Hay momentos en los que la vida pasa lejos de Santa Coloma. Hay momentos en los que uno necesita saber que hay otro mundo. El miércoles, viniendo en el autobús desde el Primavera Sound, vi a un chico que venía con unas bolsas de Rough Trade. Era de Santa Coloma. Un par de días después, le vi en la Plaça Pau Casals en el concierto tributo a AC/DC de las fiestas del barrio. A quien me quiso escuchar le dije, 'mira, este estuvo el día que era gratis el Primavera y ya no ha vuelto, como hicimos nosotros'. Hoy le he vuelto a ver. Es el Primavera de los pobres.
El Primavera Sound es un festival que mola mucho. Progresivamente, con el paso de los años, ha ido cayendo un poco en lo que caen todos los festivales que se hacen en este país, se convierte en una fiesta al servicio de los guiris y de la gente que puede pagarse un abono, y lo que cuesta pasárselo bien dentro del recinto. Una birra, una miserable birra, tres eurazos, una birra 'grande', cuatro o cinco chejels. Es caro, si te duermes a la hora de comprar el abono, la cifra se convierte en astronómica y por mucho que te guste el cartel, lo primero es antes. Este año no hemos ido, el año pasado tampoco.
Pero el miércoles, aprovechando que era gratis, nos acercamos a ver, a tomar algo de placebo de festival. Empezamos. Vamos con la disyuntiva de saber si toca Sr. Chinarro o los Solynieve. Es el Chinarro. No me gusta, me parece que canta siempre igual, que hace una música poco estimulante, que es demasiado flojo. Pero somos los únicos que pensamos así. Al resto del mundo le gusta. Al menos a los nacionales. Hoy hay mucho nacional en el Primavera. Es el día de los pobres. Hay guiris, claro, pero menos. El segundo grupo se llama Goat. Son unos suecos que salen enmascarados. El sonido al principio es lamentable. Es como cuando te dejas la clavija del auricular sin meterla del todo dentro de la... pues eso. Al final, aprietan y suena todo mucho mejor. Hacen una música muy guapa. Ahora progresiva y setentera, ahora como si fueran Tinariwen, ahora más latina, ahora más africana de nuevo, y siempre con un componente como digo progresivo, rockero, muy buenos. Y deben ser muy jóvenes. Las dos cantantes van con túnicas y máscaras, se mueven como nuestra amiga Pepa cuando baila en las fiestas del pueblo. Molan bastante. A veces se parecen a Can. A la gente les gusta. Empieza a haber más gente. Finalmente, es el turno de Suede. No es Suede un grupo que me guste demasiado, pero reconozco que tienen algunas canciones que sí, especialmente So young. Problema, que el bombo suena demasiado y desluce todo, pero todo el concierto. Porque las canciones no se merecen ese bumbum constante. Se cargan el concierto. El cantante se conserva bien, aunque recurre en demasiadas ocasiones al mesaianismo de 'me entrego al público' y me gusta que me toquéis y esas cosas. Y a que el público también haga los estribillos así en falsete que tan bien le salían antes. Me gusta que toquen So Young y que me haya emocionado un poco. Qué tontería.
Del resto de días, solo sé que hay vídeos de AIR en los que la gente habla mucho y la Sanme dice que Nacho le ha dicho que se fue porque era un poco... y que la gente hablaba mucho. No tengo más noticias.
Hoy no pensábamos ir, pero al parecer el Mau, nuestro Mau, tocaba. A las cinco, para allá. El Primavera de los pobres. Efectivamente, está el chico de Santa Coloma grabándolo todo con una cámara. Es gratis también. El Mau hace un concierto muy bonito en el espacio cerrado del CCCB, está bien de gente, pero a él se le ve algo nervioso. El Mau lo toca todo, lo graba con el loops y va añadiendo cosas. Hay muchas canciones que parecen como latinas, como argentinas, de esas de Atahualpa Yupanqui, no sé, una cosa rara. Se hace el concierto cortísimo. Al salir, elchristian dice que toca uno que toca con Deerhunter. No conozco casi nada de Deerhunter. Hay unos tíos tocando con un pavo tocando el saxofón. Un señor así delgado, trajeado, con sombrero. Están como empezando a tocar. Al cabo de diez minuto siguen como empezando a tocar. Cuando llevan media hora te das cuenta de que es que es así. Que es como que están empezando a tocar pero la canción es así. Un bucle. Mola, al final mola todo. Esa es la parte optimista. Pero no lo es. Nos vamos porque queremos ver a unos que... o porque se está más fresquito dentro de la otra... empezan a tocar unos brasileños que se llaman Inky. No molan nada. Mucha fiesta, mucho bombo, una cacafú de sonido. No molan. Me aburro. Hablo, pero hablo poco. Me dicen que estoy negativo. Intento estar positivo. Pero la música es una trufa. Aguantamos un pcoo. Me pido una copa de vino blanco en lugar de las cervezas de antes. Cunde más. Cuesta dos euros y medio y te ponen un campanillón de vino blanco. Es un vaso de plástico pero yo pido una copa. Estoy idiota.
Vemos a mucha gente. Los pobres vamos al Primavera a ver a la gente bien. Mi hermano dice que esa gente tiene que trabajar de cosas raras. Diseñadores o algo, porque a nadie le dejan ir a currar con tanto tattoo. Le cuento lo del tatuaje en la oreja, dentro de la oreja, que diga 'si estás leyendo esto, ve a por un vaso de agua'. Se ríe. Vemos rubias, vemos morenas, chicos que se parecen al Damo Suzuki, vemos chicas tan guapas que no da tiempo a nada, vemos muchachos con los calcetines negros subidos para arriba. Vemos a gente que es de Santaco. Vemos a los de los Fanta, vemos al Sergi de la Assemblea Groga, al Nacho de la San. Hablamos entre nosotros. Vamos a ver a Mudhoney.
No conozco casi nada de Mudhoney. Cuando llegamos ya llevan un rato. No conozco ni una sola canción. Intento recordar que tocan una que dice algo como 'at the end of my days', pero creo que no me voy a acordar. No me desagradan. Veo chicas muy guapas, hacemos cálculos de cuántos años o mejor dicho, de cómo debe ser una chica de cuarenta años. O cuarenta y uno. Y ahí nos vamos entreteniendo. Acaban los Mudhoney como si no hubiera pasado nada y tocan los Black Lips.
A mí los Black Lips no me gustan. Me aburro. Van de super festivos, de tíos así como muy de la fiesta, pero yo me aburro. Y les he visto dos o tres veces. Nada. Otra vez igual. No sé qué tienen que suenan mal, que están demasiado por la broma y la canciones son ya como demasiado lo mismo siempre. A falta de una cuantas canciones, ya estamos pensando en irnos. En una de las canciones, del principio, una pareja sube al escenario y él le pide matrimmonio en... qué bonito. Pero se me ocurre la broma de decir que molaría subir al escenario a decirle a alguien que lo dejas. El mundo te odiará tanto...
Acaba el concierto y no esperamos ni a los bises.
Ya podemos decir que hemos ido al Primavera. Vengo roto del Primavera. El Primavera de los pobres. Nos hemos codeado un rato. Y ya estamos aquí otra vez. He pensado cosas positivas casi todo el tiempo.
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domingo, 5 de junio de 2016
domingo, 1 de junio de 2014
Primavera Sound - Sábado
Redención. Justo cuando parecía que el crepúsculo de nuestra vida asomaba el hocico y nos decía: volved a casa, mirad una peli, escuchad música en una cena con vuestros amigos... remontamos el vuelo y despedimos este simpático festival del Primavera Sound con una marathón de música de unas doce horas que ríete tú de...
Empezamos con la visita reglamentaria al bar, con su cerveza y su tequilita y su siempre cariñosa despedida del propietario y de su familia. Hasta el año que viene... pero si vivís en Santa Coloma... ya, pero... a saber cuándo vamos a volver por la Rambla Prim. Vamos deprisa que tenemos que ver a los Television y ya seguro que nos comemos medio concierto. Pese a que elabel considera que hemos llegado de puta madre, yo creo que nos hemos comido un par de canciones. Television viene a tocar el Marquee Moon enterito. El Marquee Moon es uno de esos discos que todos los niños y niñas deben escuchar alguna vez en la vida para saber qué es eso de tocar bien. Un disco mayúsculo. Tocan las canciones desordenadas y se dejan para el final Torn Curtain y Marquee Moon. Hay una disputa por saber cuál de las dos es mejor. Hay mucha gente, se está bien en el solete y hay buen ánimo en las filas. Ha venido elOscar con su hijo elArnau, que tiene trece años y que viene a ver a Kendrick Lamar. Un rapero. Es aparecer el niño y todos volcarnos con él. Que si escucha esta que si que es buena, que si esta si que es guapa, que si esta mola más... y así. Termina el concierto y cagando ostias a ver a Caetano Veloso.
Ojito con la maratón. Llegamos y Caetano ya lleva una canción al menos. Caetano Veloso en directo, con la banda de su hijo, se supone que va a hacer un concierto rockero. Si va a hacerlo, yo espero que toque muchas cosas antiguas, pero no. Toca cosas que no conozco casi nada, y aún así molan mucho. Un conciertazo. Caetano Veloso tiene un cerro de años pero hace cosas que aquí, a su edad, creo que no hace nadie. De las que conozco toca Triste Bahía, cancionón aunque la acorta un poco. Un cancionón. Hay brasileñas entre el público y no hablaré de ello si no es en presencia de mi abogado. Toca la del Pan de Azúcar del Joia y para el bis la de la serie Tieta. Conciertazo, la verdad. Se queda uno con las ganas de haberle escuchado otro repertorio, pero nos hemos dicho que no vamos a ser exigentes, que nos va a dar igual todo y que hay que luchar. Bueno, sigamos.
De ahí nos volvemos por donde habíamos venido para ir a ver al tal Kendrick Lamar. Concierto de hip hop. Cuidado. No tenemos ni idea de nada. Cuidado. Vamos a ver. Cuando llegamos no hay mucha gente, no ha empezado, colamos al chaval en la zona VIP que resulta que no es tal zona VIP y que la han puesto ahí por dios sabe qué... Dejamos alabel, aloscar y alarnau en el concierto, en la zona vip, y nos salimos fuera contemplar el tema desde una perspectiva objetiva. El concierto a mí no me dice mucho, el muchacho no tiene mucho salchipirri que digamos, la banda que lleva no suena ni bien ni mal, y tiene unos bajos que se te meten en el esternón y... pero oye, a la gente le mola y el sonido es atronador. Y hay un huevo de gente. Pero un huevo grande. Termina el concierto y eloscar se quiere quedar a ver a Nine Inch Nails. Mi hermano apuesta por Seun Kuti. Dividimos la banda. No volvemos a ver aloscar y alarnau.
Seun Kuti debe ser otro hijo de Fela Kuti, el rey del Afrobeat. Y el concierto va de Afrobeat. Y ya está. Seun Kuti hace lo que hacía el padre, canta, toca el saxo, se quita la camisa y se queda medio en cueros... las coristas le ponen a uno tontorrón. La música es un festivalaco, a toda ostia, todo ritmo, pam pam pam, aunque no te guste o no lo entiendas. Va a degüello todo el rato. A tumba abierta. A muerte. Venga. Está ya uno que no puede despegar los pies del suelo pero resiste como un campeoncito. Cuando termina tenemos ahí un periodo de duda. Qué hacemos. Estamos en una media altísima de aciertos hoy. Cuatro conciertos y seguimos para bingo. Objetivo: Quedarnos hasta las 4 de la mañana a ver a los Za!
Para cumplir ese objetivo tenemos que ir a la parte fría del festival. A la parte heladora del festi. ¿Hemos comido ya? Vamos a comer. ¿O habíamos comido ya? Qué lagunaca.
Al fresquito. Allí vemos a una tal Helen Love. No la conocía de nada. Me parece una jovenzuela acompañada por un teclado y una guitarra eléctrica, que meten chumba chumba pero oye, me molan. Son muy ramoneros. Resulta que no es tan jovencita porque dicen elchristian y laana que están por allí que tiene a la hija detrás. Jopo.
Termina y al escenario de al lado a ver a los Ty Segall. Muy buen concierto de un grupete de rock que ya está uno casi olvidándose de cómo suena el rock en un escenario. Muy bien. Oye, a todos nos está gustando todo, esto está la mar de bien. Cuánto quorum. Parecemos Podemos.
Al otro escenario que empiezan los Za!. Un concierto de Za! en tiempos, era una experiencia tremenda, pero ahora, la cosa... que dios me perdone, pero veo ya demasiadas maquinitas y al final prácticamente se pasan el concierto con los cacharretes y no tocan. Que si, que muy bien y que todos somos de dios, pero a mí me parecía que la gracia estaba en otro lado. Recuerdos para los de Can Vies, en dos idiomas, y un concierto más. Me duele ya hasta el pelo.
Son las cinco o así, nos deberíamos ir. Pero... el horror. Entramos en una espiral de 'nos vamos, pero no nos queremos ir'. Dos horas dos. Dos horas dos deambulando entre chumba chumba. Dos horas dos, escuchando a alguien que creemos que es djcoco y no lo es. Dos horas en las que nos vamos a ve al djcoco y aquello es la marabunta de gente. Qué fotazas de escenario lleno de gente, pero mejor una foto de lalíder en plan crepúsculo o amanecida, que ya no me acuerdo.
Veredicto, no vamos. Nos vamos, nos vamos. Nos vamos. El año que viene habrá que volver. Por que no se diga. Pero vamos a tener que reflexionar sobre el cómo y el por qué. Porque uno así no puede vivir. Un día estamos de morros, al otro día esto es un no parar... sea como sea... hasta el año que viene.
Empezamos con la visita reglamentaria al bar, con su cerveza y su tequilita y su siempre cariñosa despedida del propietario y de su familia. Hasta el año que viene... pero si vivís en Santa Coloma... ya, pero... a saber cuándo vamos a volver por la Rambla Prim. Vamos deprisa que tenemos que ver a los Television y ya seguro que nos comemos medio concierto. Pese a que elabel considera que hemos llegado de puta madre, yo creo que nos hemos comido un par de canciones. Television viene a tocar el Marquee Moon enterito. El Marquee Moon es uno de esos discos que todos los niños y niñas deben escuchar alguna vez en la vida para saber qué es eso de tocar bien. Un disco mayúsculo. Tocan las canciones desordenadas y se dejan para el final Torn Curtain y Marquee Moon. Hay una disputa por saber cuál de las dos es mejor. Hay mucha gente, se está bien en el solete y hay buen ánimo en las filas. Ha venido elOscar con su hijo elArnau, que tiene trece años y que viene a ver a Kendrick Lamar. Un rapero. Es aparecer el niño y todos volcarnos con él. Que si escucha esta que si que es buena, que si esta si que es guapa, que si esta mola más... y así. Termina el concierto y cagando ostias a ver a Caetano Veloso.
Ojito con la maratón. Llegamos y Caetano ya lleva una canción al menos. Caetano Veloso en directo, con la banda de su hijo, se supone que va a hacer un concierto rockero. Si va a hacerlo, yo espero que toque muchas cosas antiguas, pero no. Toca cosas que no conozco casi nada, y aún así molan mucho. Un conciertazo. Caetano Veloso tiene un cerro de años pero hace cosas que aquí, a su edad, creo que no hace nadie. De las que conozco toca Triste Bahía, cancionón aunque la acorta un poco. Un cancionón. Hay brasileñas entre el público y no hablaré de ello si no es en presencia de mi abogado. Toca la del Pan de Azúcar del Joia y para el bis la de la serie Tieta. Conciertazo, la verdad. Se queda uno con las ganas de haberle escuchado otro repertorio, pero nos hemos dicho que no vamos a ser exigentes, que nos va a dar igual todo y que hay que luchar. Bueno, sigamos.
De ahí nos volvemos por donde habíamos venido para ir a ver al tal Kendrick Lamar. Concierto de hip hop. Cuidado. No tenemos ni idea de nada. Cuidado. Vamos a ver. Cuando llegamos no hay mucha gente, no ha empezado, colamos al chaval en la zona VIP que resulta que no es tal zona VIP y que la han puesto ahí por dios sabe qué... Dejamos alabel, aloscar y alarnau en el concierto, en la zona vip, y nos salimos fuera contemplar el tema desde una perspectiva objetiva. El concierto a mí no me dice mucho, el muchacho no tiene mucho salchipirri que digamos, la banda que lleva no suena ni bien ni mal, y tiene unos bajos que se te meten en el esternón y... pero oye, a la gente le mola y el sonido es atronador. Y hay un huevo de gente. Pero un huevo grande. Termina el concierto y eloscar se quiere quedar a ver a Nine Inch Nails. Mi hermano apuesta por Seun Kuti. Dividimos la banda. No volvemos a ver aloscar y alarnau.
Seun Kuti debe ser otro hijo de Fela Kuti, el rey del Afrobeat. Y el concierto va de Afrobeat. Y ya está. Seun Kuti hace lo que hacía el padre, canta, toca el saxo, se quita la camisa y se queda medio en cueros... las coristas le ponen a uno tontorrón. La música es un festivalaco, a toda ostia, todo ritmo, pam pam pam, aunque no te guste o no lo entiendas. Va a degüello todo el rato. A tumba abierta. A muerte. Venga. Está ya uno que no puede despegar los pies del suelo pero resiste como un campeoncito. Cuando termina tenemos ahí un periodo de duda. Qué hacemos. Estamos en una media altísima de aciertos hoy. Cuatro conciertos y seguimos para bingo. Objetivo: Quedarnos hasta las 4 de la mañana a ver a los Za!
Para cumplir ese objetivo tenemos que ir a la parte fría del festival. A la parte heladora del festi. ¿Hemos comido ya? Vamos a comer. ¿O habíamos comido ya? Qué lagunaca.
Al fresquito. Allí vemos a una tal Helen Love. No la conocía de nada. Me parece una jovenzuela acompañada por un teclado y una guitarra eléctrica, que meten chumba chumba pero oye, me molan. Son muy ramoneros. Resulta que no es tan jovencita porque dicen elchristian y laana que están por allí que tiene a la hija detrás. Jopo.
Termina y al escenario de al lado a ver a los Ty Segall. Muy buen concierto de un grupete de rock que ya está uno casi olvidándose de cómo suena el rock en un escenario. Muy bien. Oye, a todos nos está gustando todo, esto está la mar de bien. Cuánto quorum. Parecemos Podemos.
Al otro escenario que empiezan los Za!. Un concierto de Za! en tiempos, era una experiencia tremenda, pero ahora, la cosa... que dios me perdone, pero veo ya demasiadas maquinitas y al final prácticamente se pasan el concierto con los cacharretes y no tocan. Que si, que muy bien y que todos somos de dios, pero a mí me parecía que la gracia estaba en otro lado. Recuerdos para los de Can Vies, en dos idiomas, y un concierto más. Me duele ya hasta el pelo.
Son las cinco o así, nos deberíamos ir. Pero... el horror. Entramos en una espiral de 'nos vamos, pero no nos queremos ir'. Dos horas dos. Dos horas dos deambulando entre chumba chumba. Dos horas dos, escuchando a alguien que creemos que es djcoco y no lo es. Dos horas en las que nos vamos a ve al djcoco y aquello es la marabunta de gente. Qué fotazas de escenario lleno de gente, pero mejor una foto de lalíder en plan crepúsculo o amanecida, que ya no me acuerdo.
Veredicto, no vamos. Nos vamos, nos vamos. Nos vamos. El año que viene habrá que volver. Por que no se diga. Pero vamos a tener que reflexionar sobre el cómo y el por qué. Porque uno así no puede vivir. Un día estamos de morros, al otro día esto es un no parar... sea como sea... hasta el año que viene.
sábado, 31 de mayo de 2014
Primavera Sound - Viernes
Ese señor que se parece a Diego Carrasco es el Jota de los Planetas. Ayer, por sorpresa, anunciaron un concierto de Los Planetas con muy poca antelación y muy poca gracia. Pero fue, sin duda, lo mejor de la noche. Hola, es viernes y ha caído una nube que se ha cagado la perra por decirlo mal y pronto. Qué cosa tan graciosa que se pusiera a llover como si se acabase el mundo y el universo todo. De todas maneras vamos. La San, que es más valiente que todos nosotros ya está allí cuando está diluviando y ha visto a uno que hace versiones de Gainsbourg. Nosotros vamos a ver a los Planetas y luego que sea lo que dios quiera. Los Planetas empiezan a las nueve y media. Antes tocan los Kokotscka. Son unos chavales muy jóvenes que molan. Están bien, no me esperaba que fueran así. Luego hablamos de música si quieren. Hay bastante gente. Digo yo que podrían haber traído a los Solynieve aquí también. Ya no están el Erik con los Planetas, llevan a un batería jovencillo. Qué bien, qué bien, los Planetas a cada momento.
El concierto de los Planetas es un poco raro, que no han ensayado y se les nota que están..., pero están muy apañadas las canciones y lo que importa es el detalle. Romance de Juan de Osuna para empezar y Alegrías de un incendio para acabar. Mira que eres bonita, qué guapa eres, eres la más bonita de las mujeres. Ea. Cómo será la cosa para que uno de delante se ponga a llorar y todo. Así están las cabezas. Uno porque es muy fuerte y muy así, pero no se crean que no tocan la patata. Qué bueno. Así, en una carpa, tan recogiditos, y no con el mocazo que se marcaron con los Solynieve.
Y bueno. Casi decir que hasta aquí llega la crónica del día de ayer. Es el día en el que he hecho menos cosas de la historia del Primavera Sound. Mal síntoma. O no conozco a los grupos, o no me gustan, o algo pasa. Vamos a ver a los Pixies. Los Pixies sin la Kim Deal ya he dicho que a mí me dan un poco lo mismo. Si, tocan canciones muy guapas, porque son muy buenos, pero la verdad es que les falla algo. Y no les falla, porque suenan casi igual. Pero... y así me paso la noche. Es canela o es veneno. Y así toda la noche. Es canela, pero sabe a veneno, pero sabe a canela, pero es veneno. No me han disgustado, pero me han parecido igual. Las canciones del nuevo disco son... las que se parecen a las de antes, son como imitaciones, y las que no se parecen en nada... pues eso. Se acaba el concierto y mucha gente va a ver a The National. Y nosotros no.
Y mucha gente va a ver a muchos grupos. Y nosotros no. Hay unos que se llaman Slint que están tocando y que parece que no son malos pero... justo cuando estamos ahí integrados, terminan. Y no nos enganchamos con nada más. Vamos a comer algo, y ahí nos echamos las risas de la noche, con la peña rara que hay en el mundo, con ese muchacho con las botas de agua que debe ir recocido el muchacho... y eso. Que preocupa que nos lo pasemos mejor mirando a la gente que con la música. Hay otros que empiezan a tocar ya casi a la hora de irnos en el escenario principal... suenan a pumpumpum. Casi todo suena a pumpumpum. La gente va a bailar. Mayoritariamente la gente busca la primera excusa para ponerse a bailar. 'Aquí no podemos estar porque no podemos bailar'. Es lo último que se me hubiera ocurrido, ir a bailar. No quiero bailar. Quiero escuchar algo de música. No estar con otro conjunto de seres humanos saltando y con el bracillo para arriba moviendo la cabeza... pues no. Ya no. O nunca. No sé. Hemos estado con la tropa, pero hemos ido desertando. Al final hacía mucho frío.
Hoy será diferente, hoy veremos más cosas, pero no sé. Una sensación rara ayer. Como de que hemos desperdiciado el día. Si no llega a ser por los Planetas, no hubiéramos pintado nada. Y tampoco nos arriesgamos a ver cosas que no nos gusten. Ponemos malas caras, nos enfadamos con la gente, un horror.
Va, venga, que hoy termina. Vamos a llevarnos bien.
El concierto de los Planetas es un poco raro, que no han ensayado y se les nota que están..., pero están muy apañadas las canciones y lo que importa es el detalle. Romance de Juan de Osuna para empezar y Alegrías de un incendio para acabar. Mira que eres bonita, qué guapa eres, eres la más bonita de las mujeres. Ea. Cómo será la cosa para que uno de delante se ponga a llorar y todo. Así están las cabezas. Uno porque es muy fuerte y muy así, pero no se crean que no tocan la patata. Qué bueno. Así, en una carpa, tan recogiditos, y no con el mocazo que se marcaron con los Solynieve.
Y bueno. Casi decir que hasta aquí llega la crónica del día de ayer. Es el día en el que he hecho menos cosas de la historia del Primavera Sound. Mal síntoma. O no conozco a los grupos, o no me gustan, o algo pasa. Vamos a ver a los Pixies. Los Pixies sin la Kim Deal ya he dicho que a mí me dan un poco lo mismo. Si, tocan canciones muy guapas, porque son muy buenos, pero la verdad es que les falla algo. Y no les falla, porque suenan casi igual. Pero... y así me paso la noche. Es canela o es veneno. Y así toda la noche. Es canela, pero sabe a veneno, pero sabe a canela, pero es veneno. No me han disgustado, pero me han parecido igual. Las canciones del nuevo disco son... las que se parecen a las de antes, son como imitaciones, y las que no se parecen en nada... pues eso. Se acaba el concierto y mucha gente va a ver a The National. Y nosotros no.
Y mucha gente va a ver a muchos grupos. Y nosotros no. Hay unos que se llaman Slint que están tocando y que parece que no son malos pero... justo cuando estamos ahí integrados, terminan. Y no nos enganchamos con nada más. Vamos a comer algo, y ahí nos echamos las risas de la noche, con la peña rara que hay en el mundo, con ese muchacho con las botas de agua que debe ir recocido el muchacho... y eso. Que preocupa que nos lo pasemos mejor mirando a la gente que con la música. Hay otros que empiezan a tocar ya casi a la hora de irnos en el escenario principal... suenan a pumpumpum. Casi todo suena a pumpumpum. La gente va a bailar. Mayoritariamente la gente busca la primera excusa para ponerse a bailar. 'Aquí no podemos estar porque no podemos bailar'. Es lo último que se me hubiera ocurrido, ir a bailar. No quiero bailar. Quiero escuchar algo de música. No estar con otro conjunto de seres humanos saltando y con el bracillo para arriba moviendo la cabeza... pues no. Ya no. O nunca. No sé. Hemos estado con la tropa, pero hemos ido desertando. Al final hacía mucho frío.
Hoy será diferente, hoy veremos más cosas, pero no sé. Una sensación rara ayer. Como de que hemos desperdiciado el día. Si no llega a ser por los Planetas, no hubiéramos pintado nada. Y tampoco nos arriesgamos a ver cosas que no nos gusten. Ponemos malas caras, nos enfadamos con la gente, un horror.
Va, venga, que hoy termina. Vamos a llevarnos bien.
viernes, 30 de mayo de 2014
Primavera Sound - Jueves
Crónica de un jueves que es como un viernes. El Primavera Sound llega de nuevo a nuestras vidas, convirtiendo al necesitado en esponsorizado. Si el festival está esponsorizado hasta la náusea, yo también. Bueno. Todo viene precedido de un miércoles espantoso de nervios y chascos, resueltos con un muy bien y unos cuerpos de aquella manera. Pero la vida no para y uno está para lo que haga falta y el jueves no se descansa. Vamos. Al lío.
Todos concentrados en el bar de rigor, en Rambla Prim. Qué majos son los del Bar Nou de la Rambla Prim. Y la sola mención de la Rambla Prim ya me pone triste. Porque más allá de la Rambla Prim, ay. Y al final, no es nada tan peliagudo como parece. Las cosas son como son. Han dicho que iba a llover y estamos acojonados por el frío. Así que me llevo paraguas, suetercillo, camisa manga larga, chaquetilla con capucha. Por si acaso. Coger la targeta y la entrada cuesta tan poco y es todo tan rápido que uno se pregunta qué coplas hacían los años anteriores para organizar los pitotes que montaban para una operación tan simple. Vamos. La alineación es la siguiente, elpako, eltoni, elchristian, elabel. Estamos en el bar y pitando a ver a los Solynieve.
Han puesto a los Solynieve allí al final del mundo, casi en Hospitalet. Vamos, corriendo, que ya han empezado. Al entrar nos dan unas bolsitas muy cómodas para llevar toda la mierda que nos hemos traído. Hay mucha gente ya y no hemos sino empezado la tarde. Son las seis. Vamos. Llegamos y nos llevamos el primer chasco de los muchos que se lleva uno en este festival, al que jura y perjura que ya no va a volver, pero que siempre termina picando. Resulta que han puesto una zona vip delante del escenario, por lo que hay como unos veinte metros delante del escenario en el que no hay nadie. Los Solynieve tocan ante una gente que está viéndoles así como a lo lejos. Tocan con poco entusiasmo, porque quizás desde lejos no se aprecia el ánimo. Tocan, las conocidas, más o menos. No sé, creo que yo me he cansado más llegando que ellos tocando. El Jota se despide de la gente, con una barba que se ha dejado que parece Diego Carrasco. El Ferrón ha hecho un cambio de look tan grande que parece otra persona. Decidimos, después del alegrón de concierto, volver al bar de fuera y tomarnos todas las birras posibles. Mil puntos para las dos muchachillas del barrio que ante el aluvión de rubios declaran un sonoro 'ay los payos ya con la prisa'. Mil puntos a sus pinzas en el pelo. Mil puntos a poner los puntos sobre las íes.
Entramos al cabo de hora y algo otra vez. No tenemos claro qué queremos ver. Hay disensiones en el grupo. Se suman lalíder y laana. Y lamar. Más incertidumbre. Yo quiero ir a ver a SVPER, pero también algo a los Neutral Milk Hotel. Hay mucha gente para ver a los Neutral... me decido a no verlos cuando salen y cantan esa de i love you jesuschrist. Me quedo a ver la canción y en cuanto acaban... a correr, al escenario del frío y el viento, allí donde el año pasado tocaron Hidrogenesse a ver a los SVPER. Al final nos quedamos lalíder y yo. Perdemos al resto. Por el camino, me cruzo con Servando Carballar de Aviador Dro, le saludo, le doy la mano. En el concierto vuelve a estar allí y me hago una foto con él. Qué grande. Nuclear sí, por supuesto. Me gustan los SVPER. Me obligo a que me gusten. Un chico y una chica con sus cacharretes. Me molan. La del afilador la tocan al final y me gusta mucho. Todas. Muy bien. Venga, a ver a los Queens of the stone age.
Tengo prevención hacia este concierto, sospecho que va a ser un ñordo. Nos encontramos de nuevo con toda la gente. Venga. El Josh Homme ya es todo el grupo. Empieza con una del Songs for the deaf. Si va a tocar muchas de este disco, bien. Pero toca pocas. El concierto es así así. Toca la que abre el Rated R, cancionón. Y se despiden con otra del Songs for the deaf. Brutal. Muy bien. Salto y bailo como si no hubiera un mañana. Y se me suben los gemelos. Qué mierda llegar a mayores.
Siguiendo a laana vamos a ver a los Arcade Fire. Le gustan a laana, a la mar... y a nadie más. Estamos allí un rato, tres canciones, mucha gente, me tiran dos cervezas al suetercillo, las manos llenas de birra. Un horror. Vámonos a donde sea. Mi hermano quiere ver a Charles Bradley.
No conozco a ese señor. Vamos igualmente. Es un cantante de soul, un señor mayor que lo hace muy bien. La banda es de jovencitos aplicados, lo hacen todos muy bien. Pero a mí me da el bajonazo y me agobio. No me dicen nada. Empiezo a plantearme lo de pirarme. Mi hermano intenta convencerme de que molan pero no hay manera. Terminan y vamos a ver qué hacemos. Es tarde ya. Vamos para el escenario de la entrada donde tocan unos que se llaman... Materia... no Moderat. Una chufla. No me gustan nada, pero a la peña le vuelve loca el tema de unos falsos kraftwerk. Me estoy agobiando de verdad y me quiero ir ya para casa. Finalmente convenzo alabel para que se venga y ya mañana con más tiempo.
Tiene uno la sensación de que ha visto poca música para todo el rato que lleva en danza. Preocupante.
domingo, 26 de mayo de 2013
Primavera Sound - Sábado
Las piernas, las piernas, las piernas, mi rodilla, cómo me dolía la rodilla ayer todo el día doliéndome. La rodilla y las piernas, qué mal. Todo el día, todo el día doliéndome la rodilla. Y cuál fue la medicina... pues más paseos y más frío, y más tralla. Por que sí. Por que uno tiene una obligación y un compromiso con la música, la guaracha y el mambo. Y más aún si uno va esponsorizado y su presencia ya no viene dada por las ganas si no por el sistema que excluye al necesitado y le hace estar atado a patatín y patatán.
Nos vamos a las seis y algo, casi las siete y llegamos a las siete y media al bareto. Estamos en el bareto una hora haciendo acopio de birrulis para luego no tener que gastar más de lo necesario allí dentro. Una idea que comparten varios de los que allí estamos porque ya nos conocemos las caras de algunos. Alemanes como templos esperando a ver el fútbol. Y más ropa. Por que el asunto estriba en que ya no hay pantalones cortitos, ya no hay shorts. Las muchachas de verde, modelos de pasarela que enseñaban unas piernas larguísimas, han recatado su vestir y llevan ya pantalones largos. Y todo el mundo se ha acordado de las chaquetas y yo me he puesto un suéter. La primera vez en la vida que me pongo un suéter para venir.
Hacemos tiempo y vamos a ver a Hidrogenesse. En el escenario más frío del mundo, donde pega el aire más horroroso de todo el festival condenado. Festival condenado. Hidrogenesse salen bien pertrechados. Genís no se ha puesto el vestidito, va tapadito y tiene todo el derecho a taparse porque válgame la virgen qué frío. Un concierto divertido. Tocan canciones del último, del Tuning, algunas del Animalitos y dicen que tocarán la de Disfraz de Tigre al final. Y la tocan al final. Tocan la de la A-68 y la de No hay nada más triste que lo tuyo. Qué divertidos son. Acaban y nos vamos dando una vuelta a... al mismo sitio. Porque en el mismo sitio tocan Tarántula.
Tarántula son un grupo de aquí, cuyos integrantes son habituales de sitios de la ciudad, y para el concierto cuentan con la colaboración nuevamente de todos los Za!. Bueno, un concierto que no está mal, la verdad. Pero es que hace un frío que dan ganas de morirse allí mismo. Ya hemos visto a Tarántula. Toca también el Crepúsculo con ellos, como antes. Con el teclado y tal. Pues qué bien. Un concierto majo. Dos conciertos majos llevamos ya, los dos nacionales. Mi amiga S., me lo recrimina. Sólo veo cosas en apañó. Pues casi que sí. Y se nota que hay cosas en apañó, porque el público es preferentemente nacional hoy y hay menos gente. El frío, debe ser. Lo dicho, dos veranos así y nos quedamos sin turismo y entonces qué.
Los Planetas a continuación, vienen a tocar el disco Una semana en el motor de un autobús. Discusiones previas sobre discos: Unidad de desplazamiento, Contra la ley de la Gravedad, Encuentros con entidades, una semana en el motor de un autobús. Confundo canciones de todos estos discos. Me suenan unas, otras las habré escuchado mil veces y no sé cómo se llaman. Un desastre. Tocan la de 2º premio, la de La Playa, la de Cumpleaños total... y las que no conozco. El concierto está bien, muy bien. Tres de tres.
Y habrá que ir a ver a los My Bloody Valentine, que tocan allí en la quinta castaña. Pues vamos, va, el último servicio a la patria. Vamos. Venga. Un horror de caminata. Me duele hasta el alma. Vamos. Vamos. Y llegamos y ya han empezado. Estamos muy lejos. Hace unos años vinieron a tocar y fue una de las experiencias más tremendas de mi vida. Qué ruido, amigos. Ayer... menos ruido porque estábamos más lejos, así que me lanzo hacia delante y cuando la barrera de rubios ya no me permite avanzar me quedo quieto. Quieto todo el rato. Qué ruido y qué bien. Me gusta. Al final hacen el número del ultraruido y tal, pero más cortito que la vez aquella.
Y nos vamos. Y nos fuimos. Y perdimos gente por el camino. Mi espónsor, por ejemplo. Nunca le agradeceré lo suficiente el regalo de cumpleaños. Hasta el año que viene.
Por que sí, hoy es mi cumpleaños.
Se toman alguna a mi salud!
Nos vamos a las seis y algo, casi las siete y llegamos a las siete y media al bareto. Estamos en el bareto una hora haciendo acopio de birrulis para luego no tener que gastar más de lo necesario allí dentro. Una idea que comparten varios de los que allí estamos porque ya nos conocemos las caras de algunos. Alemanes como templos esperando a ver el fútbol. Y más ropa. Por que el asunto estriba en que ya no hay pantalones cortitos, ya no hay shorts. Las muchachas de verde, modelos de pasarela que enseñaban unas piernas larguísimas, han recatado su vestir y llevan ya pantalones largos. Y todo el mundo se ha acordado de las chaquetas y yo me he puesto un suéter. La primera vez en la vida que me pongo un suéter para venir.
Hacemos tiempo y vamos a ver a Hidrogenesse. En el escenario más frío del mundo, donde pega el aire más horroroso de todo el festival condenado. Festival condenado. Hidrogenesse salen bien pertrechados. Genís no se ha puesto el vestidito, va tapadito y tiene todo el derecho a taparse porque válgame la virgen qué frío. Un concierto divertido. Tocan canciones del último, del Tuning, algunas del Animalitos y dicen que tocarán la de Disfraz de Tigre al final. Y la tocan al final. Tocan la de la A-68 y la de No hay nada más triste que lo tuyo. Qué divertidos son. Acaban y nos vamos dando una vuelta a... al mismo sitio. Porque en el mismo sitio tocan Tarántula.
Tarántula son un grupo de aquí, cuyos integrantes son habituales de sitios de la ciudad, y para el concierto cuentan con la colaboración nuevamente de todos los Za!. Bueno, un concierto que no está mal, la verdad. Pero es que hace un frío que dan ganas de morirse allí mismo. Ya hemos visto a Tarántula. Toca también el Crepúsculo con ellos, como antes. Con el teclado y tal. Pues qué bien. Un concierto majo. Dos conciertos majos llevamos ya, los dos nacionales. Mi amiga S., me lo recrimina. Sólo veo cosas en apañó. Pues casi que sí. Y se nota que hay cosas en apañó, porque el público es preferentemente nacional hoy y hay menos gente. El frío, debe ser. Lo dicho, dos veranos así y nos quedamos sin turismo y entonces qué.
Los Planetas a continuación, vienen a tocar el disco Una semana en el motor de un autobús. Discusiones previas sobre discos: Unidad de desplazamiento, Contra la ley de la Gravedad, Encuentros con entidades, una semana en el motor de un autobús. Confundo canciones de todos estos discos. Me suenan unas, otras las habré escuchado mil veces y no sé cómo se llaman. Un desastre. Tocan la de 2º premio, la de La Playa, la de Cumpleaños total... y las que no conozco. El concierto está bien, muy bien. Tres de tres.
Y habrá que ir a ver a los My Bloody Valentine, que tocan allí en la quinta castaña. Pues vamos, va, el último servicio a la patria. Vamos. Venga. Un horror de caminata. Me duele hasta el alma. Vamos. Vamos. Y llegamos y ya han empezado. Estamos muy lejos. Hace unos años vinieron a tocar y fue una de las experiencias más tremendas de mi vida. Qué ruido, amigos. Ayer... menos ruido porque estábamos más lejos, así que me lanzo hacia delante y cuando la barrera de rubios ya no me permite avanzar me quedo quieto. Quieto todo el rato. Qué ruido y qué bien. Me gusta. Al final hacen el número del ultraruido y tal, pero más cortito que la vez aquella.
Y nos vamos. Y nos fuimos. Y perdimos gente por el camino. Mi espónsor, por ejemplo. Nunca le agradeceré lo suficiente el regalo de cumpleaños. Hasta el año que viene.
Por que sí, hoy es mi cumpleaños.
Se toman alguna a mi salud!
sábado, 25 de mayo de 2013
Primavera Sound - Viernes
La virgen de Rute, qué frío mama. Qué frío del copón y qué frío madre. Pensamiento de viernes por la mañana: 'hoy me pongo un polete y con la chaqueta ya paso, que ayer...'. Pues salir a la calle y tener sensación de fresquete, todo uno, y ya a partir de ahí una rasca que va en aumento toda la tarde para llegar a una noche gélida de morirse uno del frío. Ya a las dos o las tres de la mañana, parece que las cosas se arreglan un poco y se puede medio estar. De verdad, qué frío. Otoño Sound. Invierno Sound. Los guiris en su salsa, pero los nacionales con las capuchitas puestas y las bufandas y lo que hubiera por delante. Qué penica la gente que fuera repartía estos bonitos flayers de las cangrejeras, -quizás una de las prendas más odiadas por mi persona- y qué caricas de frío que tenían los pobres. Cangrejeras con este frío horroroso.
Empieza la tarde ya tarde. Queremos ir a ver a los Pony Bravo y elegimos el medio de transporte menos transitado, el b-20 y luego pateada hasta el lugar de los hechos. Cuando llegamos, Pony Bravo ya llevan más de medio concierto y han cantado la de la Ninja de Fuego, que es la que más me gusta a mí. Tocan cuatro o cinco canciones, larguitas, con un rap al final muy molón en el que destaca una frase: 'yo eso de cambiar el mundo lo veo una gilipollez, yo quiero simplemente hacer algo divertido'. Y la gente aplaudía y se reía. No sé. O no lo entendieron o no entendí yo las risas. Les acompañaban en esto los Za, que se apuntan a todas. Los Pony Bravo son raros, muy raros, pero me gustan. Estas últimas de contenido satírico, reivindicativo y chufla, me gustan también. Había mucha gente y ya, a las seis de la tarde, empezaba a hacer rasca en la sombra.
La siguiente fase la pasamos el joven hermano y yo en el bar de siempre. Vemos pasar a la gente y eso. Nos salimos y volvemos a entrar. Hay muchos guiris, es verdad, pero me fijo en una cosa, hay muchos nacionales. Lo que pasa es que nos esforzamos tanto en parecernos a los guiris...
Seguimos con la noche, adelante con ella. Vamos a entrar, entramos, mucho frío ya, copón qué frío, y empezamos a buscarnos y a encontrarnos con todo el resto de la tropa. Que si aquí, que si allí... la verdad es que se nos va pasando la noche y no vemos nada. No hay nada interesante hasta que empiezan las Breeders. Las Breeders, el grupo de las hermanas Deal, tan guapas de lejos y cuando les ponen primeros planos se les ven las arrugas, que ya tenemos una edad. Siguen siendo guapas, a mí me han parecido guapas siempre, con esa cara de perenne sonrisa como de idas. Bien. Van a tocar el disco The Last Splash, entero. El disco tiene más años que la tana, de cuando yo iba a la uni. Me acuerdo de que una chica de mi clase llevaba una camiseta de las Breeders siempre. Siempre, siempre. Este disco no lo tengo yo muy bien calificado, pero me gusta escucharlo así en directo. Me gusta, y, aunque hay fallos en el sonido, con cortecitos que pueden parecer imperceptibles pero no lo son, la cosa termina estupendamente. Hacen también la versión de los Beatles del 'Happiness is a warm gun'. Pues muy bien, de verdad. Menos mal que se nos ponen unos osazos pardos franceses al lado que hacen de pantalla con el airazo gélido que casca. Qué frío pavoroso, por dios.
Disyuntiva, qué ver. Jesus and mary chain o Tinariwen. Gana Tinariwen. Elabel y mi joven hermano nos vamos a los tuaregs de guitarras eléctricas. Un conciertazo. Ha venido hasta el jefe de los Tinariwen y canta unas pocas canciones, no todas, que se cansa o algo. Muy bien. A mi lado, hay algunas chicas de por allí que bailan como descosidas. Qué concierto más bueno. Pero uno tiene la sensación de que me estoy perdiendo a los Jesus and Mary Chain. Me gustan mucho a mí y no los voy a ver. Es que ya los ví, y en directo me decepcionaron un poco. Así que me quedo con el valor seguro. Estamos arrebujaditos unos contra otros del frío que hace. Termina el concierto y nos encontramos con la tropa delabel. Y nos llevan a ver a un tal James Blake, que desconocemos totalmente. Escenario principal.
En fin. En fin, en fin. Era, como decirlo, como Antony an the Johnsons, pero sin Anthony ni los Johnsons. Un muchacho rubito sentado en el piano, muy mono, muy bonico, y con la misma voz del otro, y una música coñazo de dimensiones rascacielísticas. Qué rollo patatero. Pero aguantamos todo el concierto a nuestras cosas, porque había gente que estaba allí por eso. En fin. Un fulazo.
Ahora que recuerdo, no hemos visto ni a Mulatu Astakte o Askatke y tampoco a Daniel Johnston, que tocaban en el Auditori. Todo no puede ser.
Ale, pues terminado el suplicio del James Blake y su rollo, nos vamos a ver en peregrinación a Blur. Concierto de los más esperados por la peña, al parecer. Yo y Blur tenemos una relación de amistad a partir de algunas canciones que nos gustan mucho. Yo y Blur. Blur y yo. Tocan las canciones más conocidas y las que no son tan conocidas son un poco tostón. Un plomete. Hace tanto frio, carámbanos. Pero bueno, tocan las buenas y tan contentos. Muchísima, pero muchísima gente. Y para sorpresa mía, estamos rodeados de gente de aquí. Claro, que estamos tan lejos, que es como verlos en Badalona. Bien. El cantante está vejete y tiene un diente de plata. Y el guitarra está como agobiado, aunque a veces hace piruetas y se tira al suelo. Tocan una hora y algo y andando. The Cure, por recordar a una banda mítica y separar el grano de la paja, se marcó tres horazas y algo de concierto. Sin anestesia.
Y a partir de ahí, con las piernas destrozadas y más cansados que la leche, a buscar excusas para largarnos. Vamos a ver a The Knife. No entiendo el rollo que llevan, aunque mi hermano me dice que eso de que lleven un coro de bailarines y bailarinas, ya es un punto a su favor. Bien, pero la música... yo que sé. Nos vamos. Autobús y para casa, con las piernas hechas cisco, y un frío total y terrible.
Dos primaveras como esta y los guiris van a quedarse en Cork o en Brighton de vacaciones.
Empieza la tarde ya tarde. Queremos ir a ver a los Pony Bravo y elegimos el medio de transporte menos transitado, el b-20 y luego pateada hasta el lugar de los hechos. Cuando llegamos, Pony Bravo ya llevan más de medio concierto y han cantado la de la Ninja de Fuego, que es la que más me gusta a mí. Tocan cuatro o cinco canciones, larguitas, con un rap al final muy molón en el que destaca una frase: 'yo eso de cambiar el mundo lo veo una gilipollez, yo quiero simplemente hacer algo divertido'. Y la gente aplaudía y se reía. No sé. O no lo entendieron o no entendí yo las risas. Les acompañaban en esto los Za, que se apuntan a todas. Los Pony Bravo son raros, muy raros, pero me gustan. Estas últimas de contenido satírico, reivindicativo y chufla, me gustan también. Había mucha gente y ya, a las seis de la tarde, empezaba a hacer rasca en la sombra.
La siguiente fase la pasamos el joven hermano y yo en el bar de siempre. Vemos pasar a la gente y eso. Nos salimos y volvemos a entrar. Hay muchos guiris, es verdad, pero me fijo en una cosa, hay muchos nacionales. Lo que pasa es que nos esforzamos tanto en parecernos a los guiris...
Seguimos con la noche, adelante con ella. Vamos a entrar, entramos, mucho frío ya, copón qué frío, y empezamos a buscarnos y a encontrarnos con todo el resto de la tropa. Que si aquí, que si allí... la verdad es que se nos va pasando la noche y no vemos nada. No hay nada interesante hasta que empiezan las Breeders. Las Breeders, el grupo de las hermanas Deal, tan guapas de lejos y cuando les ponen primeros planos se les ven las arrugas, que ya tenemos una edad. Siguen siendo guapas, a mí me han parecido guapas siempre, con esa cara de perenne sonrisa como de idas. Bien. Van a tocar el disco The Last Splash, entero. El disco tiene más años que la tana, de cuando yo iba a la uni. Me acuerdo de que una chica de mi clase llevaba una camiseta de las Breeders siempre. Siempre, siempre. Este disco no lo tengo yo muy bien calificado, pero me gusta escucharlo así en directo. Me gusta, y, aunque hay fallos en el sonido, con cortecitos que pueden parecer imperceptibles pero no lo son, la cosa termina estupendamente. Hacen también la versión de los Beatles del 'Happiness is a warm gun'. Pues muy bien, de verdad. Menos mal que se nos ponen unos osazos pardos franceses al lado que hacen de pantalla con el airazo gélido que casca. Qué frío pavoroso, por dios.
Disyuntiva, qué ver. Jesus and mary chain o Tinariwen. Gana Tinariwen. Elabel y mi joven hermano nos vamos a los tuaregs de guitarras eléctricas. Un conciertazo. Ha venido hasta el jefe de los Tinariwen y canta unas pocas canciones, no todas, que se cansa o algo. Muy bien. A mi lado, hay algunas chicas de por allí que bailan como descosidas. Qué concierto más bueno. Pero uno tiene la sensación de que me estoy perdiendo a los Jesus and Mary Chain. Me gustan mucho a mí y no los voy a ver. Es que ya los ví, y en directo me decepcionaron un poco. Así que me quedo con el valor seguro. Estamos arrebujaditos unos contra otros del frío que hace. Termina el concierto y nos encontramos con la tropa delabel. Y nos llevan a ver a un tal James Blake, que desconocemos totalmente. Escenario principal.
En fin. En fin, en fin. Era, como decirlo, como Antony an the Johnsons, pero sin Anthony ni los Johnsons. Un muchacho rubito sentado en el piano, muy mono, muy bonico, y con la misma voz del otro, y una música coñazo de dimensiones rascacielísticas. Qué rollo patatero. Pero aguantamos todo el concierto a nuestras cosas, porque había gente que estaba allí por eso. En fin. Un fulazo.
Ahora que recuerdo, no hemos visto ni a Mulatu Astakte o Askatke y tampoco a Daniel Johnston, que tocaban en el Auditori. Todo no puede ser.
Ale, pues terminado el suplicio del James Blake y su rollo, nos vamos a ver en peregrinación a Blur. Concierto de los más esperados por la peña, al parecer. Yo y Blur tenemos una relación de amistad a partir de algunas canciones que nos gustan mucho. Yo y Blur. Blur y yo. Tocan las canciones más conocidas y las que no son tan conocidas son un poco tostón. Un plomete. Hace tanto frio, carámbanos. Pero bueno, tocan las buenas y tan contentos. Muchísima, pero muchísima gente. Y para sorpresa mía, estamos rodeados de gente de aquí. Claro, que estamos tan lejos, que es como verlos en Badalona. Bien. El cantante está vejete y tiene un diente de plata. Y el guitarra está como agobiado, aunque a veces hace piruetas y se tira al suelo. Tocan una hora y algo y andando. The Cure, por recordar a una banda mítica y separar el grano de la paja, se marcó tres horazas y algo de concierto. Sin anestesia.
Y a partir de ahí, con las piernas destrozadas y más cansados que la leche, a buscar excusas para largarnos. Vamos a ver a The Knife. No entiendo el rollo que llevan, aunque mi hermano me dice que eso de que lleven un coro de bailarines y bailarinas, ya es un punto a su favor. Bien, pero la música... yo que sé. Nos vamos. Autobús y para casa, con las piernas hechas cisco, y un frío total y terrible.
Dos primaveras como esta y los guiris van a quedarse en Cork o en Brighton de vacaciones.
viernes, 24 de mayo de 2013
Primavera Sound - Jueves
Bienvenidos a una nueva edición de las crónicas del Primavera Sound. Este año la cosa ha estado a punto, pero a punto de verdad de no producirse, porque como todo el mundo sabe, por culpa de la herencia recibida, los tejes y manejes de los mercados, y que lo siento mucho pero es que yo ya no sé qué hacer para levantar la empresa y llevar a mi niña al cole a la vez, pues todo parecía anunciar que me iba a quedar en mi casa tan ancho y que se hiciera el moderno quien se lo pudiera pagar. Pues no. Tenía que ir y tenía que ir. El paria moderno. El esponsorizado. El que es de azúcar. Pues desde aquí mi agradecimiento infinito a quién lo ha hecho posible. Gracias, joven hermano.
Bien. Al lío. Proporción a ojo: ocho foráneos por dos nacionales. ¿Es esto bueno o es malo? Pues malo. ¿Por qué? Por que los precios son para los foráneos. Un vasito de cerveza minúsculo tres ebros y medio. Un vaso de litro de cerveza 11,5. Más cara que si fuera de oro. 'Es que es Heineken'. Paparruchas.
Tradiciones cumplidas. Este año, más temprano que nunca y una vez ya descubiertos como 'los de Santa Coloma' y no como 'los de Pamplona', por parte del camarero, nos colocamos unas cervecitas y unos tequilitas para ir calentando la moral o ir subiendo el ambiente, según se quiera. Vamos tempranito este año, son las cuatro y cuarto de la tarde. A las cinco entramos y vemos que hace un calor del demonio, que me sobra ropa y que hay muchas chicas, muchas chicas, con pantalones cortitos. Madurez, responsabilidad, criterio, madurez de nuevo. José Luis López Vázquez entra en el Primavera Sound. No pasa nada. Lo llevo bien. Primer concierto que vamos a ver, el del Inquilino Comunista. Antes, entablamos una amistosa conversación con Carlos Ballesteros, de Hidrogenesse, en su stand. Le pregunta mi hermano por Lidia Damunt y yo por cuándo tocan. Por preguntar. Más contentos que unas pascuas. El Inquilino Comunista es un grupo de la primera época de grupos indies. De los primeros Planetas, de Hermanos Dalton, de Automatics, de... El Niño Gusano. Yo escuchaba estos grupos en Radio 3 hace mil años... y no me decían nada. Pero sí me gustaban los grupos parecidos americanos, porque soy así de gilipollas. Tampoco todos, ojo. Bueno, al concierto. Me gustaron bastante. Estuvieron muy bien, y en la medida de sus posibilidades, metieron ruido. Eran unos Sonic Youth nacionales, cantando en inglés, eso sí. Y se despidieron con una versión muy maja del No Fun de los Stooges, que eso. Esa parte la vi solo, porque elpako y elchristian se fueron a ver nosequé de un lavabo y amazing, elamazing, también se fue con ellos. Éramos cuatro.
Acabado el concierto, a ver a The Savages. O Savages. Un grupo de chicas, dos de pelo corto, dos de pelo largo con moñete. Antes, vamos al fin del mundo a ver si... nada. Hay un grupo en el escenario del final que suena a 'aburrimientísimo', y nos vamos a ver a Savages. Savages está bien. No voy a decir que no. La chica que canta hace movimientos como los del Curtis de Joy Division. Pero su voz suena bajita. A la tercera canción ya eso. Que si, pero que, o nos damos algo más de prisa o vamos a ver a Tame Impala en Sant Adrià. Savages tienen un rollo muy eso, de Joy Division, como digo y yo no soy de Joy Division. Así que... a correr.
Elabel ya ha llegado. Vamos a ver a Tame Impala desde Pamplona, prácticamente. Pero benditas pantallas gigantes. Tame Impala me gustan mucho, sí. Recuerdan a muchas cosas que sí que me gustan. Ahora bien, he visto vídeos en directo y eso y creo que son un poco sosos. Antes de que empiecen me encuentro a la S. y a su chico. Le doy un abrazaco a la S. porque gracias a ella me dieron la buenísima noticia de la tarde. En fin. Tame Impala tocan muy bien, pero el repertorio es como muy comercial, muy de quedar bien, y tienen canciones más raruzas que no tocan. Hay veces que el sonido es demasiado... latoso. De lata. Me gustan, pero yo que sé. Acaban y tampoco es que me haya dado un vuelco el corazón con ellos.
Va. Qué toca ahora. Indefinición. Vamos a ver a Dinosaur Jr. Cuando llegamos ya han empezado. Dinosaur Jr., otro grupo mítico del que no tengo ningún disco ni nada, pero que son como de la familia. No se hablaban entre ellos y no se hablan todavía, pero suenan muy bien. Me gustan. El concierto está muy bien. Cuando llegamos supongo que ya han tocado The Wagon, pero tocan dos canciones de un disco que me gustaba y que no sé ni cómo se llaman. Las que canta el bajista, molan bastante. Al final del concierto se sube al escenario un señor con bermudas y barbota, que grita mucho y que se nota que tiene una pena muy dentro del alma suya y que tiene que contárnosla. Grita y tal. Hardcore le llamaban a eso cuando yo era chaval. Yo entiendo al hombre de la barba. Su pena, sus cosas. Mi hermano se ha ido ya, se hubiera reído del momento. Un valor seguro Dinosaur Jr.
Y a partir de ahí, indefinición. Se han ido todos y nos han dejado a elabel y a mí allí... mirando muchachas pasar. ¡Oh chica del brazo tatuado! ¡Oh muchacha colomense que trabajabas en las barras! ¡El capitalismo! Traen gente de fuera que te pregunta en la barra si quieres 'beer'. No, no quiero beer, quiero una birra, nen. Santa Coloma, como siempre, se ve desde el Forum, pero ya no estás en Kansas. Va, venga, vamos a ver alguna cosa.
Rapidito. The Postal Service, no molan pero nada. Hay mucha gente, bailan y eso. A la segunda canción nos piramos. Deerhunter. Pues estos sí. Hay muchísima gente. No les conozco apenas, pero sé que a elchristian le molan. Pues no están mal. El chico que canta va con un vestidito y la boquita pintada. Acaban estupendamente. Los últimos, Grizzly Bear. En cuanto menea la cabecita el cantante y se pone a hablar, elabel me suelta un 'esto ya está visto'. Aguantamos dos canciones mientras a una irlandesa le decimos que parece americana y nos chilla algo y nos toca el culo y me toca la barriga. Golpea más que toca. Irlandesa, por favor.
Y con estas terminamos. Para ser jueves no está tan mal la cosa. Enganchamos al N6 y volvemos para casa con buen cuerpo, espíritu fortalecido y ya si eso.
Bien. Al lío. Proporción a ojo: ocho foráneos por dos nacionales. ¿Es esto bueno o es malo? Pues malo. ¿Por qué? Por que los precios son para los foráneos. Un vasito de cerveza minúsculo tres ebros y medio. Un vaso de litro de cerveza 11,5. Más cara que si fuera de oro. 'Es que es Heineken'. Paparruchas.
Tradiciones cumplidas. Este año, más temprano que nunca y una vez ya descubiertos como 'los de Santa Coloma' y no como 'los de Pamplona', por parte del camarero, nos colocamos unas cervecitas y unos tequilitas para ir calentando la moral o ir subiendo el ambiente, según se quiera. Vamos tempranito este año, son las cuatro y cuarto de la tarde. A las cinco entramos y vemos que hace un calor del demonio, que me sobra ropa y que hay muchas chicas, muchas chicas, con pantalones cortitos. Madurez, responsabilidad, criterio, madurez de nuevo. José Luis López Vázquez entra en el Primavera Sound. No pasa nada. Lo llevo bien. Primer concierto que vamos a ver, el del Inquilino Comunista. Antes, entablamos una amistosa conversación con Carlos Ballesteros, de Hidrogenesse, en su stand. Le pregunta mi hermano por Lidia Damunt y yo por cuándo tocan. Por preguntar. Más contentos que unas pascuas. El Inquilino Comunista es un grupo de la primera época de grupos indies. De los primeros Planetas, de Hermanos Dalton, de Automatics, de... El Niño Gusano. Yo escuchaba estos grupos en Radio 3 hace mil años... y no me decían nada. Pero sí me gustaban los grupos parecidos americanos, porque soy así de gilipollas. Tampoco todos, ojo. Bueno, al concierto. Me gustaron bastante. Estuvieron muy bien, y en la medida de sus posibilidades, metieron ruido. Eran unos Sonic Youth nacionales, cantando en inglés, eso sí. Y se despidieron con una versión muy maja del No Fun de los Stooges, que eso. Esa parte la vi solo, porque elpako y elchristian se fueron a ver nosequé de un lavabo y amazing, elamazing, también se fue con ellos. Éramos cuatro.
Acabado el concierto, a ver a The Savages. O Savages. Un grupo de chicas, dos de pelo corto, dos de pelo largo con moñete. Antes, vamos al fin del mundo a ver si... nada. Hay un grupo en el escenario del final que suena a 'aburrimientísimo', y nos vamos a ver a Savages. Savages está bien. No voy a decir que no. La chica que canta hace movimientos como los del Curtis de Joy Division. Pero su voz suena bajita. A la tercera canción ya eso. Que si, pero que, o nos damos algo más de prisa o vamos a ver a Tame Impala en Sant Adrià. Savages tienen un rollo muy eso, de Joy Division, como digo y yo no soy de Joy Division. Así que... a correr.
Elabel ya ha llegado. Vamos a ver a Tame Impala desde Pamplona, prácticamente. Pero benditas pantallas gigantes. Tame Impala me gustan mucho, sí. Recuerdan a muchas cosas que sí que me gustan. Ahora bien, he visto vídeos en directo y eso y creo que son un poco sosos. Antes de que empiecen me encuentro a la S. y a su chico. Le doy un abrazaco a la S. porque gracias a ella me dieron la buenísima noticia de la tarde. En fin. Tame Impala tocan muy bien, pero el repertorio es como muy comercial, muy de quedar bien, y tienen canciones más raruzas que no tocan. Hay veces que el sonido es demasiado... latoso. De lata. Me gustan, pero yo que sé. Acaban y tampoco es que me haya dado un vuelco el corazón con ellos.
Va. Qué toca ahora. Indefinición. Vamos a ver a Dinosaur Jr. Cuando llegamos ya han empezado. Dinosaur Jr., otro grupo mítico del que no tengo ningún disco ni nada, pero que son como de la familia. No se hablaban entre ellos y no se hablan todavía, pero suenan muy bien. Me gustan. El concierto está muy bien. Cuando llegamos supongo que ya han tocado The Wagon, pero tocan dos canciones de un disco que me gustaba y que no sé ni cómo se llaman. Las que canta el bajista, molan bastante. Al final del concierto se sube al escenario un señor con bermudas y barbota, que grita mucho y que se nota que tiene una pena muy dentro del alma suya y que tiene que contárnosla. Grita y tal. Hardcore le llamaban a eso cuando yo era chaval. Yo entiendo al hombre de la barba. Su pena, sus cosas. Mi hermano se ha ido ya, se hubiera reído del momento. Un valor seguro Dinosaur Jr.
Y a partir de ahí, indefinición. Se han ido todos y nos han dejado a elabel y a mí allí... mirando muchachas pasar. ¡Oh chica del brazo tatuado! ¡Oh muchacha colomense que trabajabas en las barras! ¡El capitalismo! Traen gente de fuera que te pregunta en la barra si quieres 'beer'. No, no quiero beer, quiero una birra, nen. Santa Coloma, como siempre, se ve desde el Forum, pero ya no estás en Kansas. Va, venga, vamos a ver alguna cosa.
Rapidito. The Postal Service, no molan pero nada. Hay mucha gente, bailan y eso. A la segunda canción nos piramos. Deerhunter. Pues estos sí. Hay muchísima gente. No les conozco apenas, pero sé que a elchristian le molan. Pues no están mal. El chico que canta va con un vestidito y la boquita pintada. Acaban estupendamente. Los últimos, Grizzly Bear. En cuanto menea la cabecita el cantante y se pone a hablar, elabel me suelta un 'esto ya está visto'. Aguantamos dos canciones mientras a una irlandesa le decimos que parece americana y nos chilla algo y nos toca el culo y me toca la barriga. Golpea más que toca. Irlandesa, por favor.
Y con estas terminamos. Para ser jueves no está tan mal la cosa. Enganchamos al N6 y volvemos para casa con buen cuerpo, espíritu fortalecido y ya si eso.
domingo, 3 de junio de 2012
Primavera Sound. Sábado.
Cuando por fin nos decidimos a entrar, quitándole el velo de misterio que nos rodeaba en el bar de siempre, y diciéndole al dueño que no, que no somos de Navarra, que somos de Santaco, vamos hacia el escenario Mini a ver a los Solynieve. Vamos caminando por una gran explanada todavía bastante vacía pese a que los Solynieve han empezado. Y corriendo solitaria por la explanada va una pelota de pingpong que sepa Dios qué hacía allí. Y esa pelotita de pingpong va y se para ante mis pies. Con mucho menos, te hace Spielberg una película.
Se ha terminado el Primavera. Bueno. Estoy más cansado que el año anterior y me ha cundido mucho menos. Esperando a mi hermano que como siempre llega tarde, me enchufo tres cañas y un tequila. Ya podemos darnos prisa. Llegamos tarde seguro. Cuando atravesamos la puerta, hay tocando unos chavales. Uno de ellos era de Veracruz, son los Villarroel. Aguantamos una canción y seguimos. Llegamos a los Solynieve y ya han tocado la de la raja de sandía, así que mejor. No tocan ni una mala. Me gustan más que la vez que vinieron al Apolo hace un par de meses, dónde va a parar. Tocan la versión de Kevin Ayers, la de Vainica Doble (con perdón) y esta vez pasan de la de Talavera de la Reina de Inglaterra, con lo que a mi me gusta. Pero oye, muy bien. Se acuerdan de uno de La Buena vida y tocan una canción de ellos. Hace mil años, en el primer Primavera al que asistimos, yo me emperré en ver a La Buena Vida y me dijeron de todo. Casi con razón.
Pues termina el concierto y ya lo tenemos todo hecho hasta que no empiece Yo la Tengo. Así que vamos de paseo. En el escenario grande creo entender que está tocando Beach House. Están viéndolo el Ch. y el Amatore. Pues vamos. Hay mucha gente, un chico con unas gafas muy raras y otro muy modosito en el escenario. Cantan canciones muy delicaditas. Qué bien, qué felicidad. No son Beach House, que son Kings of Convenience. Ah, pues mira que bien. Acaba el concierto en cero coma dos y nos vamos hacia los escenarios del fondo. En el del Vice tocan unos chavales bastante buenos. No sé cómo se llaman ahora. Ostia, se me ha ido el nombre. Fallo. El cantante lleva una camiseta de los Ramones. Me gustan bastante más que los The Men que tocaron en el mismo escenario la noche de antes. Se acuerdan de ellos. Son guiris también, aunque el cantante parece de la Fabriqueta. En fin, seguimos moviéndonos porque en el escenario donde tocan creo que los grupos coñacetes van a empezar otros que... tampoco me he quedado con el nombre. La cantante es una chica que dicen que se parece al hermano del D. Ni de lejos se parece. 'Bailando, si'. Pues mira... no. En fin. Una canción y decidimos ir tirando. Nos encontramos por sorpresa a los chavales de Raworld y echamos unas risas. Este año no vamos a Shellac, pasando mil pueblos de Shellac. Ahora no recuerdo, pero creo que vemos dos canciones o tres de Beach House, ahora si. Yo pensaba que no les conocía pero si. Canta una chica, primera sorpresa. Ni idea, oiga. A la tercera o cuarta canción nos vamos también despavoridos. No me gustan. Vamos dando vueltas. Ah, vale, vale. Ya caigo en el orden. Solynieve, Kings, beach House, escenarios del fondo, y luego lento regreso hacia el escenario donde va a tocar Yo la Tengo, que es el mismo que el de la pelotita.
Pues oye, conciertazo para mi gusto de Yo la tengo. Porque decían que venían a presentar un disco nuevo, que es un poco tranquilón, pero nada. Tocan antiguas. Y cabezonas. Antiguas y cabezonas. Si señor. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en un concierto, claro que si. La chica, la Georgia, no sale de la batería salvo en la primera canción en la que toca la guitarra. Todas molan. Hasta la de Mrs Jones esa que me da un poco de cosa, también me gusta. Y se despiden con una melonada de mil minutos repitiendo en circulos el pompimpompimpompim. Cuántos recuerdos de Badalona y el Pop Festival. Se echa de menos al Abelito, que no ha venido. Cómo han molado, hasta salen a hacer un bis y todo. Se termina y nos vamos. Camino de ningún sitio.
Se ve que tocan unos tal Justice. Vamos a ver qué. Maquineo chungo. Vístelo de colores si quieres, pero es pumpum. Estamos tan reventados que nos quedamos en las gradas viendo como ensayan otros muchachos que van a tocar en el escenario del anfiteatro ese. Ensayan y va llegando gente. Cuando ya está lleno y tocan la primera o la segunda canción, nos vamos, porque ver pasar muchachas en pantalón corto tiene un límite. Y uno no es de piedra.
Pues ya está, un año más. Veredicto. Pues a ver, si habitualmente decimos 'pagando no hubiera venido, me reafirmo'. Cada vez estoy más lejos de lo que se escucha y ni siquiera los grupos 'legendarios' que traen, me suenan. Estoy muy fuera. Pese a todo, escuchar a cuatro o cinco grupos bien molones, al aire libre y ver el ambientillo, merece la pena. Y comerte unas butis por la patilla, también.
Fin de fiesta, intento hacerme el 'servicial' con el conductor del N6 cuando se le sube la peña preguntando si va a plaza catalunya, pero no le hace falta. Le estoy cortando el rollo con una muchacha con la que ha pegado hebra. Perdón, ya me siento.
Y hasta el año que viene. Y si Baal quiere ser algo más claro, por favor, que me explique lo de la pelotita, que me tiene en ascuas.
Se ha terminado el Primavera. Bueno. Estoy más cansado que el año anterior y me ha cundido mucho menos. Esperando a mi hermano que como siempre llega tarde, me enchufo tres cañas y un tequila. Ya podemos darnos prisa. Llegamos tarde seguro. Cuando atravesamos la puerta, hay tocando unos chavales. Uno de ellos era de Veracruz, son los Villarroel. Aguantamos una canción y seguimos. Llegamos a los Solynieve y ya han tocado la de la raja de sandía, así que mejor. No tocan ni una mala. Me gustan más que la vez que vinieron al Apolo hace un par de meses, dónde va a parar. Tocan la versión de Kevin Ayers, la de Vainica Doble (con perdón) y esta vez pasan de la de Talavera de la Reina de Inglaterra, con lo que a mi me gusta. Pero oye, muy bien. Se acuerdan de uno de La Buena vida y tocan una canción de ellos. Hace mil años, en el primer Primavera al que asistimos, yo me emperré en ver a La Buena Vida y me dijeron de todo. Casi con razón.
Pues termina el concierto y ya lo tenemos todo hecho hasta que no empiece Yo la Tengo. Así que vamos de paseo. En el escenario grande creo entender que está tocando Beach House. Están viéndolo el Ch. y el Amatore. Pues vamos. Hay mucha gente, un chico con unas gafas muy raras y otro muy modosito en el escenario. Cantan canciones muy delicaditas. Qué bien, qué felicidad. No son Beach House, que son Kings of Convenience. Ah, pues mira que bien. Acaba el concierto en cero coma dos y nos vamos hacia los escenarios del fondo. En el del Vice tocan unos chavales bastante buenos. No sé cómo se llaman ahora. Ostia, se me ha ido el nombre. Fallo. El cantante lleva una camiseta de los Ramones. Me gustan bastante más que los The Men que tocaron en el mismo escenario la noche de antes. Se acuerdan de ellos. Son guiris también, aunque el cantante parece de la Fabriqueta. En fin, seguimos moviéndonos porque en el escenario donde tocan creo que los grupos coñacetes van a empezar otros que... tampoco me he quedado con el nombre. La cantante es una chica que dicen que se parece al hermano del D. Ni de lejos se parece. 'Bailando, si'. Pues mira... no. En fin. Una canción y decidimos ir tirando. Nos encontramos por sorpresa a los chavales de Raworld y echamos unas risas. Este año no vamos a Shellac, pasando mil pueblos de Shellac. Ahora no recuerdo, pero creo que vemos dos canciones o tres de Beach House, ahora si. Yo pensaba que no les conocía pero si. Canta una chica, primera sorpresa. Ni idea, oiga. A la tercera o cuarta canción nos vamos también despavoridos. No me gustan. Vamos dando vueltas. Ah, vale, vale. Ya caigo en el orden. Solynieve, Kings, beach House, escenarios del fondo, y luego lento regreso hacia el escenario donde va a tocar Yo la Tengo, que es el mismo que el de la pelotita.
Pues oye, conciertazo para mi gusto de Yo la tengo. Porque decían que venían a presentar un disco nuevo, que es un poco tranquilón, pero nada. Tocan antiguas. Y cabezonas. Antiguas y cabezonas. Si señor. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien en un concierto, claro que si. La chica, la Georgia, no sale de la batería salvo en la primera canción en la que toca la guitarra. Todas molan. Hasta la de Mrs Jones esa que me da un poco de cosa, también me gusta. Y se despiden con una melonada de mil minutos repitiendo en circulos el pompimpompimpompim. Cuántos recuerdos de Badalona y el Pop Festival. Se echa de menos al Abelito, que no ha venido. Cómo han molado, hasta salen a hacer un bis y todo. Se termina y nos vamos. Camino de ningún sitio.
Se ve que tocan unos tal Justice. Vamos a ver qué. Maquineo chungo. Vístelo de colores si quieres, pero es pumpum. Estamos tan reventados que nos quedamos en las gradas viendo como ensayan otros muchachos que van a tocar en el escenario del anfiteatro ese. Ensayan y va llegando gente. Cuando ya está lleno y tocan la primera o la segunda canción, nos vamos, porque ver pasar muchachas en pantalón corto tiene un límite. Y uno no es de piedra.
Pues ya está, un año más. Veredicto. Pues a ver, si habitualmente decimos 'pagando no hubiera venido, me reafirmo'. Cada vez estoy más lejos de lo que se escucha y ni siquiera los grupos 'legendarios' que traen, me suenan. Estoy muy fuera. Pese a todo, escuchar a cuatro o cinco grupos bien molones, al aire libre y ver el ambientillo, merece la pena. Y comerte unas butis por la patilla, también.
Fin de fiesta, intento hacerme el 'servicial' con el conductor del N6 cuando se le sube la peña preguntando si va a plaza catalunya, pero no le hace falta. Le estoy cortando el rollo con una muchacha con la que ha pegado hebra. Perdón, ya me siento.
Y hasta el año que viene. Y si Baal quiere ser algo más claro, por favor, que me explique lo de la pelotita, que me tiene en ascuas.
sábado, 2 de junio de 2012
Primavera Sound. Viernes
Antes de comenzar, quisiera disculparme con el grupo de hardcore sueco Refused. En la crónica de ayer olvidé mencionarles. Así están las cabezas. Se me fueron. Recordé y recordé y me olvidé de ellos. Así es. Ya está. Disculpas. Refused, perdón. Estuvísteis muy bien, de verdad. Me gustaron. En serio. Que si.
Pantalones cortos y barbas largas. Pieles blancas y bocas rojas. Alemanes que parecen suecos. Españoles que no aparecen por ningún sitio. Jordi Bianciotto vuelve a tener acreditación. Bueno. Vamos al lío. Me planto, después de una mañana espantosa, pero espantosa como pocas veces, de nuevo en el festival, en solitario, porque se me ha metido en la cabeza que podría ver a la Marianne Faithfull que canta en el Auditori y digo yo que habrá una cola del diablo. Así que voy para allá. Pim, pam, y llego al Auditori. Pregunto y todavía no ha empezado el concierto de antes, así que me voy a ver a The Chameleons. Paso por las camisetas y están los Hidrogenesse, como todos los años, en su puestecico. Referencias sobre The Chameleons... una, tienen una canción en el Latenighttales de los Flaming Lips que está bastante bien. Pues bien, a doscientos grados centígrados veo la actuación de un grupo cuyo cantante lleva chaqueta. Están bastante bien. Me llama la atención un pavo del público, barba pelirroja, bajito, gorrilla, brazo tatuado... un auténtico pesado que se abraza, saluda, habla, y muy de vez en cuando hace como que baila y se lo pasa bien. Cuando me parece que ya está bien, vuelvo al Auditori. 'No, usted no tiene que hacer cola, vaya por la zona vip'. Toma ya. De algo debe servir la pulserita de prensa, gracias. Qué sensación tan bonita sentirse vip. Pues nada, en el Auditori parece que hay poca gente pero ya se irá llenando, que llenar esto es dificilísimo, chavales. Me siento y un señor canoso, camiseta de rolling y mi misma pulsera saluda a unas chicas. Son periodistas todos. Hablan de Christina. Van a ver a esta y luego a nosequién. Qué bien. El tipo se sienta a mi lado, sale Marianne Faithfull y el tipo gesticula y se mueve frenéticamente. Qué pasión por la Faithfull. En cuando lleva veinte segundos tocando, saca el iphone y wasapea durante mucho rato. Eso es vivir la música a tope ¿no?
Marianne Faithfull se descubre como una crack. Echa a los fotógrafos, se para a tomarse el té, se cansa en los punteos y se sienta, echa gargajos a un pañuelo, me cae bien. Canta Baby, let me follow you down de Dyla, As tears Goes By de los Rolling y Tower of song de Cohen. Estupendo. Oye, pues muy bien, que pensaba yo irme a mitad de concierto y no. No se tiene todos los días la oportunidad de ver a un mito viviente de la música y bla bla bla. Fantástico. A correr y a enfrentarse con The Cure.
Yo y the Cure, no somos amigos del alma, pero tampoco cerrados enemigos. Me gustan bastantes canciones, incluso algunos discos enteros. Pero las canciones que no me gustan, no me gustan nada de nada. Y eso de ver a mucha gente cantando It's friday i'm in love... me carga. Pues empieza el concierto, nos hemos juntado ya buena parte de la banda y aunque estamos lejos, se ve bien. Salen y sale Robert Smith. No le mando un beso porque la primera canción es de las antiguas antiguas, del Seventeen Seconds, que me gusta bastante. Luego tocan muchas canciones que no conozco. Otras que si. Caen A forest, Lullaby... le da tiempo a tocarlas casi todas menos Three imaginary boys, porque sólo están tres horas tocando. Tres horas que se dice pronto. Buen concierto. Aunque ya digo que no conozco la mitad de las canciones o más, pero algunas de estas desconocidas para mí, molan también. Público ya mayorcete, la verdad. De mi edad y para arriba, más o menos. Yo esperaba ver más fricazos, más oscuretes y oscuretas, pero no. Cuando faltan tres canciones para terminar, no soportamos más estar sin beber y nos vamos. Nos perdemos Why can't i be you. Ala, tanto rato esperando para nada. La oímos en el puesto de los frankfurts.
Termina el concierto y llega la indefinición. M83. ¿vamos? No me apetece, pero por pipear... Venga. Vamos. Va. Vamos y vamos. Hay un tramo en el que huele a pienso de tal manera que se me revuelve el todo. Estamos llegando al concierto y nos volvemos para atrás. Otro bocata o qué. Venga. En las butis orgánicas está el Sergis, que nos invita a las butis porque trabaja allí. De puta madre, nen. Con la panza llena a reventar y los pies ya... pues eso, vamos camino de los escenarios de abajillo, que no los hemos visto. Srbtkakrksrktsktksr. O algo así. No molan, pasa palabra. The Men. No están mal, pero tampoco me matan. A mi hermano no le disgustan. Yo me tengo que ir ya porque me tengo que ir ya porque me tengo que ir ya.
¿De verdad que han tocado tres horas The Cure?
Pantalones cortos y barbas largas. Pieles blancas y bocas rojas. Alemanes que parecen suecos. Españoles que no aparecen por ningún sitio. Jordi Bianciotto vuelve a tener acreditación. Bueno. Vamos al lío. Me planto, después de una mañana espantosa, pero espantosa como pocas veces, de nuevo en el festival, en solitario, porque se me ha metido en la cabeza que podría ver a la Marianne Faithfull que canta en el Auditori y digo yo que habrá una cola del diablo. Así que voy para allá. Pim, pam, y llego al Auditori. Pregunto y todavía no ha empezado el concierto de antes, así que me voy a ver a The Chameleons. Paso por las camisetas y están los Hidrogenesse, como todos los años, en su puestecico. Referencias sobre The Chameleons... una, tienen una canción en el Latenighttales de los Flaming Lips que está bastante bien. Pues bien, a doscientos grados centígrados veo la actuación de un grupo cuyo cantante lleva chaqueta. Están bastante bien. Me llama la atención un pavo del público, barba pelirroja, bajito, gorrilla, brazo tatuado... un auténtico pesado que se abraza, saluda, habla, y muy de vez en cuando hace como que baila y se lo pasa bien. Cuando me parece que ya está bien, vuelvo al Auditori. 'No, usted no tiene que hacer cola, vaya por la zona vip'. Toma ya. De algo debe servir la pulserita de prensa, gracias. Qué sensación tan bonita sentirse vip. Pues nada, en el Auditori parece que hay poca gente pero ya se irá llenando, que llenar esto es dificilísimo, chavales. Me siento y un señor canoso, camiseta de rolling y mi misma pulsera saluda a unas chicas. Son periodistas todos. Hablan de Christina. Van a ver a esta y luego a nosequién. Qué bien. El tipo se sienta a mi lado, sale Marianne Faithfull y el tipo gesticula y se mueve frenéticamente. Qué pasión por la Faithfull. En cuando lleva veinte segundos tocando, saca el iphone y wasapea durante mucho rato. Eso es vivir la música a tope ¿no?
Marianne Faithfull se descubre como una crack. Echa a los fotógrafos, se para a tomarse el té, se cansa en los punteos y se sienta, echa gargajos a un pañuelo, me cae bien. Canta Baby, let me follow you down de Dyla, As tears Goes By de los Rolling y Tower of song de Cohen. Estupendo. Oye, pues muy bien, que pensaba yo irme a mitad de concierto y no. No se tiene todos los días la oportunidad de ver a un mito viviente de la música y bla bla bla. Fantástico. A correr y a enfrentarse con The Cure.
Yo y the Cure, no somos amigos del alma, pero tampoco cerrados enemigos. Me gustan bastantes canciones, incluso algunos discos enteros. Pero las canciones que no me gustan, no me gustan nada de nada. Y eso de ver a mucha gente cantando It's friday i'm in love... me carga. Pues empieza el concierto, nos hemos juntado ya buena parte de la banda y aunque estamos lejos, se ve bien. Salen y sale Robert Smith. No le mando un beso porque la primera canción es de las antiguas antiguas, del Seventeen Seconds, que me gusta bastante. Luego tocan muchas canciones que no conozco. Otras que si. Caen A forest, Lullaby... le da tiempo a tocarlas casi todas menos Three imaginary boys, porque sólo están tres horas tocando. Tres horas que se dice pronto. Buen concierto. Aunque ya digo que no conozco la mitad de las canciones o más, pero algunas de estas desconocidas para mí, molan también. Público ya mayorcete, la verdad. De mi edad y para arriba, más o menos. Yo esperaba ver más fricazos, más oscuretes y oscuretas, pero no. Cuando faltan tres canciones para terminar, no soportamos más estar sin beber y nos vamos. Nos perdemos Why can't i be you. Ala, tanto rato esperando para nada. La oímos en el puesto de los frankfurts.
Termina el concierto y llega la indefinición. M83. ¿vamos? No me apetece, pero por pipear... Venga. Vamos. Va. Vamos y vamos. Hay un tramo en el que huele a pienso de tal manera que se me revuelve el todo. Estamos llegando al concierto y nos volvemos para atrás. Otro bocata o qué. Venga. En las butis orgánicas está el Sergis, que nos invita a las butis porque trabaja allí. De puta madre, nen. Con la panza llena a reventar y los pies ya... pues eso, vamos camino de los escenarios de abajillo, que no los hemos visto. Srbtkakrksrktsktksr. O algo así. No molan, pasa palabra. The Men. No están mal, pero tampoco me matan. A mi hermano no le disgustan. Yo me tengo que ir ya porque me tengo que ir ya porque me tengo que ir ya.
¿De verdad que han tocado tres horas The Cure?
viernes, 1 de junio de 2012
Primavera Sound. Jueves.
Que Dios nos asista. De nuevo aquí, mi buen José. Cuando ya parecía que nos habíamos borrado, que con nosotros no iba, que se acabó, que la juventud se nos escurría entre los dedos, sucumbimos a la tentación, solicitamos la acreditación y tracatrán. Aquí nos tienes, Primavera Sound. Lo primero, pedir la pulserita. En un alarde de previsión que da cuenta de mi madurez y tal, digo de ir a por la desto a mediodía, 'que habrá menos gente' y me ahorro la infausta cola del año pasado. Pues tararí que te vi. Más cola que el año pasado, a pleno sol. Me armo de paciencia y espero. Dos horas a casco bomba. Primera evaluación de daños: los periodistas son otra cosa. Cada vez que tengo que hacer la cola, esta cola, me siento más fuera que dentro. Los periodistas son ellos. Con sus claquetas, sus peticiones de entrevistas, sus declas, sus porfas. No, yo no. Me he quedado fuera de juego, pero muchos metros, sin repetición posible. Es igual, ya da lo mismo. Dos horas detrás de una rubia guapísima que aguanta estoicamente el calor, mientras otra rubia no menos guapa, enseña hasta el cromo porque no soporta el kalahari en el que estamos. Pulserita al canto. Buenas tardes.
Este año, pese a lo que se vea en la foto (viendo esta foto, las dos chicas parecen testigos de jehová, con lo que se ve por allí), se llevan los pantalones cortos. Pantalones cortos para todas. Piernas gordas, blancas, finas, morenas, de gallineja, esculturales, da igual. Pantalones cortos. Lo asombroso es que también ellos llevan pantalones cortos. Sobre todo los guiris, claro.
Modernas o modernos. Pues mira, te voy a decir una cosa, pepe. Este año, no he visto yo ese ambiente de modernez de otros años tan así. No sé si es que no me habré dado cuenta o ya no identifico a los modernos, pero este año no. No les veo tan así.
En fin. Vayamos al grano. Empieza todo como siempre en el bar de siempre. Unas cañas y unos tequilas. Unas cañas y unos tequilas. Y un bocadillo de bacon para quitarle glamour a la historia. Todo para dentro. Venga. Saludos, abrazos, hasta mañana. No tenemos la más remota idea de qué tenemos que ver. El jueves, mirando la programación, no tiene nada realmente interesante. Lo conocido es muy tarde y no me quedaré, así que me da igual ocho que ochenta y donde me lleven, bueno será. Sin embargo, al entrar decidimos que vamos a ver a Lee Renaldo. Lee Renaldo es, de los dos guitarristas de Sonic Youth, el otro. Vamos avanzando hacia el escenario y llegamos prácticamente hasta la cocina. ¿Qué tocará este hombre? Debemos haber llegado a mitad de concierto, porque después de una cancioncita que estaba muy bien, decide hacer una alocución en inglés, que no entiendo, y mi hermano si. Voy con mi hermano, el Ch. y el Amatore. A tope. Al parecer dice que no tienen muchas canciones pero que van tocando. El batería que lleva es Steve Shelley, de los Sonic Youth. En pie, amigos. Respeta a tu familia, porque tu familia te respeta a ti. ¡Tocan una de los Talking Heads! ¡Toma ya! Thank you for send me an Angel. ¡Qué detalle! Ya has ganado, Lee Renaldo. Me fijo y veo que a veces toca con un pulgar. Hace los acordes en el mástil con un pulgar. Qué tío. No hay más que añadir. Acaba el concierto y vemos pasar a nuestro lado a Christina Rosenvinge. Qué guapa que es la condenada, pero me ha parecido más poquita cosa que otras veces. No sé.
Mazzy Star. Yo no conocía este grupo. Así soy yo. Se ve que llevaban mucho tiempo separados. El nombre de la cantante, Hope Sandoval, me sonaba. El Ch. lo puso el día de antes y estaban bien. Pues el concierto me gusta un huevo. Tranquilo, pero sin ser plomo. Me gusta, tienen un rollo que me gusta. ¿Qué rollo es? Pues, ese rollo. Así como... no sé. Guitarras sin alardes, tranquilitas, su batería, su muchacha en los teclados, la Sandoval que no se mueve mucho y tiene una pandereta. Estupendos todos. Me recuerdan a las canciones con chica de los Brian Jonestown Massacre. Casi a punto de acabar, alguien decide que hay que ir a ver a Beirut. Beirut, cero puntos. Vamos, vamos, y a la segunda canción o antes nos volvemos. No le veo el qué a Beirut. Nos vamos, venga, que nos vamos. Nos comemos un bocata más. Más hambre que el perro de un ciego. Vámonos a ver qué hay por ahí.
En el escenario ATP vemos a unos muchachos haciendo ruido. Nos vamos quedando y nos quedamos hasta que acaban. No sé quiénes son. Thee oh Shees. Pues muy bien. Tiran por la calle de enmedio, un poco en plan Black Lips, no sé. Me molan también. Oye, qué bien, tres de tres, pleno total. Nos quedamos a ver el concierto entero. Molan. Me los apunto. Nos pasamos los conciertos hablando de los grupos y de nosotros. Qué tontería. Que si tocamos, que si hacemos, que si podríamos, etc. Muy bien.
Está la G. con la Y. por aquí. He llamado a la S., pero ya no la veré. Su novio y ella seguro que están en la otra punta. Hacemos por ver a las dos colomenses. No las vemos en los XX, que los vimos hace dos años, creo y no estaban mal. Pero este año ni nos acercamos. No las vemos. Pues nos vamos. Esperamos cerca de los Franz Ferdinand. Ya está. Qué tal. Venga. Aguanto media canción justo debajo del escenario y me voy para casa, que son las dos y algo y hay que currar. Ya hace rato que no bebo nada, pero el daño ya está hecho.
Autobús nocturno. Chistes nuevos con caras viejas. Italianos criticando el diseño de los Seat, que se equivocan de autobús. No va para Plaza Catalunya, va para Santaco. Caras de disgusto. En el bus entablo conversa con el conductor y un chaval jevi. Hablamos del festival, de cómics, de Santaco. Bien.
Solo Dios sabe cómo agradezco pillar la cama. Hoy más. Avanti con la guaracha.
Este año, pese a lo que se vea en la foto (viendo esta foto, las dos chicas parecen testigos de jehová, con lo que se ve por allí), se llevan los pantalones cortos. Pantalones cortos para todas. Piernas gordas, blancas, finas, morenas, de gallineja, esculturales, da igual. Pantalones cortos. Lo asombroso es que también ellos llevan pantalones cortos. Sobre todo los guiris, claro.
Modernas o modernos. Pues mira, te voy a decir una cosa, pepe. Este año, no he visto yo ese ambiente de modernez de otros años tan así. No sé si es que no me habré dado cuenta o ya no identifico a los modernos, pero este año no. No les veo tan así.
En fin. Vayamos al grano. Empieza todo como siempre en el bar de siempre. Unas cañas y unos tequilas. Unas cañas y unos tequilas. Y un bocadillo de bacon para quitarle glamour a la historia. Todo para dentro. Venga. Saludos, abrazos, hasta mañana. No tenemos la más remota idea de qué tenemos que ver. El jueves, mirando la programación, no tiene nada realmente interesante. Lo conocido es muy tarde y no me quedaré, así que me da igual ocho que ochenta y donde me lleven, bueno será. Sin embargo, al entrar decidimos que vamos a ver a Lee Renaldo. Lee Renaldo es, de los dos guitarristas de Sonic Youth, el otro. Vamos avanzando hacia el escenario y llegamos prácticamente hasta la cocina. ¿Qué tocará este hombre? Debemos haber llegado a mitad de concierto, porque después de una cancioncita que estaba muy bien, decide hacer una alocución en inglés, que no entiendo, y mi hermano si. Voy con mi hermano, el Ch. y el Amatore. A tope. Al parecer dice que no tienen muchas canciones pero que van tocando. El batería que lleva es Steve Shelley, de los Sonic Youth. En pie, amigos. Respeta a tu familia, porque tu familia te respeta a ti. ¡Tocan una de los Talking Heads! ¡Toma ya! Thank you for send me an Angel. ¡Qué detalle! Ya has ganado, Lee Renaldo. Me fijo y veo que a veces toca con un pulgar. Hace los acordes en el mástil con un pulgar. Qué tío. No hay más que añadir. Acaba el concierto y vemos pasar a nuestro lado a Christina Rosenvinge. Qué guapa que es la condenada, pero me ha parecido más poquita cosa que otras veces. No sé.
Mazzy Star. Yo no conocía este grupo. Así soy yo. Se ve que llevaban mucho tiempo separados. El nombre de la cantante, Hope Sandoval, me sonaba. El Ch. lo puso el día de antes y estaban bien. Pues el concierto me gusta un huevo. Tranquilo, pero sin ser plomo. Me gusta, tienen un rollo que me gusta. ¿Qué rollo es? Pues, ese rollo. Así como... no sé. Guitarras sin alardes, tranquilitas, su batería, su muchacha en los teclados, la Sandoval que no se mueve mucho y tiene una pandereta. Estupendos todos. Me recuerdan a las canciones con chica de los Brian Jonestown Massacre. Casi a punto de acabar, alguien decide que hay que ir a ver a Beirut. Beirut, cero puntos. Vamos, vamos, y a la segunda canción o antes nos volvemos. No le veo el qué a Beirut. Nos vamos, venga, que nos vamos. Nos comemos un bocata más. Más hambre que el perro de un ciego. Vámonos a ver qué hay por ahí.
En el escenario ATP vemos a unos muchachos haciendo ruido. Nos vamos quedando y nos quedamos hasta que acaban. No sé quiénes son. Thee oh Shees. Pues muy bien. Tiran por la calle de enmedio, un poco en plan Black Lips, no sé. Me molan también. Oye, qué bien, tres de tres, pleno total. Nos quedamos a ver el concierto entero. Molan. Me los apunto. Nos pasamos los conciertos hablando de los grupos y de nosotros. Qué tontería. Que si tocamos, que si hacemos, que si podríamos, etc. Muy bien.
Está la G. con la Y. por aquí. He llamado a la S., pero ya no la veré. Su novio y ella seguro que están en la otra punta. Hacemos por ver a las dos colomenses. No las vemos en los XX, que los vimos hace dos años, creo y no estaban mal. Pero este año ni nos acercamos. No las vemos. Pues nos vamos. Esperamos cerca de los Franz Ferdinand. Ya está. Qué tal. Venga. Aguanto media canción justo debajo del escenario y me voy para casa, que son las dos y algo y hay que currar. Ya hace rato que no bebo nada, pero el daño ya está hecho.
Autobús nocturno. Chistes nuevos con caras viejas. Italianos criticando el diseño de los Seat, que se equivocan de autobús. No va para Plaza Catalunya, va para Santaco. Caras de disgusto. En el bus entablo conversa con el conductor y un chaval jevi. Hablamos del festival, de cómics, de Santaco. Bien.
Solo Dios sabe cómo agradezco pillar la cama. Hoy más. Avanti con la guaracha.
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