos encartelado el pirulí y supongo que veía también el folleto y me dice que no salgo bien en la foto. Bueno, le digo, la verdad es que yo no me veo bien en ninguna foto, no, me vuelve a decir, es que no sales como eres tú, tú eres más desenfadado y ahí sales muy poco natural. La foto, qué imagen das, quién eres. Yo pensaba, claro, la gente que no me conoce ve la foto y le da igual y es la gente que me conoce la que dice que la foto no le gusta porque no salgo como soy yo, que soy un cascabelito. Pero no, incluso sin conocerme o conociéndome un segundo, la gente dice que la foto, que el de la foto no soy yo, que yo soy de otra manera. El caso es que yo en todas las fotos me voy viendo más o menos igual, con la misma expresión facial, que quizás no es la mejor, pero es mi cara de foto. Cara sonriente con la boca apretada. Morro apretado. Bigotarro. Así en todas las fotos. Hay quien piensa que en otras fotos sales natural, será porque no me he dado cuenta de que me hacen la foto. Podríamos hablar de otras fotos. Las fotos neutras de quien busca dar una imagen formal y sin mucho que decir más que es una persona normal como tú y como él y que bueno ahí está. Está quien parece venir de una excursión en grupo. Está quien parece pues lo que ya todo el mundo ha visto y ha comentado y no voy a seguir abundando en el tema porque es más que evidente y se presta a todo tipo de chanzas y yo no, bajo ningún concepto voy a caer en ello aunque ya haya caído y ahora me sabe mal porque tal. Y hay quien intenta poner la misma foto de cuando tenía 35 años y lo adorna además con imágenes en movimiento y yo ya no tengo 35 años. Yo, al menos, no. La foto, tiene su importancia porque es lo que todo el mundo va a ver y va a pasar que te van a juzgar por la imagen, la visual, la referencia primera, entrar por la vista. Por la vista. Quedan tres días para que concluya la campaña electoral, hoy he ido a una emisora de radio a que me entrevistaran como candidato. Yo, el entrevistado, cuando casi siempre he sido el entrevistador. Creo que he salido bien parado de la entrevista, me enrollo, contesto, voy deprisa, hablo demasiado, he tenido las manos debajo de la mesa para no dar golpes encima de la mesa, todo muy bien. He esprintado al final con respuestas más cortas ya que el tiempo se agotaba. El tiempo en la radio no se acaba, se agota. Y al final tocaba despedirse y he sido yo el que les ha recordado que la foto. 

La foto. 

lunes, 8 de mayo de 2023

Sálvame ha muerto. Viva Sálvame


La televisión aliena a las masas. Los contenidos que nos ofrece la televisión, como la gran mayoría de medios de comunicación, menos los que yo veo, nos meten en la cabeza una idea del mundo que siempre favorece el inmovilismo, el conformismo, atizan el odio contra el otro, crean ídolos ficticios, están pensados para vender y hacernos consumir, nos lavan el cerebro y son una amenaza. Los periodistas, como yo, no somos más que herramientas de un sistema que controla todos y cada uno de los resortes del pensamiento humano. La televisión ya no es que no sea cultura, es que tendríamos que eliminar la televisión o dejar únicamente contenidos culturales o de divulgación de una serie de valores que enriquecieran nuestro espíritu. 

Telecinco ha decidido cancelar el Sálvame para dar paso a una reestructuración de la programación que todo el mundo lee como una manera de sellar la difusión de contenidos progresistas en su cadena para apretar las tuercas a la población de cara a las elecciones generales, donde esta cadena de origen italiano tifa por la derecha y la ultraderecha. Cambiar a Jorge Javier Vázquez por Ana Rosa Quintana para las tardes. 

No hagan caso del primer párrafo del texto. Hagan caso de este tercer párrafo del texto. Sálvame es televisión comercial. Comercial con el objeto de alcanzar una audiencia masiva proponiendo todo tipo de contenido que se sabe que engancha con la población. Desde el cotilleo, a la trifulca, a la vida de famosos, la creación de los propios famosos por parte del propio programa y algo que me enseñaron en la facultad y que tiene todo el sentido del mundo. 

El público ya no es algo ajeno a la creación del programa. Aunque sea mentira. El emisor ya no es alguien docto, culto, que sabe y que ofrece contenidos de calidad a una masa que espera que la eduquen. El tema es que eso cambia y da la impresión de que es el emisor quien hace los contenidos. y así nos encontramos con tertulianos que hablan como nosotros, que chillan, insultan, se levantan y se van, lloran, se abrazan, se reconcilian, se vuelven a pelear, gritan, como usted y como yo, oiga. Y eso es la tele. El tema es. ¿Y con eso lo estamos haciendo mal? 

Jorge Javier Vázquez, nacido en Badalona y de familia de izquierdas, siempre recuerda los murales del PSUC en su barrio ha conseguido introducir en un programa de altísima audiencia conceptos como los derechos para el colectivo LGTBI, feminismo, que parece que están normalizados como... pero no, para nada. Y ahí lo hemos tenido, durante años, sin esconderse, sin camuflar nada, con sus altos y sus bajos, y con máximas audiencias. El conflicto entre el sensacionalismo, lo popular, lo masivo y lo que aliena a las masas. 

Habrá quien diga que bueno, que se cambia mocos por babas. Pero en realidad, perdemos. No era lo mismo el Sálvame que otros programas. Un formato que se ha querido exportar a otros ámbitos, como el futbolístico, con los Chiringuitos y demás. Usted mismo podría ser tertuliano. No se engañe, todo es mentira. Pero es una mentira que nos gusta. 

Ahora a ver con qué nos entretenemos.  

viernes, 28 de abril de 2023

Crónica del #PleGramenet de Abril. Piquis.


Todos me preguntan y yo les respondo. Antes, antes, cuando había personas con aquel donaire y aquella forma de ser y de estar, cuando había hombres que se vestían por los pies y que no descuidaban ni un solo detalle de su indumentaria. Antes, cuando te peinabas para atrás y mantenías la frente despejada y la mirada clara ante lo que pudiera venir. Tú ya estabas dispuesto y bien vestido, tú ya estabas calzado y provisto de los pertrechos necesarios para una buena contienda política. Un buen enfrentamiento, un gran debate, un intercambio de pareceres, una refriega dialéctica. Todo aquello. Esos eran otros tiempos, pero esos tiempos, ay, esos tiempos pasaron. Y hoy tenemos la invasión de los calcetines piquis, de los calcetines invisibles, del tobillo visto, de la muestra impúdica de las carnes mondas y lirondas de nuestros concejales que piensan que son sus tobillos y no sus ideas lo que nos interesan, no. No y no. No son tus tobillos, no son ellos los protagonistas del pleno, los plenos municipales son el espacio en el que se ponen encima los proyectos y perspectivas de la ciudad y en el que la alcaldesa Núria Parlon reparte una ensalada de tortas dialécticas a quien no está al loro. Eso es un pleno municipal, a eso hemos llegado. ¿Han visto la peli esa en la que el protagonista guapo de The Office y Emily Blunt tienen que estar callados porque hay unos extraterrestres que si escuchan algo te hacen picadillo? Pues eso es un poco un pleno municipal en Santa Coloma. El truco no está en callarse, claro, el truco está en tener algo de cara y ojos a la hora de hacer una crítica y manejar el tono. Me dirás, claro, lo que pasa es que vosotros no decís nada y estáis al servicio de los socialistas. Claro. Sigue leyendo y construyendo tu mundo de asaltacortijos en el aire. Claro. Continúa. El truco está en tener un argumentario que no consista en pensar que en Santa Coloma somos idiotas y que hay un ente exterior, bien preparado y formado y técnicamente muy dotado, que está jugando a la política para llevar a los colomenses a una tierra prometida en la que todo el mundo estará pendiente de un Departament de la Gene para ver qué saca. Chaqueta puesta y pídeme lo que quieras, que ahora el nuevo cortijero soy yo. Claro, ante eso, la alcaldesa saca el bate de béisbol y descabeza a propios y extraños, sobre todo extraños, que se extrañan de que su alumbramiento a la masa no sea respondido de una manera claudicante. Es difícil entender Santa Coloma, es complicado saber porqué Santa Coloma, si todo el mundo lo sabe, reincide en el error. Porque puede ser que mucha gente, esa gente, piense que nada de esto fue un error. Yo quería que nos pasara y tú, lo dejaste pasar. Este último pleno ha sido el último pleno de esta legislatura en el que demostrar el porqué de tu fichaje. Hemos visto intervenciones apasionadas, hemos visto balbuceos históricos, hemos visto la risa nerviosa de quien se toma esto como un juego de representación, hemos visto adular a quien ya porta en la cabeza la corona de mártir, hemos visto cómo el PSC se gusta y hemos visto cómo el PSC no se cansa. Hemos visto cómo el PSC te engaña. Hemos visto cómo el PSC te confunde. Claro, ellos no tienen los cursos de formación que tú tienes, claro, ellos no saben tanto como tú de compol, claro, ellos son así como, cómo decirlo, ellos es que no son, pero ellos están ahí y tú estás aquí, siempre, y si no lo entiendes, te lo hacen entender. Ellos no son como tú, ellos no son como yo, pero ellos son de aquí y se conocen esto y saben de que va el negocio. Ellos pueden ir sin calcetines porque saben que lo que importa no son las chaquetas, sino el fondo de la cuestión. Y en ese fondo de la cuestión, de ese fondo de la cuestión, es del que debemos escapar. Escapemos de ese debate que despierta a la bestia y que nos hace después titubear, balbucear, parecer noqueados. Escapemos de eso. Mantengamos el decoro y no dejemos la mano floja al saludar. Que luego todo el mundo lo comenta. Escapemos de la imitación. Escapemos del contrapoder, de la emulación de una corte paralela. La corte de los milagros. Antes, antes de todo esto, todo esto eran viñas, y de entre esas viñas han surgido estos bonitos bloques de pisos que tenemos aquí y aquí en esos bloques vive gente y este pleno municipal vieron el pleno 45 personas. Y es el último pleno. Y en este pleno tuve un momento que me recordó a aquellos plenos en los que las intervenciones de Diego Arroyo te sumían en una espiral psicodélica de ensoñaciones mágicas y viajes a paraísos inventados. No sé, no recuerdo, qué intervención fue la que me provocó todo eso. Pero por un instante volví a revivir aquellos momentos. Momentos que no volverán. El último pleno de esta legislatura significó mucho porque fue el último pleno de mi compañero Jesús pero no el de mi compañera Clari, que seguro que tendrá más plenos. El Jesús, una vez completado su proceso de formación, ahora volará libre por esos campos del diablo, pero mientras tanto, llevó a cabo un pleno ejemplar. Unos plenos ejemplares. Colocando el mensaje que hay que colocar, el de una administración socialista muy mejorable, que se salva por la buena acción de los y la trabajadoras de cada ámbito pero que desde arriba ni avanza, ni mejora, ni deja avanzar, ni deja mejorar. Una administración socialista que se queda con que es la administración socialista y con eso tiene suficiente. Una manera de gobernar que está a la defensiva desde el minuto uno después de ganar las elecciones y que a base de cafés y de aparecer como si en esta ciudad no estuviese todo controlado hasta el último bolígrafo, ellos no estaban al tanto. Una manera de gobernar en la que no se escucha sino que se apacigua, una manera de hacer en la que el ruido despierta a la maquinaria pero no para solucionar el tema sino para desviarlo. Qué pasará con el Institut Nou, no lo sabemos porque claro, nos hemos metido a prometer cosas en Can Zam y ahora tenemos un problema. Pues no haber prometido cosas en Can Zam si tu objetivo era el del Institut Nou. Pero claro, ellos que iban a saber, si solo están gobernando la ciudad desde hace... 

Una pregunta ¿cuánto tiempo hace que gobierna con mayoría absoluta el PSC? Y ¿Cuánto tiempo hace que esto nos parece normal? ¿No estaría bien que hubiera otra mayoría? ¿Otra manera de hacer?

Las crónicas de los plenos. Los medios de comunicación locales nunca se han interesado por los plenos. Los partidos políticos comenzaron a hacer crónicas de los plenos pero se dieron cuenta de que era un esfuerzo inútil. Si estamos hablando de esfuerzos inútiles, de victorias pírricas, del gol del cojo, estamos hablando de mí. Las crónicas de los plenos. No me he enterado bien de lo que ha votado. Los micrófonos. Qué calor. Qué es ese ruido fuera. No les dejan subir. No mires a los ojos de la gente, que me dan miedo, siempre mienten. No salgas a la calle cuando hay gente. Y si no vuelves. Y si te pierdes. 

Sigamos. Pero no sigamos mucho rato que esto luego queda largo y ya la gente no tiene paciencia. No fue el último pleno de todo el mundo, tampoco de los de Ciudadanos que, inasequibles al desaliento, han seguido luchando como los japoneses perdidos en una isla sin saber que la guerra se acabó. La política no es un juego. La política son personas. We care about people. Si perdemos esto, lo perdemos todo. En esta legislatura, extraña, rara, interrumpida, se ha perdido esta perspectiva. Las personas son personas, seres humanos, con sus sentimientos, sus vidas, sus intereses, sus familias, sus pensiones, su trabajo, su manera de vivir. Las personas de Santa Coloma somos tan personas como cualquiera y tenemos esas cosas que hay que cuidar. Elementos indisociables de una comunidad. Personas. Sentimientos. Vidas destruídas. Calcetines piquis que te dejan ver los tobillos. Esta ciudad está llena de personas y de plantas que crecen en los sitios más insospechados y de Bloques de pisos que alojan a personas y plantas y animales y perros que pasean con sus dueños y se cruzan unos con otros y se ladran. Los perros a veces llevan calcetines. 

Este es el último pleno de esta legislatura. No sé cuántos plenos y cuántas legislaturas llevo escribiendo sobre plenos y legislaturas y calcetines. He visto todo tipo de calcetines. He visto calcetines que no creeríais. He visto calcetines ardiendo más allá de Orion. A veces, te miro y pienso en tobillos y no hago mucho ruido por si la alcaldesa me alecciona. Y a veces pienso en todo lo que has preparado y lo bien estudiado que lo tienes y lo poco que me importa. A veces creo que te voy a encontrar en el Termes, o comprando en el Lidl de Dr Pages, pero luego me doy cuenta de que es mentira. Es el último pleno de esta legislatura. Un candidato serio no debería escribir estas cosas. Soy el candidato de En Comú Podem en Santa Coloma. Uno espera otra cosa. Pero es esta cosa. Llevo unos calcetines verde fosforito. Mantengo el decoro. Un abrazo y si nos vemos por ahí saluden, que no cuesta nada. 

viernes, 13 de enero de 2023

Nostalgia de Rock'n'roll


Ayer se murió Jeff Beck. Jeff Beck fue un guitarrista de rock. Sus dos primeros discos con The Jeff Beck Group son muy buenos, en ellos cantaba Rod Steward y tocaba el bajo Ron Wood. Antes había tocado en The Yardbirds, donde sustituyó a Eric Clapton. Después de The Jeff Beck Group, pudo haber entrado a tocar con los Rolling Stones, también con Pink Floyd. Justo después de The Jeff Beck Group surge Led Zeppelin que, con una fórmula casi igual, consigue un éxito planetario. Luego miles de colaboraciones, discos en solitario, un guitarrista para guitarristas, una leyenda. Uno de esos 'el mejor'. Pero se murió ayer. Justo cuando a Shakira y el tal Bzrp se les ocurre sacar una nueva canción, en la que la colombiana lanza un ataque desmedido contra su ex marido, el ex futbolista ex Gerard ex Piqué. Y ya es la tercera canción que la colombiana dedica a esta persona. Tres canciones ya. Sin duda un exceso de canciones de despecho y de rabia que bien pudiera haber dedicado a otras cosas, como cantarle a su tierra, al amor de sus hijos, a la fuerza que le da Dios para afrontar nuevos retos, al propósito de ser mejor persona. Pero no, tres canciones ya a esto. Y qué tres canciones. Y qué les voy a decir de la música así en general. Ya no hay rock. El rock, un tío cogiendo la guitarra y haciendo raca raca y punteos de vez en cuando pero sin pasarse porque si no eres un brasas y no molan los brasas salvo si eres bueno porque lo dice la revista tal de rock y entonces aprecias, rock, un tío agarrando el micro y soltándose ahí derramando carácter, carisma, actitud. Actitud Rock. Se acabó, ya no hay de eso y ahora solo es un fulano que ni mira a cámara, que ni sé qué cara tiene, ahí sentado con las gafas de sol y a su lado Shakira o un pavo que se llama Quevedo o un Residente o yo que sé cantan en un idioma que no se entiende y siempre parece que es la misma canción. Todo programado, en su habitación, como el que hace un powerpoint. Toda la música se puede hacer ya hoy desde el mismo ordenador portátil desde el que estoy escribiendo. La música es ya una mentira gigantesca. ¿Una banda de rock? ¿Una banda? Tres o cuatro o cinco pavos ahí dándole a sus instrumentos. Eso que parece que es lo que tiene que ser, lo normal, todo eso ya es una cosa de ciencia ficción. Ahora toda la música se hace como el que manda un mail. No hay espíritu, no hay fuerza, no hay sangre en las venas. Como si fuera una infección, incluso los grupos de rock han ido perdiendo su esencia buscando siempre 'lo electrónico' y perdiendo cada vez más esa naturalidad, ese aquí estamos y con esto vamos. Ayer Shakira hizo así y eclipsó no solo a Jeff Beck, es que volvió a poner de manifiesto que la música ha muerto. ¿Dónde están los discos de Rolling Stones, de Bob Dylan, de los grandes? Discos hechos de verdad, discos con canciones que salen de dentro, con respeto a las músicas que se hacían antes, con referencias, con corazón. Nostalgia de ese rock, de esa actitud, de esa música de verdad que ya solo hacen cuatro o cinco leyendas y que van cayendo poco a poco. La música se muere y queda en manos de gente que canta letras incomprensibles, que no sabe tocar, que solo sabe mover el culo, que solo enseña coches caros y parecen todos macarras de barrio. Y yo pienso que estamos en un tiempo de decadencia total y que ya no tiene arreglo. Voy a ver si la estufa sigue encendida que me ha entrado frío en las piernas y me voy a hacer una infusión y a ver si queda un mantecado y me como medio. Y me voy a poner un disco de Neil Young para escuchar música de verdad. 

martes, 20 de diciembre de 2022

Crónica del Coco de Cocotevá desde dentro. Liberado.


Una llamada. Supongo que Xavi Villena, director, intenso director de Cocotevá, te llama un día para dos cosas y una de las cosas es proponerte salir en el próximo Coco. Yo creo que, después de tanto tiempo mendigando atención, quizás ya había el llegado el momento de darme la oportunidad. Tantos años arrastrándome mediante unos textos melindrosos, patatiles, buscando cariñito, finalmente, de alguna manera, pusieron en un brete al director que seguro que tendría una larga cola de aspirantes a estrellas invitadas y que al final le llevaron a concederme esta oportunidad. Una oportunidad que no es cualquiera oportunidad. La oportunidad era cantar 'Libérate', de El Titi. No es una canción sencilla tanto por el motivo como por la propia composición. Copla monumental, no es mi registro (si es que tengo registro), ni mi tono y mucho menos mi género. Pero no era cuestión de cuestionar nada y acepté sin pestañear. Por supuesto que puedo salir a cantar. Es más, quiero salir a cantar. Con un ensayo previo y pretendiendo memorizar mentalmente la canción sin consultar tampoco en demasía el vídeo para no condicionar mi propia actuación (¿?) ahí que me planto a las cuatro y media de la tarde en el teatre Sagarra. 

El vestuario es ya un hervidero y los actores y actrices de la compañía están ya ultimando vestidos y maquillajes. Yo me hago el longui un poco en el rincón y pregunto como si tal, cuál es mi vestido. Mi traje es uno naranja, uno que no sé ni cómo se pone. Mi primer intento de ponérmelo es mal. El segundo, asistido, es regular. Finalmente tiene que venir el propio Villena a ponérmelo porque no sé ni estar de pie. De hecho uno de mis mayores temores durante todo el espectáculo fue caerme, tropezarme con la cola y caerme. Y que no veía nada. 

Me quité las gafas al vestirme y ya no me las volví a poner hasta las diez de la noche que terminó todo el sarao. Sin gafas y a lo loco. Así que esta crónica tiene una razón de ser aún más empalagosa que en otras ocasiones. Porque en otras ocasiones uno evalúa, aunque fuera cargando las tintas a favor de la compañía, el espectáculo, las interpretaciones, los números musicales, aquel cantó esto, este cuando dice lo de los bocadillos, el dueto de las dos con los vestuarios, la intro del Kike Hita con que nos vamos a Santiago de Compostela, todo eso. Todo eso. Todo eso pero borroso. No veía las caras de la gente mientras se pasaban la muñeca hinchable, no veía las caras de la gente cuando veían pasar a la gran Alós por entre el público, no veía las caras de la gente cuando la impresionante Ponxi Dávila daba su recital de todos los años interpretando a la Reme y cantando María de las Mercedes, no veía las caras cuando Hugo hace su imitación o reinterpretación del Soy Minero de Antonio Molina... tantas cosas que no ví.

Pero vi otras entre bambalinas, como es el esfuerzo que hace una compañía amateur, de personas como usted y como yo oiga, para hacerlo todo como tiene que hacerse, con el máximo esmero y todo el mimo del mundo para ofrecer lo que cada año espera la gente. Eso que parece que sale así a lo loco, sin orden ni concierto, sin ton ni son, pues ya sabemos que no, pero necesitamos que nos enseñen las bambalinas para saber que detrás hay una gente que se lo está tomando muy en serio. Y que se lo está pasando bien. Y que te cuidan, ojo. Porque eso de aparecer ahí en plan, ya estamos trayendo al notas de turno que quiere salir a escena a hacer su numerito y claro, claro, claro, muy bien todo, pero a ver si dejamos de ser la casa de tócame roque y ponemos en escena no al primero que pasa sino... es que perdonen una cosa, es que yo puedo decir que he compartido escenario con Víctor Guerrero, que mi madre me contaba cuando iban con mi padrino por Navidad y salían por ahí y se iban a la Barceloneta y me hablaban del Víctor Guerrero que era guapísimo y súper divertido y fíjate que dos mil siglos después viene Víctor Guerrero y me dice que he asesinado a El Titi. Y me lo tomo bien, porque no se trataba de emular a Rafael Conde, sino que uno lo hace como sabe, y solo lo sabe hacer así. Al menos me dijo que no desafinaba, que ya es un cumplido. Que no los regalan. 

250 personas en la puerta esperando para entrar y mi madre con la entrada se quedó sin venir porque yo que sé, porque de tan sorpresa que iba a ser, mi madre se hizo la longui y prefirió quedarse en casa. Y se perdió lo que se perdió. Se perdió ver la actuación con el teatro medio vacío del gran Adrián Amaya, que incluso ante poco público mostró una profesionalidad y cuidado por su trabajo que no parece que se entienda fácilmente desde fuera. Los invitados que junto con Víctor Guerrero fueron animando el cotarro antes de que la obra se pusiera en marcha ya con un teatro abarrotadísimo de gente y que iba con ganas de marcha después de...

Y la foto que ilustra esto, pues debe tener relación con las teorías del doctor Almayr y cómo puede ser que sin las gafas puestas las fotos salgan también miopes.

Oigan, no esperarían una crónica así como si hubiera estado pendiente de las cosas ¿no? Sin las gafas puestas y tarareando todo el rato en mi cabeza la canción, Libérate, que se me mezclaba con la de Campanera y con el Soy Minero, cosa que ya me estaba pasando los últimos días. Libérate, ser sexual no es un delito, en la calle lanza el grito. Una canción histórica de la reivindicación cañí del movimiento lgtbi cuando no había tantas siglas y la cosas eran de otra manera en la que o lo hacías tan exagerado que ibas directamente al cajón de lo grotesco y allí podrías vivir cómodamente. La verdad, los dilemas sobre si cantar esta canción o no, desaparecieron pronto. Lo importante es participar, y sobre todo, la oportunidad de ser, durante unas cuantas horas, parte (aunque sin molestar mucho) de una compañía que siempre ha sido objeto de mi admiración. La Dávila (a la que si antes ya amaba locamente, después de ser mi maquilladora pues yo que sé qué puedo decir, entregado), la Alós, la Villena, la increíble Andrea, los boys, el tremendo Alex Mas, la Meneses una profesional como la copa de un pino, la Xesca Robles y su monólogo del vestuario con el otro chico que siempre lo veo por mi calle y que nos saludamos y eso y ahora ya nos hemos visto en calzoncillos..., todos ellos y ellas.

Y especialmente a Xavi Villena, un agradecimiento porque no es fácil templarse y dirigir y estar pendiente de todo y hacerte sentir cómodo en momentos donde los nervios están a flor de piel y la responsabilidad de poner en marcha una vez más y van diez una fantasía como este Coco, lo merecen. 

El caso es que ahí estaba yo, con el casquete puesto durante horas sin querer quitármelo como un niño al que le dicen que todavía falta mucho y tú dices, ya, falta, pero yo ya estoy metido en esto y no me lo voy a quitar. Con la media de rejilla que he descubierto que da más calor de lo que parece. Con ese batón que era de Víctor Guerrero, lo he dicho antes ya, creo. Y salir a repartir bocadillos y poder decir barbaridades con la bandeja en la mano y descubrirte que te falta un puntito de gracia para hacerlo, pero yo creo que lo puedo ir puliendo... 

Me lo pasé genial y al parecer la gente también se lo pasó igual, sino conmigo sí de mí. Y eso es lo que cuenta. El año que viene, cuando llegue noviembre miraré el móvil con cierto... pero no me quiero obsesionar tampoco. 

martes, 22 de noviembre de 2022

Agenda Setting


Pasado el tema de actualidad de ayer, ¿de qué hablamos hoy? Se nos han pasado algunos temas a lo largo de la semana porque hay días en los que no está uno para hablar de nada o porque le da miedo hablar de algo o porque lo que tiene que decir es excesivamente poco amable como para irlo pregonando o porque no tiene interés y se refugia uno en las frikadas habituales para tirar balones fuera, andarse por las ramas, no entrar en el tema. Ha habido algunos temas, pero no he querido hablar de ellos. Lo habréis notado. Temas que me obligarían a posicionarme de una manera que no me interesa. Ahora no me interesa. Ahora. Claro, ahora ya no soy el mismo, ahora soy otra persona. Diferente a la persona que era hace unas semanas. Ahora debería mirarme bien qué temas son los que puedo tratar y qué temas son los que debo dejar a un lado, para no meterme en ningún charco y no asustar ningún nicho de público. Ahora me debo a mi público. Siempre me he debido a mi público pero ahora debo saber bien qué temas elegir. Podría hablar de temas blancos. Blancos como el arroz. Blancos como los sacos de arroz que las agencias humanitarias reparten cuando llegan a países que están atravesando momentos duros, guerras, hambrunas, catástrofes naturales, consecuencias del capitalismo atroz que convierte todo eso en algo peor cuando eres un país pobre. Arroz, sacos de arroz, camiones que llegan a un sitio con alimentos y la gente se agolpa para poder coger algo que llevarse a la boca. Miramos las imágenes y nos sentimos mal. No sé quién se puede sentir bien. Temas para introducir en la agenda, temas para provocar un debate, reaccionar a debates que se llevan a cabo en otros puntos y en los que quieres interceder. De qué puedo hablar yo. Qué tema puedo colocar en la agenda. Creo que ahí me habéis pillado. Como soy de Santa Coloma se me tendrán que ocurrir temas colomenses que conviertan este espacio en un lugar de referencia para quienes quieran enterarse de cosas sobre mi cuidad. Error. Ya es tarde para eso. Temas de los que se está hablando ahora en mi ciudad, dejando a un lado a Mafalda. Temas. Fiestas, festivales, equipamientos, inversiones, agenda, omnipresencia, ubicuidad, utilidad, medallas, sanidad, frío, oscuridad, candidaturas, calles, parques, el mundial. No he dicho nada todavía del mundial. No estoy diciendo nada de casi nada. 

jueves, 27 de octubre de 2022

El crítico - Juan Zavala, Javier Morales Pérez


¿He querido ser yo alguna vez periodista? ¿He conseguido ser yo periodista alguna vez? ¿Qué es ser periodista? ¿He tenido yo una historia como la de Carlos Boyero? ¿He conocido a toda esa gente? ¿He construido alguna vez un personaje superior al texto que escribo? ¿He creído alguna vez que soy un personaje? ¿He pasado noches o sobremesas de whisky, tabaco y conversaciones sobre cine y las cosas del cine o la música o el jazz o los dilemas de la vida cultural o las incomodidades o comodidades de los hoteles que he visitado, las mujeres que...? Realmente, ¿qué es lo que nos cuenta el documental El crítico sobre la figura de Carlos Boyero?

Un documental sobre la figura de uno de los críticos más conocidos del país, asociado a una época de nuestra historia cultural que ahora mismo parece tan lejana. Viendo las imágenes de este documental y lo que representa, se da cuenta uno de que ya tiene una edad, de que la edad que tiene debería tenerle en otro sitio, todavía creo que soy joven y no lo soy, porque yo... Yo. El crítico que hace sus críticas contándose a él mismo, su movida, sus historias, sus manías, sus tics, su construcción de un personaje que vive en su propia película. Un modelo, fotografías, poses, despreocupación, bohemia, he pasado por mucho, he vivido tanto, no soy de este mundo, no tengo móvil, no nos interesan las cosas modernas que pasan todos los días, la Cadena Ser, Canal Plus, El País, una cenita con Oti Rodríguez Marchante lamentándose de que, ay, no han podido con una botella de vino.

Periodistas hablándose de sí mismos. Periodistas de una época, esa época gloriosa de los años ochenta, cuando estábamos viviendo ese país nuevo, moderno, europeo, festivales de cine, noches de bohemia, construyendo un mundo como el que veíamos en las pantallas del cine que les gustaba tanto, ese país, el mejor de los mundos posibles. Periodistas que miran ese mundo y le quitan el velo al mito, en realidad ese tiempo ya ha pasado, aunque se quiera vivir en la ficción de que todo consiste en eso, en construir ese mundo de las películas, donde siempre eres Humphrey Bogart y la chica más guapa se viene contigo porque nena nosequé. El crítico y Carlos Boyero y aquel tiempo en el que esperabas el diario en papel para leer a los críticos o periodistas que te gustaban, si es que te gustaban, porque igual no te gustaban, pero reconocías que ese escribir así como si no hubiera normas, como si todo lo que te enseñaban en la facultad en realidad no sirviera para nada, porque Carlos Boyero hacía un poco lo que le daba la gana. Qué tiempos aquellos. Qué daño.

Periodistas comentándose la jugada, nuestro cine, la industria, ese mundo de periodistas en la redacción como un mundo aparte, personas elegidas que saben de qué va el mundo, directores, redactores jefe, jefes de sección, el mundo en sus manos, la vida cultural y política, te pongo o te quito, quiero tenerte y me voy contigo, ole. 

En el documental, tienes razón, hay colegueo, pero también hay una voluntad no sé si involuntaria, de señalar que ese mundo fue artificial, que eso no era el mundo, y que ese mundo ya no existe. Existe otro, que posiblemente sea igual de irreal que aquel. Pero yo ya no me entero. 

jueves, 29 de septiembre de 2022

The Brian Jonestown Massacre en la Sala Apolo. Lisérgico y discontinuo.


 Con esa foto podría ser cualquier cosa. Pero son The Brian Jonestown Massacre. Y ayer dieron un concierto en Barcelona digno de su nombre. Digno de una manera de entender la música basado en crear un clima, un ritmo, una cadencia, y no perderla. Decir que conocí dos canciones de The Brian Jonestow Massacre en todo el concierto. Una, Anemone, que es como un totem de la banda. Una canción que aparece en el primer disco de la banda, el raro shoegaze Methodrone y que aparece en el siguiente disco de la banda, Their satanic majesties' second request. Que parecen la misma canción pero no lo son, porque en la primera canta una chica y en la segunda canta el Anton Newcombe. Anton Newcombe es un músico especial. No hace falta ver el documental DiG para saberlo, o mejor sí, vean el documental para saberlo. es un músico con la autoestima alta y con un sentido de la perfección muy particular. La música se hace como la hace él. Y la banda, fluctuante, está para acompañarle en su cruzada musical. La otra canción que tocó es Nevertheless, que no es de las que más me gustan porque hay canciones de esta banda que me gustan muchísimo más. Conocía dos canciones, porque los discos que me gustan se paran en el 2003, con el And This is our Music. Creo que el We are the Radio ya es posterior, el ep. Ahí fue cuando los conocí, cuando en Radio 3 pusieron Never been Attached to a woman, beast or a child y dije pero esta barbaridad qué es. 

El concierto de ayer fue lisérgico porque todas las canciones orbitaban en torno a un ritmo, una cadencia, lisérgica, parecida a la de Anemone. El rasgueo de la guitarra, que marcaba el ritmo y las demás guitarras revoloteaban alrededor y la batería caminaba tranquilamente por allí, marcando el paso. Todo sonaba genial. Al final del concierto hubo alguna canción en la que el teclado se marcaba unas ruedas también atmosféricas y lisérgicas que te invitaban a evadirte un poco de todo. Una hora y algo de evasión en una sala Apolo llena de gente, con personas que parecían recién escapadas de la portada del Village Green de los Kinks. Gente con camisetas de los Brian Joneestown bastantes y como siempre, un provocador, o no, con la camiseta de los The Dandy Warhols. 

El pobre Anton no puede hacer un concierto seguido. Canción pausa y canción. No. Canción, pausa larga mientras cambio la guitarra, afino, encuentro el ritmo, el tono, os lo marco a todos, os controlo, y para delante. Eso es un tiempo a veces precioso que pone en peligro todo el clima que se consigue con la música. Pero así es él. Capaz de lo más así y de lo más etéreo. Mola mucho. Y con el Joel Gion como siempre con su pandereta delante sin rechistar aguantando el tipo. Artista. 

Y ya está. A seguir acordándote de vez en cuando de The Brian Jonestown Massacre y a caer en sus redes. Take it from the Man! 

miércoles, 21 de septiembre de 2022

La Liga de los hombres ExtraOrdinarios


Fútbol y poder en la España del Pelotazo. Este es el subtítulo de esta miniserie documental de cinco episodios dedicados a repasar una etapa del fútbol español, en los años finales de los 80 y los 90, cuando aparecieron en escena una serie de presidentes, personajes más bien, que protagonizaron momentos de bochorno, de esplendor geométrico, de barbarie, de machismo, de racismo, de especulación, de estafa, de gestión patética, de populismo en el peor sentido del término, de blanqueo de su imagen a través del fútbol, de utilización del fútbol para sus fines económicos y políticos, en definitiva, nada que no estemos viendo ahora mismo de la misma manera, pero de forma más fina y sin tanto personaje estrambótico, sino de manera fina, oculta, digital, limpia, europea, internacional. Un documental de cinco episodios divididos en temáticas diferentes, donde se habla y hablan los protagonistas, de cómo eran y cómo éramos. Se hace todo con un tono de crítica, sí, señalando los fallos graves de una sociedad machista, racista, corrupta, pero donde, al final, los propios protagonistas de esos actos, de esas manifestaciones, parece que se traten con cierto cariño, con nostalgia. Ese fútbol ya no volverá. Odio eterno al fútbol moderno. Escuchar aún hoy a Del Nido diciendo barbaridades con esa cara de 'soy una persona solvente que sabe de lo que habla y dicta sentencia cuando dice', resulta francamente ofensivo. Tener que escuchar las anécdotas de Ruiz de Lopera, un personaje tan nefasto, Joan Gaspart, etc. Tener que ver a Jesús Gil desenvolverse por el mundo sin que se le califique como lo que realmente era, un personaje nefasto, horrible, pero que ay, se cae en lo mismo que se denuncia. Se dice, por parte de profesionales de la comunicación que también aparecen en el documental, que en el mundo del fútbol se disculpan actitudes o demás que en otros ámbitos... pero el propio documental parece añorar aquellos tiempos, el mensaje final que se envía es ese. Ese fútbol es irrepetible y ya no volverá. Un fútbol, dicen, mucho más cercano a los aficionados... pero las mismas imágenes de archivo nos muestran qué era y cómo era el fútbol y el mundo del fútbol entonces y qué de auténtico tenía y qué de salvaje tenía y qué de aberrante tenía. Y lo hace con los propios protagonistas al habla. No aparecen hablando los presidentes del Madrid, claro, ajenos al lodazal, siempre por encima, como si Lorenzo Sanz no hubiera existido. Solo aparecen los esperpentos. Un documental aderezado con las opiniones de periodistas, sale De la Morena, sale Angels Barceló, sale Vicente Vallés (¿?), sale Manuel Jabois que da una rabia infinita con esa pose de estar por encima de todo y que no te puedes quitar de la cabeza cómo se parece al cantante ese, Quique González... justificando todo, era así, dándole una pátina de verdad a todo que da una grima que lo filpas. De la Morena como si no hubiera pasado nada, como si su programa de radio y el del otro no hubieran dado vergüenza ajena. 

Todo como si no hubiéramos dado vergüenza ajena. Aquí lo dejo. 

lunes, 11 de julio de 2022

Más o menos periodismo


Minuto de juego y resultado. A estas horas estamos en vilo esperando a que Pablo Iglesias entre en directo en el programa de Ferreras. En este momento, la izquierda, su futuro, el progreso, todo, depende de ello. Si no lo hace, se demostrará. Si lo hace, se lía. Si se lía, el periodismo no sale vivo. Si no sale, el periodista puede que haya enterrado su carrera, al menos en primera línea. Seguro que en segunda sigue teniendo su papel. El periodismo. Cuando yo estudiaba periodismo, no sé si es porque entendí mal, ya me quedó claro que el periodismo está muy bien si eres un buen periodista y te interesa contar historias que ayuden a la gente que las lea, vea, escuche, a ver el mundo de una determinada manera. Ojo, no la manera correcta. Sino la que te interesa. Bueno, da igual. El periodismo y todo eso. De qué estamos hablando aquí, pues de las relaciones entre periodismo y poder. Los políticos periodistas y los periodistas políticos. Los políticos que son herramientas de los medios de comunicación, los políticos que buscan desesperadamente hueco en los medios de comunicación, los periodistas que juegan a hacer política desde los medios de comunicación. Los políticos y los periodistas. Si los vemos por la tele, no los distingues. Unos van vestidos de una manera y otros de otra, quizás, en algunos casos, no siempre. A Pablo Iglesias y a Podemos y a todo el espacio del cambio en general, se le acabó la árnica cuando dejaron de ser un nicho de mercado sobre el que hacer pivotar un producto televisivo o mediático en general. Su transformación en un aparato de poder en sí mismo, alcanzando alcaldías, poniendo en peligro al principal partido legitimador del sistema de alternancia, incluso obligando a este partido a hacer variar sus cabezas visibles para poder sobrevivir y llegando a aceptar, dios y la virgen, un gobierno de coalición, supuso la cuenta atrás para su salida del foco. Ya no salida del foco, su presencia como elemento tóxico. Ya no interesaba. Ahora, conocemos conversaciones, conocemos estrategias, conocemos lo que se intentó y se llevó a cabo para enviar al carajo a todo ese espacio que ahora mismo, lucha por recuperar algo de vida gracias al proyecto de Yolanda Díaz. A Yolanda Díaz ya la están esperando. Quizás incluso todo este gran pepinazo mediático no sea otra cosa que minimizar el tema de la Yolanda y volver a recalentar a las masas dándole de nuevo foco a una figura que, en teoría, ya no tiene papel político que jugar. Quién sabe. Esta gente ha ido a escuelas de negocio, a universidades extranjeras, saben mucho y nosotros somos tan sencillos, que caemos en todos las trampas que nos ponen. Esta reflexión, última frase, tampoco es mía. La estrategia de los medios y de ese gran chantaje quizás nos distraerá del tema principal al que deberíamos dedicarnos. ¿Hay una alternativa desde la izquierda a toda esta mierda? ¿Nos centramos únicamente en decir que todo está fatal, que los medios y la cloacas no nos quieren? ¿Nos han querido alguna vez? Y otra pregunta, esta de carácter personal, ¿desde dónde estamos denunciando que los medios y las cloacas tal? Es indudable que el papel de los medios y de las policías varias no son inocentes. No van a permitir jamás que un espacio mínimamente transformador pueda alcanzar algún tipo de éxito. Pero ¿Y? ¿Y qué? ¿Debemos implorar que las cloacas dejen de ser cloacas si fueron creadas para ser cloacas? ¿Acaso no están para eso? ¿Acaso no es todo tan complicado que finalmente la gente no puede pensar que nada merece la pena y que bah, pasando porque esto al final lo apañan o te lo apañan? Son preguntas. No espero respuestas porque ya las tengo yo solito. Los medios de comunicación, Inda, el Villarejo en el Faqs que cuando nos conviene bien y cuando no nos conviene mal, el Inda, el otro y el de la moto. Más periodismo, más información, ya te lo dije, lo hablé, lo comenté. Le damos mucha importancia a los periodistas. Los periodistas, por ejemplo, somos capaces de escuchar una historia, de tener los datos, de tener lo que ha pasado y de tener un esquema claro de los hechos y luego, por un yo que sé, contar lo que nos sale del chumbo, lo que nos interesa, lo que nos haga parecer por encima de la simple transcripción de los hechos, que se note que nosotros tenemos nuestra propia interpretación, y luego sale lo que sale. ¿Verdad? En fin, que nada. Que pese a todo, se estuvo a puntito de darle la vuelta a esto. Y que Ferreras sigue haciendo su programa y hablando del calor y que Laura Borràs sigue sin dimitir. 

martes, 31 de mayo de 2022

Crónica del #PleGramenet de Mayo. Detente.

Caballo blanco fogoso entonces y hoy perdido. Perdido entre la gente, resollando y resoplando, erguiéndote enhiesto y nadie te vio. Caballo blanco perdido entre la gente, caballo blanco que correteas impetuoso por campiñas inventadas, que te crees el objeto de deseo de tantos y al que ya nadie importa, caballo blanco que entraste por la puerta y que saliste por la misma puerta y caballo blanco con la luna al fondo y la luna a tus espaldas y caballo blanco caballo blanco que relinchas ante la gente que está a otra cosa y que piensa que tu tiempo se fue si es que alguna vez supieron quién eras caballo blanco que majestuoso te erguías sobre los demás caballos blancos pero tú más caballo blanco que ninguno de ellos y qué envidia dabas con aquel porte y aquel genio y aquella planta de caballo blanco que ahora sigues teniendo porque eso no se va porque caballo blanco siempre serás caballo blanco pero hay algo que ya no tienes y ese algo te ha vuelto invisible, te ha vuelto intocable, te ha vuelto intrascendente, caballo blanco qué pena, tanto esfuerzo en ser caballo blanco relinchando, levantándote con las patas traseras, atrayendo las miradas que ya no van hacia ti sino que se pierden ensoñadoras hacia otros lugares, quizás hacia la vida misma, esa vida que ya no vives, que ya no es una vida, porque caballo blanco, esa vida que ofrecías caballo blanco, esa vida es tan dolorosa, caballo blanco, es tan torturada, caballo blanco, caballo blanco te fuiste caballo blanco y volverás caballo blanco porque tu tiempo sigue y continúa en tu cabeza caballo blanco. 
Y digo yo que en algún momento nos hemos perdido a la hora de hacer política o qué pasa. Nos hemos perdido. Ayer tuvo lugar un interesante debate político, de alto calado, como pocas veces se ha visto en, bueno, que se ha visto en otras ocasiones, pero lo de ayer fue muy interesante. Ayer el equipo de gobierno socialista decidió, no ayer, pero es que fue ayer cuando se votó, decidió digo resolver el tema de las trabajadoras del SAD por la vía directa, una vía que satisface a bote pronto las aspiraciones de quien necesita una subida de sueldo que ayude a paliar las condiciones pésimas salariales en las que se mueven, unas condiciones que son indignas, precarias, a todas luces mejorables, pero que deberían ser solucionadas dentro de una gestión pública. Apelar a la gestión privada como medio más rápido para que esas trabajadoras puedan cobrar ese aumento de sueldo es pan para hoy y hambre para mañana. De todos es sabido que las empresas del sector son precisamente auténticas pirañas de los derechos laborales, pero parece que eso al equipo de gobierno le da igual. O no le da igual. Básicamente lo que quiere es dejar de tener el follón de las trabajadoras quejándose en la puerta y ofrecer, ellos sí, una solución fácil a un problema que es complejo y donde, oh cielos, ellos tienen la competencia en el ministerio de Hacienda socialista para poder hacer el cambio que permitiría a las trabajadoras poder cobrar ese aumento de sueldo que por estar bajo gestiòn pública no pueden acceder. Las preguntas del portavoz socialista Esteve Serrano a las trabajadoras si querían ser municipalizadas son directamente una falta de respeto y jugar con la necesidad de las personas. Si les aseguras que vas a subir el sueldo, con esas condiciones, podrían haber dicho que sí a cualquier cosa que aquel que te asegura que te va a subir el sueldo les hubiera propuesto. Pero así es la política en esta ciudad. No valen los pactos, los acuerdos, o las gestiones compartidas porque a la primera ocasión, la solución fácil, la solución que evita el conflicto, la solución que supone la patada para delante, la fotografía y el titular, es la que va a primar y la que va a salir adelante. Una lástima. Las trabajadoras tienen todo el derecho de acogerse a la solución que más les convenga y a la que antes les solucione el problema que tienen, solo faltaría, pero nuestra opción es la de trabajar por que esa solución sea integral y defienda, de todas todas, los derechos de las trabajadoras. Todos los derechos. Y ahí no estamos todos, al parecer. 
Resto de temas. Plan de Civismo que seguramente ya todos conoceréis porque se ha hecho un proceso de participación, de escucha, en el cual... el cual qué. El cual pues que Santa Coloma es una ciudad en la que el tema de la convivencia, el civismo, entender qué es la ciudad y de quién es y qué es de todos, supone un desafío fascinante, importantísimo, tan importante como darle sentido completo a una ciudad como esta donde la diversidad y el sentimiento de pertenencia quizás debería impulsarnos a... pero para qué, si se puede resolver así y así y lanzar un plan de Civismo y a otra cosa mariposa. El ejemplo de las infaustas cacas rosas como foto de portada para recordar ese plan de civismo en el que se trabajaba, ya dice mucho. Las cacas rosas. Qué ciudad esta tan grande y con tantas cosas y con tanta gente y qué poquito nos gusta hacer de esta ciudad esa ciudad. Una ciudad que podría ser como una dinamo que diera luz a buena parte del territorio. Y no. 
Resto de temas. Caballo blanco que lanzas el resuello sin entender nada de lo que pasa a tu alrededor, dónde está tu tiempo, dónde está el motivo, qué es lo que viniste a hacer, quién, cómo, caballo blanco, tus resoplidos no se escuchan, no los atienden, nadie te lanza un poquito de hierba que mascar para sentirte saciado, ni una mano joven y grácil que te acaricie el lomo para que te sientas querido, necesitado, amado, importante, caballo blanco importante, blanco generoso, blanco terrible caballo. 
Resto de temas. Una moción de la PAhv de Santa Coloma que presentamos y con un texto demoledor expone que lo que hay no basta. Y las intervenciones desde el público oscilan entre lo formal o la versión desatada de Juan Pastor. Y podemos decir que arrugamos el morro y que ya está bien de montar esos números en los plenos y que ya está bien, que ya está bien, o podemos incluso reírnos como si fuéramos hooligans de instituto de los exabruptos o de las salidas de tono de quién lleva repitiendo ese discurso años y años y al que la impotencia le hace salirse de madre mientras tú, sin haber movido ni una pestaña en décadas, ahora lanzas guiños, risas, megustas, complicidades interesadas cuando tus mossos son los que estaban el otro día en la puerta de aquella casa donde le quitaron a esa misma persona a la que miras con ese paternalismo de quien piensa y calcula en todas y cada una de las personas que hay en la sala de qué manera pueden contribuir a engordar esas cuentas que están en tu cabeza, porque todo va de eso. Y a nosotros no nos importa que nos digan que somos incoherentes, que somos poco formales, poco rigurosos, no lo somos, somos parte de esas personas que un día se pueden quedar en la puta calle y que no están para pensar si están a este lado o ese otro lado. Estamos siempre.
Tú ya no, caballo blanco. 

lunes, 30 de mayo de 2022

Estamos hablando del Blues


Estamos hablando del Blues. Antes como persona, ahora como afectado. Ante una nueva edición del Festival de Blues Santako in Blues, he de decir que este año mi asistencia al festival ha sido más reducida que nunca y se ha limitado a tres eventos, uno en el Teatre Sagarra, una espectacular actuación de The Blues Prisoners en la Sisqueta y el apabullante recital de El Tolo en el Pir33. Por lo demás, me siguen asaltando las mismas preguntas y los mismos dilemas que acostumbro a tener en torno al Blues. Porque estamos hablando del Blues. Naturalmente, y como dijeron muchos de los que han ido participando en el festival, el Blues es la madre de buena parte de las músicas que escuchamos e interpretamos. Sin el Blues y todo su legado, no habría patatín y patatán. ¿Hay que seguir haciendo Blues? Esto es un país libre y más allá de faltarle el respeto a la gente, todo el mundo puede hacer y practicar el estilo de música que le de la gana. Pero estamos hablando de Blues. ¿Qué blues? Vuelvo otra vez a lo mismo. ¿Qué es el blues? Digo lo mismo como si lo hubiera dicho antes. El blues que me gusta es ese blues que hicieron The Blues Prisoners y que entiendo que no es lo que tocó El Tolo porque hizo otra cosa, genial, pero otra cosa. Y qué es el blues... para mí. Incluso en estos momentos en los que nos hemos adentrado por la procelosa senda de intentar imitar a las bandas que nos gustan, con nuestros simples y torpes conocimientos técnicos sobre la cosa, diría que el blues que me gusta y el que me gusta hacer, se parecen bastante. No me gusta el blues que vaya a sonar limpio, que suene bien, que demuestre que se domina, que haga a la gente bailar... no. Ese no. Por casualidad he escuchado un disco de los Black Keys, el Kream nosequé, de versiones. Eso es lo que me gusta. Una cosa sencilla, simple. Sucia. Estamos hablando del Blues. Un género que no se muere por más que nos esforcemos en replicarlo una y otra vez con lo que debería cansar y debería aburrir tantas veces lo mismo, los mismos giros, los mismos acordes, los mismos elementos, la misma combinación y sin embargo algo tiene que yo que sé y que qué se yo. El blues, no me gusta. No me gusta en una buena parte de sus representaciones tal y como las vamos descubriendo. Solo me gustan unas pocas. Y solo sabría desarrollar unas pocas menos todavía. El blues y la historia del blues. Vamos a hacer un disco de blues, en el 2022 y cómo lo hacemos. Qué es lo que tendríamos que hacer. Qué queremos hacer. Qué queremos ser que no haya sido ya. Qué queremos hacer que no parezca una nueva repetición de lo mismo pero tocado por nosotros. No sabemos tocar, hagámoslo deliberadamente esquelético, quitémosle al blues... ojo, creo que voy a acabar ya aquí. Quitémosle al blues la música.