martes, 31 de mayo de 2016

The Witch - Robert Eggers

Una de las peores cosas que puede hacer uno, creo, antes de ver una película, es leer la crítica. Si esa crítica disecciona la película y la desnuda por completo, señalando a qué se parece y a qué no, lo que tú veas luego quizás esté tan condicionado que lo único que hagas será, inconscientemente, calcar tu juicio sobre la película con lo leído. Así, como hace mucho que no voy al cine, leí la crítica sobre The Witch en Jotdown con la certeza de que no voy a ir al cine a verla por mucho que me interese lo que allí se contara.
Sin embargo, por circunstancias de la vida, he podido verla en internet. No diré el cómo ni el dónde, pero la he podido ver. Y como nada es fácil para mí, como de cualquier cosa tengo que hace un mundo, y como los oriundos, descendientes, relacionados con Jaén tenemos cháchara sin cuento con cualquier cosa, el hecho de cómo la ví tiene tanta importancia como la película en sí.
Ví la película en versión original, en inglés. Tengo un inglés que me permite entender cosas, bastantes cosas, pero no todas las cosas. Si el inglés que se habla es... mmm, digamos que demasiado inglés, o que es... vamos, que me enteraba de pocas cosas. Vamos, que no me enteraba de nada. Así que sabía de qué iba la película, cuándo se hacía referencia a otras películas, Haneke, Haneke, Haneke y la Cinta Blanca, Haneke, Haneke... pero veía la película sin saber qué se estaba diciendo. Seguía la historia, pero me tenía que medio imaginar qué veía. La película estaba subtitulada en chino. Así de sencillo. Los subtítulos en chino. Si escogías los subtítulos en castellano, no iban a tiempo y además no desaparecían los subtítulos en chino, por lo que se superponían unos encima de otros, resultando un follón indescifrable que obligaba a quitar los subtítulos en castellano. Los subtítulos en chino no desaparecían nunca.
Con estas condiciones, explicar qué es The Witch, La bruja, va a quedar un poco cojo, pero creo que puedo hacer un resúmen. Como mis padres son jiennenses, puedo hablar de cualquier cosa. Santa Coloma debe ser la ciudad con más historias por metro cuadrado, con más cosas que pasan y se cuentan por segundo. No por nada, es cuestión de origen. Sigo. Una familia, en Nueva Inglaterra, Siglo XVII, es juzgada por una comunidad y expulsada. La familia, el cabeza de familia, considera que sus vecinos son falsos cristianos. Los destierran al bosque. La familia busca emplazamiento y allí viven. Son: padre, madre, hija grande, hijo mediano, dos niños insoportables y un bebé.
Música de violines, de violones, de violas, de violoncelos. Todo el rato. Desasosegante.
Pasar, no pasa demasisado. Miedo, terror escabroso, nada de eso. Es la sensación. Todo empieza a ir mal. Bebés que desaparecen, niños que se pierden, Thomasin, Thomasin, Thomasin tiene la culpa de todo. Thomasin es guapa y dulce, pero cuando quiere puede parecer el mismo demonio. Thomasin.
El mal. Ahora viene la reflexión del listo, a ver. El mal se construye. Si tu quieres que haya mal rollo, si vives pendiente del mal rollo, si vives con ganas de que la cosa vaya mal, irá mal. Aparecerá el diablo, el mal, y lo joderá todo, y te llevará por mal camino. Si no estás pendiente nada más que de cosas que pueden ir mal, si tienes el recuerdo de algo que no te deja vivir (la madre quiere volver a Inglaterra, allí era feliz, o tenía un sueño, pero todo es una mierda), no dejarás vivir a los demás. Creo que la película va de eso.
Si tú quieres que haya brujas, habrá brujas, no te preocupes. Si lo quieres ver, lo verás. Si a un accidente le buscas una explicación sobrenatural, verás a Dios, o al Diablo, según interese. Según estés.
La película es buena. Me gustó. No entendí nada, pero me gustó. Es eso. El mal. Construir el mal. Que el mal se convierta en realidad. Hacer las cosas mal.

lunes, 30 de mayo de 2016

Un cuento con final positivo, creo, para un arquitecto de Santa Coloma.

.. y entonces intervino aquel al que estaban todos esperando a escuchar. Ya habían terminado las presentaciones y todos los urbanistas y pensadores de entornos celestiales se habían cansado de intentar averiguar qué era lo que aquel tiempo necesitaba, qué ciudad podían pedir aquellas personas. Todos eran conscientes de que sus intervenciones solo habían sido programadas para preparar la intervención de aquel gran sabio, venido de la mismísima Italia, que había publicado tantos y tantos libros y tantos estudios y que había sido amigo de actores, músicos de rock, políticos de todo signo y hasta de otros arquitectos. El ínclito Guglielmo Tontini, comenzó a explicar nuevamente toda su sucesión de tópicos sobre el espacio, la importancia del espacio, cómo el espacio nos define y nos inspira, cómo la gestión del espacio hace del hombre un ser diferente, que nadie ha gestionado nunca el espacio como el hombre y que cualquier hombre sabe que su espacio es uno y no otro, que en la Creación, el Creador (¿?) nos había dispuesto de manera tal a todos y cada uno de nosotros para que el espacio fuera tan importante y trascendente como el propio hombre, que lo que el hombre podía hacer para llegar a ser Dios era gestionar el espacio, que en la ciudad de Florencia, allá por el siglo XIV...
Fue ahí, justo ahí, cuando aquel otro arquitecto, que hasta aquel momento se había mostrado interesado a medias por las intervenciones de los conferenciantes que intentaban emular el lirismo, místico y afectado de Tontini, desconectó del todo. Y su mente comenzó a viajar por otro tiempo, un tiempo en el que él estaba en todo, en el que él lo tenía todo, un tiempo pasado, aquel tiempo pasado que todos hemos mitificado alguna vez, aquel tiempo pasado en el que todo y todos estaban allí, un tiempo que estaba allí y que parecía perdido, que solo volvía en momentos determinados, momentos de una desconexión total. Le vino así a la cabeza otra vez un tiempo, unas personas, una cara, una botella de vino, unas cervezas, muchas cervezas, canciones de los Kinks, una cara que puede que fuera la misma cara, aquel primer disco de King Crimson, la primera canción del primer disco de King Crimson, la música, una vez que... o cuando... el tiempo, otro tiempo, diferente, que no era como ese, un tiempo y otro espacio... un momento, pensó. Un momento.
Gluglielmo Tontini estaba hablando de una armonía de espacios singular tal, que hacía tocar la divinidad acariciando una balaustrada de Siena... cuando el arquitecto que ensoñaba dejó de ensoñar y pensó lo siguiente. Levantó la mano y antes de que le dijeran que podía hablar hasta que Tontini concluyera su alocución, lo soltó:
- Yo creo que ya está bien. El pasado, la ensoñación, ese espacio. Yo lo que quiero es tomarme una birra y si es ahora mejor que mañana. Y si es en este espacio mismo, mejor que esperar a llegar a Siena. ¿Quién se viene?

Yo voy.

Feliz día, Ángel Paz.
Y disculpa la interpelación. O la interjección. O la intersección.
Que te pagues unas birras.

domingo, 29 de mayo de 2016

El fútbol está muerto y el Madrid es su profeta.

El fútbol está muerto. Lleva muerto bastante tiempo, pero ayer tuvieron lugar las exequias. El fútbol ha muerto de manera inmisericorde. El fútbol es una gran mentira. El fútbol hace tiempo que ha dejado de existir. Lo de ayer fue una paletada de tierra más en la tumba del fútbol.
No quiero que gane el Real Madrid nunca, jamás, en la vida. Pero el fútbol es un deporte en el que hay once jugadores, otros once enfrente, y si uno de esos bloques de once jugadores son el Real Madrid, acabarás pasando por el tubo. Acabarás palmando. El Madrid es la muerte del fútbol.
De un tiempo a esta parte, desde que Cruyff cogió al Barça y se creó el mito del 'buen juego', del 'fútbol de toque', de la posesión, del control, de atacar y atacar, de que al fútbol se jugaba de una manera y lo demás era arcaico, pasado, tramposo, fullero, cobarde y malo, parecía que el fútbol había vencido a la vida. No soy del Barça, no me gusta que gane el Barça nunca. Cuando el Barça gana, el fútbol son ellos. El fútbol es pasarse la pelota y pasarse la pelota y no dejar que el otro tenga la pelota hasta que llega Messi o el 'muy bueno' de turno y marca.
Pero el Madrid es otra cosa. Cuando gana el Barça, todo parece maravilloso, hay esperanza en un mundo mejor, porque son buenos, se pasan la pelota, juegan en equipo. Cuando el Madrid gana, demuestra que todo eso, que toda la milonga, que todo el mito, es mentira. Como todos los mitos. A base de mucho dinero, de mucha mística alternativa por la cual sabes que el Madrid va a ganar, porque ha ganado siempre, porque va a ganar siempre. Da igual cómo juegues, quién seas, lo cutre que sea el Madrid, lo mal que te caiga Cristiano Ronaldo, las bromas que hagas sobre Sergio Ramos, lo patético que sea ver un partido del Madrid, al final, van a ganar.
Mi padre cumplió años ayer. Mi padre no quería que el Atlético llegara a la final. Sabía que el Madrid iba a llegar a la final. Sabía que el Atlético no le iba a ganar al Madrid. Yo también compartía ese criterio.
Ayer fui a ver el fútbol. Sabía que iba a ganar el Madrid. Me interesaba saber cómo. A todo el mundo le dije que el Madrid ganaba seguro. Sufriendo, mal, de penalty, injustamente, aplastando a un rival asustado, por la cara, con el culo, de paliza, con festival goleador, rabiando, como fuera, pero iba a ganar. El Atlético de Madrid por su parte, puede recoger sus cosas e irse. Tercera oportunidad, las tres las ha perdido a última hora, al final. No es fiable, váyase. El Atlético de Madrid está ocupando un espacio en la historia del fútbol que podría ocupar otro, un equipo más capaz, sin esa cara de vamos a perder, sin ese llorar con el primer gol encajado en el minuto 20. Sin recordar continuamente aquella final que perdieron aquella vez. El Atlético de Madrid ya no nos engaña más. El Madrid va a ganar siempre.
Empieza el partido, no estoy muy pendiente, pero estoy ahí. Correcalles, Parece que el Atlético va a por el partido, el Madrid no se encoje. El Atlético no tiene nada arriba. Como te pille el Madrid te vacuna. Gol del Madrid, minuto veinte. En fuera de juego, de libre indirecto, remate de chaspi de Sergio Ramos. Gol. Es gol. Ya está. El que lo quiera ver que lo vea. El Madrid es la muerte del fútbol. Hemos venido a matar vuestras ilusiones.
Abandonar toda esperanza. No hay salida. El Madrid va a ganar siempre.
El partido sigue. Penalty a favor del Atlético. Es una tontería pensar que algo puede fallar, que esto sea el inicio de un tiempo nuevo. De una vida mejor. Griezmann falla el penalty. Al larguero. Sigue el partido, parece que el Atlético se resiste a aceptar que hay que perder, que es el Madrid, que haber ganado muchos duelos anteriores no significa nada, que os va a volver a pasar. Gol del Atlético. Parece que si, que puede haber un futuro mejor. Celebramos el gol como si de verdad creyéramos que hay una vida mejor. Premonición a la muerte del fútbol.
Con mi hermano comentamos que bueno, que todo es fantástico, pero que nos va a saber fatal por el Atlético porque al final, van a palmar. Lo llevan en la sangre. Lo llevamos todos. Escucha el reloj que entierra a los muertos. Llegaron los penaltys. Murió una guitarra. Tu sangre invisible será derramada. Oíste, fútbol....
En los penaltys las mismas reflexiones de siempre. Si lo tira un defensa, palmas. El Atlético tira el último penalty con Juanfran, que es igual que mi hermano, Juanfran es defensa, mi hermano era defensa. Juanfran jugó de extremo, mi hermano de delantero. Acabaron de defensa. Lo falla, al palo. Te aguarda la fosa, fútbol detente.
Final. No hay que ponerse triste. El fútbol ya no interesaba a casi nadie. El fútbol hace tiempo que no se juega por aquí, señor. No se preocupe, ahora hay otras cosas. El Madrid mata al fútbol. El Barcelonismo cree que el fútbol son ellos, pero el Madridismo sabe que es todo cháchara y que es tan de cartón piedra todo como la... me lo voy a callar. El Madrid tiene once copas de Europa. En una época en la que el fútbol sólo se puede jugar tal y como lo juega el Barça, o lo jugaba, guardiolismo, cruyffismo, el Madrid ha ganado un par de títulos sin nada. Matando el fútbol. Dinamitándolo.
El Atlético debe desaparecer.
Alguien en la UEFA, alguien, en la FIFA, debería tomar la decisión. El año que viene no se juega. El año que viene no hay fútbol.
No llores más, pequeño Billy, el fútbol no volverá de la mina.
En el Xòcala, un vecino madridista festeja la victoria. Una más. Como si no hubiera ganado nunca. Nosotros miramos la escena como si viéramos la reposición de una película. El fútbol se despedía de nosotros hasta otro rato. Hasta siempre.
Me gusta tanto el fútbol que me da mucha pena que se muera. El fútbol está muerto y el Madrid es su profeta. Una historia estándar, un clásico que se repite. Tú eres muy majo, muy sufrido, la tocas bien, pero va a ganar el Madrid.
Parece mentira que la gente pierda el tiempo buscando una explicación a algo que es superior a todos nosotros. El Madrid.

viernes, 27 de mayo de 2016

Fèlix - Feliz

Una imagen vale más que mil palabras. Pero si no sabes qué es lo que dice la imagen, puede que te quedes igual. Si la tienes que interpretar en base a lo que te vaya fluyendo, puede pasar cualquier cosa. El miércoles por la noche noche me enviaron esta imagen. Y pensé que mi hermano había dado un paso más allá en el retrato de hermano para pasar a hacer una proyección de mi propia cara dentro de unos años. Vi una nariz de porra, vi la calva incipiente, vi las gafas y pensé, 'este me ha dibujado dentro de unos veinte años, con traje y todo'. Y ahí lo dejé. Fèlix Sitats. Como si el de la foto se llamase Fèlix y aprovechase para...
Esa es mi versión.
Unas horas después, vi a mi hermano y me preguntó que si me había gustado el dibujo. Claro, le dije, es muy chulo. ¿soy yo? Mi hermano me dijo que no, que lo que había pasado es que estaba en el local y que no tenía nada que hacer y que tenemos colgado un billete de quinientos de chufla y que lo había copiado. Bueno, me dijo que el del dibujo era el del billete de quinientos que tenemos en el local. Ostia, espera, dijo, que claro, el del billete de quinientos es el Millet. Así que el retrato es un retrato de Millet. Pero espera, que el Millet se llama Fèlix. Qué casualidad. Una casualidad. Se llama Fèlix, el dibujo se llama Fèlix Sitats, es mi cumpleaños Felicidades, se parece a mí si yo tuviera sesenta y cinco años, por ejemplo, y...
Todas las cosas que pasan vienen de la nada. Hay una canción de los Super Furry Animals que dice que algunas cosas vienen de nada. No dice todas las cosas. Este texto no viene de la nada. Viene de un dibujo. Ayer, cuando estábamos viendo la foto, el dibujo, mi hermano preguntó por unas tijeras para cortarlo. Nadie llevaba tijeras encima y éramos cinco en la mesa. El del Celler tampoco tenía. Llevaba una navaja multiusos.
En la Vanguardia del 25 de mayo, un día antes de mi nacimiento, de 1975, en la portada, se anunciaba una exposición de perros. Cuatro fotos grandes de perros se repartían la portada. Un poco como la portada del Let it be. Decíamos, 'tal y como estaba Barcelona en 1975, poner como portada esa foto de la exposición de perros, hay que tener unos huevos...'. El A., que fue el que dijo lo de los huevos, ya no vino por la tarde.
Hablando del Let it be, ayer escuché mucho Beatles, mientras trabajaba por la mañana y luego comiendo con mis padres. Ahora estoy escuchando a Robert Wyatt y a Matching Mole, que son más o menos la misma cosa. De los Beatles escuché el blanco y luego mi hermano puso canciones sueltas, del Yellow Submarine, que nos gustan mucho. Pongo los Beatles por la de Birthday y ya me engancho. Es tu cumpleaños, es mi cumpleaños.
Una novela con fondo musical, una biografía de Mao, el 13 rue del percebe, dos camisetas chulísimas, una foto, la perspectiva de un Tolstoi. Muchas risas. Y una conversación muy punzante con alguien que ha dejado de leer lo que escribo aquí, o al menos no lo lee ya con el mismo gusto. Todo fue un regalo.
Algunas cosas vienen de la nada. ¿Qué comí yo ayer? No sé pero últimamente estoy perdiendo mucho sentido del gusto. Lo de ayer qué era... pavo o cordero... Yo creo que era cordero, pero no estaba muy fuerte. Todo es así.
Vuelta a la realidad. Han absuelto a los mossos por el tema de la Ester Quintana. Le vaciaron un ojo en una mani pero no se sabe quién fue realmente el que... no sé. Hoy actúa el Tricicle en Santa Coloma. Lo acabo de ver en el Full Informatiu, lo tengo delante. Me hubiera gustado ir a verlo. Como antes.
Ahora suena Instant Kitten. Acabemos en alto.

jueves, 26 de mayo de 2016

Respuesta a la carta de la Federació Catalana de Persones

Hola, muy buenos días.
He recibido con preocupación la carta que me han remitido desde su entidad. En ella me comunican que no les consta mi presencia como Persona en su listado y me instan a que demuestre que, realmente, pertenezco al género. Reproduzco lo que, de manera bastante desconsiderada, dicen en su carta: '... y es que repasando su actividad durante los últimos 41 años, nos hemos dado cuenta de que usted no ha desarrollado ninguna acción valorable, realmente reseñable en prácticamente ninguno de los ámbitos en los que usted ha ido deambulando a lo largo del tiempo. Tenemos que decir que, así como con otros afectados por dicha negligencia, que poco o nada han podido hacer a lo largo de sus vidas, por motivos diferentes, usted ha perpetrado un sinfín de intentos de hacerse pasar por una Persona, mas un análisis realmente serio de todo lo que ha ido desarrollando en estos años, prácticamente desde que naciera usted, nos ha hecho decidirnos por sancionar su actitud como de una desfachatez y una sinvergonzonería que nos lleva a echarnos las manos a la cabeza pensando qué clase de ser humano es usted. Qué clase de individuo es usted. Desde que iniciara usted su camino en esta sociedad, como niño, como adolescente, como joven y ahora ya como maduro varón, no ha llevado a cabo nada. En absoluto. Es usted la quintaesencia de esa clase de individuos que parece que, pero que no. No es el primer caso al que nos enfrentamos, es habitual que muchas Personas hayan comenzado algo y no lo hayan acabado. Que algo en la vida no les haya salido bien. Pero, realmente, jamás nos habíamos encontrado con un individuo que muestre menos... que muestre menos imputs a favor. Y nos preocupa. No hay nada de lo que parece que haya emprendido usted, si es que ha emprendido algo, por que usted mismo dice e insiste en recalcar que lo de emprender es en sus palabras 'una puta mierda', Bien. Valorado todo esto, insistimos en no considerarle Persona y le conminamos a que haga algo de una vez que demuestre que lo es'.
Bien. Seré breve.
Les remito una foto en la que me muestro radiante, sonriente y podríamos decir que con apariencia de felicidad, para que tengan en cuenta que, no considerarme una Persona no es algo que no me preocupe, pero tampoco me quita la sonrisa. Bueno, me la quitan otras cosas, pero eso de no llevar a cabo nada reseñable, no haber alcanzado ningún tipo de nada, no recoger el fruto de ningún tipo de esfuerzo, estar in blanche en la cuenta de resultados después de 41 años, sin dejar de preocuparme en algunas ocasiones, no creo que se deba a un error, a que haga algo mal, o que no me haya dado cuenta de las cosas. Sé perfectamente que disto mucho de ser una Persona, pero doy bien en las fotos, tengo conversación, acompaño, meto bien el ruido de fondo y, si no me lo propongo, como No Persona que soy, no llego a resultar excesivamente molesto llegada la ocasión. Ahora bien, en cuanto a lo de 'hacer algo', he de decir que no hay remedio. No sé ni ya creo que llegue a tiempo. La gente, ustedes mismos, lo han notado. Pero ya, qué se ha de hacer.
Pues reirse un poco y mantener al menos el tono. Podrían valorar lo de que al menos hago reir a alguien de vez en cuando, aunque no sea un hecho material en sí, pero bueno, entiendo que es algo vanal. Banal. También hago llorar. Tampoco creo que lo valoren.
Sea como sea, voy a seguir por aquí. Me quedan otros 41 años para ir mirando a ver.
Ruego que no difundan la fotografía, porque la gente no está acostumbrada a verme reir.

Un saludo afectuoso y que tengan un muy buen día.

miércoles, 25 de mayo de 2016

No responde

El otro día iba andando por un parque, tranquilamente, sin la intención de hacer nada extraño. Iba de un sitio a otro y no tenía intención de hacer nada, de verdad. Cuando salgo a la calle a experimentar, a dejarme ir, ya entiendo que pasen cosas. Pero si voy de un sitio a otro, no estoy para tonterías. Lo sabéis, que muchas veces ni me fijo en si estáis delante o no estáis delante. Es una cuestión de prioridades. Primero lo mío, luego ya la experimentación. Aunque, la verdad, últimamente me dedico más a la experimentación que a otra cosa. Sea como sea, y por no entretenerme más, decir que el otro día, paseando por la ciudad, con la intención de ir a un sitio a entregar un papel que me pedían para hacer un tipo de historia que yo no veía muy allá, pero que me dijo un colega que me vendría bien porque ahora estaba muy bien y lo habían cambiado y yo le dije que no sabía, pero que bueno, que al final llevaría el papel y fuera.
Como quiera que últimamente estoy conociendo a mucha gente, digo, iba atravesando uno de los bellos parques de nuestra ciudad cuando me acordé que pasaba por delante de la alcantarilla y me asomé a preguntarle a otro colega que cómo le iba. Le llamé, delante de la alcantarilla, le dije, 'oye, qué tal, que no me dices nada, que ya que pasaba por aquí he aprovechado y he dicho, voy a decirle a este que... pero veo que no me contestas'. La verdad es que no iba a decirle nada, porque siempre que me paro con él a hablar, habla y habla y habla y habla. Y de todo lo que dice, a lo mejor tiene interés un 25% pero te tienes que comer unas historias y unas movidas que casi siempre te cansan. Es un tío majo, vive debajo de la alcantarilla desde hace un montón de años y bueno, al principio lo pasó mal, porque se tuvo que ir a vivir ahí después de una serie de problemas que tuvo con su ex y que se quedó sin curro y que le tuvieron que operar y le dijeron que buscase un sitio tranquilo y como es muy
echado para delante, muy valiente, dijo 'pues me voy a vivir debajo de la alcantarilla del parque'.
Me acuerdo como si fuera ahora de ese día. Eso que dice la gente de 'me voy a tener que vivir debajo de un puente', para mi colega este fue distinto. Se lo buscó de un modo extraño. Porque no tenía necesidad. A él le iba bien, digo que se quedó sin curro, pero donde trabajaba se lo llevaba muerto, así que podía haberse buscado algo, económico, como nos lo buscamos todos, sencillito, pero no irse a vivir a la alcantarilla, debajo de la alcantarilla. Lo dijo, se fue, y tampoco nos preocupó mucho. Dejamos de verle en los sitios y solo hablábamos con él si pasábamos por delante de la alcantarilla. Oye, y nos hablaba, que nos hablaba siempre, que a lo mejor me he pasado con lo de que era un poco brasa. Pero que no. Ostia ahora me he sentido mal. Joder.
Ahora estoy pensando que igual me pasé con él en algún momento, que dije algo. Que soy muy bocas. No lo sé. El caso es que no me contestó. Estuve allí un rato hablándole y no me dijo nada. Y yo que sé. Me quedé preocupado con el tema. Ostia, vivir en una alcantarilla y tal, pues si alguien no te contesta, pues te preocupas... Bueno, que eso. Que no me respondió.
Era contar esto solo.

martes, 24 de mayo de 2016

La ciudad de Duciad

Retomamos uno de nuestros géneros preferidos, el de la literatura de viajes, para incluir aquí un breve texto de Doménico Sigismondo titulado 'La ciudad de Duciad', que no es ni más interesante ni menos interesante que otros textos sobre ciudades o lugares en general.
'Juro que jamás había visitado Duciad. Y sin embargo, me dio la impresión de que Duciad me había visitado a mí. Yo iba camino de otra parte y como por arte de magia, Duciad apareció, siendo una ciudad, y yo me quedé encantado de que así fuera. Duciad era una ciudad que se parecía a mí. No era como yo, porque yo ya estaba muy visto entonces y quieras que no ya había agotado todos mis recursos, no podía ser de otra manera y creía que mi tiempo se había agotado. Pero Duciad me hizo ver que, realmente, yo ya había pasado a otro plano y que Duciad, aquella ciudad, tenía algo que yo creía haber tenido. Entré en la ciudad y me dirigí a uno de los bares de siempre. Sin haber estado jamás en Duciad, supe enseguida que aquel establecimiento era un clásico de la hostelería tradicional, por algo que no supe entender. Entré y todos allí me miraron como si ya me hubieran visto antes. Como si me conocieran de algo. Digo más, como si supieran algo de mí que yo debería saber también y no me quisieran contar. Pedí una copa de vino, porque pedir cerveza me parecía demasiado vulgar, y me senté a escuchar las conversaciones de los parroquianos, intentar yo también hablar con ellos, hacer lo que hace el viajero común, ser parte de, sin ser. Las gentes de aquel bar hablaban mi idioma, contaban cosas semejantes a las que yo entiendo, explicaban vivencias que tenían que ver conmigo. Me sentí muy incómodo. Me hizo sentir que ya había algo como yo. Gentes, bares, una ciudad entera que se parecía a mí. Probé algo de la comida local, me supo como los platos que yo disfruté sin saborearlos. Sabían a mí. Salí de aquel bar y caminé por las calles de Duciad, con la sensación de que la ciudad me hablaba. La ciudad, con mi propia voz, me decía que podía marcharme, que ya lo había visto, que Duciad era yo. Y que no puede haber dos personas iguales. Si no hubiera sido como yo, habría hablado de los gemelos y demás, pero supe que, siendo yo, era totalmente innecesario. Duciad, los habitantes de Duciad sabían quién era yo, yo no sabía que ellos sabían que ellos sabían que... me puse muy nervioso. Sentí que esa ciudad, atrapándome, me estaba excluyendo de un viaje que yo había emprendido hacía bastante tiempo buscando un faro. Duciad no parecía tener límite, fui caminando queriendo salir de allí hasta que encontré otro bar. Pedí una cerveza, tenía mucha sed. Un chico me miró desde el fondo de la barra. Me senté con él. Quiso decirme algo pero al mirarle me asusté mucho y me fui. En la mirada tenía algo que noté ya no mío, algo de mi pasado. Estoy fuera de Duciad, recuerdo algo de un faro, me hablan y no entiendo. Recuerdo un faro, una ciudad que vino a mí, el fin de un viaje. La mirada de aquel chico. No vuelvo a viajar.'

lunes, 23 de mayo de 2016

Karpov

He tenido un flash. He tenido como una visión ahora mismo. Mientras veo cómo levanta la mano y va hacia el álfil, lo he visto. Voy a perder. He estado jugando todo el rato pensando que la partida estaba más o menos igualada, pero en cuanto le he visto levantar la mano con esa decisión, Cuando ves que el rival hace las cosas con esa disposición, malas cartas. Y este es de esos que parece que todo lo hagan a sabiendas de que está bien. Como si hiciera las cosas sin pensar. Hay quien hace las cosas así, sin pensarlas, o más bien diría yo que es que las hacen porque ya saben que están bien, que son las correctas, que son las que les hacen ganar. Yo estoy siempre pensando en que sería mejor, que sería peor, que quizás de esta manera, que lo mejor es no arriesgar demasiado, que lo mejor es medir antes las consecuencias de todo y tener en mente lo que puede y lo que no puede pasar. En ser consciente de las limitaciones que tengo y no querer ir más allá. He estado toda la partida pensando que la partida estaba ahí, que íbamos más o menos moviendo y situándonos y yo he estado durante unos cuantos movimientos incluso con la idea de que esto podía llevarnos a unas tablas infinitas. En el libro de mis frases célebres digo que uno no puede ganar una partida que en el fondo de su corazón, de mi corazón, está deseando que quede en tablas. Así que quizás eso es lo que me ha perdido. Y este va como un tractor, este va avanzando como si supiera de antemano que la partida la tiene ganada. Como si ya viniese de casa... cómo lo explico, como si él ya viniese de dentro de tres horas y supiera cómo acaba todo. En cuanto he visto cómo levantaba la mano para mover, lo he visto. Me la va a clavar. No sé qué peras hago en este flanco derecho sin un nada que poner por delante, si él tiene el rey en el mismo flanco. Me ha distraído poniendo las... y que sé. No sé cómo he puesto las piezas que yo pensaba que estaba ahí poco a poco y resulta que el tío lo tenía clarísimo que me la hincaba por el flanco. Y no lo he visto. No sé a qué he estado jugando si no he visto venir esto. A ver, voy a recapitular. Pero rápido que este ya ha movido y me la ha enchufado bien enchufada. A ver, yo estaba haciendo esto y lo estaba llevando con más o menos temple. Estaba centrándome, situando todas las piezas en el mismo sitio. De repente ha cambiado la reina de flanco y me he quedado un poco fuera de sitio. Y ahora me la clava en ese mismo flanco y yo no lo he visto. No sé qué hacer. Ahora tanta frialdad y tanto... ahora qué. Sabes qué te digo, que le den. La voy a preparar fina. Que la cambias de flanco... la cambio de flanco. Todos juntos hacia la destrucción. A mí el rizos este no me pisa porque no me da a mí la gana. Muevo yo.

sábado, 21 de mayo de 2016

Crónica de un ensayo. Estamos trabajando en El Rápido.

El próximo 4 de junio, supongo que a las 21h, la compañía Grup de Joves de Singuerlin presena la obra El Rápido en el Teatre Segarra. No sé si la compañía se llama Grup de Joves de Singuerlin o el Grup de Joves de Singuerlin hace más cosas y tiene compañía propia. La obra es una adaptación de un texto cubano escrito por un autor que no conozco y cuyo nombre ahora mismo no recuerdo, por lo que ni lo recuerdo, ni lo conozco. La obra narra la peripecia de un humilde trabajador azucarero en la Cuba de antes de la Revolución, que se convertirá en un mártir de esa misma Revolución que triunfará gracias al sacrificio de otros tantos como él. No lloréis. Acaba bien.
Los ensayos están yendo muy bien también. Son a las nueve de la mañana allí arriba, en la montaña de las Oliveras. Desayunamos café con leche y tostadas y vamos para allí. Isabel Crehuet manda. Dirige. Escoge los ejercicios que se han de realizar antes de empezar, para calentar. Ejercicios que hacen todos los miembros de la compañía, menos yo, que no soy de la compañía. Hola, qué tal, soy el nuevo técnico de sonido. Me han pasado una lista de canciones cubanas y de efectos de sonido y yo los voy poniendo con el portátil a medida que va transcurriendo el texto que voy leyendo en un guión. Hoy me he olvidado el guión. A veces pienso que... bueno. La cabeza.
Son gente que ya ha hecho otras cosas antes, yo he visto una obra suya sobre los desahucios, por ejemplo. Soy muy malo con los nombres y sé que hay muchas Lolas, y Lolis, y Pepis, y Pilis, y Lauras y nosequé más. Está el Jonatan y el otro chico no sé cómo se llama. El de la perilla. Es que soy muy corto y no pregunto nunca nada.
Isabel Crehuet indica lo que ha de hacerse antes de empezar, ejercicios físicos, para destensionar, para coordinar el cuerpo, para mover... prefiero la muerte más cruel a tener que hacer nada de eso que hacen. Hoy me han invitado a participar, he dicho que no. Como quiera que un miembro de la compañía se encontraba indispuesto, hoy he tenido que hacer de Batista. Me subo en una caja y (leyendo, ojo) he dicho que el golpe de estado que doy es por el bien de la patria.
Estoy haciendo tanto por esta ciudad... yo no sé qué más me queda por hacer, cuántos sacrificios más se me pedirán...
Se me da bien hacer de fascista. Todos llevamos un fascista dentro. Prueben. Súbanse en una caja, empiecen a dar órdenes. Dame una gorra y una placa y esto te lo arreglo yo en dos tonterías. Los ensayos están transcurriendo según el orden previsto. Interpretar no es fácil. Aprender un papel, saber cuándo entras y cuando sales, las caras, todo eso, lo que se llama actuar, es muy difícil. Estar con el papelito en la mano, esperando a que alguien se equivoque para dar el paso, eso es fácil. Eso es lo que hago yo también. Y con lo fácil que es lo que hago yo, también me equivoco.
Isabel Crehuet se mueve como si tuviera veinte años. No me quiero imaginar a esa mujer con veinte años. Salta y se sube a una silla, agita su cuerpo como si... como si tuviera veinte años. Es sábado por la tarde, no tengo la cabeza para muchos alardes. Colocamos las cajas, (yo no coloco nada), montamos los objetos de atrezzo (yo no toco ni un saco, ni una vara, ni un nada), y empezamos el ensayo. Vamos avanzando poco a poco. Somos personas como usted y como yo, y estamos trabajando en ello. La obra va a salir bien. Irá bien, siempre tengo que colar algo.
Nos quedan dos ensayos. Isabel Crehuet ha dicho que vamos bien. Que los primeros días no han sido fáciles, pero que se nota que ha habido un esfuerzo y que todo va más o menos según lo previsto. Yo hago poco, muy poco, el día de la obra será incluso más fácil, porque ahí arriba no tendré que hacer nada de nada. La música... los disparos... no tengo mucho que hacer. Madrugo las mañanas de los sábados, salgo a la montaña, medio veo jugar a fútbol en el campo de las Oliveras, y estoy con gente que, pudiendo estar en un sofá pensando que la vida es un cúmulo de despropósitos, se pone a hacer ejercicios de distensión, a aprenderse un papel, a ponerle buena cara a la cosa y a animar al que está fallón o no tiene el chichi para farolillos.
La obra se llama El Rápido, es el día 4 de junio, en el Teatre Sagarra, supongo que a las 21h. Las entradas digo yo que serán baratas. Dentro de nada habrá un cartel hecho. Hemos hecho fotos para el cartel, he hecho una foto e Isabel Crehuet me ha quitado la cámara. ¿He dicho que Isabel Crehuet está al mando?
Estamos ahí. No se preocupen. Llegamos.

Nota del 23 de Mayo. La companía se llama Clis, Clis i Nyac.

viernes, 20 de mayo de 2016

Miscelánea - No me siento satisfecho

Me contó mi hermano que hace unos días soñó con Hillary Clinton. Él estaba en el metro y entraba Hillary Clinton. Es todo lo que me contó. No fue mucho más allá y no supimos encontrarle un significado al sueño. Hay muchos momentos en la vida de uno que no tienen un significado concreto. Simplemente pasan esos momentos y uno está allí y no hay más preguntas. Sin embargo, por introducirnos en el tema de hoy, yo no estoy del todo satisfecho con el hecho de que uno tenga que estar siempre en todos los momentos. No va a ser fácil explicar esto. No me llega. ¿Es necesario? ¿Es necesario estar presente las 24h del día? ¿Podría estar uno guardado en una cajita y salir solo para los momentos en los que uno se siente útil? Hay jugadores de balonmano, por ejemplo, que solo salen del banquillo para defender. O para atacar. Los hay que valen para todo y me parece estupendo. Pero si yo solo soy medianamente pasable haciendo una cosa, porqué tengo que estar todo el día en funcionamiento... No estoy satisfecho con cómo va la cosa desde que tengo... no sé, creo que ya lo he contado alguna vez. Desde que llega octavo de egb y tiene uno que plantear realmente el futuro. ¿Qué quieres ser de mayor? Futbolista y político. Creo que dije eso. Ni una cosa ni la otra. En realidad, nada. No me siento satisfecho. Pero no es culpa de nadie, puede ser cosa de uno mismo. A mucha gente le va más o menos bien o más o menos mal, y... yo que sé. No me hagan mucho caso hoy.
https://www.youtube.com/watch?v=nrIPxlFzDi0

Chalecos amarillos, chalecos naranjas, desayunos comentando las apuestas del día, comentando si el Sevilla se dejó ganar, si simplemente apostando un día puedes acertar o necesitas un estudio de todo lo que va a pasar durante la temporada... Tengo la música puesta y no puedo escuchar más. Cualquier conversación puede ser objeto de análisis. Pero con los auriculares puestos llego a donde llego. Decía que no me siento satisfecho. No es porque quiera poner muchas versiones de la misma canción, es una sensación vital. Ayer quedé con mi amigo M., al que hace tiempo que no veía. Vive ahí mismo, en la aldea vecina. Nos vemos poco, me dijo. Estuvimos hablando de curro, de su curro principalmente, porque es una persona prudente y no pregunta demasiado, del chavalito V2.0 al que va a apuntar a hacer música, de hecho lo apuntó, y de fútbol. Se juega mal al fútbol, convinimos. Hicimos unas cuantas bromas sobre pasarse el balón, volvimos a comentar el caso de Gabri, que al parecer es entrenador de categorías inferiores, y de la vida en general. Se unió el A. y la A. y estuvimos hablando de fotos antiguas que tengo en el movil. Fotos de cuando era el mismo, con las mismas expectativas, con las mismas gracias, con la misma cara. Quizás ese sea mi problema, enseño muy pronto mis cartas. No tengo cartas. No llevo buena mano desde el principio. Estoy eliminado de las apuestas porque me dejo perder. No me siento satisfecho.
https://www.youtube.com/watch?v=oO_k4_Qy_Zs

Debería dejar de hacer estas cosas. Debería olvidarme de que, cuando era pequeño, ya me hice gracia pensando así y que ahora es tarde. Y lo intento. Eso es lo grave. Hace muchos años, me hice el sueco con la vida y decidí que, ya que no iba a ir conmigo, no merecía la pena esforzarse. Elogios a la pereza, a la vagancia, a la inacción, a bufarme de la gente con ganas de hacer cosas, todo eso. Muy gracioso. Pero hubo un cambio, y lo intenté. Cosas, gente, intentarlo, querer estar, querer hacer, querer, todo eso. No sé lo que he soñado esta noche pero ha sido como una pelea constante con la inutilidad del esfuerzo. No me siento satisfecho. Lo intento y lo intento y lo intento y no me sale. No sé qué es lo que me tendría que salir. Quizás el anhelo de ser otra cosa, otra persona. Cualquier persona. Notarán que el tema está muy repetido. El otro día se lo comenté a M. que está en China y a la que no conozco más que de por aquí, lo de que parecía sacada de una foto de una tienda de fotos. Quizás sea algo como eso, parecerme a los de las tiendas de fotos, no hace falta ni siquiera que sean los modelos alemanes o nórdicos que salen en las fotos modelo, las fotos de mentira, no, incluso los de las fotos de verdad, la gente que deja que sus fotos se queden en el escaparate. No sé a qué aspiro, pero no me siento satisfecho.
https://www.youtube.com/watch?v=yvtbiHYa-LI

Simplemente tienes que pegar la oreja. Me cago en su puta madre. Eres un furgonetero de mierda. Si yo soy un poli, si yo soy un mosso, no me vacila un furgonetero de mierda como tú. Y el mosso, contesta, y el mosso si se quita la placa no es más que un triste tabernero como tú. Que eres un triste. Pues cuando vaya el lunes otra vez me cago en su puta madre. Me voy a cagar en vuestra puta madre. Y así transcurre la segunda tanda. Entra, se caga en nuestra puta madre, se pide una mediana, y empieza a largar. Me voy a cagar en su puta madre. Ahora le toca el turno al que viene y dice que lleva una semana sin beber y se pide un vermú sin hielo. Esto no tiene fin. Alguien, alquien que venga y me parta la cara pronto. Si está escrito, si tiene que pasar, que sea ya. Que alguien venga y me parta la cara sin más tardanza. Ponme un vino blanco, por que no se diga que vengo a gorrear el wifi por la puta cara. Ponme un vino blanco por favor. Cava o tinto. Blanco. ¿Cava o tinto? Blanco. Cava. Blanco. Ostia que no te enteras o qué. Joder, perdona, un tintito. Ahora viene cuando ya no se caga en su puta madre, ahora viene cuando dice que esto es todo una puta mierda de los políticos. Un honrado tabernero. No posadero, tabernero. Me lo voy a tomar a chufla todo y terminaremos antes. Todo es como una puta mierda, y no, en absoluto me siento satisfecho.
https://www.youtube.com/watch?v=80tnJUcX4FM

Esta entrada nunca tendría que ver la luz. Pero, qué más da. No me siento satisfecho. Cuando voy con mi coche y escucho al tipo de la radio hablando y hablando y dándome información útil que me importa una puta mierda, pues la verdad, no me siento satisfecho. No, no, no. Y viene a dar igual, porque por mucho que lo he intentado no lo he hecho bien. No me siento satisfecho. Al menos, y en esto todavía puedo darme con un canto en los dientes, no he visto caballos de fuego volando y diciéndome que una a la clase trabajadora. Esto, al menos, no lo he hecho. Jamás dí un aplauso tan sincero. No me siento satisfecho. La canción dura lo que dura, unos tres minutos, en las diferentes versiones dura hasta cinco minutos según el grupo, pero no creo que haya una canción mejor en el mundo. En la vida. No me siento satisfecho. Voy a subir a casa dentro de un rato y voy a volverme a mirar en el espejo a ver. No me siento satisfecho. Pongamos en una balanza (todo el rato, todo el rato escribiendo lo mismo, toda la vida igual), pongamos en una balanza todas las cosas que sabes hacer. En la otra escribir. Digamos la verdad. Pongamos en una balanza las cosas que te gusta hacer, en la otra escribir. No. Digamos la verdad. Pongamos en una balanza escribir y en la otra, vivir. Vivir no es tan importante. Navegar es preciso, vivir no es preciso. Escribir es navegar. Escribir es no estar aquí y es estar todo el rato como si estuvieras donde quieres estar. Y no, no me siento satisfecho. No me caigo bien, me caigo mal.
https://www.youtube.com/watch?v=jadvt7CbH1o

Todo es divino y maravilloso. Todo ha llegado a su momento. No puc aconseguir la plena satisfacció. Es una suerte que esto no vaya a ver nunca la luz. Dos trenes salen a la misma hora a una velocidad constante de tal uno desde aquí y el otro desde allí. Baal. Karpov. Almayr. Villastanza de Llorera. Aurora. Los premios José Néstor Pekermann. Crónica de una muerte anunciada. El pensamiento ilustrado. Projorelov. La ciudad no es para mi. Voy a ir poniendo cosas un poco al tuntún porque acabo de escuchar la frase que le va a poner un broche de oro a todo esto. No me siento satisfecho. Hace calor por la mañana, he salido con manga larga y la chaqueta de cuero que mi madre no quiere que me ponga más, pero que, por contra, me dicen que me queda ahora mismo de puta madre. Controversia. Kontroversy. Hace calor por la mañana, pero vienen nubes. Esto es que va a llover por la tarde. Quiero vivir en la cabeza de este señor. Se lo he dicho al jefe. Bueno, vamos a por la frase. Da igual si has ido a un colegio público o privado. El que quiera aprender, aprende. Yo fui a un colegio concertado, un recinto consagrado a la disciplina y el aprendizaje a machamartillo. Luego fui a un instituto público. La libertad y un campo de fútbol sala grande. Todo lo que viene después, ha sido... No me siento satisfecho.
https://www.youtube.com/watch?v=44GMZl6Mb98

Dicen que hay un camino. Todavía tengo que preguntar porqué. Me lo imagino. Buen fin de semana.

jueves, 19 de mayo de 2016

Contra el Fútbol Sala

La foto, con los costados difuminados y el centro no, el foco en... megalomanía. El fútbol sala. El fútbol no es lo que era. El fútbol ha muerto. Todo el texto puede ser hoy un tanto contradictorio, pero yo sé por dónde voy. Ayer, comentando nosequé con E. y J., E. dijo que el fútbol sala le parece mucho más divertido que el fútbol grande. Normalmente, cuando alguien dice algo que no comparto, suelo ser bastante prudente y no polemizar (¿?), pero este tema me es especialmente doloroso. El fútbol sala, el fútbol sala moderno, o el fútbol sala digamos que jugado de manera profesional o casi profesional o al menos imitando el estilo de juego que se juega en los equipos 'federados', me parece un truño.
Me explico. En la foto me verán jugando a fútbol sala. Pocas cosas me han gustado más que jugar a fútbol. No me ha dado dios la oportunidad de jugar jamás a fútbol, pero he jugado miles de pachangas de fútbol sala. Pachangas. Desde pequeño, incluso los partidos con el colegio, eran para mí pachangas. Algo divertido. Y lo jugábamos, creo, como si jugásemos a fútbol grande. Pase largo, regate, juego en el centro del campo. Las posiciones eran las de defensa, extremo, delantero centro, centrocampista. Yo empecé jugando de pequeñito en el extremo, luego me gustó más el centro del campo. No podía jugar de defensa porque tenía mucho miedo. Jamás pude jugar de defensa aunque en los tiempos de fútbol 7 hice pareja de centrales con un compañero de la facultad que era del Sevilla. Éramos Martagón y Goiko. Qué pena. Así que jugaba de centrocampista. Centrocampista en fútbol sala, completamente fuera de sitio. Es como tocar la guitarra eléctrica en una coral. Se puede, pero no pega.
Las pachangas entre los amigos se jugaban matinalmente en el Trueta. Ahora nos podríamos echar unas risas con el 'cómo saltar (o no) la valla del Trueta', pero se lo voy a ahorrar a mis queridos lectores. Campo pequeño, manejable, Claudio Paul Caniggia, ese era yo. El pájaro. Pasador, alguna jugadita, disparo a puerta más bien flojuno, poca predisposición al choque. Me divertía tanto...
¿Qué pasó? Empezamos a montar equipos. En Santa Coloma existen mil ligas, mil equipos federados, una cantera inagotable de muchachos que juegan o han jugado o jugarán en un equipito de fin de semana después de haber pasado por La Unión, el Santa Coloma, la cantera del Industrias... etc. Mi hermano jugó en el Santa Coloma antes de pasar al Arrabal. Y ya lo que veía ahí no me gustaba.
Cuando montamos el equipo de la Peña, y después o antes el otro equipo con el que jugábamos en el Gaudí, me dí cuenta. Estaba fuera de época. Otra vez.
En esto como en otras tantas cosas, a mí me gusta todo como era antes. No como se hace de verdad, si no como lo hago yo. Ayer lo expliqué, pero hoy lo repito:
Cuando veo a alguien que controla el balón con la suela del pie y no con el empeine, me dan ganas de vomitar. Pisarla, controlarla, pasarla rápido al compañero. Rotar. Jugar de ala, de pivot, de cierre. Y vuelta a empezar. Ese esquema, ese rondo, ese pisar la pelota, pasar, pisar, pasar, pisar, pasar, chutar de vez en cuando. Me patea el hígado. Me aburro. Yo no quiero jugar así. No me gusta. Yo quiero tener el balón, ver que el delantero se desmarca y pasársela. Encarar al defensa, intentar pasarlo y chutar, No pasársela al pivot y que éste la controle y luego pegar el puncherón... Me aburro.
Me parece que se pierde la gracia del juego. Un poco de anarquía, un poco de libertad de decisión, de... igual hace mucho que no veo un partido. Hace mucho que no juego.
El fútbol sala. Jugando una de esas pachangas me jodí la rodilla. Hoy no puedo ver ni a los chavales que juegan en el antiguo Fray Luis cuando venimos del ensayo. Me duele la rodilla de verlo. No puedo ver ni a Dani Salgado en los plenos de l'Ajuntament sin que me duela la rodilla.
El fútbol grande tampoco es que ande mejor. Los partidos son más aburridos, el nivel es bajísimo. Todos quieren 'tener la pelota', los que la saben tener aburren, los que no, causan pavor. Los que juegan a entorpecer saltan, corren, pegan, saltan. En las noticias el protagonista es el preparador físico del Atlético de Madrid, está todo dicho. ¿Dónde está el fútbol?
¿Dónde está el futbolista anárquico? ¿El futbolista miedoso pero que hacía una y te morías? ¿El delantero tronco? ¿El defensa leñero? Incluso en el fútbol sala, yo recuerdo ver a Belfort, o incluso al mítico Marcelo, parecía que jugaban a otra cosa. A su aire.
Hoy todo parece robotizado. Pisa la pelota, pásala, rota, intercambia la posición, rápido, al banquillo, todos como si fueran engranajes de una máquina. Qué aburrición.
El otro día vi un partido de críos pequeñitos, fútbol grande o 7 quizás, en las Oliveras. Todavía jugaban a algo. Dentro de nada empezarán a hacer rondos y a tocar la bola y a controlar y... matarán el espíritu. He jugado dos veces las 24horas de Fútbol Sala. Las dos veces terminé los partidos expulsado, muerto de rabia por que me quedaba grandísimo todo. La sensación de inutilidad.
Veo que todo es igual. Veo chavales andando por la calle que sabes que juegan a fútbol sala solo por la forma de caminar. A ese fútbol sala.
Lo que daría por tocar un balón sin que me doliera hasta el pelo.
Otro tocho de texto para nada.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Baal

El primero de los templos en honor a Baal, oh gran Baal, que edificaron en aquel lugar llamó la atención del propio Baal. Hacía muchos, muchos años que ya el culto a Baal había pasado al olvido y otros dioses calentaban el corazón de los que necesitan encontrar una respuesta a las cosas inexplicables que ocurren en nuestra vida. Sin embargo, sorprendió que en aquel mismo lugar donde nunca Baal había tenido predicamento alguno, un grupo humano se dedicase a construir templos para adorar a Baal, grande y total. En tanto que, acabado el templo, aquellos hombres y mujeres comenzaron a orar a Baal, éste, sorprendido e intrigado, decidió interesarse por el fenómeno. Baal, que todo lo sabe, llevaba un tiempo distraído con un asunto que le ocupaba los días y las noches. Baal, que todo lo puede, se encontraba inmerso en un proceso que ya habían vivido antes otros dioses y que Baal había obviado hasta que se lo encontró de frente. Realmente Baal, el gran Baal, no sabía qué pasaba con él pero tenía una crisis. No encontraba el motivo por el cual, sabiéndose grande, omnipotente y creador de todo y de todos, se había instalado en su interior la idea de que su tiempo era otro, su poder no era tal y otros eran los que lo obraban todo con suprema potestad.
Baal, el gran Baal, se personó en la figura de una humilde niña campesina en aquel lugar en el que se había erigido un templo y ya se estaba construyendo otro más en su honor. Los habitantes de aquel lugar habían incluso cambiado el nombre de la ciudad a Baalgrad. Baal, magnífico y sabio, transmutó, estaba fallón y de humilde niña campesina, pasó a dispuesta activista conversa a la nueva fe de si misma y colaboró en la construcción del nuevo templo. Durante ese tiempo, Baal habló con aquellas gentes, que mostraron un entusiasmo hacia su culto que le cautivó. Conocían toda su obra, la mitología, los actos santos, la creación, su indiferencia, su dejación de todo, ritos que algunos habían elaborado en torno a su culto y que pasaron al olvido ellos los conocían, sabían de cuando hubo otro Baal, de cuando Baal se enamoró, de cuando Baal creó otro mundo, de cuando Baal no quiso ser Baal, si es que eso ocurrió alguna vez.
Baal, sereno y potente, hizo lo que hicieron ellos, se adoró, se llamó, se invocó, incluso participó en algún sacrificio animal que le llamó al espanto. Pero ahí estuvo.
Y Baal se dio cuenta de que podía de nuevo intentarlo. Un día, durante una ceremonia en la que una sacerdotisa narraba la historia de cuando Baal... Baal, tremendo, se subió al oratorio y abrazando a la sacerdotisa, dijo, dirigiéndose a la audiencia de aquel templo que Él mismo había levantado:
- Mujeres, hombres, niños... todos. Me habéis emocionado. -Sacó un pequeño cuchillo y dijo- Mirad, habéis hecho que mi sangre vuelva a fluir. Es una manera de hablar, porque no soy nada, no tengo sangre, pero para que lo entendáis... Si os parece complicado de entender, haré otra cosa.

Y el Universo se plegó sobre sí mismo y desapareció todo. Baal fue Baal, creador y Todo. Otros dioses quisieron pedirle explicaciones, pero no le pudieron encontrar, porque Baal ya había desaparecido. O estaba en ellos.

- Oh Gran Baal, vuelves a ser tú, cuando destruyes la ilusión de lo creado. Magnífico y cegador de todo. Baal, oh gran Baal, mis ojos se vuelven...

- Tus ojos no se vuelven nada, humano, tus ojos soy yo. Yo no me vuelvo nada. Mejor dejarlo así.

Baal, siempre enigmático y huidizo. Oh Gran Baal.

martes, 17 de mayo de 2016

El legado de Rayo Volador

Miles de años después de haber abandonado China, Rayo Volador todavía era recordada en aquella tierra por quienes la habitaban. Unos hablaban de cómo había llegado hasta allí, venida de un país muy lejano, a través de los países del Sur, donde no había encontrado el acomodo que ella buscaba, siempre curiosa y valiente. Cuando llegó a China, impartió su sabiduría durante un tiempo entre una serie de alumnos que, en un principio, no dieron la importancia suficiente al tiempo que pasaron junto a Rayo Volador. Sin embargo, al poco tiempo de abandonar Shanghai, que era la ciudad en la que pasó aquel tiempo, ese grupo de alumnos fue desarrollando una capacidad de creación muy personal. el influjo de Rayo Volador sobre aquel grupo de alumnos, que fue conocido con el tiempo como los 500 de Shanghai, generó una serie de personajes que marcaron para siempre el futuro de su país, así como el del resto del continente. Ese grupo de los 500, formados en la creación valiente y sin complejos, trastocó los diversos órdenes establecidos en su país y situó a China como única y verdadera potencia mundial, basándose en los principios impartidos humildemente por Rayo Volador. Pero, ¿Qué fue de Rayo Volador? Al parecer, regresó a su país natal que, pese a estar situado en el sur, no era cálido precisamente y quiso instalar en la tierra de sus ancestros una escuela propia, no trabajar al servicio de nadie, sino ser ella misma la que crease una comunidad artística. En un principio, topó con la incomprensión de sus compatriotas, pese a que ella ya no considerase compatriota a nadie después de tantos años recorriendo mundo. Sin embargo, poco a poco, fue sirviendo de aglutinador de una serie de personas que tenían en la creación una manera de enfrentarse a la realidad, creando una nueva. De tal manera que, a los pocos años, bajo los sabios consejos de Rayo Volador, se creó una comunidad llamada 'Los monteños', que en unos años tomó el mando de la vida cultural de su país y del continente entero, al mismo tiempo que en China, sus discípulos hacían lo propio como ya hemos comentado.
Dos escuelas con los mismos principios se habían alzado con el dominio de la creación y mientras tanto... ¿qué pensaba Rayo Volador?
Un día, desapareció.
Los más atrevidos cuentan que siguió viajando por el mundo instalándose ora en América del Sur, en un remoto lugar del centro de África, o incluso que regresó a la Bélgica, donde pasara también algunos años.
Pero contraviniendo su costumbre, no dejó datos, no hay constancia de nada.
Tan solo un dibujo, encontrado en una remota provincia limítrofe con el Tíbet, nos muestra una especie de nave que se posó sobre esas tierras por el 2567 y que fue visto y no visto. Tan sólo unos pocos lugareños recuerdan que bajó de la nave una mujer de sonrisa perenne en la cara que, sin embargo, al ver que los nativos seguían comiendo unos potajes incomibles puso cara de asco y dijo 'puaj'.
Muchos en ese lugar siguen esperando la llegada de Rayo Volador.

* con cuatro días de retraso, feliz cumpleaños YPRH. por favor, no deje de informarnos de sus andanzas.

Led Zeppelin - III

Una cosa son las canciones sueltas y otra son los discos completos. Led Zeppelin tiene discos muy buenos, pero no todas las canciones me gustan. Del primero y del segundo yo haría uno. No es que me sobren canciones, pero hay canciones como Dazed and Confused, la parte que sobra de Whole lotta love, Babe i'm gonna leave you, y alguna más que se me olvida ahora, que me provocan un poco de pereza a la hora de ponerme. Me pasa igual con el IV, que tiene canciones bestiales pero incluye la de Starway to Heaven, que no hay manera de que yo entienda cuál es la gracia de esa canción y me hace polvo casi todo lo que queda del disco. El Physical Graffiti es muy bueno, pero es doble. Y ya es otra cosa. Hay otro entre medias, el Houses of the Holy, que creo que también tiene alguna canción de esas que no hay manera. Sobre los dos últimos, no tengo mucha opinión porque creo que jamás he escuchado más canciones que las que aparecen en los recopilaorios.
Así que nos queda el III. Se considera el III como el disco acústico, o el disco folk de Led Zeppelin. Si los dos primeros eran muy eléctricos, en este hay muchas canciones en las que la acústica manda, pero no manda siempre. Empecemos. El disco comienza con una chorrada, para mí, como Immigrant Song. El gritito de Robert Plant, que supongo que a muchos les hará gracia, a mí me parece un poco ridículo y le quita peso a la canción. Igual ya iba de eso, de quitarle algo de peso a todo. Sea como sea, esta primera canción, que rítmicamente no está mal, a mí me sobra para empezar. Pero como no es muy larga, aún estás ahí. La segunda es Friends. Aquí aparece ya la guitarra acústica y todo va encajando.
Es un disco extraño, porque siendo acústico, no es hasta muy al final cuando lo que uno entiende como un disco reposado, o un disco para poner y estar ahí tranquilito escuchando, aparece. Frases largas, construcciones mal hechas, cada vez escribo peor.
Friends es una canción que te mete ya en un rollo raro. No sé explicarlo. Para ellos debe ser fácil, para mí no. Vamos con Celebration Day. Una canción simpática y juguetona. ¿De verdad estoy escribiendo esto?
Celebration Day tiene al Jimmy Page haciendo un punteíllo simple que hace de... en realidad lo que quiero decir es que las tres primeras canciones son un pasatiempo. No molestan, son tres canciones que van metiéndote de manera simple en lo que es la pieza central del disco. Pese a ser acústico, quizás la canción más conocida sea Since i've been lovin' you, un blues. Un blues que está a puntito de cruzar la línea de lo Santanesco, pero no, se queda ahí. Es un blues largo, profundo, que en tiempos a mí me encantaba, una canción durilla, eso de que desde que te quiero... uf, duele. Este disco es que me gustaba mucho, era de esos discos recurrentes que escuchas cuando estás bien y quieres escuchar algo distendido mientras haces algo. Limpiar, por ejemplo. O en una reunión de colegas. Siempre hace el apaño. Este blues, lo pones y te deja seco. Pero si te lo pones mucho, me parece que pierde algo de efecto.
Out on the tiles es otra canción que no tiene mucha historia, al menos para mí. Comienza como comenzará en el disco siguiente creo que Black Dog, y luego tiene esos riffs así como marca de la casa, una canción muy eléctrica, que viene a decir eso de que todo lo que necesita de ti es todo tu amor y todo lo que necesitas de mí es todo mi amor. Y eso.
A parir de aquí, viene la parte que de verdad mola del disco. Gallows Pole es una canción que va creciendo. Típica canción tradicional que va subiendo con el bombo y eso. ¿Han escuchado a Fairport Convention? Tienen dos o tres discos muy buenos. Muy así. Pero sin Robert Plant cantando. O Pentangle, por ejemplo. Gallows Pole abre la puerta al sombrero de paja y a ponerte en la sombrita a tocar la guitarra. De ahí pasamos a Tangerine, que es una balada que de bonita que es, no sabe uno si es acústica, si es folk, si es eléctrica, si es cualquier cosa. Da igual, es tan bonita Tangerine, que casi vale todo el disco. Tangerine se queda cuando Since i've been lovin' you se va. Con su falso inicio, en fin. Todo. Y deja paso a That's the way, que corre el riesgo de parecerse a esas canciones que a uno le cansan de Led Zeppelin, pero no, esta no, esta es suave y te dejas acariciar por las guitarritas y te dan ganas de no levantarte del sofá.
Pocas cosas dan ganas de levantarse del sofá. Bron-y-aur-stomp es otra canción de esas de bombo que pueden inspirar a quienes no tienen ni idea de hacer folk y se ven obligados por las circunstancias a hacer algo que no saben. Una canción tremenda. De las que más me gustan del disco. Y no sé qué más puedo decir de este disco. Finaliza con Hats off (for Roy Harper) que es un poco una flipada y se acaba.
Un disco que cumple, tiene su poquito de todo y te deja un buen sabor de boca. Un disco que hace que veas a Led Zeppelin de otra manera. Eviten a toda costa el directo de The song remains the same, sáltense las canciones coñazo y tengan siempre a mano el III. Y escuchen a todas horas Bron-y-aur-stomp si quieren que la cosa funcione.
Y lean alguna crítica por ahí mejor que esta.

lunes, 16 de mayo de 2016

Yunque de mayo

Los casos que se comentan a continuación están recogidos en el libro del periodista británico Michael Poorly, 'El oscuro mundo de las muertes sin explicación', que nos tiene profundamente subyugados.
'El primero de los sucesos recogidos a este respecto viene datado el 4 de mayo de 1923 en Valparaíso, Chile, cuando el señor Augusto Rodolfo Kremer Mendigorría paseaba por la calle principal de dicha ciudad y un yunque aparecido nadie sabe de dónde fue a estamparse contra su cabeza, dejando sus sesos aplastados contra la pared de un edificio gubernamental. El yunque, según testigos presenciales, no venía de un piso superior, sino que se estampó contra la cabeza del señor Kremer Mendigorría llegando a él desde un costado. Las investigaciones de la policía no consiguieron llegar a buen puerto. Inspeccionado el yunque sólo se supo que venía con el sello de unas desconocidas Acerías Bilbaínas.
El segundo caso está datado del 9 de mayo de 1937, en la ciudad de Stuttgart, en la Kayserstrasse. El pequeño niño Anton Grimowsky de 7 años, mientras pasea con sus padres camino de una actuación de la banda de música en la que toca el pífano su hermana Gretha, no puede evitar un yunque que viene hacia él a una velocidad endiablada, quedando sus sesos estampados en la puerta de una licorería. En esta ocasión, el yunque venía con la marca de US Steel, y la policía alemana, eficiente y metódica, pero descontrolada en esos años por la locura nacionalsocialista, no fue capaz de llegar a buen puerto en sus indagaciones.
Un tercer caso lo hallamos en Osaka, en el año 1949, concretamente el 12 de mayo de ese año. La señora Ichiko Monogawa, trabajadora del servicio de correos, mientras se dirige a su casa después de una jornada de trabajo dura pero reconfortante, no es capaz de esquivar un yunque lanzado desde su costado derecho, pero sin que llegue nunca a identificarse el propulsor. Los sesos de la señora Monogawa quedarán esparcidos por la pared de una escuela pública. La policía detiene a todo el equipo de un taller mecánico ubicado a pocos metros del lugar del suceso, pese a que ni por ángulo ni por coincidencia de material, parecieran tener algo que ver. Quedan en libertad a los pocos días. En el yunque, un sello de US Steel.
El 13 de mayo de 1956 en Louisville, Kentucky, Glenn Fiddle baja del autobús camino de la casa de su madre, a donde se dirige para hacer una visita, cuando un yunque llegado desde un costado de la calle, impacta de manera salvaje contra la cabeza de este humilde vendedor de seguros y estampa sus sesos contra un edificio que, casualmente, pertenece a la misma compañía para la que trabaja. El FBI se hace cargo del suceso pero no llega a nada. El investigador norteamericano Lars Carlssen indaga sobre casos parecidos, recogiendo ya buena parte de los casos que hemos citado. Es el único caso en el que el yunque viene con marca de unas acerías de la India.
El 14 de mayo de 1963, durante una visita a Noruega para reencontrarse con su familia escandinava, el propio Lars Carlssen es incapaz de esquivar un yunque que se lanza desde un lugar indeterminado, dado que no está en ninguna calle, ni en ningún lugar concurrido. En ese momento, Carlssen se encuentra en una cabaña a las afueras de Fredrikstad, contra la que quedan estampados sus sesos. Entre sus ropas, se encuentra una carta en la que de manera muy confusa se alude a un temor espantoso a que un yunque le estampe los sesos contra algo.... El yunque presenta el sello de esas desconocidas Acerías Bilbaínas.
El último caso que hemos recogido tuvo lugar el 15 de mayo de 1985 en Calcuta. Al salir de una reunión de formación para vendedoras de Avon en India, Rawalla Kapoor, no tiene tiempo de parar un yunque de peso medio que viene contra su cabeza. El yunque impacta contra su cabeza y la destroza, quedando sus sesos esparcidos contra un muro en el que una pintada del BJP llama a proteger la India de perros musulmanes. Se piensa en un atentado político pero se descarta. En el yunque aparece un sello de las Acerías Bilbaínas, que deja desconcertados a los investigadores.
Como quiera que durante todos estos años no se ha vuelto a recoger ningún caso más, he considerado que debía registrar estos sucesos por si en un futuro pudieran ser de interés para algo o alguien.'

Hoy es 16 de mayo. Cuidado.

sábado, 14 de mayo de 2016

Crónica de un acto de Asec-Asic. ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

Llevo dándole vueltas a esto desde hace algunos días. ¿Debería contar lo que pasó? De entre los muertos, vinieron de dentro de, quan es fa fosc, crypt style, otros pueblos otras gentes, dimensió desconeguda, Catalunya misteriosa. Yo quería ir porque soy una persona curiosa y me dio sensación de ser algo interesante que, en estos tiempos, una asamblea de izquierdas montara un cartel bilingüe. Puede pasar. Yo creo que habré hecho alguno, pero qué quieren, llama la atención. Pregunté, se me respondió, investigué con los datos aportados, tenía que ir. Tenía que ir a ver quiénes eran, quién iba, si iba alguien de los nuestros y qué era lo que se pretendía con este acto.
Asec-Asic, Asamblea Social de l'Esquerra/Izquierda Catalana. En resumidas cuentas. Existe una pulsión, espero que no muy extendida, que pretende que el pensamiento 'procesista', pero yendo mucho más allá, secesionista, separatista, nacionalista y catalanista (así a lo bestia), tiene como objeto separar, confundir y mantener la explotación de la clase trabajadora, que es una y única en todas partes. Un trabajador de Palau Solità es igual que un trabajador de Puertollano. Un trabajador de la Seat es igual que un trabajador de El Ferrol. Una idea novedosa y estimulante que va mucho más allá de las definiciones de la nueva política y que descubre que, sí, existe una sola problemática en todas partes y es el capital el que nos jode a todos. Es como que todos los días por la mañana, te asomas por la ventana y ves que, como es por la mañana, es de día. Y si no, pues es que es de noche. No es fácil. ¿En serio? ¿Una sola clase trabajadora? Quiero escuchar a este grupo de personas que alumbran esta teoría tan...
El asunto es que, si teniendo en cuenta esto, hay una parte de esa clase trabajadora que, por lo que sea, que no me quiero meter ahora en rollos, siente, cree, piensa, que tiene derecho a decidir no formar parte del mismo Estado que usted, esa clase trabajadora y la izquierda que pueda representarla, se equivocan profundamente. Y digo se equivocan por no decir que son peores que la derecha.
¿Qué hacía yo allí? Pipear, curiosear, chafardear, ilustrarme. Sabía que había una representación de esa intelectualidad ilustrada, que ha guiado los pasos de otros tantos intelectuales imprescindibles, y me resistía a pensar que podía escuchar de esos labios cosas demasiado aspavientosas. Pero no.
No llegué a la hora, ya lo digo ahora, y me perdí las intervenciones primeras. Hay un manifiesto, hay unos puntos que se quieren alcanzar... Hay hasta 4 partidos socialistas con representación en la sala. La sala está bastante bien de gente. Salen a hablar los invitados. Primer partido socialista. Yo llamo compañero a todo el mundo y cómo será la cosa que me cuesta, pero bueno, el compañero sale y saluda desde el partido socialista (escisión del PSC comandada por el molletense Isidro Carpio), habla de que comparte tres puntos fundamentales... el tercero es la búsqueda del bienestar del ciudadano. Atiende. Sigue la cosa y hace un símil entre el mensaje de la canción 'Cisne cuello negro' de Basilio y la situación actual. Algo sobre que hay que escarbar en el fondo del lago y... Una sensación muy extraña. De que no hay cosa que nos guste más que estar en un sitio, que nos presenten, que subamos al estrado, nos den el micro y soltarla.
Momento cumbre de la semana, de todo el mes de mayo y de este semestre a falta de unos pocos días para dar por concluído el mes: el secretario general del partido socialista, Isidro Carpio, habla de un sueño que tuvo, un sueño en el que unos caballos de fuego conducidos por el ángel Rafael le dijeron que tenía que unir a la clase obrera. Isidro, Isidro, une a la clase obrera. ¿Qué cara pones?
¿Qué hacemos aquí, compañeros? Va, en serio. Puede uno estar contra el procés, no ser indepe, ser federalista, albricias, pero caramba, no me digáis que hay que estar en todas partes y con según que gente. El acto, para mí, aunque luego sucedan más cosas, termina ahí.
Luego sale un representante del PSC local, que habla de lo benéfico que es el federalismo y los valores que propugna, que es como si... es como si... pues eso, es como si un socialista te habla de lo bueno que es el federalismo, como si... pues como si ellos luego... cuando en su programa... como que se les olvida. Se les olvida todo. Pero ahí estaban, saludando y todos mirando embobados. Está el PSC. ¿Qué hacemos aquí, compañeros?
Sale un tercer partido socialista, de los trabajadores, que deja una intervención enternecedora y breve sobre la clase trabajadora, la misma clase trabajadora del 1900. La misma. Siempre así.
Y sale el cuarto partido socialista. Entra el coordinador local y sale el representante del cuarto partido socialista. Partit Nacional i de Classe. ¿Qué hacemos aquí, compañeros? ¿Qué ganamos haciendo esto, compañeros?
Empiezan las intervenciones del público. La izquierda en Catalunya está muy mal, la izquierda catalana es peor que la derecha, lo peor no es el secesionismo, lo peor es el catalanismo, un tufo, un hedor, una ranciedad, una sensación de estar entre gente que está en un sitio que está muy lejos, pero que muy lejos... búsquedas de la unidad a través de considerar a todo el mundo un rebaño. Os saludo fraternalmente, pero...
El de la CGT no ha venido. Habrá mirado la web o se habrá informado de quién está detrás de esto.
La compañera Geiser (que es una fuente de agua caliente, que las hay), pregunta por ir acotando el tema a los de la mesa si están a favor o no del derecho a decidir. El gurú, muy ofendido, lee los principios fundamentales que no dicen nada al respecto. No deja que haya diálogo, está muy encendido. Es profesor y no deja hablar. Está dando clase. Clase de clase. A mí se me cayó del caballo. O me caí yo. Sale el secretario general del Partido socialista y dice algo confuso sobre... se vuelve a interpelar, ¿están a favor del derecho a decidir del pueblo o no? El de la mesa corta rápido. 'No. No estoy personalmente a favor del derecho a decidir'.
'No estoy a favor del derecho a decidir'. ¿Qué hacemos aquí?
Yo soy un chuflas y vengo a pasar el rato, pero... ¿Qué hacemos aquí?
Geiser se levanta y dice que entonces ahí no pinta nada y se va. Se va mucha gente. No sé si por una cosa o por la otra. Dan cinco minutos para coger aire. Me voy.
Luego me dicen que no, que se ha aclarado el tema, que...
Justo en la semana en la que se ha despertado una ilusión de la ostia entre tanta y tanta gente, justo en esa semana en la que parece que hemos entendido un poco que unidos podemos, justo en esa semana, aparece una entidad que dice que ni hay izquierda, ni hay nada. Que lo que hay es una panda de vendidos al nacionalismo que...
Cuando salí de allí, no dejaba de mirar al cielo. Porque estaba haciendo muchas coñas sobre el tema ya desde el primer momento que lo escuché, pero no me fío.
No me fío porque lleva lloviendo muchos días y no sé yo si no serán los caballos de fuego que están anunciando la buena nueva de la clase trabajadora una y trina.
Lo único que saque en claro es que... ¿Qué se nos había perdido aquí?

jueves, 12 de mayo de 2016

La masia de Can Zam. Está sonando nuestra canción.


eltoni, elpako & elchristian somos un grupo de rock al que le encargaron un par o tres de temas para que sonaran en un documental. eltoni, elpako & elchristian somos un grupo de rock que, para el común de los mortales, se caracteriza por ir en camisón, chillar, hacer mucho ruido y tener muy poca vergüenza a la hora de mostrar que la música, lo que se llama la música, importa poco si hay al menos voluntad y ganas. La verdad, nadie pensaría en nosotros para componer una banda sonora. Y sin embargo, Josep Pitarque, responsable, fundador o lo que sea de Gramenet TV y hacedor del documental en cuestión, sin prácticamente más referencias que habernos oído chillar en algún concierto, nos encarga esas dos canciones. Aplicados, nos ponemos a ello.
Grabar dos canciones. Nos ponemos una tarde y sacamos dos canciones. Can Zam Canta y Can Zam Blues. Can Zam Canta no es otra cosa que un remedo del motorik de Neu! que tanto nos gusta. Un ritmo continuado en el que el bajo y la batería marcan una marcha monótona mientas la guitarra eléctrica juguetea por encima. Diez minutos de canción. Nos gusta, me gusta Neu!, me gusta La Düsseldorf, me gusta Kraftwerk, me gusta Can. Can Zam. Si me pidieran hacer música para una película, para un documental, para algo audiovisual, haría algo así y esto es lo que hicimos. Sin embargo, en el documental, no es lo que más suena. Lo que más suena es Can Zam Blues. Un blues que no acaba de arrancar, porque no tiene dónde llegar, no tiene que ir a ningún sitio. Ya estamos en Can Zam. La base es la misma, bajo y guitarra machacan por un lado y la guitarra se luce por otro. Can Zam Blues suena casi desde el principio y la verdad, emociona escuchar la música que tres ignorantes de la técnica musical han colado en un recinto como la sala de Actes de la Biblioteca Salvador Cabré en Singuerlín.
Hola, estamos en la Biblioteca de Singuerlín, vamos a la proyección del documental ‘La masia de Can Zam’ que Gramenet TV y el Centre Excursionista Puig Castellar han querido llevar adelante con el objeto de recuperar una parte de la memoria histórica de Santa Coloma de Gramenet. Yo pienso, antes de ir, que lo de utilizar la sala de Actos de la Biblioteca es una vacilada, que no se va a llenar ni de coña, pero me como mis palabras. Al entrar, le digo a mi hermano, se oye a mucha gente… y es que está lleno. Asientos reservados, los músicos. Artists only. Está lleno de gente y reconozco a muchas caras, pero echo en falta, desde el primer momento y hasta el último, a algunas. Pero cuando es que no, es que no. La sala a reventar, gente de pie. Albert Noguera del CEP explica y Josep Pitarque completa. Nos cita. Música con sabor local de eltoni, elpako & elchristian. Todo suena como si hablasen de otro.
Empieza el documental y salen unas sardanas en la intro. Le digo a mi hermano que ‘esa debe de ser la contribución de Muchachito…’. Gracias sin gracia. El documental cuenta una parte de la historia de una Santa Coloma de otro tiempo. Es otra Santa Coloma. Yo creo que es una Santa Coloma que es irreal. Hay gente que la vivió, que todavía la recuerda, que estuvo allí, pero era una Santa Coloma que no es Santa Coloma hoy. No es que la ciudad haya cambiado. Para mí, es otra cosa, como otra ciudad. En pocos lugares encontraremos un corte tan bestia, a mi juicio entre un sitio que fue una cosa y fue otra. El documental habla de una Santa Coloma agrícola, con payeses, con gente que tenía el mas nosequé, gente propietaria de tierras, antes todo esto eran viñas y campos… la parte histórica es muy interesante, otras cosas de usos y costumbres a la hora de labrar, me suenan a chino (soy más de piso que un enchufe), pero también tienen su qué. La masia de Can Zam, en principio no se llamaba así, se llamaba Mas Parellada, creo y cambió su nombre cuando el nuevo propietario que la compró en el siglo XIX allí se ubicara. Allí se ubicara, qué rebuscado y qué cursi. Es posible que todo esto no sea realmente así y equivoque nombres y fechas. Pero es que estaba sonando nuestra música de fondo. Amigo. Y no estaba uno pendiente del todo. Insisto, la parte histórica del documental, propiamente dicha, me mola. Otras cosas sobre la casa y demás, bueno, quizás algo menos. La casa, quién era el dueño, los hijos, quién se casó con quién, los apellidos, reconocer caras, yo al señor dueño de la casa no le he visto nunca, no me suena y es un personaje. Con mostacho o sin mostacho. Blanchar, apellido de periodista. Apellidos conocidos, Banús, Pedragosa, Noguera, Blanchar, Pujols. Salen quienes quieren volver, aunque sea muy poco a poco, o de manera casi testimonial, a recuperar algo de esa antigua Santa Coloma. Sale la historia del roble de Can Zam, de lo emblemático que fue, de la historia de la reunión bajo sus ramas de quienes eran el Govern de la época allá por el 1650, de cómo fue podado porque no pasaban los camiones, de cómo se murió.
La sala está llena de gente. Han ido dos regidores, tres regidores, una diputada y mucha de esa gente de Santa Coloma que está en todos los actos. Mucha gente, sala a reventar, lo he dicho ya creo. Me gusta el documental, no se hace pesado, y además es que está sonando la música. Es alucinante. Termina el documental y Josep Pitarque nos va llamando a todos los que hemos colaborado para darnos un obsequio. Veníamos a pasar el rato y acabamos subiendo al estrado a recibir un regalo. Flipante. Nos sacan fotos. Flipante. Mis padres han venido y están flipando mil. Lo que hubieras flipado si hubieras podido venir. Alguien al bajar del estrado nos dice que la música le ha molado mucho. Flipamos mucho más. Nos hemos convertido en un grupo mainstream. (¿?)
Deberían habernos visto ese miércoles en el local de ensayo, grabando sin saber grabar, sin tener ni idea de lo que íbamos a hacer, calculando con el móvil en el suelo, pasándonos de ritmo, equivocándonos en notas… y así está bien.
Acaba todo y vamos saliendo. Saludo a gente, pero no puedo decirle a Pitarque que la experiencia está siendo cojonuda, porque veo cómo sale disparado hacia… luego me lo explica. Que no es que haya sido guapo, es que lo de hoy ya ha sido la leche. La música en un recinto así, nosotros, que sólo queremos hacer ruido y parecernos a los Jon Spencer Blues Explosion, a Sonic Youth, a Siniestro Total, acabamos haciendo bandas sonoras como Air o como Pink Floyd. Es flipante.
Nos vamos con un sonrisón de oreja a oreja. Con nuestra foto, sin despedirnos de Pitarque. A la misma hora, un grupo de mujeres recita versos de una poetisa. Al parecer hay lágrimas. Hubiera sido genial estar. Pero soy un músico colomense y me debo a mi público.
Ha molado muchísimo. Queremos más.


martes, 10 de mayo de 2016

Champollion

De las memorias de Jean Pascal Piscal 'El hombre que estuvo con Champollion', extraemos este breve fragmento que nos tiene un tanto... bueno.
'Y yo, que otra vez estaba allí con Champollion, le dije al final de todo, cuando ya nos íbamos, cuando ya estaba todo el mundo fuera, recogido todo y solos él y yo. Entonces fue cuando le llamé y le dije 'Oye, todo es una mierda ¿verdad?'. Y él me miró y se encogió de hombros y hizo ademán de irse con la gente que estaba fuera, pero yo ya estaba cansado de la pantomima y le dije otra vez. 'Oye, en serio, una mierda grande todo ¿no?'. Y no sé si porque ya llevábamos mucha matraca o porqué fue, pero me dijo que 'sí, una mierda todo, si quieres quedarte tranquilo, quédate tranquilo, porque te has dado cuenta de todo. Que eres muy sagaz y muy observador, sí que es verdad. Una mierda todo. Ahora vas y se lo cuentas a quién quieras'. Y salió por la puerta y empezó a hablar con aquella gente y parecía que realmente él mismo se creía sus propias mentiras. Y yo estaba allí ya solo completamente, oyendo las voces y las risas de aquella gente a la que Champollion les había contado todo aquello que yo no había vivido con él y que él pretendía hacernos pasar por verdadero y no me aguanté más y me fui con él fuera y le volví a preguntar 'oye, pero en serio... todo es una mierda ¿no?'. Y él, con cara ya de no aguantar mucho más la broma me djo 'que sí, que sí, que todo es una mierda, que es todo para pasar el rato y que no te creas nada, que estos son todos gilipollas y tú eres muy listo y me has pillado, ala, venga a casa tranquilito y... '. Y yo no sé qué me dio pero empecé a encontrarme mal. Mareadillo. Como con ganas de vomitar.
Despedí al grupo y me fui a mi casa. Con un cuerpo malísimo. Pasé la noche en vela. Yo creo que no dormí nada. Sé que a las seis o así de la mañana me desperté de una especie de duermevela y bebí algo de agua. Me volví a acostar. Soñé que Champollíon y yo estábamos en una zona del desierto que no me sonaba de nada, que una mujer se nos acercaba salida de una ventisca y nos decía que la piedra estaba en otra parte, diferente, que la habían encontrado por casualidad unos amigos de su hijo y que la tenían escondida para que no se la llevasen los ingleses. Y yo miraba a Champollion y miraba a la mujer y todo me sonaba rarísimo y sin ningún tipo de sentido, porque ese desierto parecía más centroasiático que norteafricano y yo me encontraba mal y tenía mucha sed y Champollion hablaba con la mujer y la mujer sacaba de dentro de unas túnicas que vestía una piedra con cosas escritas. Y Champollion me miraba y me enseñaba la piedra y me decía que 'ahora la mierda te la comes tú'.
Y me desperté de nuevo y me aseé y me vestí y salí a la calle a darme una vuelta y me encontré con Champollion, que llevaba la piedra de la que había estado hablando aquella noche anterior y me miró haciéndome un gesto con los ojos como diciendo '¿te lo tengo que decir otra vez?'.
Y yo con Champollion, que yo recuerde nunca he estado en Egipto ni en el Norte de África y porqué lo que cuenta este hombre es tan real y se mete en mis sueños para... yo que sé.
De verdad que yo que sé.

lunes, 9 de mayo de 2016

Juanito Piquete en el Cinc. Un concierto libertario.



Ramoncín. Lo digo ahora y así dejo en el ambiente una nube de mal rollo. Nubes. Raining in my heart. A las once de la mañana, para solucionar temas de frío y mala aclimitación a un mes de mayo que recordaremos como un noviembre amargo, nos dirigimos a la Churrería Manchega para calzarnos un chocolate que parece de mentira y unos churros y unas porras por si acaso. Departimos, nos damos cuenta nuevamente que el tiempo es severo y no perdona o quizás es indulgente y te hace un favor, comentamos y decidimos ir a la Plaça a buscar a la Pepa, pero allí no hay Pepa porque con ese tiempo se habrán dado a la fuga y con una tropa heterogénea nos vamos al Cinc. Hay concierto. Manhattan. Santa Coloma. Un disparate de actividades.
Concierto de Juanito Piquete acompañado a la guitarra del Wallace. Es la segunda vez, creo que puede que haya habido una tercera en el Línea que no recuerdo del todo haber vivido o quizás la confundo con un concierto en solitario del Wallace. Es posible. Y eso que un concierto del Wallace es inolvidable. Entrada más que aceptable en una mañana absolutamente infernal, pero los fieles a la causa no perdonan. Los fieles a los conciertos y los fieles a la causa.
Comencemos. El repertorio se basa en temas propios y en versiones de temas ajenos, algo que no debe sorprender al asiduo asistente a eventos musicales. Asimismo, abundan las interpretaciones de temas de cantautores o artistas desconocidos para el gran público, ni siquiera para el público entendido en artistas desconocidos, como yo. Me precio de ser un gourmand de la música, pero ayer me di cuenta de mi ignorancia en un segmento de la canción de autor que se me escapa. El cantante libertario. Guitarra y voz. Wallace toca y hace coros y Juanito Piquete canta. E interpreta. Es importante. Interpreta las canciones, porque se las cree. No las canta y ya está, las está interpretando, porque se cree lo que está cantando. Canciones a la huelga, a la lucha, a los trabajadores, contra el sistema, de recuerdo a gente que está pasando malos ratos, canciones de la calle, canciones para tiempos en los que hay que autoorganizarse, no hay que dejarse vencer por el conformismo, en definitiva, un concierto de canciones en las que se demanda que el público sienta tanto como el propio cantante. Juanito Piquete en algunas canciones se levanta del asiento porque no se aguanta sentado y termina con vehemencia algunos versos.
Jaime Gil de Biedma, Chicho Sánchez Ferlosio, y otra serie de poetas o cantautores, como digo, ven sus versos hechos canción en este concierto. Hay canciones más bonitas que otras, y me doy cuenta de que, prácticamente, no conozco ninguna. Hay una que ya he escuchado en otros recitales, la del jornalero, la de nuestros hijos nacerán con el puño levantado.
Me he tomado un chocolate con churros hace menos de una hora como aquel que dice, pero me tomo una cervecita testimonial. A la que sigue otra cervecita. Creo que me tomo una tercera. No lo creo, me la tomo. Voy a acabar con el estómago hecho polvo. Pero tengo que quedarme hasta el final si quiero enterarme de todo. Hay una versión de los Dead Kennedys que tampoco conozco. Juanito Piquete se despide anunciando un trabajo en solitario que interpretará cuando tenga el dedo bien, porque lo tiene vendado ahora.
Entre canción y canción, hay una presentación, la exposición de un tema, esta canción es de tal, lo tenéis que conocer, estuvo en nosedonde, hizo tal cosa, esta canción habla de tal, es tiempo en que nos tenemos que... podríamos hacer... es necesario que... vamos a... tal día en tal sitio hay un... esta canción está escrita hace tantos años y suena actual. Es un concierto libertario, pero en ocasiones, pocas ocasiones pero que se te graban como una puta mierda en la cabeza y no puedes evitar hacer la broma porque la bola negra es gorda pero más gorda es la hijoputez, cuando las canciones hablan de problemas de vida, de asuntos de angustia vital, de la calle, de la ciudad, de esas cosas que... uno tiene la impresión de estar escuchando a Ramoncín. Y sé que este último comentario me lo podría callar y meterme la lengua en el tal, pero llega un momento en el que da lo mismo un poco todo ¿no?
Los niños bailan frente a los cantantes que llaman a la revolución. Cantamos con media voz, sin gritar mucho, sin que se note que nos sabemos la letra pero no queremos quedar por encima del cantante, y hemos asistido de nuevo a un baño de autoconfianza.
Todavía hay quien canta estas canciones y se las cree. Y las canta sin parecer aburrido, viejo, pesado. Las canta creyéndoselas y, aunque uno esté ya a un nivel de reformismo vomitivo, las agradece. Aunque por fuera se ría. El payaso llora por dentro.
Al salir, el circuito habitual y mañana será otro día.

sábado, 7 de mayo de 2016

Te voy a querer siempre a.k.a yo te voy a querer siempre


Esto lo acabo de pensar ahora mismo, pero molaría que mientras leas esto, pensaras en Georgia Hubley tocando la batería antes de empezar a tocar Big Day Coming o algo así. Da igual. Ese rollo con la batería. Podría ser la otra versión de Big Day Coming, la bonita con la que empieza el disco, pero ahora mismo prefiero la otra, la del ruido. Y a la Georgia tocando antes de que empiece, poniendo a la gente en situación. Son cinco líneas más en el texto que no molestan.
Hace 185 años, aproximadamente, no me atrevería a datarlo realmente, en una de esas veces en las que todo tenía que ser la última vez, pronuncié unas palabras, entre lágrimas: te voy a querer siempre. A veces incluyo en el relato el ‘yo’, para que quede el ‘yo te voy a querer siempre’. En ocasiones (por no poner a veces otra vez) me parece redundante, otras veces me parece como más sentido. Da igual. Lo que no sabe nadie, ni siquiera sabes tú, que ya no te acordarás de mí, es lo que sucedió ese día cuando salí de tu casa con la intención de no volverte a ver nunca más, porque todo era nada y había que ser perfectamente consciente de que nada lleva a ningún sitio. Esto no te lo he contado nunca. Al salir de tu casa, en la esquina, un señor con aspecto bastante convencional, que tampoco creo que fuera mucho mayor que yo o que fuera llamativamente reseñable, de esa gente que te cruzas por la calle y no reparas, ni te fijas ni nada, digo, una persona que para nada piensas que te va a dar la existencia te dice, me dijo, ‘perdone, caballero, me acompaña un momento’. Ni siquiera hizo ademán interrogativo, como preguntando, lo daba por sentado. Me acompaña un momento. Voy. Yo estaba con una pena devastadora, una de esas penas devastadoras que me dan y que seguramente se me pasarán en breve porque estoy digitalmente destinado a eso, pero en ese momento me podría haber alistado al Ejército Macrobiótico de Liberación que me hubiera dado igual y le dije que sí, que adónde había que ir y el señor aquel me dijo que daba igual que allí mismo valía.
Y me sacó unos papeles, con un logo arriba que representaba así como una cosa que luego se iba a parecer a todas las cosas, a todas las cosas, a todas las veces que hemos hablado, que hemos estado, que hemos ido, que nos hemos reído, a todos los sitios que hemos estado, a toda la gente con la que hemos hablado, con la que hemos hablado, con la que hubiéramos hablado, a todas las cosas que es posible de las que hayamos hablado y creo que esto ya lo he repetido pero no hemos parado de hablar y hablar y hablar y esto lo he sabido luego cuando ya no hablamos pero recuerdo la forma de ese logo y en realidad no la recuerdo, me viene a veces como de una forma… no sé. Me pasan cosas muy raras últimamente. Quiero que me pasen cosas muy raras últimamente para podértelas contar. El caso es que miré el logo y no reconocí lo que era pero de todas formas firmé, porque ese día, ese primer día, hubiera firmado cualquier cosa y era algo así como que sí, que me comprometía a ‘quererte siempre’.
En un principio suena bien. Con la camisa abierta. Con una guitarra acústica, o electroacústica en la mano, entornando los ojos, cantando ‘te voy a querer siempre’. ‘Te voy a querer siempre’. Como si cantases ‘Unforgettable’ o ‘Memories’ o ‘Yoy make me feel so young’. Algo así. Te voy a querer siempre. Hace gracia. Como el que te pide la hora, o dónde está la calle Sant Ramon que tengo que ir a una cosa, o si el Grunge estaba en la calle Sant Ramon o en otra calle. Y estás pensando en la calle Sant Ramon jugando al ajedrez y estás pensando en ir a otra cosa. Porque lo ponía en el contrato. Llevo no sé, 256 años así. Pendiente del contrato. Te voy a querer siempre,
Aquel buen señor me hizo firmar un contrato que no leí. Y yo me fui a mi casa y pasó el tiempo y patatín y patatán. Y los dedos de mis manos dicen que yo soy una persona que mucho mucho, pero que luego se me pasa todo y que al poco ya estoy otra vez con la guitarra en ristre y haciendo el cucamonas por los campos de España. He puesto España en el Word y lo ha corregido solo. Estoy escribiendo en el Word hoy. No me quiero equivocar. Lo que no sabía el que me dijo lo de los dedos es que yo había firmado un contrato. Te voy a querer siempre. y te he estado queriendo siempre durante estos últimos 876 años. No se pasa. No es tan fácil.
No estoy contando nada de lo que ha pasado en los últimos 1235 años. La vida ha sido más o menos lo que pensaba. El contrato ha seguido vigente porque no me he vuelto a encontrar a ese señor nunca más. Te he seguido queriendo siempre. Ha sido inútil cualquier consideración, cualquier cosa. No se me ha pasado. Tú ya no te acordarás de mí, y ya no tengo redes sociales por las cuales seguir tus andanzas. Me sigo acordando de cosas. De esas cosas que ya me resultaban lo más bonito que había en todos los mundos posibles, en todas las dimensiones, en todo lo que hubiera antes. En una risa bajando de un tren, en una risa en cualquier otra parte, en algo que pareciera una risa en cualquier sitio. En un mal día sin risas y cuando más hacían falta las risas. En esas cosas que hacían que no se me pasara nunca. Te voy a querer siempre. Y es un contrato con unas contrapartidas un tanto discutibles.
Llevo 2500 años pensando en este texto. Acaban de pasar 3489 años desde que pasó todo. Pienso en una cajita, encerrado en una cajita donde están mis cenizas, al lado de un limonero, que te voy a querer siempre. Que el contrato debe seguir vigente, aunque yo sea el único que se lo crea.
Que tengas un feliz día.