
Dioses, darme el entendimiento y la creatividad para hacer un relato emotivo y sensible, una relación amorosa y tierna, un testimonio bonito y tierno de lo que ha sido este primer mes con Martí. Dioses, dejarme expresar con el corazón y con la palabra, lo que significa ser padre. Dioses, permitidme comenzar diciendo que a Martí le huele el morro a queso, que todo él huele a queso y que todo él huele a queso y que huele a queso porque todo él está bañado por la leche de su madre, leche que gotea y que impregna cada rincón de Martí y de lo que no es Martí. Dioses, permitidme que os diga que esto de ser padre no tiene una definición clara y que no puedo limitarme a expresarlo como otros ya han hecho o limitarlo al evento más importante y definitivo de mi vida. No encuentro la definición porque no me he podido parar a pensar qué estoy haciendo, si lo estoy haciendo bien o si es lo que se espera de mí. Dioses, ¿es esto lo que se espera de mí? Cuando Martí necesita ser acunado y quedarse tranquilo y por azar o por suerte o porque ha dado con una parte blanda de mi brazo o porque hay tanto estrés a su alrededor que mejor dormir o porque alguno de mis mantras recién inventados o un paseo con traqueteo hace que Martí se duerma, te sientes como ese padre que alguna vez todos dicen aspirar a ser. Cuando desde el primer momento Martí arquea el cuello, tensa la cerviz y considera que tú no eres apto, piensas que ese niño no te va a querer en la vida y que todo es azaroso y que tus esfuerzos son inútiles y que porqué esa resistencia a quitarte la camiseta y hacer el piel con piel si es con el piel con piel como te aseguras que se cree el vínculo, pero es que ir sin camiseta no, no puede ser y total la camiseta ya huele a ti y a veces sí y otras veces no es el olor a queso que a él le atrae y no hay manera. Y así están pasando los días y desde el primer día que pareció un ratoncillo y como ratoncillo sigue siendo calificado y como ratoncillo os lo ofrezco para vuestra protección, Dioses, hasta el día de hoy en el que pasa un día del primer mes, han habido cambios y su cara es una y cambia y ya no lo veo tanto como un mini yo y ya no enseño con tanta seguridad la foto mía de recién nacido para demostrar que sí, que es guapo y se parece a mí, porque ya ayer mi prima Juani me dijo que ahora es más Alba. Y sigue siendo muy guapo. Este dato, Dioses, permitirme que lo señale de nuevo, huele a queso y es guapo y comienza a quedarse mirando al que tiene delante y si ese que tiene delante eres tú, soy yo, tienes ganas de contarle todo lo que sabes, todo lo que tiene que hacer, decirle que Bruce Springsteen, aunque haya sacado otra vez el disco ese que lleva repitiendo décadas y vuelvan a poner vídeos suyos en el que cada segundo es tan intenso como un volcán en erupción, decirle que Bruce Springsteen es una puta mierda y sabes que es un dato superfluo y que no es lo más importante y te bloqueas y ya no dices nada, solo lo miras y si es que te toca dormirle le siseas y procuras que no te pierda la mirada y hoy le he cantado 'qué bonito es' con el tono de Triana Pura y da todo igual. Dioses, le hemos puesto la música. Dioses, lo hemos llevado a fiestas de barrio y ha sido testigo involuntario de la polémica semanal y ha paseado por esas calles y ha mirado con los ojos como platos y luego se ha dormido y ha mamado en un parque o en un portal como nuestro Señor JesusCristo y nos hemos parado en la Plaça Eusebi Güell a ver si se calmaba y es una plaza que está en Pedralbes que daba susto pararse porque pensabas en el susto de los que allí habitan cuando un coche que no es del barrio se para y se oye un niño llorar y pensarán que somos una familia pobre y nos queremos morir. Dioses, darme la luz para poder escoger las palabras para expresar todo lo que significa ser madre y dar de mamar con abnegación, con alegría, con regocijo y pasión a tu niño. Ser madre no es ser padre, hasta el momento. Ser madre no tiene comparación con ser padre pese a los cursos, programas, libros y preguntas a la IA china. Ser madre es otra cosa y es total y uno no está sino para ser un humilde siervo que, los que me conozcan, saben que no es fácil ser un humilde siervo y bien mandado y atento y cariñoso y liberador de carga mental. No es fácil, no me es fácil, lo intento, me sale a veces, otras veces yerro y pienso en esos padres, otros padres, a los que todo les parece normal, bueno, gratificante y parte de un proceso de construcción o vete a saber tú qué. Yo estoy ahí, intentando responder rápido, mantener botellas de agua fría, vaciar el cubo del agua del aire acondicionado, pero no hablemos de mí. Dioses, dejarme encontrar las palabras para hablar de Martí. Y dejarme que repita lo guapo que es, lo insospechadamente guapo que es. Que nació flaquito con dos piernecillas como dos alambres y que poco a poco va echando carusa y que tiene el oído sensible como el de un perrete y si oye un plástico arrugado en lontananza se inquieta como si hubiese escuchado vete tú a saber qué. Y que se duerme y se despereza y que en ese desperezarse está el misterio de todo y la respuesta de todo, porque podría estar desperezándose todo el día y no haría falta nada más. Y que cuando está relajado va echando carón y que cuando llora se le encoge la cara. Y que desde el primer día, desde el primer bendito día, hace pucheros y que desde el primer día, el comiquillo, cuando llora le tiembla el labio y te preguntas cómo lo hace o si lo hace adrede para dar más pena, que la da, pero a veces es tan exagerado que piensas que 'vale Martí, lo del labio'. Y cómo vas a pensar eso de Martí, como si Martí fuera un colega tuyo, un amigo, alguien que está ahí para que lo analices y no ese elemento que te va a convertir en mejor persona, mejor todo, te va a enseñar a querer, a quererte, a querer a los demás. Por el momento, has empezado a entender a los niños que arman jaleo en los bares. Dioses, benditos sean, porque cercano está el día en el que ese niño molestoso sea Martí y ese grito sin sentido será expelido de su boca y tú dirás, mi Martí. Y la madre, la madre buscando el momento para poder dormir y Martí buscando el rinconcillo, el hueco para meter la manita, dónde esconder la cara. La madre queriendo descansar y quedándose embobada con Martí. Y Martí colocando el pie buscando el contacto, porque el pie tiene que tocar. Y las visitas a Can Ruti cuando tocan, y al grupo de lactancia con otros padres y madres y la llevadora que todo lo sabe. Y las miradas de la gente por la calle, qué mono, qué pequeño. Y decirle a la Maribel que fíjate, con 50 años ahora con un bebé. Y en una casa con más bebés y tú pensando que no quieres que parezca que tú tienes un bebé o que sólo tienes un bebé o que eres el padre del Martí, que eres el Toni, pero tampoco te apetece ser el Toni, porque eres el padre del Martí, y te paseas como un loco por las sombras y Martí se pone la mano en la cara cuando le da el sol, porque eres un PADRE NEGLIGENTE, que no le pone gorro al niño, ni los auriculares cuando vas a Gràcia, ni, ni, ni, ni. Y la madre siempre con la teta a punto. Y hemos visto series con el Martí espanzurrado en cualquiera de nuestras barrigas. Y hemos pasado alguna siesta con el Martí espanzurrado en la barriga. Y lees. Y sigues viendo lo de Palestina. Y hacía mucho calor y ahora está nublado. Y Martí hoy ha fijado la mirada y se ha vuelto cuando me he puesto a silbar una canción de los Grateful Dead que me ha salido en las mierdas de noticias esas de Google. Y la Esme me envió una Nana a Martí y es la única canción con Martí que nos ha salido. Y las abuelas, y el abuelo, y los titos y las primas y yo enviando mensajes a primas con las que no hablo desde hace mil, enviándoles fotos diciendo que tienen un sobrino nuevo, porque supongo que me hace ilusión. Recomiendan no alterar mucho tu imagen para que el niño tenga una imagen fija y te coja confianza. Yo me he vuelto a dejar bigote. Recomiendan tantas cosas y no sabes si tú las estás siguiendo o si las tienes que seguir. No tiene frío, pero yo tengo frío, pero no tiene frío. Lo estoy asando de calor con el porteo, qué cómodo es el porteo. PADRE NEGLIGENTE. Tipos de pañales, los de batalla para casa los buenos para fuera. Cambiar el pañal en cualquier parte. Culo de conejo. Culo de liebre. No hemos ido a Vilches este verano pero Vilches está presente a cada momento porque no dejo de decir cosas que decían mis padres. Ratón de estantería, bichillo de la cajeta, ratoncillo chico, me sale cantarle recotín recotán las maderas de san juan. Hoy le he dicho albérchigo. Algún día le he dicho chiquillo pitarroso. He estado cantando durante una hora 'sumino pequeño más bonito que todo' con el ritmo de pepito conejo al monte salió. Hemos tenido visita y he tenido que parar el relato, ahora no sé qué me queda por decir y qué no. Visitas, coger el niño no me atrevo. Martí haciéndose el dormido. Martí oliendo a queso. Es como un cheto. Tengo la clavícula que me pincha cuando me apoyo en la cama. Le pusimos Air en la terraza y le gustó. El segundo del Dioptría le gustó. Vamos probando. No tengo una definición o una conceptualización clara de lo que está siendo este primer mes. De lo que ha sido ya. No podría resumir. Se ha hecho caca. Dioses, asistirme.